Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 abril 2005
Facultad de Medicina UNAM

Entrega reconocimiento la FM al Hospital General de México por sus 100 años de vida

  • La OFUNAM y otras instituciones culturales ofrecen conciertos para conmemorar
El director del Hospital General de México durante la entrevista

El pasado 9 de febrero, en sesión ordinaria, el pleno del H. Consejo Técnico de esta Facultad de Medicina, acordó por unanimidad entregar un diploma de reconocimiento al Hospital General de México (HGM) por sus 100 años de vida, su invaluable labor en favor de la salud de los mexicanos, así como por sus contribuciones a la educación médica y al desarrollo del conocimiento médico.

Este Hospital fue inaugurado el 5 de febrero de 1905 por el presidente Porfirio Díaz, con la presencia del doctor Eduardo Liceaga y su primer director, el doctor Fernando López. Todo el personal que integraba este nuevo nosocomio contaba con nombramiento firmado por el mismo presidente Díaz; asimismo cabe resaltar que los gastos de los servicios públicos de salud comenzaron a tomarse en cuenta en el presupuesto de egresos de la Federación.

Desde sus inicios, la institución funcionó como establecimiento de beneficencia a cargo del Poder Ejecutivo de la Secretaría de Estado y Gobernación para la asistencia gratuita de enfermos indigentes sin importar edad, sexo, raza, nacionalidad ni creencias religiosas, principios que a la fecha perduran y motivan el trabajo que se desarrolla en el Hospital.

En 1906 comenzó su historia como parte fundamental en la formación de profesionales de la salud en México al establecer la primera Escuela de Enfermería del país, inaugurada formalmente el 3 de octubre de 1906.

Actualmente, la planta física de forma horizontal del Hospital cuenta con una superficie total de 12.52 hectáreas, de las cuales 6.63 están construidas y el resto son jardines, explanadas y corredores. De los 50 edificios, 33 pertenecen al área médica y asistencial, y 17 a las áreas de gobierno, enseñanza e investigación, y servicios generales.

El HGM se ha destacado por brindar atención médica especializada a millones de mexicanos, se dedica esencialmente a pacientes de escasos recursos económicos, aquellos que no están registrados en la seguridad social ni tienen acceso a la medicina privada.

En enero de 1999, la junta de Gobierno del Hospital General de México designó al doctor Francisco J. Higuera Ramírez para el período 1999-2003, y fue ratificado en su puesto en enero de 2004 para el período 2004-2009.

En entrevista para este medio informativo, el doctor Higuera afirmó ser un gran honor que la UNAM extiende por medio del máximo cuerpo colegiado de la Facultad de Medicina, a lo que agregó: “Fue una gran sorpresa, porque muchos de los médicos que están en el Hospital son miembros del Consejo.”

Aseveró ser un motivo de orgullo, porque el reconocimiento muestra que la tarea de estar trabajando conjuntamente con la UNAM ha sido fructífera y trascendente, tanto para ella como para los que forma como médicos.

“Lo que significa un compromiso que obliga a superarnos y estar en constante movimiento buscando la excelencia. Si me lo preguntan, afirmaría que somos excelentes, somos los primeros, y hay niveles superiores que hay que explorar. Este tipo de compromisos y reconocimientos es lo que nos obliga a ir tras ello, tener nuevos retos y abrir nuevos caminos desconocidos.”

En este sentido, comentó que desde hace dos años el Hospital ha venido desarrollando e implementando un programa denominado “Plus”, el cual busca integrar a todos los estudiantes que asisten a él desde el tercer año hasta la especialidad.

El Programa Plus busca que el joven no sea un alumno más que comienza su formación de madurez profesional, busca que desde el primer momento en que llega porte el logo símbolo del Hospital en su uniforme, sus libros, sus cuadernos, su estetoscopio, su pluma, su taza, etcétera; busca la integración del joven mediante su quehacer diario donde aprende la temática curricular que la Universidad ha asignado, con una metodología más amable y activa, en conjunto con el médico, el análisis y el enfermo, y en la revisión de la literatura médica, pues son elementos que considera el doctor Higuera consolidarán la formación personal del joven como un individuo profesional.

