|  
              1.- INTRODUCCIÓN Y OBJETIVODesde siempre los estudios biológicos se han centrado 
                en conocer las condiciones en que pueden desarrollarse los seres 
                vivos, y como ejemplos sencillos los siguientes: estudios de las 
                temperaturas, las concentraciones de oxígeno, las presiones 
                atmosféricas, los nutrientes, etc. de su habitat adecuado; 
                y desde el punto de vista de su homeostasis interna, se ha mostrado 
                la importancia del equilibrio hidroeléctrico y ácido-básico 
                de sus estructuras celulares, conociéndose que para el 
                buen funcionamiento de las mismas, y sobre todo en los humanos 
                se considera indispensable la presencia de un pH adecuado y casi 
                neutro, situación que obedece a pautas universales ya establecidas, 
                en donde se toleran desviaciones mínimas corregibles por 
                mecanismos internos o por ayudas externas. Pero también 
                se acepta que las nociones básicas del conocimiento biológico 
                y por supuesto con evidencias científicas, dichas nociones 
                pueden ser sacudidas y obligadas a modificar lo establecido, y 
                estar preparadas para aceptar que pueden aparecer nuevos horizontes, 
                que ya existían, pero no identificados en relación 
                a condiciones extremas, en donde la presencia de seres vivos no 
                fuera posible, pero que sí existen. Sin duda se aceptó 
                siempre que la vida celular del organismo humano implica la necesidad 
                de un pH alrededor de 7, interno y externo, por lo que por extensión 
                y deducciones lógicas, se aceptó que por la acidez 
                de la secreción gástrica con pH de 1.5, el medio 
                era necesariamente destructor de microorganismos y casi se le 
                consideró como un medio estéril 
                y sólo modificable por circunstancias patológicas, 
                que abatieran la acidez como en las gastritis crónicas 
                y con atrofias de la mucosa, en donde un ambiente menos ácido, 
                si permite o facilita la presencia de bacterias e incluso hongos 
                ( 1 ).
 Pero se presentó un hecho histórico, un descubrimiento 
                científico que cimbró el ambiente científico 
                de la medicina, de la bacteriología y sobre todo de la 
                gastroenterología y de otras ciencias, y que fue la demostración 
                indiscutible de que en el estómago y sobre la mucosa gástrica, 
                viven bacterias que colonizan y lesionan 
                al epitelio y afectan a toda la economía. El aporte científico, 
                indiscutible, contundente de la presencia de cepas bacterianas 
                en la mucosa gástrica, preparadas para tolerar condiciones 
                extremas de pH de 2 o menos, colonizar y llenar por lo menos dos 
                de tres posibilidades en las relaciones de un hospedero (cuerpo 
                humano y su estómago) y de un huésped (bacteria), 
                comensalismo, parasitismo o simbiosis, lo dieron los investigadores 
                australianos Barry Marshall patólogo-biólogo y Robin 
                Warren gastroenterólogo-clínico, en 1982 que identificaron 
                y cultivaron una bacteria, gram negativa, microaerofílica, 
                de forma espiral y cuya colonización y desarrollo en la 
                mucosa gástrica, representa un factor etiopatogénico 
                indiscutible para ocasionar dispepsias , gastritis, úlceras 
                duodenales y gástricas, procesos linfoproliferativos parecidos 
                a los linfomas e incluso ser un factor facilitador de adenocarcinoma 
                ( 2, 3 ). A esta comunicación científica se le reconoce 
                como uno de los fenómenos extraordinarios de las investigaciones 
                biomédicas modernas y que su bacteria la de Marshall y 
                de Warren, ocupara un papel protagónico en el interés 
                progresivo de investigadores de todo el mundo, en diversos campos: 
                clínico, bacteriológico, de anatomía patológica, 
                epidemiológico, farmacológico, inmunológico, 
                genético, etc. como lo demuestra el hecho de que basta 
                solicitar en un servidor de internet información sobre 
                las palabras Helicobacter pylori, para que la repuesta inmediata 
                sea de miles de publicaciones en los últimos 25 años, 
                e incluso de que la bacteria tenga el privilegio de una publicación 
                propia y exclusiva ( 4 ).  El descubrimiento mencionado, dado a conocer no en revistas 
                científicas australianas ( la sociedad de gastroenterología 
                de Australia no aceptó el informe prelimina en forma de 
                carta ) sino por la revista LANCET, en donde su cuerpo editorial 
                se interesa por el hecho fundamental y con base científica, 
                de que por primera vez se tuvieran las evidencias de que las gastritis 
                y las úlceras pépticas, pudieran tener una etiología 
                infecciosa y por supuesto recibir tratamiento con antibióticos. 
                Esta posibilidad al principio no fue aceptada fácilmente 
                ya que desde el principio del siglo XIX, se asoció a la 
                enfermedad ulcerosa péptica gastroduodenal, a factores 
                etiopatogénicos directos o primarios como el ácido 
                gástrico en pacientes hipersecretores (dogma: no ácido 
                no úlcera ) y al estrés vinculado a una vida angustiante 
                dando forma a teorías psicosomáticas y a factores 
                secundarios como el alcohol, tabaquismo, medicamentos, alimentos 
                irritantes, el café, e incluso se habló por años 
                de personalidad y predisposición familiar ulcerogénica, 
                pero hasta antes de 1982, no se pensó en una etiología 
                bacteriana ( 5, 6 ). Pero los investigadores australianos, no sólo dieron un 
                papel protagónico a la bacteria Helicobacter pylori, sino 
                que también nuevamente se lo dieron a la mucosa gástrica 
                en relación a sus funciones secretoras, hormonales y nerviosas 
                con la producción del ácido clorhídrico en 
                situaciones normales, de hipersecreción y las formas de 
                disminuirlo. Las investigaciones llevaron a sus autores a tres 
                premios Nobel, uno a principios del siglo XX en 1904 año 
                en que el galardonado fue I. P. Pavlov, por sus investigaciones 
                en relación a la estimulación neuro-refleja de la 
                secreción del ácido gástrico. El segundo 
                premio fue para el investigador J. W. Black, que siguiendo los 
                conceptos de L. Popielski de que la histamina estaba involucrada 
                en la estimulación de la secreción del ácido 
                gástrico, tuvo el mérito de identificar los receptores 
                H2 de antagonistas de histamina; el descubrimiento de los antagonistas 
                de los receptores H2, y su utilidad en el control de la secreción 
                gástrica y de la cicatrización de las úlceras 
                pépticas, fue considerado un avance científico sensacional. 
