La  hipertensión arterial es una enfermedad con una alta  prevalencia alrededor del mundo y nuestro país no escapa a  esta realidad, ya que aproximadamente el 30% de la población  mexicana padece hipertensión arterial (alrededor de 15  millones de mexicanos son hipertensos)1.  En el 90% de los casos de hipertensión arterial la causa es  desconocida y a esta forma se le ha denominado “hipertensión  arterial esencial”.
            La  hipertensión arterial esencial tiene un patrón  hereditario que aún cuando el mecanismo exacto no se encuentra  aún del todo dilucidado, si permite reconocer con mucha  frecuencia el antecedente de hipertensión arterial es uno o  varios miembros de la familia2.
            Aquélla  hipertensión arterial que tiene una causa demostrable, se le  ha denominado hipertensión arterial secundaria. (En la tabla I  se anotan las causas más frecuentes de hipertensión  secundaria).
            Por  otro lado, la hipertensión arterial esencial, puede aparecer  en forma aislada o forma parte de un complejo de alteraciones que se  encuentran alrededor de la resistencia  a la insulina. En  efecto, la resistencia a la insulina se reconoce por la presencia de  discreta hiperglucemia de ayuno (entre 115 y 140 mg/dL), obesidad  (índice de masa corporal > 27 kg/m2) de predominio  abdominal: circunferencia de la cintura > de 94 cm para los  hombres y > de 80 cms. para las mujeres; microalbuminuria;  hipertensión arterial esencial; hipertrigliceridemia o  hiperlipidemia aterogénica (hipertrigliceridemia asociada a  elevación de las lipoproteínas de muy baja densidad:  VLdL) hiperfibrinogenemia (factor precoagulante), a este cuadro se le  ha denominado síndrome  metabólico3  y es un poderoso predisponente para padecer aterosclerosis y sus  complicaciones: infarto del miocardio, enfermedad vascular cerebral,  aterosclerosis obliterante de miembros inferiores, etc.4
            La  hipertensión arterial tiene importancia para todo médico,  independiente de su especialidad por tres razones:
             La frecuencia de la enfermedad en  la población general.1,5
            
              - 
                La  	enfermedad incapacitante y aumento de la mortalidad que produce la  	hipertensión arterial por el daño a órganos de  	impacto: corazón: insuficiencia cardiaca; arteriosclerosis:  	aneurismas vasculares; riñón: insuficiencia renal;  	ojos; ceguera, etc.6 
- 
                El  	aumento de la mortalidad por su participación como factor de  	riesgo en la aterogénesis aterosclerosis coronaria (infarto  	del miocardio) cerebral (accidentes oclusivos) o periférica  	(claudicación intermitente).4 
Por  lo tanto se puede concluir que médico cuando se enfrenta a la  hipertensión arterial debe de enfocar su atención en  tres aspectos básicos:
            - 
            Diagnóstico: 
              - Hipertensión  	esencial vs hipertensión secundaria 
- Daño  	en los órganos de impacto 
- Tratamiento  	etiológico en las causas secundarias (Tabla II) o  	farmacológico en la hipertensión esencial 
 
PRESIÓN  ARTERIAL NORMAL
              La  determinación de la presión arterial por el método  auscultatorio se basa en la percepción de una serie de ruidos  con el estetoscopio, cuando la cápsula se coloca a nivel de la  arteria humeral después de haberla comprimido con el manguito  del esfigmomanómetro y de efectuar la descompresión  paulatina. Primeramente se obtiene, por la palpación, la  presión sistólica (la necesaria para hacer desaparecer  el pulso radial); después se incrementa la presión del  manguito 20 ó 30 mmHg más arriba de este nivel; se  aplica la cápsula del estetoscopio sobre la arteria humeral y  se desciende lentamente la presión del manguito. La aparición  de ruidos de ligera intensidad que rápidamente se  intensifican, marcan la fase I de Korotkof que está en  relación con la presión arterial sistólica.
            Si  la presión del manguito continúa descendiendo  paulatinamente aparecen ruidos con carácter soplante (fase II)  y posteriormente ruidos nuevamente claros e intensos (fase III); el  punto en el cual estos ruidos cambian a un carácter sordo,  representan la fase IV y, por fin, cuando desaparecen, la fase V. La  determinación intraarterial de la presión diastólica  demuestra que ésta se encuentra aproximadamente 10 mmHg más  abajo que la fase IV y 2 a 3 mmHg por abajo de la fase V.
            Técnicas  inapropiadas en el registro de la presión arterial
            
