Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 abril 2007
Facultad de Medicina UNAM

 

PROGRAMA DE MAESTRÍAS Y DOCTORADOS

Licenciatura y maestría simultáneas en medicina.
Una realidad para formar médicos con más capacidad científica

  • Una opción para vincular la investigación con la practica clínica
  • Es un modelo que busca graduar maestros y doctores a edades más tempranas

El doctor Luis Felipe Abreu coordinador del Programa

Los estudiantes de pregrado de la Facultad de Medicina tienen la posibilidad de cursar estudios de licenciatura y de maestría de manera simultánea, por medio del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM, el cual ofrece esta oportunidad en diversos campos del conocimiento, y al concluir la licenciatura, obtienen tanto el grado de licenciado como el de maestro en ciencias.

El objetivo de este Programa es formar líderes de la medicina; es decir, recursos humanos aptos para combinar la investigación científica de alto nivel con el ejercicio profesional y el trabajo en equipos multidisciplinarios que aporten nuevos conocimientos sobre el proceso de salud-enfermedad. Este modelo educativo busca graduar maestros y doctores a edades más tempranas. Este proceso ya ha sido probado por algunos alumnos de la Facultad y ha demostrado su viabilidad, varios de ellos lo realizan actualmente. Incluso permite que los alumnos con dos años adicionales a la licenciatura puedan obtener también el doctorado, en un proceso similar al de países avanzados, conocido como MD-PhD.

Esta opción para cursar simultáneamente el pregrado y el posgrado, para estudiantes de licenciatura existe desde que el Programa mencionado fue aprobado por el Consejo Académico del Área de las Ciencias Biológicas y de la Salud en 1998, y representa una base firme para el desarrollo de nuevas líneas de investigación y proyectos inter y multidisciplinarios, en beneficio de la solución de problemas de salud y la formación de recursos humanos altamente calificados, explicó en entrevista el doctor Luis Felipe Abreu Hernández, coordinador de dicho Programa.

Actualmente, los alumnos interesados en incorporarse a este Programa para realizar la maestría y la licenciatura de manera simultánea, deben consultar la convocatoria que se publica anualmente en el portal de posgrado de la UNAM, o bien en la dirección: www.jmvertiz.posgrado.unam.mx, cubrir los requisitos exigidos a todos los aspirantes, sin excepción, y comenzar los trámites cuando están cursando el cuarto año de la licenciatura; realizar el curso propedéutico y, si son aceptados, iniciar posteriormente la maestría a la par que el internado (quinto año de la carrera de médico cirujano, dedicado a la práctica clínica) y continuar con el servicio social en investigación.

En el futuro, acotó el doctor Abreu Hernández, por interés del doctor José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina, se realizaran las modificaciones convenientes para que los alumnos de alto desempeño académico puedan iniciar sus estudios de maestría desde los primeros años de la carrera y, con ello, encaminarlos, desde el inicio, a que obtengan la maestría y el doctorado en menos tiempo.

Una nueva generación de médicos de licenciatura y maestría simultáneas
Desde el año 2003 se han incorporado ocho estudiantes de pregrado a este proyecto. El proceso no ha sido fácil, pues frecuentemente durante el internado de pregrado, no se contempla claramente la necesidad del estudiante de asistir a sus clases de maestría, ello motiva que los alumnos deban realizar guardias y actividades extras para reponer el tiempo que asisten a esas clases. Asimismo, en algunos hospitales se piensa que la investigación está desligada de la clínica, lo cual se manifiesta en la incomprensión del proceso formativo, no obstante la mayor parte de los alumnos han logrado sobreponerse a las dificultades satisfactoriamente, sólo uno, ha debido suspender transitoriamente los estudios.

Al respecto, el coordinador señaló que muchos de esos problemas que limitan a los estudiantes para llevar a cabo su formación científica, se derivan del desconocimiento de la comple-mentariedad entre la investigación científica y la práctica médica, pues estamos —dijo— frente a la necesidad de una práctica clínica sustentada en la mejor evidencia científica disponible, y de ofrecer las mejores opciones a los pacientes. “Algunos colegas médicos sostienen el argumento de que lo más importante en ese año es la clínica y no la investigación, pues “distrae” al alumno de sus deberes, sin saber que el objetivo de la maestría es justamente aportar mejores clínicos, capacitados en diversos campos de la salud que, entretejidos en el sistema sanitario, puedan generar conocimientos para innovar a la práctica clínica, en beneficio de los pacientes y de los propios hospitales.