                Después el importante descubrimiento de los más 
                poderosos inhibidores de la bomba de protones de las células 
                parietales gástricas ( IBP ) y de alta efectividad en la 
                aceleración de la cicatrización de las úlceras 
                pépticas, no fue motivo de de merecer un premio Nobel, 
                por lo que el tercer premio y adjudicado en el año de 2005, 
                fue para Marshall y Warren en fisiología y medicina por 
                sus descubrimientos y aportaciones sobre Helicobacter pylori, 
                y su relación causal en patologías gastroduodenales 
                ( 7 ). Actualmente se conoce que el Helicobacter pylori es el responsable 
                de la infección bacteriana crónica mas común 
                en el mundo, estimándose que la prevalencia está 
                por arriba del 50 %, y aún cuando este microorganismo esta 
                presente en gran parte de la población mundial, no se le 
                ha podido considerar como un microbiota habitual, por el hecho 
                de que su presencia siempre produce una respuesta inflamatoria 
                en grado variable de los infectados, lo que representa un verdadero 
                problema de salud, que es diferente para países desarrollados 
                con prevalencias que varían en cifras de 5 al 10 %, en 
                comparación con las reportadas en países en desarrollo 
                con cifras que alcanzan hasta el 90 %, como es el caso de los 
                países de Africa y de latinoamérica, includo México 
                ( 8 ). En relación a estas diferencias los factores que 
                más se mencionan son: el nivel socioeconómico y 
                el de salud ambiental ( 9 ). Por lo mencionado esta revisión, pretende como objetivo, 
                el que represente un documento de información, fácil 
                de leer, dirigido a estudantes de medicina y que sea una ayuda 
                para el ejercicio profesional de los médicos generales 
                y de primer contacto, con la intención de que se interesen 
                en el tema de la infección crónica por Helicobacter 
                pylori, como un problema de salud nacional, que se justifica por 
                la alta prevalencia, que supera la cifra de 70 % de infectados 
                en México. Por lo que para mitigar las consecuencias de 
                dicha situación, es necesario el esfuerzo de todos los 
                involucrados en la atención de asistencia médica 
                y en trabajos de prevención de todos los días, y 
                comprometerse para que en México se logre alcanzar el nivel 
                de país desarrollado en salud ambiental y para todos.  2.- HISTORIA Sin duda la asociación entre Helicobacter pylori con las 
                gastritis fue observado por primera vez por Warren en 1979, y 
                la bacteria cultivada hasta 1982, pero la historia del microrganismo 
                tiene múltiples antecedentes que se remontan a la importante 
                época de la caza de microbios de los finales del siglo 
                XIX y principios del XX, y de los mencionados unos más 
                que otros son los siguientes:
 
               
                En 1875 Bottcher y Letulle investigadores 
                  alemanes descubren una bacteria en la base y en los bordes de 
                  úlceras gástricas, y sugieren como hipótesis 
                  que la bacteria puede ser causa de la enfermedad ulcerosa, pero 
                  como no pudieron cultivar a la bacteria, la información 
                  no fue motivo de atención y fue olvidada ( 6 ). 
                En 1893 Bizzozero identifica bacterias de 
                  forma espiral en la mucosa gástrica de perros, infiltrando 
                  las glándulas e incluso dentro del citoplasma y vacuolas 
                  de las células parietales; dicho organismo fue nombrado 
                  despues Helicobacter bizzozeroni en 1996. 
                 En 1896 Salomon describe la misma bacteria 
                  en el estómago de ratas (en otras publicaciones se menciona 
                  que fue en gatos ).  
                 En 1899 Walery Jaworski en Cracovia estudiando 
                  aspirados gástricos de humanos, describió bacterias 
                  alargadas de forma espiral, a las que denomino Vibrio regula, 
                  siendo el primer investigador en informar la posible participación 
                  de este microorganismo en las enfermedades gástricas, 
                  y aún cuando el estudio fue incluido en un libro de gastroenterología, 
                  no tuvo la difusión que merecía por que se publicó 
                  en polaco ( 7 ). 
                 En 1906 Krienitz( otras publicaciones lo 
                  nombran Karientz ) encuentra bacterias espirales en la mucosa 
                  de de estómagos de pacientes que tuvieron cáncer. 
                 En 1921 Edkins describe la presencia de 
                  Helicobacter felis en gatos. ( descubrió a la gastriana 
                  en 1905 ) 
                 En 1938 la asociación entre espiroquetas 
                  e inflamación gástrica en monos macacos es descrita 
                  por Doenges; este autor reportó también la presencia 
                  de dichos microorganismos en el 43 % de estómagos humanos 
                  estudiados en necropsias. 
                 En 1940 Freedberg y Barron “ confirmó 
                  “ que las espiroquetas descritas por Doenges no tienen 
                  un papel etiológico en las enfermedades gástricas 
                  del hombre. 
                 Pero también en el mismo año 
                  Gorham postuló la hipóteis de que una “ 
                  bacteria acidófila “ era la causa de úlceras 
                  gástricas ( 9, 10 ). 
                 En 1979 Robin Warren identifica una bacteria, 
                  estudiando las biopsias gástricas de un paciente con 
                  gastritis crónica activa, iniciándose en dicho 
                  año la era del Helicobacter pylori; las investigaciones 
                  del patólogo Robin Warren continuan estudiando biopsias 
                  de de pacientes con gastritis, describiendo bacterias en forma 
                  de espirales localizadas entre la capa mucosa y la superficie 
                  del epitelio, y durante dos años confirma dicho hallazgo; 
                  pero su mérito lo representó sin duda el asociar 
                  la presencia de la bacteria como posible factor etiológico 
                  o causal de alteraciones inflamatorias de grado variable de 
                  la mucosa gástrica del hombre. En 1981 el gastroenterólogo 
                  clínico Barry Marshall confirma y apoya los descubrimientos 
                  del patólogo, y en 1982 logran el cultivo de la bacteria 
                  del moco obtenido de once pacientes con gastritis demostradas 
                  también en biopsias, y lo contrario la ausencia de bacterias 
                  en biopsias de estómagos de pacientes normales. En 1983 
                  ambos autores comunican sus observaciones, con estudios histopatológicos 
                  y tinciones de plata y al germen lo denominan Campilobacter 
                  pyloridis y después Campilobacter pylori ( corrigiendo 
                  la gramática latina ). Ese mismo año logran identificar 
                  al bacilo en el cultivo de moco gástrico, hecho que en 
                  múltiples comunicaciones lo denominan como fortuito, 
                  por tratarse de un cultivo olvidado por varios días ( 
                  10 ).  
                 En 1985 Barry Marsall para demostrar la 
                  patogenicidad de la bacteria, se autoinfecta ingiriendo una 
                  cepa de bacilos cultivada y obtenida de un paciente de 66 años 
                  con diagnóstico de dispepsia no ulcerosa, y a las dos 
                  semanas tiene la misma sintomatología manifestada por 
                  crisis de dolor en epigástrio, nauseas y vómitos, 
                  se le realiza endoscopia y en las biopsias de su propia mucosa 
                  gástrica se identifican los bacilos; en unas publicaciones 
                  se describe que curó espontáneamente ( 11 ) y 
                  en otras que recibió tratamiento con sales de bismuto 
                  y metronidazol ( 12 ). Independientemente a estas dos aceveraciones, 
                  lo importante del mismo hecho, lo representa la contundencia 
                  de la comprobación de haber cumplido los postulados relacionados 
                  a los padecimientos de origen infeccioso.  
