Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 diciembre 2006
Facultad de Medicina UNAM

 

SEGUNDO CONGRESO ACADÉMICO DE LA FACULTAD DE MEDICINA

En busca de una vacuna efectiva contra ETEC

  • En prueba una vacuna desarrollada en Suecia por el grupo de la doctora Ann-Mari Svennerholm
  • Se realizan estudios en Asia y Latinoamérica

Escherichia coli enterotoxigénica es la causa más común de diarrea en niños menores de cuatro años en los países en vías de desarrollo, particularmente en Latinoamérica, en África y en Asia, y la causa de 300 mil muertes por año, aseveró la doctora Ann-Mari Svennerholm, egresada de la Universidad de Gotemburgo, y quien fuera una de las invitadas especiales para dictar una conferencia magistral en el pasado Segundo Congreso Académico de la Facultad de Medicina.

La doctora Svennerholm

Durante la conferencia, titulada: “La caracterización enterotoxigenética de Escherichia coli (ETEC) aislada en niños de Guatemala y Costa Rica”, la doctora Svennerholm habló sobre los esfuerzos que se han realizado conjuntamente en varios países para el desarrollo de una vacuna eficaz contra ETEC que proteja a niños y viajeros.

Explicó que Escherichia coli enterotoxigénica se abrevia en ingles como ETEC y que entre 1970 y 1999 ha correspondido a 20 por ciento de diarreas en niños de Latinoamérica. En un estudio que se llevó a cabo en Nicaragua, la mitad de todos los casos de diarrea en lactantes fueron ocasionados por ETEC, y en otra investigación realizada en Bangladesh, se vio que es más común en menores de 4 años de edad y relativamente poco frecuente en niños mayores, a lo que agregó: “Parece que esto se debe a que las personas se vuelven inmunes después de una exposición repetida a ETEC.” Asimismo, comentó que es una de las causas más comunes de diarrea en viajeros, en quienes constituye entre 25 y 30 por ciento.

Las enfermedades causadas por Vibrio cholerae tienen que ver con que se adhiere al intestino delgado y produce una toxina que es muy potente y que puede provocar hasta 25 episodios de diarrea en el transcurso de 24 horas, por lo que es interesante ver que ETEC tiene un mecanismo patogénico muy similar. Debido a ello, la inmunidad protectora contra ETEC puede actuar al bloquear los factores de colonización de las bacterias para adherirse al epitelio del intestino delgado o impedir que la toxina LT se readhiera a la superficie endotelial.

Aseveró que el factor de virulencia más importante en ETEC son diferentes enterotoxinas LT y distintos factores de colonización que se han identificado en un número de 25, y unos son más prevalentes que otros hasta en 80 por ciento de todos los casos. Por ello, su grupo de trabajo está interesado en tratar de desarrollar una nueva vacuna, pero es un poco difícil encontrar antígenos que sean compartidos con la mayoría de los aislados clínicos. “Estamos buscando antígenos O, pues hay más de 70 y se ha visto en resultados actuales que dos terceras partes de ETEC son ocasionadas por los organismos productores de LT.”

Perteneciente al Comité para la Investigación y el Desarrollo de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la doctora dijo que asimismo les interesa saber si las infecciones provocadas por ETEC en niños pequeños en países endémicos son las mismas que afectan a los viajeros, por lo que ya se está trabajando al respecto en Guatemala, en colaboración con la doctora Olga Torres.

“Vimos que afecta a niños pequeños y tiene perfiles de toxicidad considerablemente diferentes del que afecta a los viajeros, y lo mismo se aplica cuando vemos los factores de colonización. Entonces, si estamos pensando en el desarrollo de vacunas, probablemente se tienen que probar en niños pequeños y en viajeros si queremos tener una buena cobertura.”

Otro elemento de la conferencia fue sobre la respuesta inmune, por lo que la doctora Svennerholm confirmó que hay que buscar antígenos claves para la inmunidad en contra de ETEC y es probable que éstos sean los factores de colonización.

