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PREMIOS Obtiene la doctora Patricia
Alonso el
El pasado 14 de febrero el presidente de la Comisión del Mérito Universitario, del Consejo Técnico de la Facultad de Medicina (FM), informó que, con base en el desempeño académico de sus funciones en docencia, investigación y difusión de la cultura en la FM, la Comisión declaró a la doctora Patricia Alonso Viveros acreedora al Reconocimiento “Sor Juana Inés de la Cruz”, que le fue entregado en la ceremonia del Día Internacional de la Mujer, de manos del rector, doctor Juan Ramón de la Fuente, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario. En entrevista para la Gaceta, la patóloga con especialidad en citopatología y con residencia en la Unidad de Patología del Hospital General de México y en el Beth Israel Hospital en Boston, Massachu-ssetts —afiliado a la Escuela de Medicina de Harvard—, expresó que después de enterarse de quiénes han recibido este reconocimiento en la Facultad —las doctoras Irmgard Monfort, Susana Kofman y Rosalinda Guevara— no siente contar con los méritos que tienen ellas, pero que indudablemente sería muy hipócrita decir que no está feliz de la vida. — ¿Cómo se enteró
de que le habían otorgado el reconocimiento? — ¿Cómo fue
la entrega? “Me siento afortunada, averigüé que la esposa del doctor Ruy Pérez Tamayo, la doctora Irmgard Monfort —una genetista y extraordinaria persona —, Susana Kofman y Rosalinda Guevara, han recibido este reconocimiento anteriormente. Es gente a la que yo le tengo un gran afecto y admiración, y las conozco desde hace mucho tiempo, de hecho la doctora Guevara fue paciente de mi marido; Y cuando ella y su esposo hicieron su maestría mi hermana fue una de sus profesoras. Creo que no tengo los méritos que tienen todas ellas, pero indudablemente estoy muy feliz, y contenta”. Al platicar sobre su trayectoria, mencionó que en su familia no hay médicos y que el que ella estudiara medicina fue porque en su época de estudiante la biología —que era lo que a ella le gustaba o le hubiera gustado estudiar— no tenía más futuro que el magisterio. “Me entusiasmó la veterinaria porque me gustan los animales, pero finalmente decidí estudiar medicina.” La doctora Alonso Viveros de Ruiz es cirujana y profesora de la FM, así como fundadora y titular del Laboratorio de Citopatología del Departamento de Patología del Hospital General de México, que se ubica en el pabellón 310. Actualmente es profesora del curso para especialistas de la División de Estudios Superiores de la Facultad de Medicina. La Unidad de Patología de la FM tiene principalmente actividades de enseñanza y se ubica fuera del campo universitario porque trabaja con material que solamente se obtiene en un hospital, y mediante sus investigaciones y estudios también le dan servicio al mismo. Es de mencionar que este Departamento fue creado en 1953 por el doctor Ruy Pérez Tamayo, quien también fue su maestro y responsable de que ella se dedicara a la citopatología. Al hablar sobre su decisión por esta disciplina, dijo que al terminar la carrera escogió estudiar gastroenterología porque le parecía una especialidad que no se refería a una sola área del organismo, sino que abarcaba todo; para ello, los doctores María Elena Anzures y Manuel Charvel le diseñaron un programa ex profeso, porque en esa época no había programas de residencia, y agregó: “Me dijeron que tenía que rotar por cuatro servicios y me recomendaron que comenzara por el más difícil —en aquel tiempo denominado ‘Siberia’ por lo mismo—: patología. Estuve seis meses y ya no me quise ir a otro lado. “El doctor Pérez Tamayo fue quien me indujo a esta área de la patología, en un momento en que la citología estaba muy alejada de la anatomía patológica. Entonces me envió a Estados Unidos a terminar mi adiestramiento y me encargó que me fijara en cómo funcionaban los laboratorios de varios lugares. Estuve en Boston, después fui al Johns Hopkins y al Memorial de Nueva York (1964). Cuando regresé ya tenía una idea moderna de lo que era la citopatología e inicié mi trabajo. Me costó conseguir un lugar, equipo y personal; claro, el área fue creciendo y ahora es un departamento grande donde adiestramos a mucha gente de México y de Latinoamérica, pero también de Estados Unidos y de Europa, como Suecia y España, y de esta manera el laboratorio ha ido creciendo y teniendo innovaciones, como el implementar la punción con aguja delgada.
