Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 agosto 2006
Facultad de Medicina UNAM

Ceremonia En homenaje

Merecido homenaje e instauración de cátedra en honor al doctor Ramón de la Fuente Muñiz

  • Por sus aportaciones a la docencia e investigación médica y por su pasión al estudiar el funcionamiento de la mente
  • Se anuncia la creación de una cátedra conjunta entre la FM y la ANM para exaltar su obra y memoria
  • Destacados universitarios estuvieron presentes para recordar a uno de los pilares de la medicina en México

La Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Academia Nacional de Medicina (ANM) rindieron merecido homenaje al doctor Ramón de la Fuente Muñiz, pionero de la psiquiatría en México y uno de los médicos más prominentes por su gran contribución a la investigación y al conocimiento de la salud mental.

El doctor Juan Ramón de la Fuente acompañado de la maestra Mónica Obregón

En el auditorio Raoul Fournier Villada, frente a académicos, directores, ex rectores, autoridades de la UNAM y del sector salud, se reconoció la labor del doctor De la Fuente, calificado como personaje clave en el desarrollo de programas académicos para impartir la psiquiatría e introducirla como un elemento humanístico en los programas de formación académica del médico general.

De esta forma, el pasado 21 de junio el doctor José Narro Robles, director de la FM, informó que se establecerá una cátedra conjunta para exaltar su obra y su memoria. “Una cátedra que convoque a los médicos de México a seguir su ejemplo y a mantener las convicciones con las que vivió.”

Señaló, ante amigos y discípulos del maestro, que él fue grande entre los grandes, punto de convocatoria, de acuerdo, de concreción, guía e instructor de personalidades, constructor de instituciones. Sanador de almas y de cuerpos, amigo y consejero de quienes se le acercaban, por su inteligencia, su saber, experiencia y calidad.

“Hoy es un día para recordar a uno de nuestros humanistas más sobresalientes. El recuerdo y la ausencia se entrecruzan, la mente y el corazón nos permiten verlo y sentirlo entre nosotros a pesar de que al mismo tiempo el vacío dejado nos agobia y estremece.”

Reconoció al hombre excepcional de conciencia crítica y franca, leal en la amistad y en su labor. Comprometido con principios y con causas, lejano del poder y poderoso para hacer el bien.

“Hace falta”, señaló, ya que si bien nadie es imprescindible, hay algunos a quienes “... se les extraña más, sólo unos cuantos son verdaderamente necesarios. El maestro era de esos a quienes uno se acostumbra fácilmente y a quien nunca se puede olvidar. Perteneció a una generación excepcional. Él mismo es irrepetible. De él nos quedan muchas cosas, su obra y su ejemplo, su palabra y su mensaje.”

De su liderazgo dijo: “Con él la lección comenzaba en cualquier encuentro, por ello muchos lo buscamos, queríamos verlo y oírlo todo el tiempo, él lo sabía, por eso, cuando escogía a alguien, con él compartía con generosidad su tiempo y sabiduría, su experiencia y su intuición, por eso asistió a su oficina casi hasta el final, por eso escribiría y enseñaría hasta poco antes de su muerte, por ello la orfandad acompaña a quienes son parte de su biología y a quienes con él se educaron... Al maestro lo extrañamos, nos va a seguir haciendo falta.”

Los doctores Misael Uribe, José Narro y la doctora María Elena Medina Mora

En este merecido homenaje a uno de los más importantes médicos de nuestro país que, con su destacada labor, figura y obra, logró impactar la vida profesional de muchos de los profesionales de la medicina actual, el doctor Narro señaló que Ramón de la Fuente fue el vínculo entre “el pasado esplendoroso de la medicina mexicana del siglo XX y el futuro promisorio de nuestra profesión”, ya que fue capaz de analizar la mente, la esencia humana, la conciencia de los hombres, la importancia de las imágenes cerebrales.

Agregó que siempre tuvo afecto y motivaciones hacia su familia, sus pacientes, alumnos, amigos y colegas y, en esta ocasión, señaló, “nos damos cita para hacer la invocación de su figura y su memoria, para decir en voz alta el cariño que por él sentimos”.

Ramón de la Fuente, gran universitario, continuó, a esta casa llegó hace más de 60 años, aquí aprendió, exploró, enseñó, educó, y se transformó en un gigante de la medicina. “La UNAM fue uno de sus amores más grandes, cada quien sabía que en nuestra Universidad e institución él correspondió con creces y de muchas formas, él siempre colocó a la Universidad y a la nación en un sitio especial. Sus alumnos y los discípulos de ellos hoy lo recuerdan y le agradecen por todo ello, y por su condición excepcional, la ANM y nuestra Facultad, le rinden este homenaje.”

Por su parte, el doctor en filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Miguel León Portilla, recordó algunas de sus vivencias como amigo, como miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y de El Colegio Nacional.

Como miembro de la Junta de Gobierno, manifestó que el doctor De la Fuente procuraba dialogar; citó algunos de los fragmentos de los discursos pronunciados por él en diversas actividades e invitó a la FM a realizar una recopilación de sus discursos, ya que consideró hablan de la Universidad Nacional y la definen como un ámbito en el que conviven todos los estratos sociales, no es elitista, es de México, es un espacio de libertad, ya que nadie es perseguido ni molestado, porque se respeta, características que definió como la esencia del discurso de Ramón de la Fuente.

El exdirector del Instituto de Investigaciones Históricas y miembro de la Junta de Gobierno de nuestra casa de estudios, señaló que en El Colegio Nacional cumplió con sus obligaciones de dar cátedra y destacó la relación entre las humanidades y la medicina; De la Fuente decía que los médicos debían ser humanistas e historiadores, no sólo de la historia clínica, sino en la música, el arte y la ética.

