Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 agosto 2004
Facultad de Medicina UNAM

Reconocimiento a profesores

Se entregan 420 medallas a docentes que han cumplido años de antigüedad académica

  • La entrega fue por 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de labor docente

Cuatrocientos veinte profesores de la Facultad de Medicina recibieron medallas por antigüedad académica de 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de actividad ininterrumpida, entre ellos dos por 50 y siete por 45 años.

 

El doctor José Narro al momento de la entraga de medallas

Los doctores Raúl Jesús Cicero Sabido y Víctor Manuel Espinosa de los Reyes fueron reconocidos por 50 años de servicio, mientras que por 45 años recibieron medalla los doctores César Gallardo Amaro, Manuel Antonio López Hernández, José de Jesús Martínez Robles, Enrique Piña Garza, Octavio Rivero Serrano, Rafael Sánchez Cabrera y Ramón Vázquez Ortega.

Cabe señalar que ante la cantidad de profesores las autoridades se vieron en la necesidad de realizar dos ceremonias. Una el 18 de junio, donde se entregaron reconocimientos a los profesores de 10, 15 y 20 años de trabajo, y otra el 21 del mismo mes para los profesores con 25, 30, 35, 40, 45 y 50 años de actividad ininterrumpida.

Durante la segunda ceremonia, el doctor José Narro, titular de la Facultad de Medicina, afirmó no poder agradecer a los profesores sin antes decirles que la Facultad se siente comprometida por todo lo que han hecho y todo lo que seguirán haciendo.

Aseveró que en tiempos en que nuestro país se debate en discusiones absurdas; en tiempos en que México requiere de otro tipo de propuesta, de otro tipo de orientación, discusión y participación pública de la UNAM, y en particular de su cuerpo académico, algo se puede ver en las aulas y los laboratorios, y agregó: “Por eso a ustedes, que son parte de ese conjunto de la comunidad académica, con toda honradez lo único que podemos decir es: muchas gracias. A nombre de la Facultad de Medicina y de las numerosas generaciones de alumnos que han pasado por ustedes. Mil gracias por ese esfuerzo, ese compromiso, esa energía.

“Quienes tenemos confianza en la educación; quienes apreciamos el valor de la educación médica, sabemos que es una tarea no de una vez, no de una ocasión, no de un año, sino de toda la vida y sabemos que se trata de una tarea que se ejecuta no nada más en el aula, no nada más al pasar visita, no nada más en el quirófano, no únicamente al estar haciendo la programación de un curso o actividad de servicio para la población..., en todas y cada una de las acciones y actividades están con el ejemplo y la tarea de formar y educar a las generaciones. Por eso insisto, a nombre de sus alumnos, a nombre de la FM, y por supuesto del mío propio: mil gracias.”

Finalmente les pidió sigan ayudando y contribuyendo con la Facultad de Medicina en esta permanente búsqueda de cómo hacer mejor las cosas para formar mejores médicos.

El doctor Octavio Rivero habló en representación de los galardonados

A nombre de los galardonados habló el doctor Octavio Rivero Serrano, profesor emérito de la FM, quien dijo que pertenecer a la Universidad ha modelado la vida y ampliado el horizonte de todos aquellos que han decidido dedicarse a la docencia: “Hemos aprendido no sólo medicina, nos hemos enriquecido con el inmenso contenido cultural que se respira en la Universidad. Éste es el privilegio de pertenecer a una institución que no sólo procura conocimientos médicos, sino que enriquece con cultura general.”

A los profesores que apenas comienzan su carrera comentó que son ellos quienes mantendrán en alto la antorcha de la práctica de la enseñanza: una de las actividades que hacen mejor al médico.

“Los años que la Universidad nos ha dado en la enseñanza han permitido el milagro de mantener activas y jóvenes a nuestras mentes, no obstante que vivan en cuerpos que ya sienten los efectos de los procesos celulares degenerativos. Los de este tipo a nivel cerebral se niegan a aceptar la vejez y se defienden de ella gracias a la actividad académica.”

Recordó su ingresó como profesor al lado del doctor Raúl Cicero, impulsados por Alejandro Celis, jefe de la Unidad de Neumología del Hospital General de México, cuando el secretario de Servicios Escolares era el doctor Héctor Fernández Varela, y el director de la Facultad, el doctor Raoul Fournier. Desde entonces no ha dejado de estar ligado de una forma u otra a la enseñanza.

Explicó que evocar figuras médicas es con la intención de pedir a los jóvenes maestros y a los alumnos que se interesen por conocer la vida de éstos y de muchos otros ilustres profesores. “Sus vidas deben servir de guía en estos tiempos en que es necesario comprender que la medicina es algo más que conocimientos y tecnología médica.”