                 En 1987 Morris también ingiere el 
                  bacilo que le ocasiona gastritis requiriendo tratamiento con 
                  un antibiótico para lograr su erradicación ( 13 
                  ). 
                 En 1989 en la 2ª Reunión del 
                  Grupo Europeo para el estudio del Campilobacter en Ulm Alemania, 
                  y por estudios filogenéticos y del ADN bacteriano se 
                  concluyó que el género debería ser el de 
                  Helicobacter, reconociéndose además como la única 
                  bacteria relacionada con las gastropatías, y cuya diferencia 
                  principal con el campilobacter es la de que el Helicobacter 
                  es una bacteria que tiene flagelos en uno de los extremos en 
                  número variable de cuatro a ocho ( 9 ). 
                 La clasificación aceptada:Reino: Bacteria
 Clase: Proteobacteria
 Orden: Campilobacterales
 Familia: Spirillaceae,
 Género: Helicobacter
 Especie: pylori
 
                 Por la demostración inobjetable de 
                  múltiples estudios posteriores, se conoció que 
                  la presencia de la bacteria es a nivel mundial, que la mayoría 
                  de las personas infectadas permanecen asintomáticas, 
                  pero que en una proporción variable que puede ser de 
                  un 10 % a 20 % , sin duda, la infección es causa de gastritis 
                  aguda , gastritis crónica persistente, gastritis atrófica, 
                  úlceras duodenales y úlceras gástricas; 
                  además y que ha sido la preocupación mayor, es 
                  de que los adultos infectados y no tratados, tienen de dos a 
                  seis posibilidades de riesgo para desarrollar neoplasias gástricas 
                  como adenocarcinoma y tumores parecidos a los linfomas. Con 
                  los años se ha demostrado su asociación con padecimientos 
                  extragástricos ( 14, 15, 16, 17, 18 ). 
                 La demostración contundente de que 
                  el Helicobacter pylori es un factor etiológico en las 
                  gastritis, las úlceras gástricas y duodenales, 
                  es de que se curan con esquemas de erradicación bacteriana 
                  a base de antibióticos y de que las recidivas de las 
                  úlceras pépticas han disminuido notablemente, 
                  como también han disminuido las indicaciones de cirugía 
                  ( 19 ). 
                 Con los años se ha conocido que los 
                  tratamientos de erradicación del Helicobacter pylori 
                  ha dado grandes beneficios, han disminuido las úlceras 
                  pépticas, pero se ha manifestado una situación 
                  que amerita ser aclarada, y es la del aumento de la enfermedad 
                  por reflujo gastroesofágico, el diagnóstico frecuente 
                  de epitelio de Barret y del aumento del adenocarcinoma de la 
                  unión esofagogástrica ( 19, 20 ).  
              3.- LA BACTERIA El Helicobacter pylori es una bacteria gram negativa, curva, espiriforme, 
                muy móvil, no fermentadora, no oxidante que mide de 2.5 
                a 4 micras de longitud por 0.5 a 1 micra de ancho, con un mechón 
                de flagelos en uno de sus extremos en número de 4 a 8 envainados 
                y que le dan gran movilidad; la forma espiral es más evidente 
                cuando se le identifica en las biopsias, pero cuando se le identifica 
                en los cultivos la morfología es más recta y se 
                aprecian bacterias que han perdido sus flagelos; además 
                de que se han descrito formas redondas como cocos, habiéndose 
                postulado tres posibilidades: una de que son formas de resistencia 
                implicadas en la transmisión, que son formas viables pero 
                no cultivables, o de que son formas de bacterias muertas. Como 
                bacteria gram negativa, comparte características estructurales 
                de ellas, como son la presencia de una membrana plasmática 
                y una membrana externa; su composición interna se caracteriza 
                por un complejo constituido por elementos fibrilares nucleares 
                y ribosomas, que se entremezclan entre sí, pudiendo mostrar 
                en ocasiones bacteriófagos; como hecho importante es de 
                que la vaina de sus flagelos tiene una estructura lipídica 
                exactamente igual a la de la membranan externa, con la misión 
                de proteger a los flagelos de la degradación del ácido 
                ( 9 ). El H pylori se cultiva en preparaciones de agar, es de 
                crecimiento lento, necesitando un medio microaerófilo con 
                concentraciones de O2 de 2 % a 8 % y de CO2 de 7 % a 10 %, lo 
                que muestra que requiere concentraciones de O2 menores a las atmosféricas, 
                necesitando además hidrógeno y metanogénesis 
                como fuente de energía; los medios de cultivo selectivos 
                enriquecidos necesitan nutrientes ( Campy Bap, el de Dent, medio 
                para cultivo de Brucela, de Skirrow, etc. ) y los más mencionados 
                son: peptona, triptona, extractos de levadura, glucosa, sales 
                como cloruro de sodio, bisulfito de sodio, con 1 % a 10 % de sangre 
                de carnero, de caballo y/o suero fetal bovino, en un pH de 6.6 
                a 8.4 y temperaturas de 33 a 40.5 grados centígrados ( 
                9 ). Para el desarrollo se necesita por lo menos seis días 
                de incubación, identificándose colonias pequeñas, 
                transparentes y muy similares a las colonias de Camplylobacter, 
                facililitándose la identificación, mediante la tinción 
                de las colonias, utilización de reacción de catalasa 
                y de citocromoxidasa positivas y demostrando la acción 
                de ureasa, que rapidamente desdobla a la urea en pocos minutos. 
                Esta prueba es definitiva, ya que no existe otro aislamiento bacteriano 
                de la mucosa gástrica, similar al Helicobacter pylori productor 
                de ureasa ( 21 ).