La primera alumna de pregrado inscrita en el Programa fue Érika Coria Ramírez, quien ingresó en 2003; posteriormente se incorporó Reyna Pacheco Domínguez, en 2004, y más recientemente, en 2006, se inscribieron al estudio de la bioética: Diego Buendía Valadez, Itzel Cruz Gaona y Sandra Rodríguez Tierra-dentro, quienes hablaron de esta experiencia académica.

ALUMNOS DE PREGRADO QUE INGRESARON A LA MAESTRÍA

2003. Érika Coria Ramírez. Campo: Ciencias médicas. Sede: Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS.
2004. Reyna Lizette Pacheco Domínguez. Campo: Ciencias Médicas. Sede: Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS.
Luana Castillo Sandoval. Campo: Ciencias Médicas. Sede: Instituto Nacional de Cardiología.
2005. Marcos López Navega. Campo: Ciencias Médicas. Sede: Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS.
2006. Diego Eduardo Buendia Valdez. Campo: Ciencias de la Salud, Bioética.
Itzel del Carmen Cruz Gaona. Campo: Ciencias de la Salud, Bioética.
Sandra Rodríguez Tierradentro. Campo: Ciencias de la Salud, Bioética.
2007. Juan Carlos Silva Godínez. Campo: Ciencias Médicas. Sede: Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS.

Eduardo González Guerra. Campo: Ciencias de la Salud, Epidemiología Clínica. Solicitó una suspensión temporal de dos semestres debido a que no le facilitaron los horarios para asistir a las asignaturas de la maestría en el hospital donde realiza su internado.

Cabe resaltar que estos alumnos, ingresaron al posgrado en igualdad de condiciones que otros aspirantes: médicos y especialistas. Todos llegaron con la inquietud de hacer investigación, actividad que ya habían realizado desde la preparatoria, y a su ingreso a la Facultad de Medicina en programas como AFINES (Apoyo y fomento a la investigación estudiantil). Mediante este posgrado ellos podrán obtener el título de licenciado bajo las opciones con que cuenta la Facultad para tal fin, como: Titulación por actividad de investigación y titulación por estudios de posgrado, opciones que los exentan del examen teórico pero no del práctico, mientras que para obtener el grado de maestro presentarán sus avances de investigación o artículos publicados.

A grandes rasgos, una vez cursado el internado y el primer año de la maestría, los alumnos realizan el servicio social en investigación, en el cual tienen más oportunidad de continuar a profundidad su formación y el proyecto de investigación; pero, en la fase inicial, coincidente con el internado de pregrado, enfrentaron diversas dificultades, originadas en la falta de concien-cia de algunos profesores y estudiantes de la generación de licenciatura que los consideraban privilegiados y les exigían más horas de clínica, “pues si bien se requiere un número aceptable de horas para adquirir habilidades y destrezas clínicas, éstas también se obtienen en la reflexión continuada entre profundización y conceptos, y la práctica, y no sólo con esta última”, recalcó el coordinador.

Experiencia de una alumna por graduarse
Reyna Pacheco, próxima a graduarse, motivada por las satisfacciones, el conocimiento y la experiencia adquiridos en la maestría, se enfocó al estudio de la traducción de señales, y ahora tiene pensado iniciar el doctorado incursionando en epidemiología, gracias a la invitación de sus profesores a participar en el área de economía de la salud, específicamente en lo relacionado con los costos de la diabetes mellitus.

Durante la charla iniciada con ella, habló de sus experiencias. Una de las más satisfactorias —relató— es haber obtenido el título de licenciatura mediante el examen practico ante paciente real, donde demostró que posee fuertes habilidades clínicas reforzadas con el conocimiento adquirido en la maestría, las cuales no son distintas a las de otros estudiantes de su generación, a pesar de la presión que tuvo que sortear en el internado.

Al respecto explicó que ese año tuvo presión de sus compañeros de pregrado por tener ciertos privilegios para asistir a clases y al laboratorio debido a la maestría, y de algunos profesores que se opusieron a que redujera el número de horas de clínica, razón por la cual, optó por asistir al internado en la mañana, y a la maestría por la tarde, propiciando que en muchas ocasiones su salida del laboratorio fuera pasada la media noche por terminar un cultivo y, al siguiente día, muy temprano, otra vez a la clínica.

