DEBATE Errores Médicos y Bioética Una actividad de la Facultad de Filosofía y Letras y el Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud.
Los especialistas Luis Felipe Abreu, Raymundo Macías, Ernesto Priani Saisó y Gonzalo Moctezuma Barragán participaron en el debate Errores Médicos y Bioética, realizado el pasado 8 de julio, donde expusieron la situación del tema desde diferentes áreas: medicina, psiquiatría, filosofía y derecho. El debate fue organizado por la Facultad de Filosofía y Letras y el Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud para los interesados en el campo de la bioética. El doctor Luis Felipe Abreu, coordinador del Programa de Maestría y Doctorado mencionado, aseveró que los denominados errores médicos son un fenómeno complejo y multicausal, que deben ser despojados de sus mitos para permitir su estudio sistemático. Aun cuando los individuos (quienes cometen errores) trabajan como parte de sistema. “Los sistemas se integran por seres humanos que intercambian información y conocimientos, y utilizan los recursos de que disponen de conformidad con fines y valores para resolver los retos que recibe el sistema de salud. Quienes operan al filo del sistema actúan en condiciones acotadas por las decisiones de los niveles superiores de la organización. La forma de reducir los errores es estudiar al sistema de la manera más amplia posible y no limitarse al estudio de las condiciones locales y los errores específicos. Los seres humanos deben verse no como la fuente de los errores, sino como el elemento vivo, que la mayor parte de las veces es capaz de operar adecuadamente el sistema. Son los seres humanos educados y motivados quienes pueden identificar y manejar los riesgos para evitar errores y accidentes.” Afirmó que es indispensable que en la medicina se aborden científicamente y de manera sistemática los errores médicos, para reducir riesgos y favorecer la mejora continua de la calidad de la atención, esto con la ayuda de los profesionales de la salud, la gerencia, la academia, el Estado y el público en general. Durante el debate, que se llevó a cabo en el auditorio “Alberto Guevara Rojas”, Raymundo Macías, médico psiquiatra y profesor de la FM en el área de psicología clínica, dijo que el acto médico es la consecuencia de toda una formación profesional, por lo que los errores son el resultado final de un proceso de larga evolución. “Podemos considerar que la ética es la parte de la filosofía que analiza el problema del bien y del mal y que trata de las obligaciones morales del hombre, es decir, una ciencia normativa que sirve de base a la filosofía práctica; considerada así, la bioética sería la ética ligada al ejercicio de las disciplinas dedicadas al cuidado de la vida y al servicio de la salud.” Aseveró que la naturaleza humana tiene diferentes dimensiones, una biológica, una psicológica y una espiritual; desafortunadamente, con frecuencia el acto médico toma sólo una de las dimensiones y los errores médicos son fallas, omisiones o equivocaciones, pero que pueden aparecer desde la enseñanza de la medicina y tienen consecuencias en el acto médico. Agregó que en la enseñanza, la formación humanística e integral para entender al ser humano se pierde en la práctica médica, pues la mayoría de los galenos se preocupa únicamente del aspecto biológico. El doctor Macías afirmó que dentro de la academia, el especialista se ve como un instrumento agente de cambio para la restitución, la preservación y la aprobación de la salud, lástima que su acto se centre en la prescripción, principalmente en las áreas de superespecialización. Por su parte, el filósofo Ernesto Priani Saisó dijo que si bien la normatividad establece el espacio que definimos como el ámbito profesional del médico, regula, en términos generales, la práctica que se da dentro de ese espacio, y la distingue de otras prácticas y de otras profesiones; ésta, por sí misma, sólo circunscribe lo que llamamos propiamente conducta médica, pero no induce una forma única de comportamiento. “La conducta del médico es aquella que se da dentro del acatamiento de la normatividad, pero que se expresa como maneras distintas de llevar a cabo esa normatividad en la práctica. En otras palabras, es justamente la que se da entre el ámbito normativo y el mundo de los hechos. Son las formas en que se entienden ciertos hechos, ciertos gestos, ciertos usos, como aquello que da cumplimiento a la norma médica con un fin determinado.” Afirmó que esta complejidad lleva a asumir que no hay una sola forma de entender la conducta del médico y sus consecuencias, y que no basta con entenderlo como una falla a la normatividad, sino como un conjunto de elementos. Concluyó al afirmar que es necesario hacer una crítica a la conducta del médico para establecer cuáles son las razones morales de ciertas conductas cuya consecuencia es un error o una mala praxis, y también para introducir una variable que contribuya a la reducción de sus errores, y que consiste en saber que el médico es siempre responsable de su conducta y, por lo tanto, de sus errores, ya que éstos no son ajenos a él sino que hablan de él: lo que hace, cómo lo hace y de la circunstancia en la que ejerce su profesión médica, porque a fin de cuentas el médico es un ser humano. Con respecto al área jurídica, Gonzalo Moctezuma Barragán mencionó que el error médico puede tipificarse por insuficiencia de conocimientos o ignorancia, por negligencia en el diagnóstico o por complejidad del cuadro clínico. De acuerdo con el caso, la responsabilidad puede derivar en profesional y técnica, administrativa o civil. Explicó que la Ley Federal del Trabajo establece indemnizaciones por daño material y moral, pero en el caso de éste se presenta un gran problema ante el hecho de que el afectado está en plena libertad de establecer el monto de la reparación y el juez ordenar el pago de la misma. En este caso los montos suelen ser millonarios y sin límite, por lo que a su juicio es necesario homologar la legislación civil de los estados y de la Federación para establecer, en el caso de los particulares, un parámetro para indemnizaciones del daño moral. Aseveró finalmente que el derecho debe tutelar al individuo, y para lograr dicho fin es necesario definir los derechos de la personalidad y el daño moral, conceptos en plena evolución, mientras el Consejo de Abogados recomienda registrar ante la Dirección de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública la certificación de especialidades; expedir constancia de condiciones del paciente y circunstancias de tiempo, lugar y modo en el expediente clínico; comunicar al enfermo y a los familiares de los resultados esperados, efectos secundarios y riesgos, para conformar un consentimiento informado; someter los casos complejos o aquellos con resultados inesperados a los comités hospitalarios; los médicos han de abstenerse de declarar en cumplimiento de una garantía constitucional; ante la acusación de un equipo médico llevar una defensa común o una adecuada. En caso de necesitar consejo jurídico, asistir a las instancias competentes de defensoría pública, donde brindarán al médico la asesoría correspondiente. |