  Las dos características fundamentales de la bacteria 
                para lograr un habitat natural en la mucosa gástrica humana, 
                es la de ser la infección bacteriana crónica mas 
                frecuente y extendida y solo superada por el problema de las caries 
                dentarias, y la de mostrar una enorme capacidad de adaptación 
                a la acidez de la superficie gástrica, para lograr un micronicho 
                de colonización permanente. Esto se debe a que dentro de 
                sus genes destaca el que permite la producción a gran escala 
                de una enzima vital y que es la ureasa, enzima que se localiza 
                en la superficie de la bacteria, que con el cofactor níquel 
                catalizan la hidrólisis de urea en bióxido de carbono 
                y en amonio que rodea a la bacteria, como un halo 
                o nube protectora que neutraliza el ácido 
                gástrico, elevando el pH de 1.5 a 6 o 7 en el entorno bacteriano, 
                y situarse entre el espesor de la capa de moco y la superficie 
                epitelial, en donde el pH es neutro. La bioquímica de la 
                enzima ureasa revela una extraordinaria eficacia hidroeléctrica 
                que le permite actuar aún con las escasas concentraciones 
                de urea que existe en el estómago; además, en el 
                año 2000, se describió una proteina que fue nombrada 
                ure1 , miembro de las amidoporinas, que regula la transferencia 
                de urea externa del epitelio gástrico, hacia el citoplasma 
                de la bacteria, mediante canales o compuertas transportadores 
                específicos que atraviesan la membrana celular, de tal 
                manera que cuando el medio externo es excesivamente ácido, 
                los canales incrementan notablemente la entrada de urea al citoplasma 
                bacteriano, aumentando la producción de amonio para neutralizar 
                el periplasma ( area delimitada por las dos capas de la membrana 
                celular bacteriana ); sin la capacidad de la bacteria para llevar 
                a pH neutro al propio periplasma, el microorganismo se hace vulnerable 
                al pH ácido, representando así, el mecanismo extraordinario 
                de adaptación, defensa y sobrevivencia ante condiciones 
                extremas ( 1 ); además, si el pH gástrico se alcaliniza 
                por efecto de una comida, la urea no entra al citoplasma, no es 
                desdoblada por la ureasa, evitándose un posible efecto 
                letal alcalino sobre el H pylori. La ureasa es una enzima con 
                alto peso molecular de 600,000 KDa, habiéndose descrito 
                dos subunidades denominadas A y B con pesos moleculares de 33,000 
                y 66,000 KDa respectivamente, que se activan a pH de 4 a 10 con 
                óptimo de 10 ( 9 ). El H pylori produce otras enzimas como 
                catalasas, proteasas, oxidasas, fosfolipasas, hemoaglutininas, 
                adhesinas que permiten entender su patogenicidad ( 22 ). La adaptación 
                del H pylori al estómago humano por siglos, se ha logrado 
                por su capacidad de desarrollar el mecanismo de neutralizar el 
                ácido gástrico , y como se ha mencionado por la 
                producción de la enzima ureasa, pero también por 
                su capacidad de regular dicha producción e incluso incrementarla, 
                por la capacidad que tiene la bacteria de producir N- metilhistamina, 
                lo que sugiere mecanismos reguladores del pH del micronicho de 
                colonización de acuerdo a sus necesidades; por estas capacidades 
                se ha mencionado que la infección gástrica por la 
                bacteria podría representar una asociación benefica, 
                ya que ante la posibilidad de aumentar la producción de 
                ácido y desde el punto de vista preventivo, se disminuiría 
                la posibilidad de entrada de bacterias enteropatógenas 
                al estómago y que no están preparadas para sobrevivir 
                en el médio hostil gástrico ( 23 ).  En la actualidad se conocen múltiples especies de Helicobacter 
                asociados a la mucosa del tracto digestivo de otros hospederos, 
                y actualmente las listas llegan por lo menos a 24 especies de 
                HELICOBACTER descritas en forma válida, y existe otro número 
                importante en espera de ser identificadas formalmente. ( 9, 10 
                ). Las especies más nombradas son: el H acinonyx aislado 
                de la mucosa gástrica de chitas, H mustelae de hurones, 
                H nemestrinae de monos macaco, H suis de cerdos, H bizzozeronii 
                de perros, H felis de gatos, etc. pero la única especie 
                involucrada en patologías del estómago humano es 
                el H pylori y que tiene gran variedad de cepas ( 24 ). 4.- EPIDEMIOLOGÍAEn veinticinco años de haberse demostrado la colonización 
                bacteriana de la mucosa gástrica humana por el H pylori, 
                se conoce por estudios principalmente de prevalencia, que la infección 
                es de distribución mundial, y de que indiscutiblemente 
                se puede adquirir desde la infancia, en relación a dos 
                factores fundamentales y de efecto inversamente proporcional y 
                que son el nivel de desarrollo de los diferentes países 
                y los niveles de sanidad del medio ambiente de los mismos, y como 
                en otra patologías, a la infección por H pylori 
                se le califica como indicador de pobreza. Para los países 
                en desarrollo y con condiciones no óptimas de sanidad, 
                para sus poblaciones se reportan frecuencias en forma de tasas 
                o coeficientes a base de prevalencias muy altas de infección 
                en sus infantes, con cifras hasta de 70 % a 80 %; en cambio en 
                países desarrollados y con condiciones sanitarias óptimas, 
                la prevalencia en su población infantil es de sólo 
                0.5 % a 1 % para menores de diez años; en general se reporta 
                una prevalencia para todas las edades y a nivel mundial con cifras 
                que promedian aproximadamente 50 % o más como se aprecia 
                en los siguientes dos tablas ( 22 ).
 
                 
                  | TABLA 
                      1 INFECCIÓN POR H pylori A NIVEL MUNDIAL |   
                  | CONTINENTE | % |   
                  | MÉXICO, AMERICA CENTRAL Y AMÉRICA DEL SUR | 70 % - 90 % |   
                  | AFRICA | 70 % - 90 % |   
                  | ASIA | 70 % - 80 % |   
                  | EUROPA ORIENTAL | 70 % |   
                  | EUROPA OCCIDENTAL | 30 % - 35 % |   
                  | CANADA Y USA | 30 % |   
                  | AUSTRALIA | 20 % |    
                 
                  | TABLA 
                      2 PREVALENCIA DE HELICOBACTER pylori EN PAÍSES EN 
                      DESARROLLO EN ADULTOS E INFANTES |   
                  | CONTINENTE | PAIS | ADULTOS 
                    (>21) % | INFANTES 
                      % |   
                  | AFRICA | ETIOPIA | >95% | 48% (2-4) a 80% (6) |   
                  | GAMBIA | >95% | 95% (5) |   
                  | NIGERIA | 91% | 82% (5-9) |   
                  | ASIA | BANGLADESH | >90% | 58% (0-4) a 82% (8-9) |   
                  | CHINA | >55% | 41% (3-12) |   
                  | INDIA | 88% | 22% (0-4) a 87% (10-19) |   
                  | SIBERIA | 85% | 30% (5) a 63% (15-20) |   
                  | SRI LANKA | 72% | 67% (6-19) |   
                  | MEDIO ORIENTE | EGIPTO | 90% | 50% (3) |   
                  | JORDANIA | 82% | ¿ |   
                  | LIBIA | 94% | 50% (1-9) a (10-19) |   
                  | ARABIA SAUDITA | 80% | 40% (5-9) |   
                  | TURQUIA | 80% | 64% (6-17) |   
                  | AMERICA DEL NORTE | MEXICO | 70% | 43% (5-9) |   
                  | AMERICA CENTRAL | GUATEMALA | 65% | 51% (5-10) |   
                  | AMERICA 
                      DEL SUR | BOLIVIA | ¿ | 54% (5) |   
                  | BRASIL | 82% | 30% (6-8) a (10-19) |   
                  | CHILE | 72% | 36% (3-9) |   
                  | PERU | ¿ | 52% (3) |  La edad, la etnia y el género son factores que pueden influir 
                en la incidencia y en la prevalencia de la infección por 
                H pylori, pero los que sí las influyen sin duda, lo representa 
                el estado socioeconómico, mencionándose lo representado 
                por situaciones de hacinamiento, la promiscuidad, la vivienda 
                sin servicios básicos, agua de dudosa calidad en lo referente 
                a la potabilización o francamente contaminada, el nulo 
                control de calidad higiénica en el manejo de alimentos 
                y la desnutrición, hablando de países en desarrollo. 
