Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 agosto 2007
Facultad de Medicina UNAM

 

POR TU SALUD

Enfermedades de Transmisión Sexual

Doctor Raúl Contreras Artime,
Jefe del Departamento de Vinculación con Programas Institucionales, FM, UNAM

Cuando se realiza la actividad sexual sin protección siempre existe el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, que pueden manifestarse por una gran variedad de signos y síntomas, pero también hay la posibilidad de contraerlas y de que no se presente manifestación clínica alguna, de ahí la importancia de tomar medidas preventivas para evitarlas.

Los amantes
Pablo Picasso

El riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual existe en cualquier joven que tenga relaciones. Este riesgo se incrementa cuando hay ciertos factores: entre más joven sea el adolescente al momento de iniciar la actividad sexual, mayor será el riesgo, porque, entre otras cosas, a menor edad cuesta más trabajo tomar decisiones adecuadas. Por otra parte, el uso de alcohol y de drogas desinhibe y contribuye a que se lleven a cabo relaciones sexuales no planeadas y sin protección. El uso de drogas intravenosas, el tener sexo con hombres homosexuales o bisexuales, y una historia de intercambio de sexo por comida, dinero o drogas, son condiciones que se asocian con un riesgo muy elevado de adquirir el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otras enfermedades de transmisión sexual graves. La exposición a gérmenes patógenos poco frecuentes se incrementa con el sexo anal.

Hay medidas sencillas que, de llevarse a cabo, pueden brindar protección, como el tener únicamente un compañero sexual o el uso del condón. Los adolescentes que son víctimas de abuso sexual o de una violación, aun cuando no sean sexualmente activos, pueden contraer una enfermedad de transmisión sexual.

Aunque la prevalencia de gonorrea es más alta entre los jóvenes menores de 25 años, esta frecuencia ha disminuido en años recientes, al igual que la sífilis. Por el contrario, en nuestro medio las infecciones por Chlamydia tienden a incrementarse. La enfermedad inflamatoria pélvica es más elevada entre jóvenes de 15 a 25 años, comparadas con mujeres mayores.

¿A qué se debe esta mayor susceptibilidad de la población joven para adquirir este tipo de enfermedades? Pues sucede que durante la pubertad, los niveles elevados de estrógenos hacen que el epitelio vaginal se adelgace y que el contenido de glucógeno celular se incremente, lo que provoca que el pH vaginal disminuya. Estos cambios aumentan la resistencia del epitelio vaginal a la penetración de ciertos organismos, incluido el gonococo, pero incrementan la susceptibilidad de otros, como Candida albicans y Trichomonas. La infección por gonococo, que inicialmente se encuentra a nivel cervical, puede ascender durante la menstruación, periodo durante el cual el pH es de 6.8 a 7.

Las enfermedades de transmisión sexual se caracterizan generalmente por manifestaciones locales, como vaginitis, o por el tipo de lesión que se presenta. Además, el conjunto de diversos síntomas sugiere una posible enfermedad de transmisión sexual.

Las entidades que con mayor frecuencia sugieren un padecimiento de transmisión sexual son la uretritis, la epididimitis, la vulvovaginitis, la cervicitis, la enfermedad inflamatoria pélvica, las úlceras y las lesiones genitales, y las condiciones clínicas que con mayor frecuencia lo indican son: dolor en la parte inferior del abdomen (en mujeres), dolor e inflamación escrotal, artritis, exantema, conjuntivitis, hepatitis y proctitis. Las describimos a continuación.

Uretritis: Es la inflamación de la uretra y se manifiesta por dolor durante la micción y la presencia de secreción purulenta. En los hombres existe la posibilidad de que esta entidad sea asintomática. Los agentes patógenos más frecuentes son Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae.

Epididimitis: La inflamación del epidídimo en los jóvenes se asocia muy frecuentemente a una enfermedad de transmisión sexual y está causada por los mismos gérmenes que en el caso de la uretritis. Hay dolor e inflamación escrotal asociados al antecedente de secreción purulenta uretral, que se resuelve espontáneamente. Esta infección también puede estar causada por Escherichia coli cuando se practica inserción anal.

Vulvovaginitis: Es una infección de la mucosa vulvovaginal que frecuentemente se presenta como flujo vaginal. La comezón y el mal olor son datos que ayudan al diagnóstico. La tricomoniasis y la candidiasis son las enfermedades que con mayor frecuencia presentan flujo vaginal.

Cervicitis: El proceso inflamatorio de la cervicitis involucra estructuras muy profundas de la membrana mucosa del cuello uterino. El flujo vaginal puede ser una manifestación de cervicitis cuando es muy abundante. Suele haber sangrado después del coito y flujo mucopurulento. Los patógenos más comúnmente asociados a esta entidad son C. trachomatis y N. gonorrhoeae.