              - Si la cápsula del estetoscopio no se aplica firmemente en  el brazo, pueden pasar inadvertidos los primeros ruidos de alta  frecuencia (fase I) e infravalorar la cifra sistólica de la  presión arterial; ello puede ocurrir especialmente en sujetos  obesos. 
- La aplicación de la cápsula del estetoscopio a la  piel con demasiada presión podrá enmascarar el cambio  de la fase IV a la V y continuarse escuchando los ruidos hasta el  nivel de cero mmHg sin una diferencia que pueda orientar al  explorador para conocer el nivel real de la presión  diastólica. Ello puede acontecer especialmente cuando hay  aumento de la presión diferencial (insuficiencia aórtica,  síndromes hipercinéticos y arterioesclerosis aórtica).
-   Pausa auscultatoria. Es importante conocer este fenómeno  porque es causa de una determinación errónea de la  presión arterial. En algunos individuos, después de que  aparecen los ruidos de la fase I de Korotkof, desaparecen y conforme  se reduce la presión que ejerce el manguito, reaparecen  nuevamente a un nivel más bajo de presión. La  desaparición temporal de los ruidos de Korotkof (pausa  auscultatoria) puede abarcar hasta 30 ó 40 mmHg, por lo que si  no se determina correctamente la fase I, la presión sistólica  se catalogará incorrectamente en valores muy inferiores a los  reales. La determinación del nivel sistólico de la  presión arterial por palpación, ayudará a evitar  este error.
- Determinación de la presión arterial en presencia  de arritmias:
                
                  - La existencia de extrasistolia ventricular frecuentemente produce  cambios en el nivel sistólico de la presión arterial  (recordar el efecto de la pausa compensadora sobre el latido  posextrasistólico). Este efecto aumenta el gasto sistólico  y por lo tanto el nivel sistólico de la presión  arterial; en conclusión, la presión sistólica de  los latidos postextrasistólicos  (después de la  pausa)no será el nivel real de dicha presión.
- En el bloqueo AV completo es común el incremento en la  presión diferencial que es debida al estímulo que las  pausas largas tienen sobre la contractilidad, lo cual se traduce en  un aumento de la presión sistólica, mientras que las  mismas pausas largas condicionan una disminución en la presión  diastólica. En otras palabras, el efecto hemodinámico  de la bradicardia importante es la causante del aumento de la presión  diferencial y en sí no representa un estado hipertensivo.
- En la arritmia completa por fibrilación auricular, la  determinación del nivel sistólico de la presión  arterial no es tan sencillo. Se recomienda elevar la presión  del manguito 20 ó 30 mmHg por encima del nivel palpatorio de  la presión sistólica y disminuir muy lentamente la  columna de mercurio; se considera que el nivel exacto de la presión  sistólica se encontrará en el momento en que se escucha  mayor número de latidos y no precisamente cuando se comienzan  a escuchar éstos.
 
- Influencia del tamaño del manguito en la lectura de la  presión arterial: 
                
                  - Los manguitos muy angostos producen lecturas erróneamente  elevadas de presión arterial.
- Los manguitos muy anchos, en niños o en sujetos con brazos  muy alargados dan lecturas erróneamente bajas de las cifras de  presión arterial.
- En sujetos muy obesos, la determinación de la presión  arterial con manguitos de dimensiones estándar dará  lecturas erróneamente elevadas. Cuando se determina la presión  arterial en sujetos muy obesos con brazalete estándar, se  recomienda sustraer 15 ó 20 mmHg a la lectura de la presión  sistólica para no establecer un diagnóstico erróneo  de hipertensión arterial. Las cifras diastólicas sufren  menos variaciones en estas condiciones.
 
Asimismo  es posible en estos casos determinar exactamente la presión  arterial, aplicando el brazalete a nivel del antebrazo tomar lectura  mediante la auscultación de la arteria radial. Lo recomendable  para una lectura exacta de la presión arterial en sujetos muy  obesos es utilizar un brazalete más ancho (de 18 a 20 cm), lo  que también puede ser útil para tomar la presión  arterial en los miembros inferiores.
            6.  Determinación de la presión arterial en miembros  inferiores. Cuando se toma la presión arterial en los  miembros inferiores aplicando el manguito estándar al muslo y  haciendo las lecturas mediante la auscultación de la región  poplítea, normalmente se obtienen cifras sistólicas  mayores (entre 20 y 40 mmHg) en comparación con las obtenidas  en miembros superiores. Si se utiliza el brazalete ancho (de 18 a 20  cm) se obtienen lecturas de 10 a 15 mmHg mayores que en los miembros  superiores y las cifras diastólicas son casi idénticas  en ambos sitios. Cabe mencionar que esta diferencia se debe,  principalmente, a efectos de las dimensiones del brazalete, ya que  las determinaciones intrarteriales simultáneas en arterias  humerales y femorales dan diferencias de sólo 2 ó 3  mmHg en ambos sitios. El registrar una presión menor en  miembros inferiores que en miembros superiores o cuando no es posible  registrarlo, establece el diagnóstico de coartación  aórtica. 
            7.  La columna de mercurio debe disminuirse lentamente. La reducción  rápida siempre dará cifras erróneas.
            NORMOTENSIÓN VS HIPERTENSIÓN
              Los  niveles de presión arterial normales son aquellos que están  por debajo de 139/89 mmHg. Los estudios con monitoreo ambulatorio de  la presión arterial (MAPA) han demostrado que cuando más  del 50 % de las determinaciones de la presión arterial es  superior a 140/90 mmHg en el día y de 120/80 mmHg en la noche,  aparecen signos de daño en órganos “blanco”.  (hipertrofia ventricular izquierda, retinopatía o  aIbuminuria), por lo que este nivel de presión arterial ya es  patológico y por ello se ha llegado a la conclusión de  que por arriba de las cifras mencionadas debe ser considerado como  anormal.7
            MEDICIÓN  DE LA PRESIÓN ARTERIAL EN DECÚBITO Y ORTOSTATISMO
              CAMBIOS  POSTURALES
              Normalmente  al adoptar bruscamente el ortostatismo, disminuye el retorno venoso y  por lo tanto el gasto cardiaco, ello tiende a disminuir la presión  arterial, pero los reflejos presores por vía simpática  aumentan las resistencias periféricas, lo cual mantiene la  presión diastólica y el aumento de la frecuencia  cardiaca, también por vía refleja (barorreceptores del  seno carotídeo) compensa la presión sistólica.  Cuando estos reflejos simpáticos que aparecen con el  ortostatismo son bloqueados con medicamentos (guanetidina, prazosina)  o por enfermedad (neuropatía visceral de la diabetes mellitus)  aparece hipotensión ortostática. La determinación  de la presión arterial en decúbito y  consecutivamente en ortostatismo normalmente no debe mostrar  cambios significativos en la presión arterial, sin embargo,  hay condiciones especiales, en las que se encuentran diferencias  importantes:
            