“En este laboratorio tenemos actividades de enseñanza porque rotan residentes de varias especialidades y además asisten alumnos a darse una idea de lo que es un laboratorio de diagnóstico que sirve a la clínica y da servicio al hospital. Dentro de las actividades que desarrollamos, colaboramos con el Programa de Detección de Cáncer Cervicouterino, y en el área de diagnóstico a toda la patología del organismo, dándole servicio a todo el hospital.” Al continuar la doctora Alonso con la explicación sobre su trabajo, comentó que el servicio de punción con aguja delgada les ha dado muchos frutos, así mismo se han implementado estrictos controles de calidad, algo indispensable en la citopatología, porque su estándar de oro es la biopsia. La punción con aguja delgada es un procedimiento de diagnóstico que se implantó en México desde 1969. Es tan sencillo que se puede hacer hasta en un consultorio: “Puedo decir que es rápido, económico y certero, llegándose a un buen diagnóstico, a diferencia de la biopsia común y corriente, ya que a veces se necesitan quirófano, anestesia local y, en algunas ocasiones, anestesia general; en cambio la aspiración con aguja delgada —que de ninguna manera sustituye a la biopsia— es muy sencilla porque con una jeringa y una aguja se puncionan todos los órganos superficiales, como la tiroides, la glándula mamaria, los ganglios linfáticos y alguna lesión que aparezca por otro sitio, sin embargo se necesita tener plenos conocimientos de este procedimiento.” En el caso de órganos más profundos, como el hígado, explicó que también se puede puncionar con ayuda de otros métodos, como los rayos X, y así suelen puncionarse pulmón, intestino, páncreas, vesícula biliar, etcétera. “Entonces, es un procedimiento que ayuda mucho, con la ventaja de que casi es indoloro, no se necesita anestesia, se puede hacer en un consultorio si se siguen todos los lineamientos y las indicaciones, y además permite la obtención de un diagnóstico rápido.” A la par de estas actividades, comentó que al inicio de sus actividades la invitaron a participar con pequeños artículos de información y de difusión en la revista Tribuna Médica —distribuida en consultorios del país y todo Sudamérica hasta Argentina—, lo cual le dio numerosos y bastos reconocimientos. Curiosamente la Oficina Sanitaria Panamericana, en su área de enfermedades crónico-degenerativas—donde se incluye al cáncer—, la invitó —con la experiencia que había generado— a evaluar programas de detección de esta enfermedad en Latinoamérica, con lo que se convirtió en asesora temporera de dicha oficina. Posteriormente, en 1989, el doctor Mauricio Hernández Ávila le pidió que colaborara con él para evaluar el Programa de Detección de Cáncer en México, actividad con la que se comenzó a generar un buen número de trabajos que fueron base de una de sus líneas de investigación. Pasado el tiempo, al realizar un año sabático en el Instituto de Salud Pública (1992 y hasta la mitad de 1994), junto con los doctores Mauricio Hernández Ávila y Eduardo Lazcano se publicó el libro Cáncer del cuello uterino. Diagnóstico, prevención y control, cuya segunda edición ya salió en 2006. En los últimos años ha colaborado con la Agencia de Investigación de Cáncer que está en Lyon, Francia, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, y participando en investigaciones que han terminado en numerosos artículos y capítulos en monografías. También ha colaborado en un proyecto de calidad en los procesos del programa de detección de cáncer cervico uterino con la Japan Internacional Cooperation Agency que ha colaborado desde hace varios años con la Secretaría de Salud. Hemos de mencionar que la doctora Alonso cuenta con más de 40 años de labor docente y aunque empieza a delegar responsabilidades, por la cantidad de trabajo, menciona que no se jubilará hasta terminar con algunos proyectos pendientes, como la publicación de un libro de difusión popular sobre el tema del papiloma humano, de difusión popular, así como enfatizar al nivel del patólogo y el citopatólogo los conocimientos necesarios e indispensables sobre salud publica y medicina preventiva y la epidemiología, ya que en la práctica estos conocimientos se enlaza con la citopatología y la patología ginecológica. Finalmente, acaba de ser designada para la Comisión Evaluadora del PRIDE y del PAIPA, junto con los doctores María Cristina Márquez Orozco y Luis Felipe Jiménez García. Retomando el tema del Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz, dijo que ella nunca ha trabajado con la idea de que se reconozca su trabajo y que es una buena experiencia, a lo que agregó: “A mí me ha importado que si estoy haciendo algo se me apoye, porque lo estoy haciendo, no es por mí, sino con un enfoque social, y que la gente a la que enseñamos y a la que preparamos tenga la posibilidad de dar un servicio de excelencia.” Cabe mencionar que el servicio de la doctora Alonso se ha caracterizado porque en él casi sólo trabajan mujeres, y su preocupación es que si ellas manejan una enfermedad de género lo hagan bien y con calidad. Al respecto y sobre la situación laboral de género, comentó que a veces las mujeres son bloqueadas por el hombre para desempeñarse, pero que sin embargo han demostrado capacidad. Como ejemplo, mencionó el caso del Hospital General de México, en donde ella pertenece al Consejo Consultivo y cuenta con un par de experiencias extraordinarias en el ejercicio de los nombramientos de jefes de servicio, nosocomio en el que hace muy poco tiempo se les empezó a dar oportunidad a las mujeres como titulares de la jefatura los servicios. “Estas médicos mujeres han presentado planes de trabajo muy buenos, además con juventud y gran entusiasmo, así como con una visión novedosa y moderna. Pienso que las mujeres en México están retomando su papel como debería ser, aunque todavía falta mucho.” Finalmente, comentó que la medalla es hermosa y que no se quedará guardada, “la voy a poner en una base para que luzca”. |
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