                Esto también se manifiesta en países desarrollados, 
                como es el caso de EEUU, en donde las diferencias entre poblaciones 
                de blancos con prevalencias de menos del 10 % en caucásicos 
                menores de 30 años, para alcanzar cifras de 50 % en los 
                mayores de 60 años, comparadas con sus poblaciones de origen 
                africano, indígenas autóctonos y latinoamericanos, 
                en donde sin duda todos estos grupos tienen mayores prevalencias 
                y desde la infancia por una alta transmisión intrafamiliar, 
                por nivel socio-económico bajo y todo lo que esto representa, 
                sobre todo en los grupos inmigrantes recientes con cifras de mas 
                de 60 % en los mayores de 60 años ( 21, 22 ). Los estudios 
                epidemiológicos y que son numerosos se han basado principalmente 
                en valores de prevalencia, demostrándose no solo diferencias 
                en relación a países desarrollados y en desarrollo, 
                sino también diferencias por continentes, entre los diversos 
                países que los integran, además de que en cada uno 
                de estos, las diferencias son evidentes por zonas, citadinas de 
                mejor calidad de vida, zonas márginadas de las grandes 
                ciudades y por supuesto en las rurales. Por ser una infección 
                tan extendida y de distribución mundial, los factores de 
                riesgo pueden variar no solo en países sino entre poblaciones, 
                por lo que un factor de riesgo ( como es el nivel socioeconómico 
                o el nivel de sanidad ambiental ) se ha utilizado y facilitado 
                los estudios de grandes grupos , para determinar prevalencias 
                y no para incidencias, ya que para conocer incidencias, se necesitan 
                estudios de cohorte y se puedan estimar efectivamente otros factores 
                de riesgo para adquirir la infección ( 25 ). Esto se demuestra 
                sin duda en el estudio de infección por H pylori, y en 
                cualquier país en desarrollo en donde al investigar grupos 
                de poblaciones cerradas, como en asilos de enfermos mentales, 
                orfanatos, reclusorios, áreas marginadas y muy confinadas, 
                a los factores de riesgo indudables socio-económicos y 
                de bajo nivel de sanidad, se agregan otros bien estudiados y siempre 
                se mencionan: promiscuidad, hacinamiento, situaciones de nacimientos 
                en vivienda, niveles de escolaridad y sobre todo dificultad o 
                nulo acceso a agua potable. Como resultado 
                de estos informes y haberse demostrado que es una infección 
                de distribución mundial, se acepta actualmente que la transmisión 
                de la bacteria se ocurre de persona a persona, que es entre familiares, 
                de madre a hijo, por vias oral-oral, oral-fecal y oral-aguas contaminadas, 
                por lo que la prevalencia en niños a nivel mundial se estima 
                en 30 %, con cifras de seroprevalencia o seroconversión 
                de 24 % entre los 3 y 5 años, para llegar al 45 % en edades 
                de 16 a 20 años ( 9,10, 26, 27 ).
 En México la comunidad médica no podía mantenerse 
                al margen del impacto que representó el descubrimento de 
                Warren y Marshall, y las publicaciones han alcanzado también 
                número altamente significativo, en relación a conocer 
                los aspectos epidemiológicos y las características 
                de la infección en la República; los múltiples 
                trabajos y altamente significativos, se han centrada en estudios 
                de prevalencia en infantes, en adolescentes, y en poblaciones 
                de todas las edades, por lo que algunos trabajos y a partir de 
                la última década del siglo XX, algunos han sido 
                de consulta y referencia obligadas y representan un ejemplo de 
                la producción académica de las grandes instituciones 
                de atención del sector salud nacional. Como primer ejemplo 
                el trabajo de Torres publicado en el J. Infect. Dis. En 1998 sobre 
                la sero-epidemiología e infección por H pylori en 
                México; el estudio iniciado en 1997, se efectuó 
                con sueros representativos de la población de todos los 
                estados de la República Mexicana; muestra que incluyó 
                a 11, 605 sueros y procedentes de personas con edades de 1 a 90 
                años; en sus resultados se advierte que el 20 % de los 
                niños de 1 año de edad mostraron anticuerpos para 
                H pylori, que la sero-positividad aumentó progresivamente 
                a cifras de 50 % en niños de 10 años, lo que demuestra 
                el hecho ya aceptado a nivel mundial, que la infección 
                en México como país en desarrollo también 
                se adquiere desde la infancia, alcanzando cifras de 80 % en la 
                población joven con edades de 18 a 20 años, y de 
                que la seropositividad aumenta un 5 % cada año de los primeros 
                10 años de vida ( 28 ). Lagunes reportó la prevalencia 
                de H pylori en infantes en edad escolar de 6 a 13 años 
                y sanos de la ciudad de Puebla, mediante la investigación 
                de antígeno de H pylori en materia fecal en 46 de género 
                masculino y 48 del femenino, detectándose resultados positivos 
                en 13 niños y en 10 niñas con una prevalencia de 
                24 %, sin diferencias en el género; la autora considera 
                la necesidad de dar seguimiento a esta población de infantes 
                portadores asintomáticos, para conocer el momento y el 
                comportamiento o no de sintomatología; sus cifras que se 
                acercan a las reportadas en países desarrollados, como 
                en Austria cuya población infantil de 6 a 10 años 
                muestran una prevalencia de 28.3 % , y se alejan de las reportadas 
                en países en desarrollo como Brasil cuya población 
                de 10 años muestran una prevalencia de 48.8 % ( 29 ). Constanza 
                en 2004, estudia la sero-prevalencia de H pylori en 5861 adolescentes 
                del estado de Morelos, reportando una sero-prevalencia general 
                de 47.6%, correspondiendo al 40.6 % en preadolescentes de 11 a 
                14 años, de 48.6 % en adolescentes de 15 a 17 años 
                y de 59.8 % en adultos jóvenes con 18 a 24 años 
                de edad; lo que muestra que la sero-prevalencia se influye con 
                la edad e inversamente a los niveles socioeconómicos, como 
                es la realidad de los paises en desarrollo ( 30 ). Calva Rodríguez 
                en el 2006, reportó la prevalencia de H pylori, mediante 
                la búsqueda de antígeno en heces fecales, en tres 
                grupos de niños provenientes de tres medios socioeconómicos 
                diferentes de la ciudad de Puebla: grupo A integrado por 94 de 
                un medio socio-económico calificado de medio-bajo y de 
                zona conurbana, el B por 94 del medio rural y el C integrado por 
                94 de un medio socio-económico alto, niños que asisten 
                a escuelas privadas y viven en zonas citadinas con todos los servicios 
