DEPARTAMENTO DE MICROBIOLOGÍA Y PARASITOLOGÍA La doctora Adela Ruiz Hernández es reconocida por la Asociación Médica del Caribe y por Radio Habana
Adela Luisa Ruiz Hernández es una destacada académica e investigadora de la Facultad de Medicina, quien ocupa su tiempo tanto en la transmisión del conocimiento como en su generación mediante el desarrollo de estudios sobre la enfermedad de Chagas bajo distintos proyectos de investigación, de los cuales habló en entrevista para este medio informativo, donde también dio a conocer el reconocimiento que recibió en la Habana, Cuba.
El pasado mes de mayo, la Asociación Médica del Caribe (AMECA) y Radio Habana, ambas instituciones cubanas, entregaron su reconocimiento anual, en su edición 2005, a la doctora Ruiz Hernández, profesora e investigadora con 30 años de labor en esta Facultad. Al hablar de este galardón, de su actividad académica y de su desarrollo científico en el Laboratorio de Biología de Parásitos del Departamento de Microbiología y Parasitología, la doctora dio a conocer que después de pertenecer, desde 1998, a la AMECA, por primera vez decidió participar en el concurso del cual resultó ganadora. Así, señala que el presente año los directivos de la institución cubana decidieron premiar al mejor trabajo que tratara aspectos relacionados con la Asociación, el premio consistió en un viaje a la Habana, invitada por el presidente de la AMECA, doctor E. Selman H. Abdo, para asistir al Congreso Internacional “Longevidad satisfactoria, visión integral”, donde representó no sólo a la FM sino a la Universidad Nacional Autónoma de México, a la cual se debe desde que ingresó, primero como estudiante y después como profesional de la medicina. Con la idea de dar a conocer un poco del trabajo ganador, la doctora Ruiz Hernández informó que dicha sociedad reúne a médicos de distintos países del Caribe con la finalidad de compartir ideas e investigaciones; organiza una serie de congresos a lo largo del año, por ejemplo cuenta con uno establecido en el mes de abril que se dedica a la salud del turista, y al año siguiente a la salud del trabajador, otro sobre ortopedia, y entre muchos otros, está el de “Longevidad satisfactoria...”, que anualmente se lleva a cabo en la isla. Además, dijo que este tipo de acciones ayudan en el ejercicio de la medicina cubana, toda vez que por algunas situaciones limitantes desarrollan en mayor instancia una medicina preventiva, porque sus posibilidades de hacer una curativa se ven mermadas, de ahí que se basen principalmente en realizar acciones preventivas. “Cuentan con una serie de programas sobre vigilancia epidemiológica y lo admirable de los profesionales de la salud cubana es que verdaderamente todos están involucrados en ello.” La doctora Ruiz Hernández es egresada de esta Facultad y entre sus participaciones en congresos internacionales se cuentan los realizados en 1997 en la isla por la Federación Latinoamericana de Parasitología, así como el de Medicina Tropical, mediante los cuales estableció vínculos con colegas del área médica y de enfermería para el intercambio de conocimientos. En lo que se refiere a su trayectoria profesional, entusiasta comentó que ya son 30 años de laborar en la Facultad de Medicina, inicialmente como profesora, después con proyectos de investigación sobre la enfermedad de Chagas, y actualmente en lo que se refiere a la transmisión de la enfermedad de la madre al producto que se conoce como “Chagas CONNATAL”. En la docencia: “Una buena relación alumno-profesor facilita el aprendizaje” En 1973 inició estudios de medicina y a partir de 1974, gracias a la influencia de su profesora Paz María Salazar Schettino, se apasionó por el área de parasitología, fue tanto el gusto por esa área que después de culminar su formación clínica solicitó un permiso para realizar el internado y el servicio social en investigación, y desde entonces, dice: “nunca me he movido de la Facultad”. Como académica, a partir de 1975 fue nombrada ayudante de profesor de laboratorio (donde impartía: virología, bacteriología, parasitología y micología), época en la que adicionalmente se incorporó a un laboratorio de investigación en parasitología, lo que le permitió ir adquiriendo conocimiento de esa área; actualmente es profesora titular de carrera de tiempo completo. Por su desarrollo académico ha recibido diplomas por cumplimiento y labor docente, un reconocimiento de la Universidad de San Carlos de Guatemala, medalla y reconocimiento al Mérito Universitario, pertenece al Programa de Fomento a la Docencia y es profesora fundadora de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Simón Bolívar.