              - Neuropatía y visceral de la diabetes mellitus y la sección  medular alta pueden causar hipotensión ortostática. 
- Síndrome hipercinético cardiovascular.  (hipertensión normorreninémica) causa hipertensión  ortostática. Este signo permite reconocer este tipo de  hipertensión arterial.
Cuando  un paciente reconocido hipertenso recibe terapia antihipertensiva, es  de interés clínico conocer las cifras de presión  arterial en clino y ortostatismo. 
            
              - Cifras normales en clinostatismo y en ortostatismo= buen control  de la presión arterial.
- Cifras normales en clinostatismo y altas en ortostatismo =  control subóptimo de la presión 
- Cifras normales en clinostatismo e hipotensión en  ortostatismo = efecto antihipertensivo excesivo.
- Cifras altas en clinostatismo y ortostatismo = tratamiento  insuficiente.
- Cifras altas en clinostatismo y baja a valores normales en  ortostatismo = tratamiento adecuado (especialmente en  pacientes ancianos con hipertensión sistólica), se  llega a esta conclusión cuando con el tratamiento  antihipertensivo las cifras de presión arterial son normales  en el decúbito y aparece hipotensión ortostática.  Este comportamiento de la presión arterial puede causar mareo,  lipotimia o sincope en estrecha relación con el ortostatismo. 
- Cifras altas en clinostatismo y baja a valores muy por debajo de  las normales en ortostatismo = tratamiento inadecuado. Este  comportamiento es frecuente verlo en pacientes con sección  medular. En ellos se debe tener cuidado pues la hipotensión  ortostática puede ser causa de sincope. En pacientes con  neuropatía diabética visceral también se puede  encontrar este comportamiento, por lo que en estos casos se prefiere  tener cifras ligeramente elevadas en clinostatismo y normales en el  ortostatismo.
 
DIAGNOSTICO  DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL ESENCIAL
            
            
              - Se  		debe de recordar que la hipertensión arterial es un  		padecimiento que en la gran mayoría de los casos no genera  		síntomas o sea, en el paciente hipertenso pasa inadvertida  		la hipertensión arterial, por lo que la mejor forma de  		establecer el diagnóstico es la medición de la  		presión arterial en sujetos aparentemente sanos,  		asintomáticos, en un intento de reconocer precozmente el  		diagnóstico en la hipertensión esencial, es muy  		frecuente la presencia de antecedentes familiares de hipertensión  		arterial.2
- El  		diagnóstico de hipertensión arterial se establece  		cuando se encuentran cifras de presión arterial superiores a  		140/90 mmHg en dos ocasiones distintas.  Se debe de recordar que en  		pacientes diabéticos, las cifras normales de presión  		arterial se encuentran por debajo de 130/85 mmHg.8  		 Finalmente, cuando la presión arterial sistólica es  		superior a 150 mm>Hg y la diastólica menor de 90 mmHg  		estaremos en presencia de hipertensión  		arterial sistólica.  		 Esta forma de hipertensión aparece en pacientes mayores de  		60 años con mayor frecuencia y se debe al endurecimiento  		aórtico consecutivo a la presencia de arterioscleros.
DIAGNOSTICO  DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL SECUNDARIA
            En  la tabla II se ofrece una guía clínica para sospechar  la posibilidad de hipertensión arterial secundaria.
             Cabe  mencionar que este diagnóstico debe de sospecharse  especialmente en dos situaciones:
            - Hipertensión  	arterial en jóvenes (< de 35 años).
              
- Ausencia  	de antecedentes familiares de hipertensión arterial              
            
Estas  características no necesariamente identifican a los pacientes  con hipertensión secundaria, pero cuando se presentan se debe  poner especial atención en la búsqueda del diagnóstico.
            DIAGNOSTICO  DE DAÑO EN LOS ORGANOS DE IMPACTO
            DAÑO  VASCULAR
            1. Arteriosclerosis
              Se  denominas arteriosclerosis al endurecimiento de las paredes arteriales, especialmente en la  aorta.  La arteriosclerosis es la responsable de la hipertensión  arterial sistólica que se presenta con mayor frecuencia en pacientes mayores de 60 años.   Asimismo, la arteriosclerosis es la responsable de la dilatación  de las arterias que culmina con la formación de aneurisma en  la aorta.
            