Tocó el turno a la doctora María Elena Medina-Mora Icaza, jefa de la División de Investigaciones Epidemiológicas y Sociales del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”. Reconoció su contribución al desarrollo de la infraestructura, la propuesta de nuevos paradigmas, su trabajo de investigación y la formación de especialistas en el campo de la salud. Recordó que la visita a “La Castañeda” fue el punto de partida que marcó al doctor para ser psiquiatra, lo que después lo llevó a desarrollarse en ese campo hasta fundar servicios de psiquiatría y dirigir el Departamento de Psicología Médica de la UNAM, con lo que hizo posible la formación de especialistas, psiquiatras y psicólogos con enfoque en el trabajo institucional, enfermeras y trabajadores sociales psiquiátricos. “Una forma integrada de conceptuar el tratamiento del enfermo mental en la educación del médico en la FM de la UNAM.”

Puntualizó que su concepto incluyó “que los estudiantes, desde el inicio de su formación, aprendieran que el concepto del hombre en su totalidad trasciende y estudia sus partes, por esto surgió la psicología médica, una disciplina puente entre la biomedicina y la sociomedicina que integra la visión humanista en el estudio de la psiquiatría”, época en la que escribió el libro de texto Psicología médica.

La experta, recién elegida para ser parte de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) por su notable trayectoria académica y profesional en el ámbito del tratamiento y la prevención del consumo de drogas, rememoró frases de sus discursos y la forma en que fundó centros e institutos de investigación con el fin de avanzar en el conocimiento de la enfermedad mental y de su impacto en la realidad mexicana, para desarrollar nuevos modelos de atención en beneficio de los pacientes y de la del país.

Perteneciente también a El Colegio Nacional, la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia Nacional de Medicina, El Colegio Nacional de Psicólogos y la Junta de Gobierno de la UNAM dijo que el doctor De la Fuente incorporó las neurociencias al ejercicio de la psiquiatría, por lo que fundó clínicas para desarrollar la investigación que alimentaría la práctica clínica para hacer posible su visión de excelencia que lo llevó a dirigir, entre muchas otras instituciones, el Centro Colaborador de la OMS de Adicciones y Salud Mental.

A su vez, el doctor Adolfo Martínez Palomo, actual director general del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, manifestó: “La palabra ‘maestro’ ha sido empleada por varias generaciones médicas como homenaje cotidiano a los mejores. Hoy, con la desaparición del maestro Ramón De la Fuente, nuestra corta lista de maestros, los verdaderos pioneros, se ha agotado. Esos pioneros que dieron a la segunda mitad del siglo XX un ímpetu renovador a la medicina mexicana al fundar instituciones y al encabezar corrientes renovadoras de la enseñanza y la practica médica; esos pioneros tuvieron en común inteligencia excepcional, honestidad intelectual, disciplina inflexible y perseverancia.”

Afirmó que el doctor De la Fuente hizo progresar la medicina al fomentar el humanismo como parte esencial del aprendizaje médico, y renovar la psiquiatría mediante el ejercicio ejemplar del magisterio de esa especialidad.

Médico cirujano y doctor en ciencias médicas por la UNAM, recordó que el libro Psicología médica marcó su formación por el profesionalismo médico y el humanismo que recibió como alumno del doctor De la Fuente porque, con toda seguridad “es el texto a la enseñanza médica de mayor impacto que se haya escrito en nuestro país”.

Apuntó que la psiquiatría se ha convertido en una disciplina científica gracias al imponente avance de las neurociencias, la genética, y los insospechados alcances de los métodos para visualizar, no sólo la estructura, sino el funcionamiento mismo del sistema nervioso y el desarrollo de medicamentos para estos casos.

“Con todo ello, ha comenzado a desaparecer lentamente el misterio del origen de las enfermedades mentales que aceleran su devastador efecto sobre la mente de los pacientes. México ha logrado ser parte de esta revolución científica en buena medida gracias a la labor del maestro De la Fuente”, puntualizó.

El doctor Martínez Palomo, quien también ha recibido el Premio Internacional Karger de Suiza, el de la Academia de Investigación Científica y el Nacional de Ciencias de México, finalizó: “Nadie como él contribuyó tanto a que la especialidad avanzara junto con el progreso del mundo; nadie como él, en su disciplina tan generoso, en su obsesión por entregar lo mejor de sí mismo a través de la formación de profesionales altamente capacitados. Por sus obras lo recordaremos siempre, siempre con agradecimiento, siempre con admiración, siempre con afecto.”

En su oportunidad, el doctor Misael Uribe Esquivel, presidente de la Academia Nacional de Medicina de México, afirmó que se debe dar continuidad a la labor realizada por un gran hombre y gran maestro en su fructífera vida, por lo que es importante que trascienda a través del tiempo; por ello informó que en acuerdo con el director de la FM, José Narro, se decidió establecer de manera conjunta, entre la Academia y la Facultad, una cátedra en su honor “con objeto de que persista la voluntad que siempre tuvo el maestro de ayudar, de servir y de propiciar el desarrollo”.

La cátedra es una forma de dejar testimonio de esta vida ejemplar como agradecimiento, pero también reconocimiento con justicia a su labor de emprendedor, de fundador, de investigador, y de funcionario de instituciones médicas y científicas; ser formador de familia, ejemplo como esposo, y gran padre de esta familia universitaria. Porque se debe reconocer al “último de los prodigiosos fundadores de grandes institutos y grandes desarrollos de infraestructura en nuestro país, que expandió su apoyo a la ciencia, pero también se entregó a la convivencia humana”, señaló el ex-coordinador de los Institutos Nacionales de Salud.