En este punto de la entrevista, cuando le preguntamos por el significado de la docencia en su desarrollo profesional, señaló que el alumno de medicina, desde que inicia su formación, tiene la idea de proporcionar ayuda a la comunidad y, en su caso, “por medio de mi labor en el aula, comparto conocimientos a los alumnos, quienes mediante su ejercicio médico harán llegar a la sociedad ese conocimiento, y esto me hace sentir satisfecha y agradecida con ellos”. Respecto de su actividad en el aula explicó que al término del año escolar siempre solicita a sus alumnos una evaluación del curso, lo que le ha permitido mejorarlo año tras año, porque con esa gama de opiniones se va adecuando a las necesidades e inquietudes de los estudiantes y reconoce que es importante una buena relación “alumno-profesor”, ya que este orden facilita el trabajo de la esfera afectiva, fundamental en el aprendizaje de toda enseñanza. “Después de 30 años de labor docente, puedo decir que mi trabajo en el aula lo desarrollo con cordialidad, respeto, buen humor, con la mejor actitud, y creo que hay que preocuparse por el alumno y no solamente por la materia, y si hay oportunidad, traspasar la barrera tan grande que existe entre el profesor y el alumno, porque ambos finalmente son humanamente iguales.” Cabe destacar que la entrevistada ha cursado varios diplomados, cursos tanto en el área pedagógica como de su especialidad; además ha participado y asistido a reuniones, talleres, congresos, coloquios nacionales e internacionales, y ha dirigido 12 tesis de licenciatura; ha sido sinodal de exámenes profesionales tanto en esta Facultad, como en la de Ciencias de la UNAM y en la Universidad Simón Bolívar. En investigación: “Falta mucho por aprender en el estudio de la enfermedad de Chagas en México” Otra actividad que ha estado estrechamente ligada a su actividad docente es sin duda la investigación; en ese terreno la doctora Ruiz Hernández se abrió paso con el estudio de parasitosis intestinales, para después integrarse al grupo de trabajo de la doctora Paz María Salazar Schettino en el estudio de la enfermedad de Chagas. Actualmente participa en los proyectos: “Enfermedad de Chagas CONNATAL en el estado de Veracruz”; “Validación y evaluación de un antígeno regional con la prueba de ELISA para el diagnóstico de Chagas en hemodisponentes del Hospital General de México”; “Estudio de la enfermedad de Chagas en Chihuahua”; “Proyecto Nacional iniciativa México en enfermedad de Chagas”, y “Factores individuales y de la vivienda asociados a la infestación por triatominos en comunidades de cuatro estados de México”. En ese primer acercamiento explica que debido a que en este país la mayoría de la población no tiene hábitos higiénicos adecuados es muy fácil que existan y se extiendan las enfermedades parasitarias, de esta manera llevó a cabo sus inicios en la investigación; con el doctor Jorge Tay realizó algunos trabajos sobre la frecuencia de las parasitosis intestinales en México, y posteriormente y hasta la fecha estudia la enfermedad de Chagas, particularmente estudiando mujeres embarazadas de una zona en Veracruz con alto riesgo de infección y, con gestación, el riesgo también de que el parásito llegue al producto. En el área de investigación ha publicado artículos y capítulos en libros de parasitología y tiene participación en la elaboración de manuales de procedimientos para diagnóstico de la enfermedad de Chagas; en su calidad de experta en el área de enfermedades provocadas por parásitos explicó que recientemente han emergido algunos que están dejando a un lado a las amibas y a las “lombrices”, entre otras. “La blastocystosis, cryptospori-diosis, cyclosporosis, isosporosis y microsporidiosis son provocadas por parásitos cuya existencia ya se conocía y fueron descritos hace tiempo; sin embargo, actualmente son considerados emergentes porque se presentan paralelamente a enfermedades que producen alguna inmunodepresión en el individuo, como en el caso del sida. Un punto crítico en estas infecciones es que muchas veces los profesionales del área de la salud que tienen a su cuidado a estos pacientes no están informados de los parásitos emergentes. Sabemos mediante un estudio realizado en Jilatzingo, Puebla, que 90 por ciento de los estudiados están parasitados con Blastocystis, uno de los más frecuentes en la actualidad.” En cuanto a las manifestaciones clínicas provocadas por Blastocystis y otros coccidios intestinales se pueden mencionar: dolor abdominal, náusea, falta de apetito, evacuaciones diarreicas y algunos síntomas inespecíficos, y la consecuencia de una atención inadecuada se traduce en daño al organismo, porque