              
                | TABLA  IHIPERTENSION  ARTERIAL SECUNDARIA
 | 
              
                | Hipertensión  	nefrógena | 
              
                |  | Glomerulonefritis | 
              
                |  |  | Aguda | 
              
                |  |  | Crónica | 
              
                |  | Nefropatía diabética | 
              
                |  | Pielonefritis crónica | 
              
                | Renovascular | 
              
                |  | Estenosis  		congénita de la arteria renal | 
              
                |  | Arteritis  		de Takayasu con afectación a las arterias renales | 
              
                |  | Obstrucción  		ateromatosa de arteria renal | 
              
                | Endocrina | 
              
                |  | Hipercorticismo | 
              
                |  |  | Síndrome de Cushing | 
              
                |  |  | Síndrome  adrenogenital | 
              
                |  | Feocromocitoma | 
              
                |  | Aldosteronismo primario | 
              
                |  |  | adenoma suprarrenal | 
              
                |  |  | hiperplasia  suprarrenal idiopática | 
              
                |  | Anticonceptivos | 
              
                | Embarazo | 
              
                |  | Toxemia | 
              
                |  |  | Preclampsia | 
              
                |  |  | Eclampsia | 
              
                | Coartación  	aórtica | 
              
                | Estrés  	agudo | 
              
                |  | Quemaduras | 
              
                |  | Post-operatorio  de cirugía cardíaca | 
            
            
            
            
              
              
              
              
              
              
                | TABLA  IIHIPERTENSION  ARTERIAL SECUNDARIA
 | 
              
                | ENFERMEDAD | DIAGNOSTICO  			CLINICO | LABORATORIO | GABINETE | TRATAMIENTO
 | 
              
                | Glomerulonefritis Aguda
 | Infección  			grave en niños con elevación de la presión  			arterial | AEL  			+++, PCR +++Albuminuria,  			urea y creat. (Aumenta) | 
 | Penicilina | 
              
                | Glomerulonefritis  			crónica | Síndrome  			urémico + hipertensión arterial | Uremia | Biopsia  			renal | Diálisis  			peritoneal, hemodiálisis, trasplante renal | 
              
                | Estenosis  			de la arteria renal | Soplo  			sistólico en el abdomen | Puede  			haber hipokalemia | Gammagrama  			renal con captoprilArteriografía  			renalAngiotac  			art-renales | Angioplastía  			renal o cirugía de revascularización o nefrectomia | 
              
                | Hipercorticismo
 | Síndrome  			de Cushing | 17  			cetos y 17  			hidroxis en orina (Aumenta) | 
 | Adrenalectomía | 
              
                | Síndrome  			adrenogenital | Masculinización,  			amenorrea, hirsutismo,  hipertensión | 17  			cetos y 17  			hidroxis en orina (Disminuye) | 
 | 
 | 
              
                | Feocromocitoma | Hipercinesia  			circulatoria + hipertensión crisis  			hipertensiva | Catecolaminas  			plasmáticas y urinarias (Aumenta) | TAC  			de abdomen demostrar tumor suprarrenal | Extirpación  			del tumor | 
              
                | Aldosteronismo  			primario (tumor suprarrenal) | Debilidad  			+ hipertensiónArrítmias  			ventriculares | Hipokalemia 
                  Kaliuresis (Aumenta) | TAC  			de abdomen demostrar tumor suprarrenal | Extirpación  			del tumor | 
              
                | Aldosteronismo  			primario (hiperplasia suprarrenal) | Debilidad  			+ hipertensión arterial | Hipokalemia Kaliuresis (Aumenta) | TAC  			de abdomen (-) para tumor suprarrenal | Espironolactona  			+ tiazidas | 
              
                | Anticonceptivos | Hipertensión  			arterial | 
 | 
 | Suspender  			anticonceptivos | 
              
                | Pre-clampsia | Embarazo  			+ hipertensión arterial | Albuminuria | 
 | Hidralazina  			+ aspirina interrupción del embarazo | 
              
                | Eclampsia | Embarazo  			+ hipertensión + convulsiones | Albuminuria |  | Hidralazina  			+ interrupción del embarazo | 
              
                | Coartación  			aórtica | Hipertensión  			arterial + ausencia de pulsos femorales | 
 | RMN  			de tórax | Tratamiento  			Intervencionista o quirúrgico | 
              
                | Estrés  			agudo | Cirugía  			cardíaca post-operatorio + hipertensión | 
 | 
 | Betabloqueadores  			y/o nitroprusiato | 
            