Por último dijo que la UNAM ha sido muy generosa con él, le ha dado en la vida más de lo que imaginó, y agregó: “En todas las posiciones en que la Universidad me ha hecho el encargo he laborado pensando sólo en cómo poder servirla. Estoy consciente de que por mucho que pudiera hacer por la institución siempre estaré en deuda con ella”, concluyó.

Durante la primera ceremonia, la doctora Laura Moreno Altamirano, profesora, y quien a nombre de los jóvenes galardonados dirigió unas palabras, comentó que la invitación a ello le generó una gran inquietud, porque hablar de lo que ha representado y lo que significa ser profesora de esta Facultad es una gran responsabilidad.

Aseveró estar consciente de que la educación médica requiere nuevas formas y contenidos dedicados a la formación de los profesionales, así como capacidades para resolver los principales problemas de salud del país, pues los sistemas de enseñanza se han modernizando, los contenidos se pueden reagrupar de múltiples maneras, las metodologías educativas han cambiado, pero sobre todo hay cosas fundamentales que consideró que siguen siendo inalterables en el perfil del egresado de medicina: “Me refiero a las cualidades personales humanistas y éticas que conforman al ser humano, la conformación intelectual en el campo de conocimiento, la investigación y la práctica científica que integran el desempeño idóneo de las acciones y tareas propias de la profesión, es decir, el quehacer del médico dentro del contexto social de nuestro país, pues en nuestro tiempo ya no pedimos cálidos afectos o purezas inmaculadas en nuestro médicos, pero sí exigimos eficacia, ética y humanismo. Nos debemos preocupar por las críticas cada vez más frecuentes hacia el médico, y quizá la más severa es la deshumanización.

“La crisis de las estructuras de la atención de la salud y la práctica de la medicina son expresiones de los conflictos y las tensiones de los valores humanos, detrás de la escasez de los servicios de carácter colectivo, de ser elitistas en la designación de los recursos y en la distribución de los servicios, el hecho de que la medicina es de especialidad y casi total olvido de la medicina general, de la pobreza de los enfoques colectivos y comunitarios, hay una crisis en la vocación del servicio. Vocación que es la esencia de la medicina.

“Ante esto tenemos mucho que hacer como profesores e investigadores mientras se siga considerando la práctica médica bajo una concepción de neutralidad, como si fuera una actividad técnica ejercida por intelectuales no será posible alcanzar las metas propuestas para satisfacer el postulado de la salud como un derecho ciudadano. Debemos, como profesores, asumir la responsabilidad del cambio de lo neutral a la actividad, de informar al estudiante del desarrollo del pensamiento inquisitivo y crítico que le permite enfrentar los retos que representa el vertiginoso crecimiento del conocimiento y las trasformaciones sociales.”

Comentó que el encuentro con esta Facultad ha sido no una situación superficial y económica, ha sido una experiencia honda y seria cuya raíz llega a las estructuras más profundas de su mente, hasta los procesos que siguen su razón en el modo de conceptuar y dar sentido a la realidad; esto es un desafío diario a su modo de entender y un reto a su práctica cotidiana, por lo que reclamó cada día mayor sensibilidad que exige una aptitud crítica constante. Concluyó al mencionar que es un privilegio y un orgullo pertenecer a la Facultad de Medicina.

Por su parte, también en la primera ceremonia, el doctor Joaquín López Bárcena, secretario general, afirmó que la FM cuenta con los mejores profesores de todas las escuelas de medicina de este país y gracias a ello se ha consagrado la fortaleza de la Facultad. Mencionó que ser profesor no es una relación fortuita ni una situación laboral, es un acto voluntario de paciencia, tolerancia y flexibilidad que hay que tener con los alumnos. Esta forma de manejar sentimientos no es fácil y se tiene que adquirir con el tiempo.

Aseveró que uno de los valores más importantes en esta relación es el respeto recíproco, y agregó: “El respeto es indispensable para lograr la serenidad que uno busca en su actividad docente y no perder de vista el propósito final que está dirigido a la sociedad.

“El docente no debe trasmitir sólo información sino que ha de tener una serie de habilidades que le permitan esta formación en los alumnos. Este aspecto formativo es lo que nos da la diferencia como fuente de información, que ahora es cada vez más accesible y más completa de la que nosotros podamos trasmitir, de ahí que nuestra actitud formativa debe resaltar sobre la informativa con la intención de preparar a nuestro alumno y desarrollar habilidades psicosociales y factores protectores que son los que van a permitir desempeñarse en una actividad profesional de forma digna y competente.”

Recordó a los asistentes que actualmente la Facultad se encuentra en un proceso de revisión del plan de estudios y que es indispensable su participación para enriquecer la educación, a lo que agregó: “Creo que es importante que colaboremos en esta tarea, porque una de las principales fortalezas de la Facultad es la participación de su personal docente, que funciona como piedra angular.”

Concluyó al decir que éstas son las razones por las cuales una ceremonia así destaca, y aunque sólo es un reconocimiento, no deja de ser un componente afectivo y gratificante.