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El
sitio de la consulta médica ha cobrado importancia. En tiempos
lejanos el sitio de la consulta no ocasionaba cambios en el proceder
del médico ni significaba expectativas diferentes para el
enfermo. Actualmente el sitio de la atención del enfermo
ha cambiado. El cambio tiene que ver con la complejidad de la medicina
actual, por los nuevos conocimientos en esta disciplina y por la
enorme cantidad de recursos tecnológicos que pueden emplearse
para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.
Durante
décadas, por no remontarse a siglos, la medicina se ejerció
en la propia casa del paciente y menos frecuentemente en el consultorio
del médico. Mientras más lejana es la época
que se quiera evocar mas se recuerda la consulta en la casa del
paciente. Así eran la mayoría de las consultas médicas
en el siglo XIX. Conforme se avanza en el recuerdo el sitio de la
misma se desplaza al consultorio del médico. A comienzos
del siglo XX, al enfermar un sujeto de las muchas afecciones sencillas
que ocurren en la vida de un ser humano –se dice que el 85%
de los casos los padecimientos son sencillos y sencilla debe ser
la curación--, la primera medida que en casa se tomaba era
el hacer que el enfermo guardara reposo en cama. Ya fuera que el
paciente tuviera fiebre o dolor ésta era la primera medida
aconsejable. No era raro entonces que la atención del médico
ocurriera visitando la casa del paciente para ahí atenderle.
Al consultorio los pacientes asistían principalmente para
afecciones crónicas, que sencillas o no mantenían
al enfermo ambulatorio.
Los
hospitales en México en los siglos anteriores se utilizaban
solo para enfermedades muy graves, casi terminales y esa era la
razón del miedo a asistir a estos centros. Otra razón
en esos tiempos de la asistencia a hospitales públicos, de
caridad, fue la atención a sujetos sin casa, que en ocasiones
entraban para ser asistidos en su alimentación o por dolencias
muy especiales como los nosocomios para leprosos o enfermos mentales.
El
internar a enfermos en hospitales se propició por los avances
de la cirugía. Así, tanto en el siglo XIX como en
la primera mitad del siglo XX la mayoría de los internamientos
en hospitales fue motivada por la necesidad de sufrir una intervención
quirúrgica. Pocos eran hasta entonces los pacientes que requerían
internamiento en hospitales por problemas que requirieran la atención
de un internista.
En
la segunda mitad del siglo XX esta tendencia de internamiento por
la necesidad de actos quirúrgicos se mantuvo, aunque se inició
la costumbre de internar enfermos para realizar pruebas de diagnóstico
o para tratamientos médicos que aunque sin requerir maniobras
de cirugía requirieran para el paciente de los numerosos
implementos que la medicina moderna utiliza para el diagnóstico
y tratamiento, que desde entonces han aumentado y que solo se encuentran
en el hospital moderno.
El
nosocomio de fines del siglo XIX y el de la primera mitad del XX
fue llamado sanatorio, es decir el sitio donde un sujeto ingresa
para recibir atención a su salud perdida. En la actualidad
es importante señalar que la organización de estos
sanatorios no es igual a la de los modernos hospitales. La estructura
de organización de estos últimos tiene peculiaridades
que aseguran criterios uniformes de procedimientos de diagnóstico
y tratamiento, lo cual consigue una calidad uniforme de la atención
médica.
Es
importante que el público en la actualidad pueda distinguir
entre el concepto de un sanatorio y un verdadero hospital. La diferencia
no es solo de nombre. Los adelantos de la medicina actual son enormes
y la organización de los implementos de diagnóstico
y tratamiento han sido mucho mejor organizados en los hospitales
públicos que en muchos de los privados en los que persiste
la organización del viejo concepto de sanatorio. Para que
los modernos implementos de diagnóstico y tratamiento, en
ocasiones costosos y no exentos de riesgos para la salud del enfermo
logren una calidad uniforme es indispensable que los nosocomios
ya sean públicos o privados adquieran la organización
del hospital moderno y dejen de ser solo sanatorios. Voy a tratar
de explicar las diferencias entre uno y otro.
Se
justifica el asistir a un hospital cuando la enfermedad deja de
ser una molestia sencilla, cuando la enfermedad es de tal naturaleza
importante que justifica la utilización de medidas de diagnóstico
y tratamiento que no solo son costosas sino que significan un cierto
riesgo. Riesgo que hay que afrontar para padecimientos importantes.
La medicina compleja y costosa es indispensable para casos de enfermedades
graves o complicadas. Una de las razones por las que se ha encarecido
la medicina innecesariamente es el uso de recursos complejos y costosos
para casos sencillos.
La
medicina actual ocurre en dos grandes sistemas: el público
y el privado. En el público las instalaciones se han organizado
en forma de verdaderos hospitales con las características
de éste que analizaré. En el sistema privado permanece
en la mayoría el concepto de sanatorio, tal como existió
a principios del siglo XX. Algunos nosocomios privados han entendido
la diferencia y hay una tendencia positiva a organizarse como verdaderos
hospitales.