— ¿Ya está en marcha este programa y desde cuándo se aplica?
“Tenemos dos años integrándolo a los residentes principalmente, y antes de aplicarlo totalmente necesitamos proponerlo a la Facultad de Medicina para que lo evalúen y acepten. Es algo muy novedoso, porque esto no se hace en ninguna otra parte. Estamos habituados como seres humanos a tener tradiciones y métodos que han ido sirviendo y dando resultado, pero que en un lapso prolongado ya no hemos podido evaluar si realmente funcionan, si la metodología es la misma o si sirve, porque existen nuevas herramientas del conocimiento o se requieren otras condiciones para la enseñanza, entre otras cosas.

“Esto lo hemos introducido poco a poco, habrá que evaluarlo en uno o dos años y ver qué resultados tenemos. Para nosotros, este año se cumplen dos años, y nuestra primera generación de internos, donde comenzamos, ya viene a presentar su exámenes para la residencia. Aquí es donde veremos si el proyecto Plus va a darnos resultado. Está encaminado a formar un espíritu de la institución en el joven con objeto de que regrese al hospital que lo formó, porque ése será un especialista que ocupe una plaza de base, y de esta manera ir formando un círculo de rotación de nuestro personal para que esta institución pueda vivir con tradiciones en las metodologías de la enseñanza, la formación de los recursos humanos, la investigación y la asistencia por dos o trescientos años más.”

— En retrospectiva, ¿cómo ve usted lo que pasa en el Hospital?
“En dos formas, ya cumplimos cien años y lo hicimos bien si hacemos un análisis frío en números: 700 mil consultas al año, 42 mil cirugías, una tasa de mortalidad menor a dos por ciento; realizamos cirugías de corazón, hueso, abdomen, tórax y de todo, en condiciones de gravedad, con una letalidad baja. Entonces, hemos hecho bien las cosas.

“Ahora nos quedamos ahí y nos seguimos viendo en el espejo, cómo envejecemos haciendo lo mismo durante cien años más... Yo garantizó —reflexivo agrega— que alguien que se queda estático no dura más de 50 años, y lo importante de ser directivo de una institución es pensar cómo vamos a proyectar esta institución para que dure e imbuir un cambio de reto constante.

“Por otra parte, si analizamos podemos decir que ya alcanzamos la madurez hectaria, y que ya no podemos depender de algunas cosas. Ahora debemos depender de lo que hagamos a futuro, pensar en hacer cosas que resulten siempre en la mejora del servicio, en beneficio para las personas, tanto para el usuario externo como para el interno. Nosotros somos nuestros mejores clientes internamente, si una dirección no tiene nada que vender sus servicios quedan fundamentalmente atrás, pero si ofrezco algo o mis servicios ofrecen algo, tenemos que estar en ese sentido del comercio, claro, limpio y trasparente. Ésta es la visión que a mí me gusta, la dinámica que nos plantea nuevos retos, generación de cosas, de programas e ideas, y enriquecer lo que sigue siendo importante.”

En este sentido, comentó que con esta visión puede enriquecer increíblemente la relación con la Facultad de Medicina, generar lazos más fuertes y compartir responsabilidades; además consideró que la UNAM ya no puede con toda la carga de alumnos que tiene, y agregó: “Desde el tercer año nos pasa el balón a nuestro terreno y tenemos que comenzar a jugar para retenerlo, puesto que tenemos que entender que para fines prácticos y hospitalarios nosotros somos los empleadores finales de estos recursos humanos.”

Consideró que aunque los jóvenes siguen siendo alumnos y protegidos por la tutela de las leyes universitarias, ello no implica que no se puedan hacer ejercicios cada vez más formales e intensos encaminados a construir un espíritu institucional, pues se sigue con graves problemas de integración de los jóvenes a las instituciones de salud.

— ¿Qué otras instituciones participan con ustedes a nivel académico?
“Hoy el hospital es un campo muy importante de enseñanza. La UNAM, como parte de sus políticas, hace cada vez de mayor y mejor selección de alumnos, lo que le ha permitido reunir a los mejores estudiantes y disminuido la población de la Facultad de Medicina, por lo que en hospitales también han disminuido sus campos clínicos y se han abierto huecos donde otras universidades, como La Salle, la Anáhuac, la Panamericana y el Instituto Politécnico Nacional han ocupado estos espacios. En este sentido somos un hospital que hoy brinda apoyo a una facultad y a cinco escuelas de medicina.