Han comenzado un estudio en áreas muy pobres de Bangladesh donde recaban muestras fecales de los niños cada mes y muestras de suero cada tres para comparar el inicio de las infecciones y el desarrollo de las respuestas inmunes. Se empezó por el suero y las evacuaciones para ver los anticuerpos y GCA de la mucosa.

“Es interesante ver el perfil de las bacterias que fueron bastante diferentes cuando los casos eran sintomáticos de cuando eran asintomáticos. Hay una mayor proporción de bacterias estrictamente tóxicas para la cual es muy difícil aplicar la vacuna, pero también encontramos una proporción mucho más alta de ETEC que tiene factores de colonización que eran interesantes desde el punto de vista de vacunación. Queríamos entonces comparar las respuestas inmunes en contra de ETEC en aquellos niños que tenían síntomas debidos a ETEC y también en los portadores asintomáticos.”

Al respecto dijo que se puede observar una tendencia más alta en los casos sintomáticos que en los asintomáticos, mientras que en la preinfección había niveles más bajos, lo que se debe al hecho de que estos niños tienen anticuerpos que podrían protegerlos en contra de los síntomas, y vieron que una infección inicial con LT no protege en contra de una repetida.

Perteneciente también al Instituto Sueco para el Control de las Enfermedades Iinfecciosas y a la Sociedad Real de Ciencias y Artes de Suecia, la doctora mencionó que están interesados en desarrollar una vacuna y que es posible, ya que sus estudios han demostrado que hay una reducción de la incidencia con la edad en las áreas altamente endémicas.

“Hemos visto que la infección inicial se protege en contra de la reinfección con las mismas cepas antigénicas o las que son antigénicamente relacionadas. Hemos podido también demostrar que una vacuna para cólera oral que tiene el antígeno con la subunidad de cólera muy relacionado con la toxina LT puede inducir protección en contra de Escherichia coli, y en Suecia ya desarrollamos una vacuna para el cólera.”

Aseveró que es la única vacuna disponible contra el cólera que contiene esta subunidad y se aplica de dos a tres dosis. Ella ha demostrado que proporciona entre 50 a 70 por ciento de protección contra ETEC en áreas endémicas y ha sido muy bien tolerada.

Recordó que hace tiempo, un estudio en conejo realizado por la doctora López Vidal mostró que la infección inicial con E. coli positiva al factor de colonización sí protegía contra la infección de este organismo, pero no con los factores de colinización heterólogos. Entonces se pensó que esto era muy interesante como inmunidad contra la vacuna contra ETEC.

La consultora de la OMS comentó que a la fecha la vacuna ha dado respuestas de anticuerpos secretores de antígenos y Ga contra la mayoría de estos factores de colonización en esta subunidad. Para probar una vacuna entérica hay que buscar respuestas inmunes y en este caso hay que localizar anticuerpos intestinales, lo que han logrado con procedimientos de lavado del intestino para condensar las respuestas inmunes de mucosa.

Explicó que toman voluntarios para hacer una limpieza de 3 a 4 litros de solución hasta que sale una evacuación muy limpia. Es la mejor forma de iniciar la respuesta inmune y se ha convertido en la norma estándar. Este método no se puede aplicar en niños pequeños, por lo que están buscando otras maneras que sean medidas indirectas, como la determinación de linfocitos circulantes B.

“Lo que sabemos es que si inmunizamos oralmente con una vacuna que llegue al intestino va a estimular a los linfocitos B que circularán por la sangre antes de que regresen al intestino para producir anticuerpos, generalmente siete días antes de haberse administrado la vacuna.”

Finalmente, mencionó que los últimos estudios se han realizado ya en viajeros con una buena respuesta de protección en Bangladesh y México. Recomendó que para hacer una vacuna es muy importante tratar de identificar buenas correlaciones inmunológicas de protección, preguntarse contra qué se va a proteger y qué tipo de respuestas inmunes se van a estudiar, para ver si la vacuna es protectora o no, por lo que hay que trabajar con más ahínco para encontrar los métodos que se puedan utilizar en el campo e indiquen su protección antes de hacer estudios más grandes.