            2. Aterosclerosis
              Se  denomina aterosclerosis a la enfermedad que afecta a las arterias y las obstruye en forma  segmentaria por placas de ateroma.  La aterosclerosis es segmentaria aunque puede tener una distribución generalizada, afectando  diversos territorios: la aterosclerosis coronaria es causa de angina de pecho y de infarto del miocardio; la  aterosclerosis de los vasos carotideos,  vertebrales y cerebrales dan lugar a isquemia cerebral transitoria o a trombosis cerebral; la  aterosclerosis mesentérica da lugar a angina o trombosis mesentérica, la  aterosclerosis obliterante de miembros inferiores da lugar a claudicación intermitente y  oclusión aguda de la circulación de las extremidades  inferiores.
            La  hipertensión arterial es un factor de riesgo aterogénico  que favorece tanto con otros factores, la disfunción  endotelial a través de la alteración del estrés  oxidativo que culmina con la producción de aniones superóxido  que tienen efecto tóxico sobre diversos mecanismos moleculares  de la función endotelial.8,9
            DAÑO  CARDIACO
            - Hipertrofia  	miocárdica
 El  aumento de la presión sistólica se constituye en una  sobrecarga de presión para el corazón: tiene que vaciar  su contenido sanguínea en contra de una presión mayor.   La hipertrofia es un mecanismo adaptativo que permite aumentar la  fuerza de contracción del corazón y con ello mantener  un gasto cardiaco normal aun cuando se vacía ante una presión  sistólica aumentada.10,11
- Cardiopatía  	hipertensiva
                
 Cuando  la sobrecarga sistólica se mantiene en el tiempo y entra en  juego el sistema renina-angiotensina-aldosterona; por un  lado la  angiotensina II es un factor de crecimiento que promueve la  hipertrofia miocárdica y esa es la razón por la que el  corazón del hipertenso usualmente llega a tener hipertrofia  miocárdica excesiva (denominada inapropiada);10  por otro lado, tanto la angiotensina II como la aldosterona,  promueven la síntesis de colágena que va depositándose  lentamente en el intersticio miocárdico.12   La hipertrofia inapropiada da lugar a isquemia miocárdica ya  que el crecimiento miocárdico no se acompaña de un  aumento  proporcional de capilares coronarios y por otro lado el  aumento exagerado de colágena intersticial torna al corazón  en una estructura rígida que da lugar a un impedimento del  llenado ventricular y con ello disnea a todo este proceso patológico  se le denomina cardiopatía  hipertensiva.10
- Insuficiencia  	cardiaca
 Cuando  el depósito de colágena intersticial sobrepasa el 200%  de su valor normal aparece la insuficiencia  cardiaca, a lo que si  no se le trata adecuadamente culmina con la muerte del paciente.10-13
DAÑO  RENAL
              El  daño renal hipertensivo se manifiesta inicialmente por  albuminuria (microalbuminuria); si el proceso hipertensivo no se  corrige aumenta el grado de albuminuria (macroalbuminuria) y ello es  seguido paulatinamente con la reducción progresiva de las  función renal, cuando una cantidad de parenquima se ha  perdido, comienza a aparecer la retención azoada (elevación  de la urea y la creatinina), todo lo cual culmina a través de  los años con un florido cuadro de síndrome uremico9  (insuficiencia renal en fase terminal) cuyo tratamiento  necesariamente tienen que ser los métodos dialíticos o  el trasplante renal.
            DAÑO  RETINIANO
              El  aumento sostenido de la presión arterial también tiene  un impacto negativo primero en la vasculatura interna del ojo ya que  inicialmente se manifiesta por angiotonía (en el fondo del ojo se reconoce mediante las comprensiones en los  cruces arteriovenosos), pero que con el tiempo aparece esclerosis  vascular (angioesclerosis); que se reconoce por el aumento del brillo  arteriolar.14
            Tardíamente,  el aumento excesivo intravascular condiciona la exudación de  líquido a la retina (exudados cotonosos), sangrado capilar  (hemorragias retinianas) y grados extremos de daño en las  estructuras mas importantes del ojo (macula; estrella macular)14,15  o edema de papila como traducción clínica del edema  cerebral consecutivo a la elevación excesiva de la presión  arterial (crisis hipertensiva) que ha causado encefalopatía.16,17
            Por  un lado la estrella macular, la trombosis de la vena o arteria  central de la retina pueden causar ceguera15  y por otro lado el edema de papila traduce una complicación  extrema, que de no corregirse en poco tiempo (horas), el paciente  muere.16,17
            
             TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN  ARTERIAL ESENCIAL
            
             En  el tratamiento de la hipertensión arterial esencial debe de  contemplar tres aspectos:            
            
              -                 Reducir  	las cifras de presión arterial a las cifras deseables  	(<140/909 o menos de 130/85 en pacientes diabéticos).8
              
-                 Evitar  	el daño a órganos de impacto o revertirlo si es  	posible.
              
- 
                Tratar  	los padecimientos o alteraciones concomitantes.
                