Recientemente,
copiando un poco el modelo Norteamericano se han erigido grandes
centros médicos privados. Tienen la ventaja de contar con
espléndidas instalaciones físicas y con el equipamiento
mas moderno. Sin embargo algunos aún funcionan mas como sanatorios
que como hospitales. Se ha copiado la estructura física y
la implementación de recursos de diagnóstico y tratamiento
de estos grandes centros médicos norteamericanos; no se ha
copiado la organización, que justo es decirlo en los grandes
centros médicos de Norteamérica funcionan como verdaderos
hospitales con las características que adelante pretendo
analizar.
Entre
un hospital y un sanatorio hay diferencias de fondo. Estas diferencias
no se refieren a las instalaciones físicas. Son aspectos
de organización interna que en los hospitales tienden a asegurar
mecanismos de control de calidad y criterios uniformes de tratamiento
ante casos similares.
-
-
La organización de un verdadero hospital, como sucede
en los hospitales públicos tiene un fin social: atender
la salud de los asegurados en él. O a la población
abierta en el caso de la Secretaría de Salud.
- La
planeación de un sanatorio –generalmente de
corte privado-- tiene como fin fundamental el realizar un
negocio redituable, a través de proporcionar atención
a la salud de quienes acceden a él. La atención
a los enfermos en el devenir de su tratamiento esta supeditada
a que se cumpla con la finalidad de la inversión.
-
- La
clientela en los hospitales públicos es indiscriminada.
Pueden atenderse en ellos cualquier sujeto necesitado de
atención, sin discriminar a ninguno por su situación
económica.
- En
los sanatorios la discriminación es clara. Sólo
pueden atenderse en ellos quienes cuenten con la solvencia
económica para hacerlo. O cuenten con un seguro privado
de gastos médicos que les permita hacerlo.
La solvencia adquirida a través de un seguro tiene
muchas limitantes que no es el momento de discutir. La solvencia
económica es requisito indispensable. Se da la situación
totalmente en contra de la ética médica, de
que un paciente al ver agotados sus recursos por un tratamiento
prolongado es forzado a abandonar el sanatorio en las condiciones
de salud en que se encuentre.
-
- En
los hospitales públicos la permanencia del enfermo
en ellos es tan larga como sea necesario.
- En
los sanatorios privados la estancia esta limitada a sus
recursos.
-
- En
la organización de un verdadero hospital los médicos
son seleccionados por sus capacidades reflejadas en su currículo.
Los mas preparados son los que pueden acceder a una plaza
en esos servicios.
- En
los sanatorios los médicos se seleccionan por su
capacidad de pagar una renta o comprar un consultorio en
las torres de consultorios anexas al hospital.
La calificación de los médicos en esos hospitales
no es por sus méritos académicos. Lo que cuenta
es su “productividad”, entendida esta por su
mayor o menor capacidad de internar enfermos, de solicitar
exámenes de laboratorio o de gabinete. Los mejores
son los que internan mas enfermos, los que envían
mas estudios de gabinete y laboratorio. Frecuentemente un
médico que se excede en la petición de estudios
esta cubriendo su ignorancia. Pide muchos estudios para
orientarse en un diagnóstico al que no fue capaz
de llegar por la clínica.
-
- Los
resultados en un hospital se miden por indicadores de salud
reconocidos universalmente: El número de infecciones
contraídas en el hospital, el número de recaídas
al ser dado de alta, la mortalidad durante la estancia e
inmediatamente después de salir, la coincidencia
o no del diagnóstico de entrada con el de salida,
son solo algunos de ellos.
- Los
resultados a través de estos indicadores en los sanatorios
generalmente no se conocen y los resultados se miden por
“la productividad” de los médicos que
atienden en él. Se miden por lo obtenido en el terreno
de la recuperación de la inversión efectuada.
-
- Un
hospital esta organizado por servicios. Además de
un Director Médico existe uno encargado de la Enseñanza
y de la Investigación. Se reconocen claramente las
cuatro grandes divisiones: Medicina, Cirugía, Gineco
Obstetricia y Pediatría, así como algunas
especialidades. Cada Jefe en ellas es responsable del ejercicio
profesional de todo lo que realizan los diversos médicos
adscritos en ellas. Los Jefes de estas divisiones y el Director
no solo tienen la posibilidad, tienen la obligación
de supervisar que todo lo que realicen los médicos
en su área sea de la mejor calidad técnica,
científica y ética.
- En
el sanatorio no existen estas jerarquías. En ocasiones
hay sujetos nombrados en forma honoraria en estos puestos
sin ninguna capacidad de control sobre la forma de ejercer
de los médicos autorizados para ejercer en él.
Es decir, todos los médicos que han recibido la autorización
para ejercer en el pueden hacerlo sin una verdadera supervisión.
