Opiniones de académicosEl costo de un paro de actividades en la Facultad de MedicinaHoy, ante la amenaza de un paro indefinido, algunos académicos opinan sobre el costo académico, de investigación y estudiantil de una situación de este tipo y la repercusión en la Facultad de Medicina. Dr. Manuel Quijano Narezo, editor de la Revista de la Facultad de Medicina "Hablar de huelgas es peligroso, por que aceptamos que desde hace varias décadas, en el mundo entero, se acepta el derecho de huelga como algo positivo; sin embargo, hay motivaciones heroicas y perversas. Las huelgas en la universidad se han dado en su mayor parte por los estudiantes; existen pocos ejemplos de huelgas promovidas por empleados administrativos, y nunca, que yo recuerde, por los académicos. "Los estudiantes, por ser jóvenes, tienen que ser disidentes y, como una característica secundaria, rebeldes, además de que tienden a ser generosos y altruistas, por lo que en muchos casos con los ojos cerrados apoyan ideas que se supone son mayoritarias aun cuando no estén basadas en la razón." El editor de la Revista de la Facultad de Medicina y profesor de esta dependencia universitaria comentó que si dentro de una semana los estudiantes declaran el estado de huelga en la Universidad, no están defendiendo una idea positiva. En primer lugar, porque no son ellos los que van a sufrir, los que van a pagar, sino los de nuevo ingreso. En segundo lugar, el aumento de las cuotas es casi simbólico, no afecta ni a los ricos ni a los que se llaman estudiantes pobres, porque gastan más en transporte, desayuno y comida. En tercer lugar, los mexicanos tenemos que aprender que cuando se recibe algo hay que pagarlo; en los países del primer mundo los ciudadanos pagan por todo y aquí "papá gobierno" y "mamá universidad" solventan los gastos, pagar es educativo. Desde hace 50 años, en todos los hospitales públicos del país se estableció el sistema de pedir cuotas de recuperación casi siempre módicas y que van de acuerdo con el estado socioeconómico de las personas; se paga por consulta, estudio de laboratorio, operación quirúrgica y atención, de esta manera ya no sienten que están recibiendo algo gratis o una limosna. Si pagan, sienten que son propietarios de este servicio, que tienen más derecho y que son capaces de exigir; los estudiantes de la UNAM deberían pagar para sentir que están recibiendo la enseñanza como algo que merecen porque son ciudadanos mexicanos, y que después van a reintegrar a la sociedad estos gastos. Doctor Luis Felipe Abreu, secretario de Planeación y Desarrollo Institucional "El costo académico y sobre la investigación es incalculable, por lo que debe sopesarse muy bien antes de comenzar un movimiento de éstos. Se debe tener una plena justificación, puesto que se van a sacrificar o detener proyectos de investigación que llevan muchos años y los alumnos pueden ver comprometida la continuidad de sus estudios, sobre todo porque la Facultad de Medicina no depende de sí misma, sino del sector salud; entonces, un curso que se da en Ciudad Universitaria se puede intentar recuperar, pero qué ocurre con quien va a entrar al internado o residencia médica donde se vencen las fechas, el calendario nacional de ingreso a las residencias no va a cambiar porque la UNAM tuvo un problema." El profesor de salud pública de esta Facultad comentó que la repercusión dada por una situación de este tipo en la Facultad de Medicina de la UNAM es múltiple: "Este paro que se pretende orquestar va en contra de lo que dice proponer, porque un paro de esta naturaleza va a alejarnos de la sociedad civil a la cual supuestamente le vamos a exigir más recursos, por lo que nos dirán ¿para qué quieren más recursos? Creo que la imagen que debe dar la Universidad es para pedir recursos justos de trabajo, de productividad, de resultados para poder ir ante el Congreso de la Unión o la Secretaría de Hacienda y solicitar incremento al financiamiento. Creo que ello se busca con resultados y no con exigencias de este tipo que no conducen a nada. "Mi experiencia en paros anteriores es que hay de movilizaciones a movilizaciones. Yo participé en el Movimiento de 1968, el cual fue generalizado y defendía la democracia; participaban alumnos de todos los sectores sociales, sin distinción; había convicción general. Costo
académico de un paro de actividades en la 1. 267 mil alumnos estarán en riesgo de perder el semestre académico
Con la consiguiente pérdida en la continuidad de sus estudios y en tiempo que no se recupera. 2. Económicamente la suspensión de actividades académicas tendría un costo diario por nivel de:
3. La afectación del calendario escolar implica la reprogramación de las actividades escolares y de los servicios y trámites correspondientes. La suspensión de actividades implica: Dejar
de realizar diariamente 813 trámites escolares diversos 4. Suspensión de los servicios de apoyo académico Bibliotecas Se
deja de atender a 263 mil usuarios por día Cómputo Se
dejaría de impartir cursos a 400 estudiantes a la semana Educación Continua Se suspenden 2,000 actividades de educación continua diarias (videoconferencias, cursos, talleres, seminarios y diplomados) Enseñanza de lenguas extranjeras Dejan de recibir clases 8,000 alumnos en las 14 lenguas que se imparten 5.