 
TRATAMIENTO  MEDICO DE LA HIPERTENSION ARTERIAL ESENCIAL 
            (Fig.  1 y 2)
            Existen  siete grupos principales de medicamentos antihipertensivos:  betabloqueadores, diuréticos, inhibidores de la ECA,  bloqueadores de los receptores AT-1 de la angiotensina,  calcioantagonistas, vasodilatadores y medicamentos de acción  central.9
            En  general, los cinco primeros grupos son anti-hipertensivos muy  eficaces, tienen pocos efectos indeseables, han sido probados en mega  estudios en los que han demostrado reducción de las  morbi-mortalidad en los pacientes hipertensos.  Los dos últimos  grupos se utilizan en situaciones especiales tienen mas efectos  indeseables y los vasodilatadores pueden ser útiles solo en la  terapia combinada (vide infra).
            Para  elegir el mejor fármaco antihipertensivo para cada enfermo se  requiere individualizar la elección; y para ello, se debe de  conocer el efecto farmacológico del medicamento y las  características individuales de cada paciente.            
            I. Betabloqueadores (metoprolol, atenolol, bisoprolol, carvedilol)9
              Estos  fármacos han demostrado reducir la mortalidad en pacientes  hipertensos y pueden utilizarse como monoterapia o en tratamiento  combinado.
            Monoterapia.  Pacientes con hipertensión que clínicamente manifiestan  hipercinesia circulatoria: taquicardia sinusal de reposo,  hipertensión arterial de predominio sistólico y  respuesta hipertensiva con el ortostatismo.
            Este  tipo de hipertensión aparece en aproximadamente el 10% de los  pacientes con hipertensión esencial y esta monoterapia  usualmente permite el control adecuado de este tipo de enfermos.
            Terapia  combinada:18  Aquellos pacientes con hipertensión esencial grave que  requieren terapia combinada para normalizar las cifras tensionales o  que tienen manifestaciones de daño en órganos “blanco”;   en este grupo de pacientes, los betabloqueadores pueden asociarse a  cualquier grupo de fármacos o a varios de ellos  simultáneamente para normalizar las cifras de presión  arterial.  Conviene recordar que estos fármacos no deben  utilizarse cuando hay bradicardia sinusal (frecuencia cardiaca <  de 60 por min.), asma bronquial, o neumopatia obstructiva crónica  (especialmente en grandes fumadores), o deben descontinuarse cuando  los efectos indeseables así lo justifiquen: aparición  de bradicardia sinusal, bloqueo AV de 2º grado o mayor, disnea o  fatigabilidad incapacitante o bien impotencia sexual.
            Diuréticos:19  (Hidroclorotiazida, clortalidona, espironolactona, furosemida,  bumetamida).
            Los  diuréticos pueden utilizarse como monoterapia en pacientes los que la hipertensión arterial es  volumen-dependiente(hiporreninémica).
            Este  tipo de hipertensión se presenta principalmente en mujeres con  obesidad, se debe recordar, que en estas pacientes, no es el efecto  diurético el responsable de la acción  anti-hipertensiva, sino la deplesión de sodio de la  musculatura lisa de las arteriolas periféricas, que disminuye  considerablemente la respuesta vasoconstrictora a las catecolaminas,  por lo que a pesar de que no se hace evidente el efecto diurético,  si se manifiesta el efecto antihipertensivo.
            Es  por ello que los diuréticos se deben usar a dosis pequeñas  (subdiuréticas) con lo que se logra un buen efecto  anti-hipertensivo y se reducen los efectos colaterales indeseables.20
            En  este grupo de pacientes se puede lograr el control  adecuado de la  hipertensión arterial, tan solo con diuréticos y  constituye alrededor del 30% de los pacientes hipertensos.
            Idealmente,  en estos casos se deben de usar tiazidas a dosis bajas (6 a 12.5 mg  de hidroclorotiazida o de clortalidona). La espironolactona esta  indicada como monoterapia en el aldosteronismo primario por hiperplasia suprarrenal idiopática  o bien en pacientes con hipokalemia inducida por diurético en  lo que el tratamiento puede ser monoterapia.
            Los  diuréticos han demostrado reducir las complicaciones de la  hipertensión arterial y la mortalidad en pacientes hipertensos  en mega estudios diseñados para demostrar este hecho.21
            En  estos pacientes no esta indicado el uso de diuréticos de ASA  (furosemid y bumetamida) por que ellos tienen un poderoso efecto  diurético pero un pobre anti-hipertensivo la única  indicación en este tipo de diuréticos es cuando el  paciente hipertenso, además padece insuficiencia renal crónica  con retención de creatinina > de 2.5 mg/dL.
            Terapia  combinada18  (Figuras 1 y 2)
              Los  diuréticos pueden combinarse con cualquier grupo de  medicamentos antihipertensivos ya que complementa sus efectos con los  de los otros fármacos para reducir efectivamente las cifras de  presión arterial.  La terapia combinada esta indicada en  aquellos casos con hipertensión arterial esencial, con cifras  elevadas (> 150/100 mmHg), que no responden a monoterapia y con  signos de daño en órganos de impacto.  Este grupo de  pacientes aparece aproximadamente, en el 60% de los hipertensos  (hipertensión hiperreninémica).
            En  aquellos hipertensos en los que ya ha aparecido la insuficiencia  renal (creatinina > 2.5 mg/dL) no deben usarse diuréticos  tiazidicos porque en ellos, estos fármacos son inefectivos  como antihipertensivos.  En este grupo de pacientes son únicamente  los diuréticos de ASA (furosemid o bumétamida) los que  son útiles como fármacos antihipertensivos combinados  con antihipertensivos de otros grupos.  Se  debe  recordar que la  administración de espironolactona esta formalmente  contraindicada en pacientes con insuficiencia renal por el peligro de  hiperkalemia.
            
