Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 de abril 2004
Facultad de Medicina UNAM

PREMIOS

Académica galardonada por un estudio enfocado a los efectos de plaguicidas en trabajadores agrícolas

  • La doctora Martha Palacios recibe el Premio Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en la categoría de Investigación sobre riesgos de trabajo
Doctora Martha Palacios

La Cámara Nacional del Cemento (Canacem) y el Instituto Mexicano del Seguro Social organizan desde 1994 el Premio Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, con la finalidad de reconocer el esfuerzo de las empresas, los trabajadores y los investigadores en la prevención de riegos de trabajo, y con el propósito de mejorar las condiciones del ambiente laboral, proteger al trabajador e incrementar la productividad de las empresas, expresó el licenciado Osmín Rendón Castillo, director general de Canacem, en el marco de la VIII Reunión Nacional de Investigación en Salud en el Trabajo, actividad en la que se dieron a conocer los nombres de los ganadores.

Este Premio cuenta con tres modalidades: 1) Prevención de riesgos de trabajo, dirigido a empresas, 2) Aplicación de soluciones prácticas sobre seguridad e higiene en el trabajo, para aquellos que hayan colaborado en la disminución de riesgos laborales, y 3) Investigación sobre riesgos de trabajo, donde participan profesionales que aportan nuevos conocimientos y experiencias sobre salud, seguridad e higiene en el medio laboral, así como la ocurrencia y solución de la problemática de estos riesgos, categoría esta última en la que la doctora Martha Edilia Palacios Nava, del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM, recibió el primer lugar, consistente en un diploma y un estímulo económico de 50 mil pesos.

“Niveles de colinesterasa y prevalencia de síntomas antes de la exposición a plaguicidas en jornaleras y jornaleros agrícolas migrantes” fue el trabajo presentado por la doctora Palacios Nava, quien señaló que este estudio es parte de su tesis de doctorado y cuenta con la participación de los doctores Gustavo Olaiz Fernández y Guadalupe S. García de la Torre como asesores.

En entrevista, la investigadora explicó que desde el año 2000 comenzó su estudio, el cual está dividido en tres etapas, y fue la primera de ellas la que se presentó a concurso, mientras que en las otras dos, aunque ya cuenta con la información, sólo le hace falta su análisis e interpretación.

El estudio, realizado en una compañía agrícola con producción de hortalizas para exportación, ubicada en el estado de Sinaloa, donde la investigadora permaneció por el lapso de 30 días, en su primera etapa tuvo la finalidad de determinar los niveles de colinesterasa normales que se afectan por la exposición a plaguicidas, así como los síntomas antes y después del contacto con esas sustancias y la intoxicación como tal.

Uno de los aspectos más importantes por destacar en esta investigación es que los jornaleros viven en condiciones muy desfavorables social, económica y sanitariamente, situación que se suma al desgaste laboral agrícola y a la exposición con plaguicidas, lo cual los vuelve sujetos de mucho riesgo para presentar intoxicaciones.

Estos trabajadores migran con toda la familia de estados como Guerrero, principalmente, Oaxaca y Veracruz, a los campos agrícolas, y permanecen allí entre tres y nueve meses. En estos centros laborales trabajan adultos y niños, hombres y mujeres, por igual, con las mismas jornadas y condiciones de riesgo al contacto con plaguicidas. “Es importante decir que son personas que por sus condiciones sociales ya cuentan con problemas de salud, sin embargo no siempre presentan intoxicación aguda, aunque muchos de ellos tienen síntomas que persisten por mucho tiempo y que la mayor parte de las veces no tienen relación con alguna otra enfermedad”, dijo la doctora Palacios Nava. Además destacó que de la existencia de una gran variedad de plaguicidas, los que se analizaron en su estudio son los denominados “organofosforados” y “carbamatos”, por tratarse de los más utilizados.

“Los plaguicidas de este tipo producen una inhibición en la enzima colinesterasa; es decir, alteraciones del sistema nervioso central y del sistema neuromuscular, entre otros. Cuando una persona tiene disminuido el nivel de colinesterasa puede presentar una intoxicación aguda o crónica, y si no es atendida dicha intoxicación, dependiendo del grado, puede llevar a la muerte; pero también sucede que se recupere de una intoxicación aguda, y dos o tres semanas después presente otro problema que se llama ‘neuropatía retardada’, entonces los efectos que se producen son múltiples”; por esa razón, la investigadora del Departamento de Salud Pública centró su atención en evaluar esas sustancias y observar cómo afectan, la modificación en la sintomatología, y la concentración de ellas en el organismo.

Aunque existe tratamiento para controlar los daños, lo más importante, señala la investigadora, es mejorar las condiciones laborales de los jornaleros, es decir, proporcionarles equipo de protección personal, y que los plaguicidas que se utilicen sean los menos tóxicos, además de informarles sobre los efectos del contacto con esas sustancias; estas recomendaciones se incluyeron en la investigación galardonada, así como la observación de que periódicamente se realicen evaluaciones para evitar que se disminuyan los niveles de colinesterasa más allá de lo permitido. “Esto se considera como parte de las medidas para prevenir una intoxicación.”

Asimismo, destacó que en el caso de los plaguicidas organosfosforados y carbamatos, para que produzcan sus efectos es muy importante el contacto con la piel y la vía respiratoria, y los síntomas que se derivan en intoxicaciones agudas incluyen dolor de cabeza, salivación excesiva, sudación, debilidad y temblor; aunque estos síntomas pueden variar, en esta investigación se incluyeron 19, ya que no hay signos y síntomas que sean exclusivos de la intoxicación aguda, es decir, se puede presentar una gran variedad de combinaciones de ellos.

En cuanto a la intoxicación crónica, indicó que lo que más se ha reportado es el problema de neuropatía retardada, y se han evaluado otros efectos que tienen que ver con aspectos neuroconductuales en trabajadores que, independientemente de la dosis de exposición del agente (dosis bajas pero por tiempos prolongados), pueden producir alteraciones neuroconductuales.

Para finalizar la entrevista, la doctora galardonada con el Premio Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo también realizó dos mediciones en otro grupo de trabajadores (segunda y tercera etapas de su investigación) que todavía está analizando, y aunque ya concluyó su estudio, dijo: “Es primordial continuar en este campo y llevar a cabo otro tipo de trabajos para conocer con mayor precisión los niveles de normalidad en la población expuesta, toda vez que la exposición a los plaguicidas es muy importante por los daños a la salud, y desafortunadamente en nuestro país son muy poco conocidos los efectos de estas sustancias en los trabajadores que las manejan.”