Servicio Odontológico 6. Deterioro de la imagen de la institución en la opinión pública y devaluación del título profesional en el ámbito laboral. 7. Deterioro del liderazgo académico de la institución en el ámbito nacional e internacional. Así como la interrupción de compromisos académicos por convenio con instituciones nacionales y extranjeras.
Agregó que en aquella época los jóvenes descubrieron que eran un sector privilegiado con acceso a la educación superior, por lo que tenían que retribuir de alguna manera a la sociedad y que en ese sentido este movimiento es exactamente lo contrario: "exijo que con los impuestos de otros se financie mi educación. "...cómo pido al obrero y al campesino que financie la Universidad con sus impuestos cuando la mayor parte de sus hijos no va a acudir a ella, y qué van a recibir a cambio; el que yo abra un consultorio y me dedique a servir a la población de altos ingresos no beneficia en nada. Todo movimiento de este tipo debe generar solidaridad y reciprocidad y no una fractura, o que sea una rabieta política de un grupo de universitarios que no tiene dinero, aunque yo no he visto a nadie sin zapatos; a la mejor no nos gusta nuestra condición de vida, pero tenemos que tomar en cuenta que hay otros que están en pobreza extrema, que el Estado tiene que decidir enviar recursos a unos y a otros y los universitarios tenemos que rendir cuentas, proponer algo a cambio, retribuir a la sociedad, y un poco recordar la frase célebre de Kennedy: no te fijes en qué te puede dar tu país, sino en qué puedes darle tú a tu país, es decir, estamos en un movimiento que pide y pide, pero que no ofrece nada a cambio. Ofrece a los universitarios no pagar, pero al exterior, a la población de este país, qué le vamos a dar, esto no está claro, no hay solidaridad y reprocidad. ¿Qué es lo que se pierde? Se pierde no sólo clase sino también compostura, ética y moral, cuando se hace este tipo de exigencias y éstas no llevan aparejado un compromiso académico, se manejan visiones demagógicas que entran en un estado de corrupción político y moral, quieren pase automátaico y ahora subsidio económico y más adelante un subsidio académico, querrán cinco puntos más para que todos egresen. Por esta vía no se llega a nada, tiene que haber estándares académicos y beneficios concretos, las áreas prioritarias con las que vamos a retribuir y a multiplicar los recursos que se nos den, porque lo único que puede hacer el milagro de los panes y los peces es la inteligencia; entonces, en qué vamos a auxiliar la producción agrícola, la industrial, las ingenierías, los mejoramientos de la salud, como una manera de mejorar la economía nacional y de retribuir o hasta producir un superávit en función de los conocimientos que poseemos, y eso es un principio moral que debiéramos tener todos." Doctor Enrique Gijón Granados, investigador y secretario general "Nos encontramos con que las generaciones que cursan actualmente en la Facultad de Medicina no han tenido antes una experiencia de este tipo, nunca han vivido una huelga; en los últimos paros se dieron cuenta de que había ciertas condiciones que a la mera hora no se cumplieron, por que vienen personas ajenas a la Facultad y toman decisiones que ellos no tomaron y lo mismo puede suceder en una huelga."
Doctor Enrique Gijón Granados El profesor e investigador de esta Facultad, dijo que en este momento los estudiantes están preocupados por sus clases, exámenes e inscripciones futuras; sin embargo, agregó que la gran mayoría es silenciosa y no se manifiesta, por lo que las autoridades invitan a que se manifiesten, porque la falta de participación conlleva a que otros tomen las decisiones. "Nosotros, que hemos tenido la experiencia en otros paros y huelgas, vemos que son unos cuantos los que deciden por nuestro futuro y en ello se pierde tiempo, se detienen investigaciones, publicaciones, cursos, los exámenes, etcétera...; además, porque sabemos cuándo comienzan pero no cuándo terminan ni en qué condiciones, por lo que los costos pueden ser variables y las pérdidas inclaculables." ¿Qué tanto afecta a los estudiantes, por ejemplo a los de cuarto año? Todos pueden salir afectados en diferente medida, muchos están próximos a terminar sus cursos y tendrían que inscribirse a internado o servicio social; si las actividades se cancelan las oficinas de Servicios Escolares no funcionan, no hay documentación donde registrar ni movimientos académicos, selección de grupos, todo se detiene, no sabemos hasta dónde puede ir este daño ni cuánto tiempo dure, por lo que es muy importante que todos participen y manifiesten con toda decisión qué es lo que quieren con toda responsabilidad. Doctor Nicandro Mendoza, profesor e investigador del Departamento de Farmacología "Las huelgas son un instrumento de lucha de determinados sectores; en el caso de los obreros se trata de una lucha económica; en cuanto se refiere a huelgas estudiantiles son fenómenos políticosociales, difíciles de organizar y de dirigir porque se trata de un servicio público y los afectados son directamente los que reciben el servicio de enseñanza. "En el caso de una huelga estudiantil la situación se torna difícil ante el hecho de tener que convencer a los padres y a la familia para que el joven participe; va solamente cuando hay causas superiores que lo oprimen y lo obligan a aceptar molestarse así mismo. "Esta es una situación con características muy especiales porque los estudiantes no diseñaron ni organizaron una huelga o paro, aquí se trata de que las autoridades, sin dar el tiempo apropiado a los jóvenes, aprobaron un reglamento que afecta de alguna manera a la población estudiantil. Se tienen aproximadamente 50 años con ese reglamento de cuotas y ahora, sin hace las consultas apropiadas, se aprueba uno nuevo y esto es lo que provoca el paro. "Pienso que las autoridades educativas deberían tener experiencia en el trato con los alumnos para que no se provoquen fricciones y problemas como este que se presenta. Si no hay un agente importante por el cual los muchachos se inquieten, éstos no se inquietarán, serán alumnos pacíficos; claro, ello no quiere decir que se les coarte la libertad de discusión y expresión."