            
            Cuando  los diuréticos son utilizados en pacientes hipertensos a dosis  bajas (como monoterapia o terapia combinada), la posibilidad de  efectos colaterales indeseables es baja, sin embargo, en pacientes  que padecen gota, los diuréticos pueden elevar las cifras  plasmáticas de ácido úrico y desencadenar  ataques de podagra.  Cuando se utilizan dosis bajas diuréticos  tiazidícos la posibilidad de hipokalemia es baja y en estos  casos se deben asociar a espironolactona Inhibidores  de la enzima convertidora (Captopril, enalapril, lisinopril, ramipril).
            Estos  fármacos tienen un efecto antihipertensivo probado al bloquear  la enzima convertidora de la angiotensina y evitar la formación  de angiotensina II y aldosterona.
            Como  monoterapia puede utilizarse en aquellos pacientes con hipertensión  arterial leve (TA < 160/100 mmHg) en quienes no se presenta  hipercinesia circulatoria ni expansión del espacio  extracelular.
            Sin  embargo, su mayor utilidad es la terapia combinada con cualquier  clase de fármacos antihipertensivos (la combinación más  frecuente; betabloqueadores-diuréticos-inhibidores de la Eca)  en aquellos pacientes con hipertensión arterial grave  o con  daño en órganos de impacto.
            Es  importante enfatizar que los inhibidores de la Eca poseen un poderoso  efecto nefroprotector, por lo que siempre debe de formar parte del esquema terapéutico  en pacientes que presentan albuminuria,9  en aquellos en los que esta presente el síndrome metabólico,  y por fin en aquellos otros hipertensos que además padezcan  diabetes mellitus.9,22,23   El efecto nefroprotector es tan importante que se debe de indicar  a  dosis bajas en los pacientes diabéticos aún cuando no  sean hipertensos.9,23
            Estos  fármacos al bloquear la enzima conversora, aumentan la  concentración de bradiquinina, lo cual es causa de tos que es intratable hasta suspenderlos.  En la actualidad,  prácticamente es la única contraindicación  formal para el uso de estos medicamentos en pacientes hipertensos.   Este efecto, adverso aparece en aproximadamente el 20% de los  pacientes que lo reciben, y como se mencionó previamente  obliga a la suspensión del mismo.
            Bloqueadores  de los receptores AT-1 de la angiotensina II (Losartán, candesartan, ibersartan). (ARA-II).
            Los  ARA-II bloquean las acciones de la angiotensina II pero en un paso  metabólico posterior o sea, ocupan en forma competitiva a sus  receptores AT-1.  Por lo tanto, sus acciones farmacológicas  son muy similares a las de los inhibidores de la enzima convertidora  de la angiotensina, se pueden asociar a cualquiera de los grupos de  antihipertensivos cuando hay indicación de terapia combinada también pueden causar tos pero en una proporción  significativamente menor a los inhibidores de la enzima convertidora  (5%).
            Las  indicaciones para su uso son similares a las anotadas para los  inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina; obviamente  son los fármacos de elección cuando la tos obliga a la  suspensión de los inhibidores de la ECA.
            Esta  familia de medicamentos comparte el poderoso efecto nefroprotector de  los inhibidores de la ECA por lo que ante la imposibilidad de  administrar estos en pacientes diabéticos, pueden utilizarse  en sustitución, los ARA-II. Cuando en un paciente diabético  persiste la albuminuria después de la administración de  inhibidores de la Eca, pueden utilizarse asociados a los bloqueadores  de los receptores de la angiotensina II con lo que al lograr una  supresión mas completa de los efectos de esta, se logra un  mayor efecto nefroprotector.9
            Calcioantagonistas (amlodipina, nifedipina, lacidipino, diltiazem, verapamil)
            De  estos  fármacos  hay  tres  grupos  importantes: las derivados  de los dehidropiridinas (amlodipina nifedipina, lacidipina, etc.),  los derivados de la Finilalkilaminas (verapamil) y aquellos otros  derivados de las benzodiacepinas (Deltiazem).  El primer grupo, tiene  un efecto vasodilatador periférico predominante, mientras que  los dos últimos, tienen además efectos directos sobre  el corazón (efecto inotropico negativo, efecto cronotropico  negativo y efectos antiarrítmicos).
            Todos  los calcioantagonistas han demostrado ser útiles en el  tratamiento de la hipertensión arterial.  Algunas  dehidropiridinas han demostrado reducir la mortalidad a través  de mega estudios prospectivos y aleatorizados.21  Como monoterapia pueden ser útiles  cuando la hipertensión  arterial es leve (< 160/100 mmHg) en pacientes que no tengan  manifestaciones de expansión del espacio extracelular así  como tampoco hipercinesia circulatoria, ya que en ellos, estos  fármacos promueven con mayor facilidad la aparición de  edemas como efecto colateral indeseable.