Ese ritmo de trabajo realmente fue difícil; pero fue superado cuando ingresó al servicio social, pues contó con más tiempo para realizar el proyecto de investigación dedicado a “El efecto del glutamato en la retinopatía proliferativa”, estudio que está por publicarse, y con ello, en los próximos meses, obtendrá el grado de maestra en ciencias y será otra alumna en conseguirlo bajo esta modalidad de iniciación temprana al posgrado.

— ¿Qué significó en tu vida realizar simultáneamente dos etapas de tu formación?
“Fue una experiencia muy grata, pues he logrado tener otro punto de vista, otro panorama de lo que es la medicina, no sólo la parte clínica, sino la investigación, la cual complementa a la propia clínica y, por supuesto a la docencia.”

— ¿Cuál fue tu experiencia en la maestría?
“En mi grupo de la maestría éramos cuatro, tres especialistas y yo de licenciatura, y a pesar de que me superaban en estudios nunca me excluyeron, al contrario, me apoyaron mucho y me enseñaron a madurar en el aspecto emocional, y en lo académico, logramos un buen equipo.”

— ¿Alguna vez sentiste que te hizo falta conocimiento previo para realizar la maestría?
“No, porque lo que se emplea para cada proyecto de investigación son las herramientas metodológicas; es decir, saber si es un buen proyecto, si está bien planeado y dirigido, si la metodología que se está utilizando para llegar al objetivo que se pretende es la correcta, la más adecuada, qué se le puede aportar a ese proyecto, no tanto la parte de alta especialización; sin embargo, si necesitaba saber algo, nunca dude en preguntar.”

— Ponerte a la par con gente de más experiencia y haberlo superado bien, ¿qué te dejó de aprendizaje, qué ganaste en lo académico?
“Mucho, pues no es lo mismo leer el conocimiento que generarlo, y eso es lo que se busca hacer en la maestría al proporcionarnos las armas para generar nuevo conocimiento.”

— ¿Recomendarías realizar estos estudios simultáneos?
“Ampliamente, pues aunque es difícil, es otra forma de vida, pues no sólo es una preparación académica lo que se obtiene, sino un proyecto de vida.”

La experiencia de tres alumnos bioeticistas
Diego Buendía, Itzel Cruz y Sandra Rodríguez cursan actualmente el segundo año de la maestría en bioética y realizan el servicio social de pregrado, además de confirmar los altibajos que pasaron el primer año de sus estudios simultáneos, también aseveran que su aprendizaje en la clínica ha sido insuperable, pues tuvieron que demostrar que el tiempo que dedicaron fue suficiente para adquirir las habilidades clínicas, y en ese camino, también aplicaron de inmediato su conocimiento bioético a la resolución de problemas en ese ámbito.

— Diego, ¿cómo viviste ese primer año de la maestría?
“En ese primer año nos la pasamos agredidos y menospreciados por algunos que no reconocían nuestra capacidad clínica, pero alcanzamos a librarlo bien, pues gracias a que realicé el internado en el Hospital General ‘Dr. Manuel Gea González’, mediante un programa de investigación creado en la Facultad, tuve la opción de cursar algunas materias en las tardes, y un día a la semana para asistir a las asignaturas de la maestría que fueron impartidas en las aulas del posgrado de la Facultad.

“También me tocó enfrentar a mis compañeros de licenciatura, a residentes y académicos celosos de las facilidades que recibí. Me exigieron tanto que me retaron a ser mejor médico, entonces hice un esfuerzo doble para incluso superar a los demás, cosa que logré... —comentó orgulloso— pues cubrí guardias en urgencias trauma, y me dediqué con gusto, lo cual me sirvió porque en un momento me equiparé a los residentes y entonces formé parte de su equipo y me tomaban en cuenta para las decisiones; además, debido a mi experiencia y conocimiento me dejaban como líder de las guardias y de los estudiantes de pregrado, e incluso realicé con éxito procedimientos invasivos.”

PROGRAMA DE MAESTRÍAS Y DOCTORADOS

Campos del conocimiento que comprende: Ciencias médicas, ciencias odontológicas y ciencias de la salud, cada una con importantes áreas de desarrollo de alto nivel.
Grados que otorgan y duración:
Maestro en ciencias (4 semestres), Doctor en ciencias (8 semestres en total o 4 semestres adicionales a la maestría).
Entidades académicas participantes:
Facultad de Filosofía y Letras, Facultad de Medicina, Facultad de Odontología, Instituto de Fisiología Celular, Instituto de Investigaciones Biomédicas, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Dr. Salvador Zubirán”, Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Instituto Nacional de Perinatología.