                sanitarios. En el A 23 fueron positivos ( 24.46 % ), en el B 17 
                positivos ( 18.08 % ) y en el C sólo 2 dieron resultado 
                positivo ( 2.12 % ), mencionando que la sola presencia de drenaje 
                intradomicilario y la presencia de carne en la dieta de los niños 
                representó significancia estadística entre los tres 
                grupos; el tener acceso a agua potable y el número de personas 
                que viven en la misma casa, si prevalecieron estadísticamente 
                en los grupos A y B, lo que está de acuerdo a lo reportado 
                a nivel mundial ( 31 ). Goodman estudió la epidemiología 
                de la infección por H pylori en mujeres embarazadas controladas 
                en una clínica de atención materno-infantil de la 
                ciudad del Paso Texas de U.S.A. y de atención del Instituto 
                Mexicano del Seguro Social de la ciudad de Juárez Chihuahua, 
                investigando condiciones de sanidad del medio ambiente y la detección 
                de anticuerpos séricos para H pylori; en una muestra de 
                751 sueros reportó una seroprevalencia de 74 % paras las 
                mujeres de la ciudad del lado de la frontera de México, 
                y de 56 % para las de la ciudad del lado de U.S.A.; concluyendo 
                que las altas prevalencias de infección en mujeres embarazadas 
                atendidas en ambas zonas fronterizas, se derivan de deficientes 
                condiciones de sanidad, hacinamiento en la vivienda y pobres situaciones 
                socioeconómicas, que son más evidentes del lado 
                mexicano de la frontera ( 32 ). Mohar en 2001, estudió 
                la prevalencia de lesiones precursoras de adenocarcinoma gástrico 
                asociadas a la infección por H pylori en la población 
                de Comitan del estado de Chiapas, en donde las altas prevalencias 
                de infección por H pylori y de adenocarcinoma gástrico 
                representan un problema de salud para dicha entidad federativa; 
                en su revisión incluyó 281 personas asintomáticas 
                con estudios serológicos positivos de anticuerpos y para 
                la citotoxina CagA del H pylori, a todos se les efectuó 
                endoscopias y biopsias para identificar a la bacteria y las alteraciones 
                de la mucosa gástrica; destaca la alta frecuencia de lesiones 
                precursoras de adenocarcinoma gástrico en una población 
                asintomática, pero con evidencia de positividad serológica 
                de infección por H pylori por cepas CagA ( + ); solo en 
                el 10.7 % no se pudo identificar al H pylori en las biopsias, 
                en el 59 % se encontró gastritis crónica activa, 
                un 51 % de metaplasia intestinal de tipo completo, un 12.5 % de 
                displasia moderada o severa, sin identificarse casos de displasia 
                grave, pero sí se identificó un caso de carcinoma 
                in situ. La frecuencia de lesiones precursoras de adenocarcinoma 
                gástrico, fueron similares entre personas de 60 años 
                o mayores y población más joven, sin diferencias 
                de género. Sólo un paciente no mostró alteraciones 
                de la mucosa gástrica y en el 25 % de la serie se identificaron 
                grados variables de inflamación aguda o crónica; 
                lo interesante del estudio es de que se dividió a la muestra 
                en dos grupos, uno para tratamiento de erradicación ( N0=143 
                ) y otro control con placebo ( N0=138 ); a las seis semanas de 
                selección aleatorizada, la frecuencia de erradicación 
                para el grupo tratado fue de 70 % y de sólo 3.6 % para 
                el grupo placebo. En sus conclusiones se advierte la posibilidad 
                de beneficios de erradicación del H pylori, como medida 
                de preventiva del adenocarcinoma gástrico, que como se 
                ha demostrado la infección crónica por H pylori, 
                tiene un riesgo de producir neoplasia en frecuencias reportadas 
                del 53 % al 60 %, abriendo una posibilidad para el control del 
                adenocarcinoma que en México es de alta prevalencia ( segunda 
                causa de muerte en pacientes que fallecen por tumores malignos 
                en México ), de diagnóstico tardío y de alta 
                mortalidad ( 33 ). 5.- ESTUDIOS GENÓMICOSSe conoce que existen múltiples cepas del H pylori, las 
                que tienen una capacidad variable de mantener la infección 
                por toda la vida de los infectados, distinguiéndose también 
                por su extensa diversidad genética, originada en su capacidad 
                adquirida de borrar, reacomodo y mutaciones del la secuencia del 
                DNA; esta diversidad facilita la adapatación a nuevos hospederos 
                infectados, a la persistencia por años y de la alta prevalencia 
                de infección a nivel mundial; diversidad también 
                evidenciada en múltiples estudios, que han demostrado una 
                amplia variabilidad del genoma ( lo que se ha llamado como variaciones 
                genéticas mayores del H pylori ) de las bacterias que infectan 
                a diferentes individuos no relacionados y la menor diversidad 
                clonal de las bacterias de un mismo individuo y de los relacionados 
                por línea familiar ( 34 ). Estos conocimientos fueron consecuencia 
                de una amplísima información que llevó a 
                conocer la estructura genética del H pylori de dos cepas, 
                que confirman la estructura mimetizante de la bacteria, caracterizada 
                por altas frecuencias de mutaciones; la cepa conocida con el numeral 
                26695, fue aislada en el Reino Unido en 1987 en un paciente con 
                gastritis, y la cepa conocida como J99 se aisló en Estados 
                Unidos de Norteamércia en un paciente con úlcera 
                duodenal; ambas cepas no tienen un origen de replicación 
                identificables, pero se conoce que tienen una longitud promedio 
                de secuencias codificables de 1590 marcas de lectura abierta para 
                la cepa 26695 y de 1495 para la J99, representando el 90.8 % y 
                el 91 % de sus genomas respectivamente. El H pylory es una bacteria 
                que se caracteriza por su enorme diversidad genética, y 
                en la mayoría de los genes del H pylori, las secuencias 
                de los nucleótidos observados muestran una variación 
                de 3 % a 5 %; además las diferencias en las secuencias 
                de los nucleótidos de los genes individuales, derivan de 
                numerosas mutaciones puntuales ( microdiversidad ), habiéndose 
                demostrado también diferencias en la organización 
                de los genes ( lo que se conoce como macrodiversidad ); esta variabildad 
                de los genes es una característica única del H pylor, 
                en comparación con otras bacterias gram negativas. La bacteria 
                es altamente competente para captar ADN, que permite recombinaciones 
                genéticas entre las cepas, dando lugar a poblaciones con 
                estructura genética recombinante y genes organizados en 
                forma de mosaico ( 35, 36 ).