            Los  calcioantagonistas pueden combinarse con casi todos los grupos de  fármacos cuando hay indicación para terapia combinada.   Sin embargo, el Verapamil y el Diltiazem, no deben usarse  concomitantemente con betabloqueadores porque se suman sus efectos  (cronotropico e inotrópico negativos), con  la posibilidad de  que aparezcan bradicardia sinusal importante, bloqueo AV o  insuficiencia cardiaca.  El grupo de dehidropiridinas si puede  combinarse libremente con betabloqueadores.  Sin embargo, las  dehidropiridinas, cuando se asocian a vasodilatadores, tienen la  posibilidad de producir síndrome hipercinético  (taquicardia sinusal) rubicundez facial y edema de miembros  inferiores.  Teniendo en cuenta estas excepciones, pueden asociarse  al resto de los fármacos antihipertensivos.
            El  principal efecto colateral indeseable de los calcioantagonistas es la  aparición de edema de miembros inferiores que no desaparece  con la administración de diuréticos. Se presenta en  aproximadamente el 20% de los pacientes que los reciben y no cede  hasta que se suspende el fármaco.
            Vasodilatadores (hidralazina prazosina)
              La hidralazina produce relajación directa de la capa muscular de las  arteriolas lo que condiciona, vasodilatación, disminución  de las resistencias periféricas y caída de la presión  diastólica.  Este efecto produce secundariamente estimulación  simpática por lo que causa aumento de la frecuencia cardiaca,  y secreción de renina. Por estas razones, este fármaco  no se puede utilizar como monoterapia; en efecto, su uso debe de  acompañarse siempre de betabloqueadores y diuréticos,  para potenciar el efecto anti-hipertensivo y minimizar los efectos  indeseables.  La hidralazina se ha usado con buenos resultados en  hipertensión arterial que acompaña la toxemia del  embarazo.24  Por su parte, la prazosina es un bloqueador de los receptores ,  adrenérgicos, por lo que produce vasodilatación tanto  arteriolar como venosa.  Por sus efectos, frecuentemente presenta el  “fenómeno de la primera dosis” que lo constituye la  aparición de lipotimia o sincope cuando el paciente adopta el  ortostatismo.  Este fármaco produce tolerancia por lo cual  llega a ser inefectivo en el tratamiento crónico de la  hipertensión arterial, por estas razones ha caído en  desuso por  su poca efectividad y sus efectos indeseables.
            Antihipertensivos  de acción central (alfametildopa)
              Este  fármaco es un inhibidor simpático de acción  central, su potencia antihipertensiva es ligera a moderada, con  efectos colaterales muy evidentes a dosis bajas (somnolencia e  impotencia sexual).
            En  la actualidad, su uso se ha restringido a la hipertensión  arterial que se asocia al embarazo debido a que en estos casos  resulta efectivo y bien tolerado por estas pacientes.24
            Finalmente  conviene mencionar, que cuando se logra reducir las cifras de presión  arterial a los niveles óptimos en pacientes con hipertensión  esencial de evolución crónica, se logra también  la reducción de la hipertrofia  miocárdica, y  este fenómeno ha sido denominado cardiorreparación,10  hecho que ha sido demostrado tanto en trabajos experimentales como  clínicos.  Los fármacos que han logrado con mayor  eficacia este efecto, son los inhibidores de la enzima convertidora.
            Crisis  hipertensiva
              La  elevación exagerada de las cifras de presión arterial:  > 180 mmHg para la presión sistólica y/o cifras >  de 130 mmHg para la presión diastólica pueden suceder  en diversas situaciones clínicas.  Para una evaluación  adecuada se debe tener el concepto de si esta elevación  exagerada se acompaña de un daño agudo y progresivo de  los órganos “blanco” Vq encefalopatía hipertensiva  (edema de papila), edema agudo del pulmón (cardiopatía  hipertensiva); insuficiencia renal progresiva (hipertensión  maligna);25  isquemia coronaria o sangrado cerebral agudo. Disección  aórtica o eclampsia,24   se le denomina Emergencia  hipertensiva, lo cual  indica la necesidad de reducir rápidamente la presión  arterial (en minutos o cuando mucho en el curso de horas).  Por otro  lado, si dicha elevación de la presión arterial en  niveles exagerados no se acompaña de daño hipertensivo a los órganos  de impacto se les denomina urgencia  hipertensiva: Vq  glomerulonefritis aguda descontrol hipertensivo por el abandono del  tratamiento, hipertensión post-operatoria, intoxicación  por fármacos con acción simpaticomimética como,  LSd, cocaína, fenil propanolamina, etc.  En estos casos, el  tratamiento médico se inicia por vía oral y el control  se puede lograr en el curso de algunos días.16,17
            Las  emergencias hipertensivas se tratan mediante el internamiento del  paciente en una sala de terapia intensiva y con medicación  intravenosa: nitroprusiato de sodio (Encefalopatía  hipertensiva, disección aórtica y edema agudo del  pulmón); fentolamina (feocromocitoma); hidralazina y  alfametildopa (Eclampsia).16,17,24
            
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