— ¿Cómo te fue como estudiante de maestría?
“La formación que he recibido es impresionante; el campo de la bioética va en ascenso, pues todos los hospitales necesitan un comité de ética, y es una satisfacción que nosotros somos de los primeros que se están formando en este campo, sé que ya se han graduado cuatro personas del doctorado, dos están por concluirlo, nosotros tres en segundo año de la maestría y en primer año no hay nadie; entonces, la cantidad de bioeticistas que van a salir de este posgrado es limitada y la necesidad es demasiada.”

Para este alumno, la formación de bioeticista ha sido de gran apoyo en el internado y su deseo es continuar en la residencia en el área de traumatología ortopédica, y después inscribirse al doctorado en bioética, enfocándose al estudio de la bioética en el campo de la traumatología. También ha recibido una invitación para incorporarse este año al Consejo de Bioética del Hospital Gabriel Mancera.

Por su parte, Itzel Cruz refirió que estos estudios simultáneos no son nada fáciles, se requiere de mucho empeño: “Me ha costado trabajo, pero es una experiencia única, pues aprendes muchísimo y lo puedes aplicar a la práctica diaria, ya que al llegar al hospital ves de una manera diferente los casos médicos, porque contamos ya con otra reflexión para abordarlos.” En su caso, recibió el apoyo de sus compañeros de licenciatura, los problemas los tuvo con los médicos adscritos, a quienes tuvo también que demostrar su capacidad y, con ello, se ganó su apoyo.

En tanto, Sandra Rodríguez define esta experiencia educativa como formadora de carácter, pues primero se requiere llenar muchos requisitos, hacer miles de trámites y papeleos, y sólo se puede superar con el apoyo de los coordinadores del Programa, dijo.

— ¿Cuál fue tu experiencia en el primer año?
“Es la etapa más difícil, yo estuve en el Hospital General; me tocó vivir la experiencia más fuerte, conmigo los residentes eran muy crueles, me negaban el derecho a atender a un paciente por el hecho de que yo no estaba en el Hospital tantas horas como ellos; debido a esto también me propuse llevar mi internado médico lo más parecido a ellos, quedándome en guardias cada tercer día, asistiendo a las clases de la maestría y regresando al Hospital para cumplir con ambas exigencias y, con ello, disminuir esas diferencias. Poco a poco me fui ganando el respeto y después, debido a la preparación bioética que adquirí, hasta consejos me pedían. Eso me hizo querer saber más a pesar de las dificultades.”

Estos tres jóvenes, convencidos de seguir una especialidad, y posteriormente el doctorado, aseguran que sus habilidades clínicas y su conocimiento de la bioética les ayudarán en su práctica profesional, pues tienen ahora una visión más amplia, no de laboratorio, sino de reflexión, lo que les permitirá desempeñarse en ambos campos.

Luego de concluir la charla con estos estudiantes, el doctor Abreu Hernández aseguró que ellos son pioneros en esta forma de preparar investigadores jóvenes, han demostrado estar al nivel y adquirir de manera acelerada capacidades que les han permitido estar a la par de individuos con más experiencia. “Lo que les ha tocado vivir para conseguirlo no tiene razón de ser, pues quienes piensan que la investigación y la clínica se contraponen, se equivocan gravemente, nuestros alumnos son víctimas de los prejuicios e incomprensión de muchos médicos e incluso de sus propios compañeros y estos alumnos pioneros, han debido trabajar doble para demostrar sus capacidades clínicas y que la investigación que realizan tiene enfoque clínico”.

Asimismo, advirtió que el país requiere de investigación sobre los costos, el manejo de los pacientes y los problemas éticos, para generar conocimiento que contribuyan a resolverlos. La medicina actual requiere de muchos más investigadores y es preciso dar la oportunidad a los jóvenes para formarse al mismo tiempo en la investigación y en la clínica. No basta con haber aprobado esta opción y que exista la posibilidad de cursarla, además requerimos modificar la mentalidad de profesores y alumnos para hacerlos más receptivos a la formación de investigadores clínicos.

Con este Programa, si bien hay que realizar sacrificios, a cambio se obtienen clínicos más reflexivos, más racionales, que hacen aportaciones, que ayudan a modificar el entorno, que no son meros repetidores de lo que leyeron; por eso, es necesario promover su aceptación, porque sus aportaciones a la práctica médica desde la bioética y la epidemiología clínica o la biomedicina enriquecerán al sistema de salud, finalizó el doctor Abreu Hernández.