  6.- PATOGENICIDADSe tienen evidencias de que existen diversas especies de H pylori, 
                que se comportan como flora nativa del estómago de diferentes 
                mamíferos, pero el H pylori es habitante exclusivo del 
                estómago de los humanos, estando presente como infectante, 
                por lo menos desde hace cien mil años o más, lo 
                que hace suponer que huesped y hospedero han evolucionado juntos 
                con importante implicaciones que sólo se conocieron desde 
                1982. La colonización bacteriana del hospedero, afecta 
                el epitelio gástrico a través de lograr micronichos, 
                utilizando recursos que se pueden considerar como señales 
                para el hospedero, el cual también produce señales 
                para la bacteria en forma de temperatura, medio químico 
                y por supuesto moléculas de defensa; aun cuando estas señales 
                recíprocas pueden ser incoordinadas, la evolución 
                compartida implica un encadenamiento, en donde las señales 
                de ambas partes tienen respuestas recíprocas. Si como se 
                conoce que la colonización se puede dar por diferentes 
                cepas y que es el caso del H pylori, que muestra el ejemplo extremo 
                de alto grado de mutaciones y muy alta frecuencia de recombinaciones 
                genéticas, lo habitual es que un hospedero no sea colonizado 
                por un simple o único clon, sino por un racimo de bacterias 
                estrechamente relacionadas, semejando a las cuasiespesies 
                observadas con RNA viral persistente como en el caso de la hepatitis 
                C y del VIH. Esta variación bacteriológica afecta 
                las señales del hospedero, y como ejemplo dentro de una 
                población bacteriana, las células individuales pueden 
                o no expresar moléculas de interacción específica 
                con el hospedero, y que afectan la biología del hospedero 
                de manera diferente. Como consecuencia las señales del 
                hospedero se muestran desde un aumento de nutrientes a través 
                de efectores inmunes, hasta cambios en el ambiente microscópico 
                gástrico y que son selectivamente diferenciados para genes 
                específicos del H pylori. Por lo tanto cada hospedero es 
                colonizado por una combinación de genes bacterianos, con 
                un genotipo dominante determinado por selección. En suma 
                la alta plasticidad de la población bacteriana sujeta también 
                a la selección específica del hospedero, parece 
                representar una explicación para tratar de entender la 
                facilidad con que la infección por H pylori persista por 
                años, con la presencia de diferentes cepas y con variantes 
                de dichas cepas en un hospedero individual, y la capacidad de 
                la bacteria de colonizar a todos los humanos a pesar de la heterogenicidad 
                racial ( 37 ). Durante años el H pylori al ser ingerido 
                por un nuevo hospedero, ha logrado establecerse en la interfase 
                muy delgada presente entre la capa de moco y la superficie del 
                epitelio gástrico, iniciándose una selección 
                temprana por señales inmediatas recíprocas de parte 
                del epitelio y de la bacteria, lo que lleva a una ocupación 
                que se podría calificar de estable del micronicho, y posibilidades 
                de transmisión a nuevos hospederos ( 38 ).
 6.1.- CAPACIDAD DEL HELICOBACTER pylori PARA MANTENER 
                INFECCIÓN PERISTENTEEl hecho de que los infectados estén colonizados por una 
                población bacteriana muy versátil, por la presencia 
                de elementos genéticos móviles por su capacidad 
                de mutaciones endógenas y acciones recombinantes, modificaciones 
                o rearreglos cromosomales a gran escala ( que explican diferencias 
                a nivel de genotipo e incluso a nivel de fenotipo ), que les da 
                capacidades para responder a señales del microambiente 
                de los micronichos, que favorecen la emergencia de cepas seleccionadas, 
                y el mejor ejemplo, y que se conoció desde el inicio de 
                los esquemas de tratamiento, es la aparición de resistencias 
                a antibióticos y al metronidazol ( 22, 23 ). Esto se explica 
                por la capacidad y alta competencia que han mostrado las cepas 
                para tomar DNA de otras cepas, de ahí que el estudio de 
                secuencias de genes, muestren fuertes evidencias de recombinaciones 
                entre cepas, hasta el grado de que lo que se podría llamar 
                el linaje clonal es altamente obscurecido. Se presentan también 
                substanciales recombinaciones intragenómicas, con presencia 
                de repetidas secuencias de DNA, borramientos, duplicaciones y 
                grandes disparidades dentro de una supuesta misma cepa; pero también 
                las cepas muestran cierta competencia en relación a que 
                si algún elemento genético se pierde, por alguna 
                acción externa, aquel se recupera de un sector de bacterias 
                de la población no afectada o de otra cepa. Ante la necesidad 
                de un sistema de reparación desproporcionado, pueden incrementarse 
                las frecuencias de variaciones aleatorias, pero esto también 
                facilita la conversión genética, la cual minimiza 
                la diversidad genómica de aquellos alelos presentes en 
                múltiples copias. Es decir que el H pylori puede tener 
                máximas diversidades en secuencias de genes por el efecto 
                de fuertes presiones selectivas, mientras se mantengan los alelos 
                que son indispensables y críticos para su supervivencia 
                y forma de vida ( 39 ). La introducción de una cepa nueva 
                en un hospedero bien colonizado, incrementa la diversidad en la 
                población bacteriana, ( variabilidad de las cepas que hace 
                se parezcan a cuasiespecies ), pero también la transformación 
                de cepas, al mismo tiempo, tiende a cierto control con la intención 
                de reducir la diversidad de la colonización. Se conoce 
                que todas las cepas de H pylori contienen múltiples sistemas 
                de restricción-modificación, pero rara vez dos cepas 
                tienen el mismo complemento, lo que representa barreras restrictivas 
                a las transformaciones, propiedad que puede permitir al máximo 
                la coexistencia de cargas de genes paralelas, mediante un lento 
                intercambio genético. La selección local puede añadir 
                diversidad genética en un estómago específico, 
                e incluso los micronichos gástricos aislados, son comúnmente 
                colonizados por poblaciones bacterianas en mosaico, con atributos 
                particulares, como puede ser que unas bacterias tengan máximo 
                acceso y ligarse a receptores locales y otras no ( 40 ).
  En conclusión, los mecanismos descritos para apreciar 
                la diversidad genética que ha mostrado el H pylori, desde 
                su identificación a partir de 1982, y en forma sencilla 
                pueden ser los siguientes: a) mecanismos endógenos con 
                mutaciones que ocasionan fenotipos; b) recombinaciones que dan 
                repeticiones aleatorias del DNA, conversión activa de genes 
                y carencia de un sistema de reparación para evitar caminos 
                 desorientados en sus genes; c) recombinaciones 
                intergenómicas y gran competencia natural de sobrevida; 
                d) micronichos selectivos que tienen restricciones para las diversas 
                cepas de H pylori y especificidad de ligandos a receptores específicos 
                ( 41 ).  6.2.- EVASIÓN INMUNE POR PARTE DEL HELICOBACTER 
                PYLORILa posibilidad de que una bacteria persista en un hospedero vertebrado 
                está representada por que evite su eliminación por 
                el sistema inmune, y se ha demostrado, que el H pylori es una 
                bacteria que ha evolucionado con los humanos, que se transmite 
                de persona a persona ( principalmente vía materna-hijos 
                ), que colonizó de por vida al estómago de su hospedero, 
                y hubiera seguido así, sino aparecen los premios Nobel 
                del año 2005. Su estructura poblacional bacteriana representa 
                un modelo ecológico sorprendente, por el equilibrio entre 
                las acciones efectoras como bacteria y las respuestas del hospedero, 
                que permite explicar el hecho de que millones de personas se infecten 
                y de que solo una proporción pequeña, mencionada 
                en múltiples publicaciones con cifras que van del 10 % 
                al 20 % desarrollen enfermedad, es decir que sean sintomáticos. 
