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BAJO EL MURAL Óscar Chávez maravillado y los Skizofrénicos Remolinos de recuerdos llenaron la explanada con más de cinco mil personas gracias a ese estilo muy suyo de ¿dónde está Macondo?, sobre la epopeya de un suelo olvidado, forjado en 100 años de amores la historia... de un Óscar Chávez que canta a la lloroncita, cielo lindo, que ayer la vio penando debajo de un tamarindo...
—¿Con mucha emoción, maestro?— “Sí, claro, sí, sí, gracias...” -contesta el trovador después del concierto que dio frente al mural Eppens de la Facultad de Medicina. —¿Muchas nostalgias, maestro?— “Muchos años; de regresar a cantar en un recital hace treinta y tantos años...” —Y las nuevas generaciones que lo ven cantar y lo siguen admirándo, ¿cómo las ve?— “¿Cómo las ves tú?” —Responde riendo el cantante.
—¿Cómo ve a los universitarios de hoy en comparación con los conciertos anteriores?— “Estoy maravillado de que después de tantos años sigan escuchando los estudiantes, la gente joven, es mi mayor satisfacción... no sé cómo resumirlo todo; qué maravilla que la canción, que es lo que más he hecho, cantar canción mexicana, tenga aceptación entre las nuevas generaciones, quiere decir que nuestra tradición musical es mucho más poderosa y más sólida de lo que la gente piensa, ¿no? Y si las circunstancias lo permiten, regresaré, porque ahora sí que adivino, no soy.“ Aquellas canciones que le dieron a Óscar, desde hace muchos años, esa popularidad: “Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia, comandante Che Guevara...” En medio del paroxismo, una “Goya” y una de las canciones preferidas y clásicas del público: “Por ti, yo dejé de pensar en el mar; por ti, yo dejé de fijarme en el cielo; por ti, me ha dado por llorar todo el mar, me he puesto a sollozar como el cielo, me ha dado por llorar...” Ya muy emocionado Chávez, y conectado con su público, hace un paréntesis para decir: “Que viva muchos años el comandante Fidel, y a propósito de esta que vamos a cantar, nuestro más profundo cariño a don Gabriel García Márquez...” Mucha algarabía por los “100 años de Macondo sueñan, sueñan en el aire, los sueños de Gabriel, trompetas...”
Éstas fueron las últimas canciones del recital en la UNAM, sin olvidar aquella otra de petición y gusto entre la gente: Marihuana, “Ya no puedo ni levantar la cabeza, con los ojos rete colorados y la boca reseca, reseca... Marihuana, ya no puedo ni levantar la cabeza...” Puntual, a las 13 horas del viernes 9 de marzo, La caña del cañaveral fue la primera en iniciar esta serie de canciones clásicas del maestro Chávez, muy profesional, vestido todo de negro, el grupo musical Los Morales, que lo acompañó con magistral vehemencia en todo el recital y con distintos instrumentos, todos ellos de tradición mexicana... “R con r cigarro, R con r barril, rápido ruedan los carros, cargados de azúcar del ferrocarril...” Con Julio en la jarana, Héctor en el requinto jarocho, y Carlos en el arpa, todos de apellido Morales, fueron presentados al público por Óscar para interpretar sones como El tikul, parodias y corridos muy mexicanos. Posteriormente un bolero cubano “... que no necesita presentación ‘Me hacen daño tus ojos, me hacen daño tus manos, me hacen daño tus labios que saben fingir, y a mi sombra pregunto si esos labios que adoro, en un beso sagrado podrían mentir... Aunque viva prisionero, en mi soledad, mi alma te dirá, te quiero... nuestros labios guardan flama, de un beso voraz, que no olvidarás mañana... flores negras del destino, nos apartan sin piedad...
Agradeció Óscar a la televisión universitaria “por el privilegio de ser grabado por ellos, gracias a Radio Universidad que está trasmitiendo esto en vivo, y gracias a Difusión Cultural de la UNAM que nos permitió cantar para ustedes”. Al final muchos estudiantes y fans del maestro Chávez lo esperaron para retratarse con él y pedirle autógrafos.
Los Skizofrénicos, igual que el mundo Ni fueron virtuosos, ni fueron conocidos los Skizofrénicos, grupo de ska que agradó entre trompetas, saxofones y percusiones al ritmo caribeño, que causaron diversión y contento entre el público de la Facultad de Medicina, sobre todo por su juventud y espontaneidad. “Porque pensamos que el mundo está loco, por eso nos llamamos Skizofrénicos, así nació al principio del 2005; somos estudiantes de prepa o bachilleres y las melodías que nos gustan, que tratamos de interpretar, son el ska fusionado con swing, cumbia, rock, con música versátil, con a go-go...”, argumenta Luis, tecladista. Los temas son sobre la explotación al obrero y surgen otros, como la inmigración, el amor, las guerras; en general de protesta y de la vida cotidiana. “También traemos nuestras propuestas, canciones como: Skizofrenia, Basta de guerra, Noches oscuras, Desde que te perdí, Ska swing y Antiterro-ristmo, de las conocidas de Panteón Rococó, Salón Victoria, Secta Cor y Nana Pancha, entre otras. “Estamos prontos a grabar un disco y queremos hacer algo,
expresarnos, y lo encontramos de esta manera. La alineación
es la siguiente: Óscar, ‘Foreck’, percusión;
Iván ‘Saeck’, batería; Christian, trombón;
Carlos Camilo, ‘Tidi’, saxofón; Óscar, ‘Máscara’,
voz; Yarín, bajo; Cuauhtémoc, guitarra; Luis, teclado
y Carlos, ‘Travieso’, trompeta”, finalizó. |
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