Enfermedad inflamatoria pélvica: Se trata de un conjunto de procesos inflamatorios del tracto superior de las mujeres que incluyen endometritis, salpingitis, absceso de las trompas y peritonitis, entidades que generalmente se encuentran combinadas. En las adolescentes jóvenes los patógenos que predominan son N. gonorrhoeae y C. trachomatis. El diagnóstico se basa en la presencia de inflamación en la parte inferior del abdomen, que puede acompañarse de dismenorrea, fiebre, síntomas urinarios, sangrado vaginal anormal y la presencia de flujo vaginal anormal.

Úlceras genitales: Las lesiones ulcerativas se observan más comúnmente en el pene y en la vulva, aunque también pueden presentarse en la mucosa oral y en la rectal. Los organismos que con mayor frecuencia se asocian a estas lesiones son: el virus del herpes simple, Treponema pallidum (causante de la sífilis) y Haemophilus ducreyi (chancroide); estas dos últimas entidades son menos frecuentes entre los jóvenes. Aunque la lesión inicial del herpes es una vesícula, ésta se rompe espontáneamente y deja una úlcera muy dolorosa.

Lesiones genitales: Las lesiones que hacen reborde en la superficie del epitelio forman parte de este grupo. El virus del papiloma humano y su asociación con cáncer cervicouterino, el molusco contagioso y el condiloma asociado a sífilis son las entidades más frecuentes en este grupo. En el caso del virus del papiloma humano, se trata de una de las enfermedades que con mayor frecuencia pasan inadvertidas porque puede no dar síntomas. Las lesiones suelen encontrarse en el perineo alrededor del ano, la vagina y la uretra, e incluso pueden ser intranales e intravaginales. Estas lesiones suelen desaparecer espontáneamente, pero también permanecer sin cambios e incluso pueden aumentar de tamaño y extenderse, por lo que se recomienda tratamiento con terapia de ablación, mediante la aplicación de podofilina, imiquimod, ácido tricloroacético, crioterapia, láser o escisión quirúrgica. Debe tomarse muy en serio el gran riesgo que existe de que estas lesiones se vuelvan cancerosas. En la actualidad ya hay disponible una vacuna contra el virus del papiloma humano.

Vamos a platicar de un tema que reviste una gran
trascendencia: el sida

Un punto importante lo representa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida causado por el virus de inmunodeficiencia humana, pues generalmente se presenta como una enfermedad asintomática y lo único que puede hacer sospechar el diagnóstico es el antecedente de múltiples compañeras o compañeros sexuales y la no protección con el condón. Cuando la enfermedad avanza, se presentan infecciones recurrentes debido a que los virus se unen a linfocitos T, que expresan moléculas CD4+ y migran a nódulos linfáticos, donde proliferan y causan un gran deterioro del sistema inmune, lo que en forma clínica se va a manifestar por infecciones bacterianas recurrentes o por infecciones atípicas, principalmente por hongos, Pneumocystis carinii, otros parásitos e incluso infecciones por otros virus, sobre todo herpes.

El diagnóstico se realiza tomando en cuenta los antecedentes de riesgo, la presencia de las infecciones ya mencionadas, la realización de pruebas específicas para demostrar la presencia de anticuerpos IgG contra el VIH, como la de Western-blot, y con la cuenta de linfocitos CD4+ y CD8+. Una vez que se tiene el diagnóstico, el tratamiento se realiza con medicamentos antivirales (antirretrovirales) combinados. Los pacientes que tienen una carga viral mayor de 100 mil copias/ml, con cuentas de células CD4+ bajas, tienen una enfermedad más rápidamente progresiva que puede llevar a la muerte ¡¡¡¡y todo por no usar condón!!!!

Como puedes darte cuenta, hay diferentes tipos de padecimientos transmitidos sexualmente que pueden manifestarse de muy diversas formas o incluso ser asintomáticos y pasar desapercibidos. Por todo lo que hemos visto, te recomendamos que, ante la presencia de cualquier molestia, como ardor al orinar, lesiones o úlceras genitales o perianales, secreción por la uretra, flujo vaginal de mal olor, dolor o inflamación de la parte inferior del abdomen, o molestias a nivel escrotal, debes acudir a recibir atención médica, pero sobre todo, ¡¡¡protégete!!! El tener un solo compañero o compañera sexual y practicar el sexo seguro con el uso de condón no sólo puede salvarte de tener muchos problemas, ¡¡¡puede salvarte la vida!!!