Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 agosto 2005
Facultad de Medicina UNAM

Departamento de Fisiología Celular y Tisular

Ingresan 14 alumnos como ayudantes de profesor
al ciclo 2005-2006

  • Concluye el 46o. Curso de Instructores para Ayudantes de Profesores de este Departamento
  • Es el curso más antiguo de formación de profesores de la Facultad
  • Un curso para ver la docencia de otra forma
Alumnos del curso acompañados (al centro) por la doctora Teresa Fortoul y profesores del mismo

Al concluir el 46º Curso de Instructores para Ayudantes de Profesor del Departamento de Biología Celular y Tisular, egresaron 14 nuevos instructores que fungirán como ayudantes de profesor de este Departamento e ingresarán a su planta docente para el ciclo escolar 2005-2006.

Ellos son Fabiola Álvarez Chávez, Dalia Borja Domínguez, Mariana Beatriz Correa Pérez, Marina Green Gómez, Gabriela Ariadna Martínez Levy, Héctor Piedra Rodríguez, Gabriela Piñón Zárate, Vianey Rodríguez Lara, Marcela Rojas Lemus, Luisa Patricia Ruiz López, Maribel Sánchez Solario, lliana Vázquez Estrada, Francisco Ángel Vega Romero y Gabriela Angélica Zavala Acosta, quienes a partir del 29 de agosto desempeñan su cargo.

El curso permite a los estudiantes de primer año tener la experiencia de una incorporación temprana a la docencia e incrementar su responsabilidad como alumnos, pues les lleva a modificar su estilo de aprendizaje, ya que no es lo mismo estudiar para un examen que para explicar y aclarar dudas a sus compañeros. Así, en muchas ocasiones éste es el camino que lleva a los jóvenes a convertirse en profesores titulares.

El curso cuenta con una amplia tradición y prestigio, pues ha sido la cuna de formación docente de numerosas personalidades de la medicina mexicana, y aunque no se cuenta con un registro sistemático, se ha detectado que los egresados de él han destacado en su desempeño en áreas clínicas, de investigación y administración hospitalaria, y el resto sigue relacionado con actividades docentes, lo cual habla de la gran influencia que produce la temprana introducción a la docencia.

El programa es anual y en esta ocasión se llevó a cabo del 6 de junio al 1º de julio, con una duración de 120 horas; contó con la participación de 22 aspirantes que recibieron orientación en cuatro áreas básicas: formación docente, actualización de contenidos, tópicos de investigación y aspectos psicológicos en el aula. La metodología utilizada incluyó ponencias de profesores invitados, actividades y ejercicios individuales, discusiones en pequeños grupos, actividades prácticas y presentación de temas por cada uno de los participantes, donde se evaluó: manejo y conocimiento de contenidos, claridad y coherencia de la exposición, habilidades didácticas, organización del tema, manejo de grupo y presentación.

Cabe señalar que los requisitos que pide el H. Consejo Técnico para poder realizar el trámite oficial del nombramiento de ayudante de profesor es que los alumnos cuenten con un promedio general mínimo de 8.5 durante el primer año de la carrera y en la materia de biología celular y tisular calificación de nueve. Por su parte, el Departamento de Fisiología Celular y Tisular toma en cuenta el interés por la asignatura y su apoyo al proceso de la enseñanza misma; asimismo, el joven tiene que ser recomendado por su profesor titular de la materia.

El curso es activo y participativo e ingresan a la plantilla de profesores los estudiantes que muestran mayor interés y habilidades para la docencia, de manera que en forma permanente se realiza una evaluación formativa para corregir las deficiencias de los jóvenes y para reafirmar sus logros.

La ceremonia de clausura se efectuó el pasado 1º de julio, en el laboratorio número 5: “Dr. Antonio Villasana Escobar”; cabe mencionar que dicho curso cuenta con el aval del Departamento de Desarrollo Académico de la Secretaría de Educación Médica de la Facultad.

Por su parte, el doctor José de Jesús Abad, coordinador de Enseñanza de este Departamento y egresado del mismo curso, comentó que, como desde hace más de cuarenta años, el ciclo escolar finalizó con el curso de instructores, a lo largo de él los asistentes convivieron con egresados del mismo curso, porque “la idea es que los jóvenes vean la evolución que han tenido sus antecesores”.