— ¿Estas instituciones están integradas a este Programa Plus?
“Sí, por lo que ya mencioné. Pero seamos honestos, la verdad es que durante muchos años la Universidad y nosotros hemos vivido en un error garrafal. ¿Qué pasaba? La Universidad contrataba al médico directamente en un tiempo que le pagaba el Hospital. ¿Qué sucede? Este médico se siente autónomo para fines prácticos; entonces puede dar o no clases aduciendo que está en sus actividades del hospital o no, o puede dar clase y aducir que está en clase y no cumplir con sus actividades del hospital.

“Por otra parte, si se visita el hospital se encuentra uno a los grupos de alumnos esperando al maestro. Cuando un joven pierde el tiempo es lastimoso, pero si uno de medicina lo hace es dañino, porque el joven médico debe tener entendido que la sociedad está depositando en sus manos el tesoro más preciado, la salud.

“Hoy en el hospital entendemos esa relación, por lo que le dijimos a la Universidad que le íbamos a seguir apoyando, pero en este juego donde se nos otorga responsabilidad, ahora lo tomamos en íntegro. Yo —hospital— vigilo, evalúo y sanciono al profesor, y me hago cargo de los alumnos, por qué, porque el alumno va a terminar aquí, se va al servicio social y regresará a hacer la residencia, después lo voy a emplear y —tajantemente afirmó— no voy a emplear a alguien que no tenga mi esencia. Quiero a un joven con los más profundos e intensos valores que tiene la institución. Una institución de cien años, una institución profesional que le enseña, le exige, lo disciplina y forma como hombre o mujer profesionales de la medicina.”

Por lo anterior, el Programa Plus pretende que cuando el joven ingrese al internado se le reciba a otro nivel, con computadora, información en discos, sesiones organizadas, un sistema informático electrónico sólo para ellos, y cuando este muchacho se vaya al servicio social recibirá información y casos clínicos a través de internet.

Afirmó que con este proyecto se abre una estrategia para que los residentes tengan una mejor enseñanza, pues no son niños ni inmaduros. “Los hacemos inmaduros ante tanto proteccionismo y los tratamos como alumnos, niños y jóvenes, y son médicos graduados. La Universidad les dio un título, no los puede volver a sentir niños ni jóvenes ni inmaduros ni inconformes ni rebeldes, son médicos con una responsabilidad social, que tienen que contar con otro tipo de enseñanza, no cobijados en una clase donde el maestro les dé todo pudiendo haber leído el tema en una revista o un libro. El joven tiene que leer revistas científicas, hacer ciencia e introducirse a la investigación. Hay veces que hay que dejar de comer y dormir para formarse, ése es el futuro y ésa es nuestra nueva relación que esperamos presentar a la Facultad de Medicina, y cuando presentemos el proyecto completo, espero lo acepten”, concluyó.

Dentro de las festividades con que contó el Hospital se llevó a cabo un concierto especial titulado Conmemoración del Centésimo Aniversario del Hospital General de México, el pasado 4 de febrero, en Bellas Artes, a cargo de Enrique Arturo Diemecke como director artístico y musical, la soprano María Luisa Támez, las secciones masculinas de los Coros de Madrigalistas y Solistas Ensamble, del Instituto Nacional de Bellas Artes, donde la obra principal fue La selva del Amazonas de Heitor Villa-Lobos.

El sábado 5 se llevó a cabo en las instalaciones del Hospital la premiación a los ganadores de los concursos de poesía, música, declamación, piano, pintura, tejido y bordado, entre otras actividades, y por la tarde, en el Palacio de Bellas Artes, se realizó un concierto para los trabajadores del Hospital.

El domingo 6 la OFUNAM, dentro de su temporada 2004-2005, dedicó su concierto también al HGM, el cual fue dirigido por la yugoslava Nada Matosevic, directora invitada, y como solista en la viola Agathe Blondel. En los días consecutivos (7, 8 y 9) el Hospital llevó a cabo su Congreso Médico Conmemorativo del Primer Centenario 1905-2005, al cual asistieron invitados de Brasil, España y 4 mil 500 asistentes, entre ellos el premio Nobel de la Paz 1970, doctor Ernest Norman Borlaug; la doctora Evangelina Villegas, primera mujer en recibir el Premio Mundial de Alimentación; el secretario de Salud, Julio Frenk, y la primera dama de la nación, Martha Sahagún de Fox. Los festejos concluyeron el 8 de febrero con una cena de gala en las instalaciones del Antiguo Palacio de Medicina.