Ya señalamos que un atributo para pertenecer es la
capacidad económica de rentar o comprar un consultorio
y la “productividad”. Por lo tanto los aspectos
científicos, técnicos y éticos de su
ejercicio pueden ser de calidad muy variable.
-
- En
un verdadero hospital, aquel que esta organizado por servicios
o clínicas el paciente que acude a consulta ya sea
por un problema crónico o una urgencia, esta seguro
de que la organización del hospital lo va a referir
al especialista indicado; aquel verdaderamente preparado
para la dolencia que sufre. Es justo reconocer que así
sucede en los centros médicos universitarios de Norteamérica.
- En
el sanatorio un paciente que acude a él sin conocer
con precisión a quien desea consultar, puede llegar
a manos no del especialista mas indicado para su enfermedad,
sino a aquel que tenga mejores contactos administrativos,
o sea consentido de la administración por su “productividad”.
Este asunto tratándose de la atención de urgencias
puede dar motivo a diversas situaciones que tienen que ver
no solo con la calidad de la atención sino con la
ética del ejercicio.
La certificación
de los médicos por los Consejos de Especialidades
ha buscado proteger al público, quien al asistir
al tratamiento de un especialista certificado tiene las
mejores posibilidades ante un problema de salud. Solo en
la organización de Hospital el paciente puede estar
seguro que es atendido por un médico certificado
en el problema que lo enferma. En otros sitios un médico
certificado como cirujano puede atender casos de otras enfermedades
ante las que no esta certificado.
La ética
del ejercicio médico es responsabilidad muy personal
del médico. Sin embargo situaciones poco éticas
es mas fácil que sucedan en la organización
del sanatorio que en la del hospital.
-
- La
calidad en un hospital público se procura a través
de comités que estudian el funcionamiento de los
servicios. Funcionan al menos comités de tejidos
que estudian la certeza de los diagnósticos en órganos
extirpados, de mortalidad en el hospital, de infecciones
ocurridas en él, de enseñanza de internos
y residentes, de investigación, de ética del
ejercicio, de control de costos, de control de gabinetes
y análisis. Con la suficiente fuerza interna para
modificar situaciones inconvenientes para los enfermos.
- En
los sanatorios o no existen estos comités o solo
son de membrete sin ninguna capacidad ejecutiva. Se reúnen
muy esporádicamente sin ninguna capacidad de intervención
en relación a su materia.
-
- Una
de las principales características de un hospital
es que invierte en investigación, enseñanza
y medicina preventiva. A través de la experiencia
en todo el mundo se sabe que estos elementos elevan el nivel
de calidad de la atención de los enfermos.
- En
el sanatorio las inversiones en estos tres elementos fundamentales
es simbólica o definitivamente no existe. Cuando
realicé el programa de Certificación de Hospitales
que inició el Consejo de Salubridad General en 1999,
una pregunta desnudaba esta situación. Ante hospitales
que mencionaban realizar enseñanza e investigación
solo era tomada en cuenta esta actividad si existía
un presupuesto por modesto que fuera destinado a estos fines.
-
- En
los hospitales la relación médico paciente
se encuentra libre, sin interferencias.
- En
los sanatorios, y se observa en los centros privados, la
relación médico paciente se ve frecuentemente
intervenida por elementos administrativos y por ajustadores
de seguros.
-
- Finalmente
en la medicina que se ejerce en hospitales el médico
que atiende al enfermo es solo fiduciario de éste.
No tiene porque cuidar los intereses del hospital ni de
la organización a la que este pertenece.
- En
el sanatorio puede darse el caso de un conflicto de intereses:
El médico cuidando de los intereses del centro hospitalario.
Tratando de mejorar su calificación interna en el
hospital a base de enviar muchos exámenes de laboratorio
y gabinete; para convertirse en lo que en esos sitios se
conoce como un “médico productivo”. O
cuidando los intereses del tercero pagador en forma de compañía
de seguros limitando los recursos o la estancia del paciente.
Por
todas estas razones el ejercicio de la medicina se produce en mejores
condiciones para el médico y sobre todo para los enfermos
en la organización de un hospital con las características
de control que he señalado.
Esto
sucede en hospitales públicos a condición de que cuenten
con los recursos necesarios para la atención adecuada de
los enfermos. La medicina moderna en un hospital moderno con todos
los recursos que la ciencia y la tecnología modernas pueden
proveer y con la organización tipo hospital, asegura las
mejores condiciones para la salud de los pacientes.
Los
grandes centros médicos privados también pueden proveer
esta medicina moderna tan eficaz. Algunos lo han comprendido así
y adoptan paulatinamente la organización tipo hospital. No
son solo los recursos físicos que pueden ser inmejorables
los que aseguran la calidad de la atención. La condición
es que se organicen con el esquema de hospital, con todos los atributos
de éste señalados. Si no lo hacen así funcionan
como grandes sanatorios. Con mejor equipo e instalaciones físicas
que sus antecesores del siglo pasado, pero sin las ventajas para
el enfermo que da una moderna organización de hospital.
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