se trata de parásitos intracelulares que se alojan en las células del intestino delgado y destruyen microvellosidades que a la larga pueden provocar el síndrome de mala absorción en el individuo, además de que esa persona se convierte en portador y diseminador de los parásitos que son eliminados con la materia fecal. En lo que se refiere a su intervención en el estudio de la enfermedad de Chagas explicó que ha participado en proyectos desarrollados en el país; no obstante señala que uno de los estudios de mayor relevancia fue el dirigido por la doctora Salazar Schettino, jefa del Laboratorio de Biología de Parásitos, planeado para el estado de Veracruz, en busca del insecto transmisor (la chinche) y de casos humanos, con el cual lograron establecer una técnica de tamizaje en el laboratorio y así detectar a los individuos seroreactivos a Trypanosoma cruzi. Mediante esa técnica se han realizado estudios en Querétaro, San Luis Potosí, Morelos, Chihuahua, Puebla, entre otros, donde también se intenta detectar la presencia del trasmisor, y a aquellos posibles infectados menores de 18 años a quienes se desea salvar de la enfermedad; sin embargo el estudio al cual está muy enfocada es el denominado “Chagas CONNATAL” en el estado de Veracruz, proyecto apoyado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico. “En este estudio, en algunas mujeres embarazadas infectadas se buscará, al nacimiento del niño, el parásito y los anticuerpos, lo cual permitirá posteriormente un monitoreo a la madre y al producto. Hemos encontrado madres asintomáticas y seropositivas, y creemos que en la etapa reproductiva pueden transmitir el parásito a sus hijos; sin embargo no todos los hijos de una mujer infectada pueden estarlo también, se ha encontrado que muchas veces el parásito queda retenido en la placenta, produciendo una placentitis y el niño nace bien; en otros casos, el parásito sí alcanza a pasar la barrera placentaria y se deposita en tejidos del niño. Para realizar estos estudios estamos tomando como modelo lo que se hace en Sudamérica, por ejemplo, en Buenos Aires, por ley debe hacerse un estudio integral a una madre infectada y a su producto, se les ofrece además apoyo psicológico y el medicamento a la madre y al niño.” Respecto del tratamiento señaló que el existente en la actualidad se produce en Sudamérica; es caro y en México sólo la Secretaría de Salud es la encargada de solicitarlo y administrarlo a los pacientes que entran en algún protocolo de investigación. Asimismo, aclaró que el fármaco existente solamente beneficia en la fase aguda de la enfermedad, mientras que para la etapa crónica no existe tratamiento, se ayuda al paciente con otro tipo de procedimiento, de acuerdo con el daño que provoca la infección, que muchas veces afecta el corazón. En este aspecto dijo: “Tenemos dos problemas en contra, uno, que carecemos del medicamento, y dos, que si tuviéramos que administrarlo tendría que ser en la fase aguda, la cual tiene manifestaciones clínicas muy especiales, y debido a que se presenta en las áreas rurales, generalmente los individuos no acuden al médico por un cuadro febril o porque se les inflame el ojo (o el sitio donde pico la chinche); estas manifestaciones si a la persona le permiten seguir trabajando, difícilmente van a acudir al médico, entonces aquí es donde comienza nuestra labor de ponerlos alerta.” Mientras, en el estudio de Chagas CONNATAL ya han identificado a 15 mujeres seropositivas y la SSa ha puesto en este momento a cuatro pacientes en un protocolo para su medicación; “quisiéramos que el medicamento se administrara a todos los enfermos, pero ese manejo es del campo clínico y nuestra participación es en el diagnóstico y el monitoreo”, expresó la especialista. En México estamos tratando de extender nuestro conocimiento de la enfermedad de Chagas con estudios en varios aspectos: desde el punto de vista epidemiológico, el proceso de transmisión del parásito y el análisis de los factores que permiten la existencia de los transmisores, lograr conscientizar a los individuos infectados de que para disminuir el riesgo de infección se puede controlar con medidas higiénicas de sus habitaciones, para reducir la colonización del trasmisor. La profesora e investigadora galardonada por la AMECA subraya que en el estudio de Chagas todavía falta mucho por aprender y para ello realizan proyectos de investigación. Concluyó la entrevista así: “En todas las actividades que he tenido la oportunidad de realizar: docencia e investigación, siempre pongo en mente a lo que me debo: la Universidad Nacional, y siempre es y será portando el fin último y con orgullo de pertenecer a la UNAM.” |