Los profesores que imparten el curso son del Departamento, invitados que no están en el mismo, pero que tomaron el curso y, sobre todo, los instructores que están en su último año antes de irse al internado. En esta ocasión apoyaron Manuel Millán Hernández, Juan Carlos Méndez Anúñez y Joaquín Gutiérrez Soriano.

— ¿Cuántos profesores con los que cuenta este Departamento son egresados de este curso?
“Actualmente alrededor de 60 por ciento, no hay cifras fijas, pero hemos llegado a tener hasta cerca de 80 por ciento de profesores egresados del curso que han podido permanecer y continuar con una trayectoria docente. Son primero ayudantes, después adjuntos y finalmente titulares del grupo. Algunos regresan durante el servicio social o al terminar la especialidad médica y en la medida en que los horarios son compatibles se van reincorporando a nuestra planta docente. Ciertamente en el último año regresaron dos profesores, uno que terminó su residencia en pediatría y otro que acabó la especialidad en otorrinolaringología. Ambos regresaron básicamente por el ánimo del compromiso docente.”

Al realizar una evaluación del curso, el doctor Abad comentó que es una oportunidad para los alumnos que al concluir el primer año de la carrera ingresen a la docencia, a lo que agregó: “El hecho de que se inicien tempranamente establece un vínculo que permite encauzar inquietudes y empezar un desarrollo paralelo al de la propia carrera.

“En este ejercicio se obtienen muchos beneficios porque integrarse a un equipo docente permite desarrollar la capacidad para expresarse en público para sistematizar los temas y se incrementa la responsabilidad y el compromiso con la Facultad, porque se juega un doble papel de alumno y docente, por lo tanto, como alumno no se puede fallar. Por todo ello es que persiste ‘el gusanito por la docencia’, quienes no ingresan como ayudantes de profesor en este momento buscan en un futuro la oportunidad de integrarse en otras materias y otros departamentos”, por lo que consideró que el curso realmente deja una huella muy importante.

— En los años anteriores ingresaban en promedio diez jóvenes, en esta ocasión son 14, ¿qué sucedió para que aumentara el numero de instructores?
“En parte es el incremento de los grupos del turno matutino y previendo esta situación incrementamos el número de jóvenes. De hecho, a lo largo de los años ha fluctuado el número de ingreso de aspirantes y ello está determinado por el número de vacantes.

“En esta ocasión hubo aspirantes a los cuales no invitamos y por ello al inicio del curso les indicamos que la intención es, llegado el momento, invitarlos a participar en las clases, desde luego lo importante es que queden o no con nosotros siempre les haya resultado útil, les haya aportado algo en su formación, les dé otra visión de la docencia, del estudio y de los aspectos médicos. Ésa es nuestra intención y, desde luego, siempre habrá caras tristes de los que no lograron ingresar, pero igual las puertas del Departamento siempre están abiertas y nos hemos encontrado casos de jóvenes interesados que al insistir y darles la oportunidad han tenido un magnifico desempeño, por lo tanto no se cierran las puertas definitivamente, en la medida de su interés están abiertas porque para nosotros siempre es un gusto recibirlos, y por otra parte nos interesa que recapaciten sobre lo que les aportó el curso.”

Sobre el éxito que ha mantenido esta actividad por más de 40 años, recordó que a él como estudiante le inspiró más allá de la materia el ver gente joven como instructores que participan en la docencia e ingresan al curso, lo que considera motivante para las nuevas generaciones, y sostiene que es la mejor promoción que pudiera tener el curso de instructores, ya que mientras exista esta motivación el curso seguirá.

Consideró que otro elemento importante por el cual se mantiene es el apoyo que ha encontrado con el paso del tiempo a través de las diferentes jefaturas. Muestra de ello es que en esta ocasión el curso fue iniciado por el doctor Antonio Villasana Escobar, ex jefe del Departamento hace 40 años. Ante esta respuesta, el doctor Abad anunció que falta poco para que este curso cumpla 50 años de trabajo, motivo por el cual el Departamento se está dando a la tarea de hacer formal la historia del mismo con información sobre los profesores que ya no están en él, pero que han contribuido y están en algunos de los hospitales impartiendo docencia en el interior de la República y hasta en Estados Unidos.

Finalmente, invitó a los jóvenes de la nueva generación para que si les gusta la materia y obtienen buena calificación entren el próximo año al curso, experimenten lo que es ingresar a la planta docente de la Facultad y se den la oportunidad de crecer como estudiantes y como universitarios.