Premio “Jaime Woolrich” 2004 a un trabajo científico multidisciplinario y multinstitucional
El Fideicomiso “Jaime Woolrich”, institución académica fundada en 1983, celebró su ceremonia anual de premiación en el Hospital General de México el pasado 25 de noviembre, donde el doctor Manuel Quijano, durante su conferencia magistral, dirigió un mensaje a los jóvenes médicos en el marco de la entrega del Premio “Jaime Woolrich” 2004 a un grupo multidisciplinario y multinstitucional, el cual está compuesto por: Karem Nieto Martínez, Icela Palma Lara, Rebeca Álvarez Aubert, Susana Kofman-Alfaro y Gloria E. Queipo García del Servicio de Genética del Hospital General de México-Facultad de Medicina, UNAM; de los Departamentos de Patología, Endocrinología y Urología, Hospital Infantil de México “Federico Gómez”: Rocío Peña, Luis M. Dorantes y Luis Eraña; así como Ricardo García-Cavazos del Departamento de Investigación Médica, Instituto Nacional de Perinatología. Este grupo de científicos obtuvo el reconocimiento por el trabajo denominado: “45,X/47,XXX/47,XX, del(Y)(p?)/46,XX mosaicism causing true herma-phroditism”, donde se confirman los datos que previamente estos científicos habían reportado en la literatura de que la presencia de varias líneas celulares que involucran a los cromosomas X e Y, es un mecanismo alternativo en la etiopatogenia de anomalías gonadales que se traducen en Hermafroditismo Verdadero 46, XX, SRY negativo (presencia de testículo y ovario en un mismo individuo). Esta investigación fue valorada por el doctor Fabio Salamanca Gómez, jefe de la Unidad de Investigación Médica en Genética Humana del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS, quien asesoró al comité técnico. En esta actividad también se concedió a la licenciada en enfermería María de los Ángeles Garrido González, jefa de enfermeras, el premio 2004 de los trabajadores del Servicio de Urología y Nefrología “Aquilino Villanueva”, del Hospital General de México. Estos galardones fueron entregados por los doctores Bernardo Bidar Ramos, en representación del secretario de Salud; Francisco Higuera, director general del Hospital General de México, y el presidente de la Sociedad Médica del nosocomio, Erick Basurto Kuba; Juan Maldonado, presidente del Fideicomiso, y el vocal del mismo organismo, Rubén Argüero, así como por los representantes de los presidentes de las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Cirugía, los vicepresidentes Emilio García Procel y Porfirio Cervantes, respectivamente.
En esta oportunidad, el doctor Manuel Quijano Narezo, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina y actual editor de la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, dictó la conferencia magistral “En la era de la post-modernidad”, donde resaltó el mensaje que dirigió a los jóvenes médicos, a quienes pidió que se opongan al estilo del ejercicio actual de la medicina, dominada por las compañías aseguradoras privadas y por un concepto administrativo economicista, y a su vez propongan un nuevo modelo que, aunque moderno en su modo operacional, no olvide los principios éticos y morales que han caracterizado el quehacer del gremio desde su nacimiento. “Un modelo que se olvide de la mercantilización avasallante que convierte todo en mercancía, y en que la actividad humana tiene un afán único de lucro y juzga todo por el criterio de eficiencia y rentabilidad económica. En fin, un modelo que pueda llamarse postmoderno pero que sea una verdadera continuación de la mejor práctica médica de todos los tiempos, la mejor para el médico, para el paciente y para la medicina.” En ese orden de ideas señaló que este liderazgo necesariamente tiene que salir de la juventud; sería bueno que el Hospital General volviera por sus fueros y que aquí naciera la revolución que modificará el ejercicio profesional, expresó el doctor Quijano Narezo, además de recordar que en sus inicios en la profesión, de estudiante y de recién titulado, fue “practicante numerario” de ese nosocomio y posteriormente residente. “Este hospital era sin duda el mejor centro de aprendizaje, no el único, sino el que contaba con más profesores bien preparados, dispuestos a progresar y enseñar, con categoría de maestros, que podía calificarse de sabia por su comportamiento con enfermos y alumnos. Trabajé y fui ‘consentido’ de don Darío Fernández, al grado de que me dejaba operar solo, lo que determinó que, al terminar la residencia, se me nombrara director del Hospital Civil de Manzanillo, en donde permanecí un año. Trabajé también con don Rosendo Amor, Pavía y Graham en el pabellón 25, con don Clemente Robles en el 7, y aprendí a hacerme cirujano, médico y responsable”; de igual manera rememoró a otros destacados personajes del nosocomio. Finalmente explicó que su amigo Jaime Woolrich representa una de las facetas más honrosas de la planta de médicos del Hospital General: por su preocupación por la enseñanza, el deseo de mejoría de la educación médica, la intención generosa del empleo de los recursos propios (no superabundantes) en la ayuda a los estudiantes responsables y con deseos de perfeccionarse. “La creación del Fideicomiso que hoy celebra un año más de vida, con la mira de estimular y facilitar la especialización de jóvenes prometedores, es y será un ejemplo encomiable no sólo en esta institución sino en toda la ciudad y todo el país; un ejemplo digno de seguirse y que enorgullece merecidamente al creador, a sus familiares y sus compañeros.” |