Efemérides médicas
de agosto
Lic. Gabino Sánchez Rosales
Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina
1 de agosto de 1941
En el Diario Oficial de la Federación apareció
publicado el Reglamento para el Registro, Autorización y Funcionamiento
de Laboratorios de Diagnóstico de Propiedad Particular. Establecía,
entre otras cosas, que cualquier laboratorio particular debería
informar al Departamento de Salubridad, en las 24 horas siguientes a
su detección, si encontraba alguno de los siguientes gérmenes:
bacilo de la difteria, de la tuberculosis, de la lepra, de la disentería,
de la fiebre tifoidea, del carbunco, de la peste, o estreptococos hemolíticos,
meningococos, neumococos, tripanosomas, oncocercas, ricketsias o vibrión
colérico.
3 de agosto de 1905
El presidente de la República, Porfirio Díaz, estableció
el reglamento que normaba las actividades de la Escuela Nacional de
Artes y Oficios para Mujeres, estableciendo que con el fin de ofrecerles
medios lucrativos y decorosos que las habilitaran para que, por sí
mismas, pudieran prever su subsistencia y se desarrollaran y elevaran
intelectualmente, se ofrecieran, entre sus estudios, los de farmacia
elemental, con el fin de que se capacitaran como auxiliares y prestaran
sus oficios en los despachos correspondientes.
5 de agosto de 1860
El farmacéutico Atanasio Mier estableció en la cerrada
de San Agustín de la ciudad de Morelia, capital del estado de
Michoacán, la Droguería y Farmacia de Atanasio Mier, equipada
con el más moderno instrumental para hacer las preparaciones
galénicas y contando además con las más útiles
farmacopeas y formularios de la época.
12 de agosto de 1862
Después de 290 años de existencia, el Ayuntamiento de
la ciudad de México decretó la clausura del Hospital de
San Lázaro, enviando al día siguiente a los treinta leprosos
que quedaban al Hospital de San Pablo.
13 de agosto de 1566
El doctor Domingo de Zavala, cirujano del rey de España, indicaba
que habiendo visto y examinado el libro del doctor Pedro Arias de Benavides,
que “trata de algunas medicinas simples que hay en las Indias
[la Nueva España], de las que acá no teníamos noticia
hasta ahora de algunas de ellas... Vimos este libro por mandato del
muy alto consejo de su majestad y después de corregido y enmendado
algunas cosas, decidimos se puede imprimir para que tengan noticias
de cosas peregrinas y provechosas”. El libro de Arias de Benavides,
Secretos de cirugía, impreso en Valladolid en 1567,
contenía diversas noticias sobre la práctica de la medicina
en la Nueva España, al ser su autor médico por muchos
años en este lugar.
21 de agosto de 1793
El virrey Revillagigedo, en la ciudad de México, ordenaba pregonar
el bando sobre “Baños públicos, lavaderos y temascales”,
señalando que: “... siendo sumamente difícil evitar
la concurrencia de hombres y mujeres dentro de los placeres y temascales,
como es factible siempre que puedan servirse de una propia casa, lo
cual está rigurosamente prohibido por algunas disposiciones del
Supremo Gobierno, conviniendo conforme a ellas cortar de raíz
los desórdenes que son de persuadirse resultarían de la
unión de ambos sexos en tales parajes... por ningún motivo...
servirá una misma casa para hombres y para mujeres... y para
conocimiento del público se pondrá en la puerta, como
estaba determinado antes, una tablilla de letra abultada y permanente,
en la que se lea: Baño para mujeres, o Baño para hombres.”
26 de agosto de 1922
La Secretaría de Gobernación estableció una Comisión
Ejecutiva Sanitaria del Distrito Federal, ya que era “ingente
la necesidad de proveer debidamente las exigencias de la higiene y además
de satisfacer de una manera eficaz la salubridad pública local
del Distrito Federal, a cuyo fin es preciso crear un personal que complete
la acción de las autoridades sanitarias ya establecidas.”
27 de agosto de 1571
El doctor Francisco Hernández, protomédico del rey en
las Indias Occidentales, acudió ante el Tribunal del Santo Oficio
de la Nueva España para declarar en el juicio que se le seguía
al doctor Pedro López por delito de desacato contra varias imágenes
—entre ellas un crucifijo, a las que, dijo, tenía en un
lugar bajo y entre basura—, señalando que conocía
al dicho Pedro López de seis meses a esa fecha, y que sobre el
asunto sólo sabía lo dicho por un comerciante llamado
Agustín Castellanos, quien lo comentó.
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