Para completar el tema de la libre expresión, el doctor Mendoza comentó que si alguien le preguntara por qué está en la Universidad, él respondería que es el lugar apropiado para expresar ideas, el lugar para generar conocimiento, y que aquel que se niegue a intercambiar información, generar conocimiento o difundir su pensamiento, no es universitario. En este sentido, agregó que esto es lo que los profesores deben enseñar y fomentar para ser verdaderos universitarios. Por otra parte, consideró que a los jóvenes no debe obligárseles a escuchar una clase que consideran no es interesante y, por lo contrario, hay que hacerlos sentir contentos y que asistan por voluntad propia, sin ninguna amenaza. Los grandes profesores son los que nunca pasan lista, dejan entrar a todos los alumnos que quieran a su clase y son lo más justo posible en su calificación. "Ser justo como profesor es muy difícil, entonces deben hacer un esfuerzo conjunto con los alumnos para poder acercarse a una calificación justa." ¿Qué piensa de la movilización que están haciendo los muchachos? Respeto la voluntad de los jóvenes. Es la respuesta lógica a una actitud autoritaria, es normal. La parte humana de la Universidad y de todas las universidades es su población estudiantil, las universidades existen porque existe la necesidad de preparar a los jóvenes, y si a esos a los que está dirigido el servicio no se les consulta, se presentan estos fenómenos que son eminentemente políticos. El profesor Mendoza, dirigente del movimiento estudiantil de 1956 en el Instituto Politécnico Nacional, dijo que la huelga de estudiantes no existe en la legislación mexicana, que es sólo una posición política. ¿Entonces las huelgas de estudiantes son ilegales? No son ilegales, porque se ubican en la expresión de la opinión pública, la manifestación y la expresión de estas inquietudes están legalizadas en la Constitución; lo que no hay es legislación específica para una huelga estudiantil. En el campo de la investigación y la docencia, ¿qué pasa? Se pierde tiempo. Es difícil hacer una huelga estudiantil porque quienes pierden son ellos. Tiene que existir una causa fuerte e importante que haga que los jóvenes acepten peder su tiempo, si no, simplement no habría huelga. ¿Cuál ha sido su experiencia de paros anteriores? La experiencia más importante en mi vida fue cuando participé como dirigente de la Federación de Estudiantes Técnicos del Instiuto Politécnico Nacional, y en el año de 1956 organicé y dirigí un movimiento estudiantil que duró algunos meses. En ese movimiento reclamábamos más laboratorios, más talleres, más horas de clase, más profesores y más becas para que pudieran estudiar los hijos de obreros y campesinos, además de una ciudad politécnica; se realizó el movimiento, yo declaré la huelga en un mitin, encabecé la discusión con las autoridades y yo dí por terminada la huelga; tres meses después, me encaracelaron y entró el ejército en las instalaciones del IPN; ésta fue la primera intervención del ejército en una institución educativa y yo fui de los primeros condenados por el delito de disolución social. El doctor Mendoza comentó que el Movimiento de 1968 lo vivió en el extranjero; en la Universidad le han tocado movimentos de poca importancia para los jóvenes, y que ésta es la primera vez que vive uno de esta magnitud. ¿Cuál es su postura en esta ocasión? Desde que dirigí la huelga en el Politécnico quedé comprometido con los jóvenes, yo siempre estaré de acuerdo con ellos, porque sé por experiencia propia que la parte más limpia y noble de una universidad son ellos.
Los estudiantes son el motivo de ser de la Universidad, son la parte más generosa, más honesta de la institución La nueva generación siempre es superior a las anteriores Que las autoridades se acerquen a los jóvenes y que se alejen las injerencias externas
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