Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 agosto 2004
Facultad de Medicina UNAM

Medalla al Mérito Sanitario 2003 para el profesor Alfonso González Galván

 

Doctor Alfonso González Galván

En el marco de la LVII Reunión Anual de la Sociedad Mexicana de Salud Pública efectuada en Cancún, Quintana Roo, en noviembre pasado, el doctor Alfonso González Galván, profesor de asignatura con 35 años de labor docente en la Facultad de Medicina, recibió la Medalla al Mérito Sanitario y Diploma de Honor que otorga dicha corporación a quienes por su esfuerzo han contribuido al beneficio de la salud del pueblo mexicano.

Con este motivo y la idea de dar a conocer la trayectoria profesional de nuestros profesores, el doctor González Galván gentilmente habló de los años en que inició sus estudios de medicina y cómo surgió su interés por este tema, al cual lleva dedicado 42 años, 40 de ellos como miembro de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.

En 1957 ingresó a la Facultad de Medicina, la generación a la que perteneció se decía la verdadera fundadora de Ciudad Universitaria, pues ese año todas las materias ya se impartían en las nuevas instalaciones; en este sentido señala que las más pesadas eran anatomía y bioquímica, y el que las pasaba bien, ya era casi médico, pues en el tercer año se estudiaban las patologías y, en consecuencia, se enfrentaban al paciente. “En esa época tuve el gusto de conocer a los maestros Fernando Quiroz Gutiérrez, Mario García Ramos y Alfonso Angelíni de la Garza, quien era el jefe del Departamento de Medicina Preventiva cuando ingresé como profesor.”

Al rememorar a sus maestros habló de Raoul Fournier, profesor de gastroenterología, y de Pedro Daniel Martínez, quien era director general de Enseñanza en Salud Pública, personaje clave en su decisión para encauzar su profesionalismo a este tema, de quien dice: “Lo conocí en 1964, año en el que se llevó a cabo en la ciudad de México el Congreso de Salud Pública, y me sorprendió su capacidad intelectual y humanística, que me motivo a seguir por ese camino”.

Coincidentemente, en aquellos sus años de estudiante, La Prensa Médica Mexicana, cuya directora era la señora Carolina Amor de Fournier, y el editor el doctor Jorge Avendaño-Inestrillas ofrecía una beca a los galenos para realizar trabajos de traducción y corrección de estilo, de la cual el doctor González Galván fue beneficiario: “Allí llegaban libros, revistas y artículos de salud pública de la Organización Mundial de la Salud, lo cual también coadyuvó a mi interés por el aspecto humanístico de la materia, ya que en salud pública es donde más podemos hacer por el prójimo, la familia y la comunidad.”

En lo que se refiere al internado rotatorio lo realizó en 1963 en la Cruz Roja Mexicana, mientras que para el servicio social, Pémex lo trasladó a Parás, Nuevo León, en 1964, estancia que se prolongó hasta el año siguiente, pero en Lajillas, Tamaulipas; a su regreso inició la residencia médica de 1966 a 1967, donde adquirió gran importancia el aspecto humanista del médico, y donde inició la primera etapa de su tesis, con la revisión de 20 mil expedientes, que se concluyó con el apoyo de La Prensa Mexicana y la Editorial Médica para la impresión de su investigación sobre “Fracturas de Colles”, con la que se tituló el 14 de febrero de 1967.

Al obtener el título de médico cirujano, por conducto del doctor Pedro Daniel Martínez ingresó a la Secretaría de Salubridad y Asistencia e inició actividades en la Campaña contra la Lepra, que se prolongaron hasta 1969, para lo cual cursó la especialidad en la materia en el Centro Dermatológico del Hospital “Miguel Silva”, en Morelia, Michoacán; allí fue jefe de la brigada móvil del estado: “En ese tiempo la UNICEF nos dotaba de jeeps para hacer los recorridos y visitar a los enfermos, suministrar el medicamento y revisar si el contagio no había llegado a los parientes.”

Posteriormente obtuvo una beca para realizar la maestría en salud pública y administración médica en la Escuela de Salud Pública de México. Al terminar su adiestramiento, por iniciativa del maestro Daniel Martínez, ingresó a la Dirección General de Epidemiología y Campañas Sanitarias, cuyo director era el doctor Jorge Vilchis Villaseñor, donde aprendió de grandes sanitaristas mexicanos como Carlos Calderón Rodríguez, Carlos Ortiz Mariotte, Rafael Olivera Toro, Antonio Campos Salas y Enrique Escobedo Valdés, entre otros.

