La muerte en la medicina mexicana
La muerte es el último proceso biológico común en todo ser vivo; ya las culturas que nos precedieron vieron en ella y en la enfermedad algo sobrenatural, mientras que la medicina actual, con todo y sus avances tecnológicos, la deshumaniza; la atención del enfermo terminal y la muerte misma son considerados un fracaso, coincidieron expertos. Estos asuntos fueron expuestos durante la sesión del mes de junio de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina, donde también se analizaron otros aspectos que giran en torno a la práctica médica dentro del simposio titulado “Paradigma de la muerte en la medicina mexicana”. Para el desarrollo de los temas: significado de la muerte en los albores de la medicina y el humanismo ante el enfermo terminal, la muerte en la medicina científica, dilemas en la época actual y la muerte en la época prehispánica, se contó con la participación de los doctores Luis Gómez Velázquez, Luis Néstor Gómez Espinosa, Federico Sandoval Olvera y María Teresa Meaves Lezama. En su momento, el doctor Gómez Velázquez, del Centro Nacional de Rehabilitación y Ortopedia, Secretaría de Salud, explicaba que la muerte en alguna época fue considerada un castigo, hecho ante el cual el médico brujo participó al cuidar y consolar al enfermo; en otras culturas significaba no el fin, sino el principio; actualmente, para el médico el objetivo es salvar vidas, por lo tanto la muerte significa un fracaso en la práctica cotidiana, y también hoy día, dijo, son básicos en la practica profesional el humanismo y los cuidados paliativos ante el enfermo terminal, a quien se le debe dar una muerte digna. Por esa razón dice que se debe “morir con dignidad, no en la soledad del hospital, entubado, inyectado, perfundido y sumergido en un laberinto de fríos aparatos, sin dolores atroces, en un entorno de amor de los seres queridos, porque morir debe ser también un acto consciente: con los ojos abiertos, dando la cara y aceptando lo que llega”. El también coordinador del simposio concluyó su intervención al mencionar que el ideal del médico es prestar un servicio dentro de la salud, en el dolor, en el sufrimiento y en la muerte, y así como ayer, hoy y mañana, la suprema visión del médico será llevar sobre sí el dolor y sufrimiento del enfermo, por lo tanto el objetivo es la humanización de la medicina, volver a cuidar y consolar a ese enfermo (terminal o no). Para un médico joven a quien no se le enseña cómo afrontar la muerte, queda decir que se debe tener empatía ante la enfermedad y no sólo valorar al paciente desde un punto de vista orgánico, sin tomar en cuenta el sufrimiento que implica su padecimiento, enfatizó Gómez Espinosa del Hospital de Ortopedia ”Victorio de la Fuente Narváez”, IMSS. Más adelante señaló que la medicina, a lo largo de su historia, se ha comportado de manera paternalista, ha hecho esfuerzos por beneficiar y no dañar, pero el paciente ha sido tratado como un objeto y el médico ha sido puesto como un mediador entre la vida y la muerte. El equipo de salud es juzgado en cuanto a la función que tiene y los resultados que da, por lo tanto, la muerte sigue siendo una estadística negativa, pero se nos olvida que debemos dar una calidad de vida; no frecemos ningún tipo de fe con la palabra, nos olvidamos de visitar al paciente y los aspectos psicológicos, sociales y espirituales del mismo, y aunque la moderna tecnología nos permite un diagnóstico más certero y un tratamiento adecuado la práctica médica se ha deshumanizado. La relación médico-paciente nos tiene que hablar de la salud, de la enfermedad, de la muerte, todo ello cargado de humanismo, ver los aspectos biológicos de la enfermedad, los sociales, y también llegar a los espirituales, son aspectos que los médicos deben incorporar en su practica, concluyó. El doctor Federico Sandoval Olvera, miembro de esta Facultad de Medicina, UNAM, manifestó que en México vemos a la muerte como una compañía, pero sin duda en la medicina los dilemas de ésta a los que se enfrentan los médicos son: la eutanasia, el aborto, la eugenesia y el suicidio asistido, aunado a lo que se considera la muerte cerebral. Al referirse a otros asuntos dijo que debe seguirse la discusión sobre la autonomía del enfermo y si éste puede escoger o no su muerte; o bien el que se refiere al problema básico: el dolor y si el médico puede o no controlarlo, porque algunos galenos señalan que nadie tiene el derecho a ser obligado a sufrir, enfatizó. Al retroceder a la época prehispánica, la doctora Meaves Lezama del Instituto Mexicano de Tanatología, recordó que el asunto de la muerte siempre ha acompañado la vida cotidiana de los mexicanos a través de su música y poesía, pero sin duda la concepción del ciclo vida-muerte es uno de los ejemplos de la racionalidad de la visión mesoamericana del equilibrio del cosmos. Para ellos, la vida era el antecedente de la muerte, la actividad cósmica realizada bajo los rayos del sol, y la muerte era la gran preparación de la vida de los futuros seres, era la actividad cósmica escondida en las profundas oscuridades de la Tierra, por esa razón los enterramientos tenían un sentido fundamental, donde se depositaban diversas ofrendas. En ese proceso el hombre era limpiado de todo lo que había adquirido en su vida, así quedaba puro, la muerte era no sólo la consecuencia sino la causa de la vida en una cosmovisión de naturaleza cíclica, explicó la filósofa antes de finalizar su participación, donde también habló de los destinos que se creía existían. Sin duda, el asunto de la enfermedad y su consecuencia fatal: la muerte, seguirá siendo para la ciencia médica actual y futura un reto constante, sin embargo se puede llevar a buen término si se enriquece la práctica médica con los aspectos humanistas de la relación médico-paciente que la caracterizaron en sus inicios, expresaron los ponentes. |