“A partir de 1971 me nombraron jefe de la Campaña Nacional contra el Mal del Pinto, y por hechos fortuitos también me designaron jefe de la Campaña Nacional contra Enfermedades Venéreas; en el caso de la primera campaña se visitaban las comunidades endémicas para control y suministro de medicamentos, mientras que en la segunda se visitaban sobre todo las capitales de los estados del norte para conocer sus programas contra sífilis, gonorrea y linfogranulomas, entre los padecimientos que más afectaban a la población antes de la llegada del sida, que modificó la epidemiología.”

Para el desarrollo de estas actividades, el doctor González Galván realizó una especialidad en venerología, en el Centro Antivenéreo “Dr. Eliseo Ramírez”, y por medio del Seminario Viajero Internacional en el Center for Diseases Control en Atlanta, Estados Unidos, en 1971; posteriormente, la OMS lo becó para estudiar el Diplomado en Epidemiología y Control de Enfermedades Transmisibles en el Instituto de Epidemiología y Microbiología de Praga, Checoslovaquia, de agosto a noviembre de 1973, y de noviembre a marzo de 1974 en el Instituto de Enfermedades Transmisibles en Nueva Delhi, India.

“Las coberturas nacionales de vacunación mexicanas son de las mejores del mundo”, enfatizó el destacado salubrista, autor de 165 trabajos publicados, de capítulos en tres libros y coautor en dos. Durante la entrega del reconocimiento al Mérito Sanitario 2003 expresó: “Gracias a la labor de los sanitaristas se erradicó la fiebre amarilla en 1923, la viruela en 1951, el último caso de poliomielitis lo tuvimos en 1990, y el de difteria en 1991; eliminamos el mal del pinto, el tifo y el linfogranuloma venéreo; disminuimos considerablemente la lepra, la sífilis, la rabia, el sarampión, el tétanos y la tosferina; logramos un avance importante contra el paludismo y la oncocercosis; se han logrado las mayores coberturas de vacunación de nuestra historia, superamos inclusive a muchos de los llamados países desarrollados; se han disminuido las tasas de mortalidad infantil y materna, y ha aumentado a 76 años el promedio de vida de nuestra población.”

En este punto, el también galardonado en 2001 por la Secretaría de Salud por su contribución al desarrollo de la epidemiología en México, y por el gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Salud y el Sindicato Nacional de Trabajadores de ésta, por 35 años de servicio en esa dependencia, señaló que aunque “ardua y constante ha sido la labor de los sanitaristas en el siglo pasado, por erradicar y controlar enfermedades infecciosas que mataron a cientos de miles de personas, sin embargo ahora tenemos el aumento tanto en morbilidad como en mortalidad de las enfermedades cronicodegenerativas, que son un gran reto tanto en lo médico y en lo asistencial, como en lo económico.”

El también profesor de la División de Estudios de Posgrado en la Facultad de Odontología de 1980 a 1986, y profesor invitado en la División de Estudios de Posgrado de esta Facultad de Medicina, en las Escuelas de Salud Pública de México, médico militar, de Enfermería de la UNAM, y de Salud Pública del Estado de México, explica que su labor docente en la FM de la UNAM inició en 1971 como adjunto del maestro Felipe Malo, y al fallecer él, se convirtió en profesor titular, a partir de 1975; impartía la asignatura de salud pública, de la cual expresa: “Es una experiencia única, es otro aspecto de la carrera de un médico; el hecho de convivir con los jóvenes y estar revisando y actualizando los conocimientos para estar a la vanguardia ante los alumnos es importante, y es motivado por ellos mismos, quienes tienen la facilidad de contagiar al maestro para resolver inquietudes, para ser más receptivos y abrirse a la amistad.”

Alfonso González Galván es actualmente médico especialista en la Dirección General de Epidemiología, SSa, y también se desempeña, por las tardes, en la Dirección General de Servicios de Salud Pública del Distrito Federal; además de pertenecer a 18 sociedades científicas nacionales e internacionales actualmente funge como secretario general de la Sociedad de Salud Pública del D.F. Finalizó su conversación para este medio informativo recordando las palabras que pronunció al recibir el galardón de la Sociedad Mexicana de Salud Pública: “Ahora, como recipiendario de la Medalla al Mérito Sanitario, tengo el compromiso de continuar trabajando por la salud de nuestro país, de producir más, mientras mi organismo me lo permita, pues deseo ser más útil, seguir colaborando con las instituciones de salud y continuar como profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.”