                Esto se ha explicado por la presencia de factores bacterianos 
                o huésped, y del organismo u hospedero, que modulan los 
                riesgos de que los menos desarrollen enfermedad; esto ha sido 
                el punto de interés para conocer el porque de que las mayorías 
                integren un sistema de tolerancia, entre las acciones agresivas 
                de la bacteria para su sobrevivencia, y la obligada respuesta 
                inmunológica que trata de evitarlas, dando la impresión 
                de que ambos actores se toleran, en un equlibrio dinámico, 
                que por años se ha demostrado sin duda, por los trabajos 
                que muestran la existencia de pacientes asintomáticos, 
                con mucosa gástrica normal a la endoscopía y con 
                la presencia de la bacteria en las biopsias por prueba rápida 
                de ureasa positiva y por estudios histológicos, como si 
                existiera un comensalismo o simbiosis tolerada por muchos, pero 
                que para algunos se rompe y se presentan procesos patológicos, 
                que se relacionan a inflamación crónica local ( 
                gastritis y ulceras ), alteraciones hormonales ( gastrina, somatostatina 
                ), oncogénesis ( adenocarcionama gástrico no cardial 
                y linfoma de células B de la zona marginal de tejido linfoide 
                asociado a mucosas, conocido como linfoma MALT ( por las siglas 
                en ingles ), procesos inflamatorios sistémicos extragástricos 
                y los problemas epidemiológicos de actualidad: la obesidad 
                y la diabetes, a los que México no escapa ( 42, 43 ).
  Se conoce que el H pylori es un habitante nativo y específico 
                del hombre de por lo menos desde hace 100,000 años ( 18 
                ), y dicha cohabitación histórica se sustenta en 
                que en los micronichos de colonización del epitelio gástrico 
                se intercambian señales, entre cepas poblacionales bacterianas 
                no clonales y el epitelio gástrico, por lo que ante la 
                presencia bacteriana, se presenta un reconociemiento inmediato 
                por parte del hospedero, en forma innata o adquirida, incluido 
                esto con la generación de anticuerpos locales y sistémicos. 
                Y el primer paso para asegurar la sobrevievencia de la bacteria, 
                y lograr una colonización prolongada y evadir la respuesta 
                inmune del hospedero, es el de no invadir demasiado a la mucosa 
                gástrica, y de que el volumen principal bacteriano se localice 
                adyacente a la capa mucosa ( en la delgada interface ), como parte 
                de evitar el ser alcanzadas por el reconociemiento inmunológico 
                del epitelio gástrico; pero algunas bacterias que si establecen 
                contacto íntimo con la superficie epitelial, logran que 
                algunas fracciones proteicas bacterianas, atraviesen la barrera 
                epitelial, estimulen a las células epiteliales, las que 
                mediante moléculas de reconocimiento, detecten componentes 
                solubles peptídicos de las bacterias, induciéndose 
                la activación inmediata del sistema inmune natural y adquirido. 
                Aunque el H pylori no es capaz de evitar totalmente la activación 
                inmunológica, ha logrado mecanismos que reducen el reconocimiento 
                de los sensores inmunes, ha logrado reducir la activación 
                de células inmunes y escapar a los actores de defensa, 
                como forma importante de asegurar la sobrevivencia. Una vez que 
                la persistencia de la infección y la cronicidad se ha establecido, 
                la estimulación inmunológica es importante y constante, 
                como lo demuestra la titulación también persistente 
                de anticuerpos ( 43 ). 6.3.- FACTORES IMPLICADOS EN LA PATOGENICIDAD DEL HELICOBACTER 
                pyloriLa presencia del H pylori como infección sintomática 
                o asintomática, está en relación al polimorfismo 
                inmune del hospedero, a la presencia del medio ácido gástrico 
                y la habilidad del H pylori para colonizar un micronicho gástrico 
                y mostrar la virulencia de algunas cepas, lo que representa el 
                factor principal de patogenicidad. La diferente virulencia de 
                las cepas, se ha estudiado centrándose en aspectos, genéticos, 
                microbiológicos, inmunológicos, bioquímicos 
                y clínicos principalmente ( 38 ) Esto indica que para que 
                se manifieste patogenicidad y enfermedad como complicación 
                de la infección por H pylori deben interactuar factores 
                bacterianos y factores del organismo infectado ( 43 ).
  6.4.- FACTORES BACTERIANOSLos factores bacterianos que influyen en la patogenicidad, son 
                los implicados directamente en la virulencia bacteriana.
 6.4.1.- UREASAEl primer factor está representado por la capacidad que 
                ha mostrado el H pylori para adaptarse a un micronicho hostil 
                mediante la acción de la enzima ureasa, que como ya se 
                mencionó desdobla a la urea en amonio y CO2 que neutraliza 
                el ácido gástrico a un pH de 6 a 7, situación 
                que protege a la bacteria y le permite atravesar la capa de moco 
                gástrico. Pero la ureasa también tiene propiedades 
                citotóxicas y junto al amonio, lesionan la mucosa del epitelio 
                gástrico, permitiendo la adhesión de la bacteria, 
                la obtención de nutrientes y permitir su desarrollo. Esta 
                enzima es capaz de estimular la respuesta humoral específica, 
                la quimiotáxis de monocitos, de neutrófilos y de 
                activar las funciones de los macrófagos ( 44 ).
 6.4.2.- FLAGELOSLa bacteria por su morfología en espiral y al poseer flagelos, 
                tiene gran movilidad que le permite atravesar la capa mucoide, 
                contrarrestando el peristaltismo gástrico y llegar a adherirse 
                a la superficie epitelial; los flagelos están compuestos 
                por proteínas llamadas flagelinas, con peso molecular aproximado 
                de 50,000 a 60,000 KDa, y están codificas por los genes 
                Fla A y Fla B, que son los elementos reguladoraes de la función 
                de los flagelos, y su importancia radica en que las cepas carentes 
                de ellos no logran colonizar ( 21 ).
 6.4.3.- ADHESINASPara la colonización por la bacteria debe presentarse primero 
                una adhesión al epitelio gástrico, lo cual se efectúa 
                mediante hemaglutininas, varias adhesinas, que son proteínas 
                glicoconjugadas o por lípidos bacterianos involucrados 
                en el proceso de colonización. Las adhesinas que se mencionan 
                por unos u otros autores y con frecuencia son: BabA, SabA, OMP´S, 
                Hopo, AlpA, AlpB, Hpa; la adhesina que más ha sido estudiado 
                y caracterizado es la BabA, que es una proteina de membrana con 
                características similares a las que se observan en los 
                antígenos sanguíneos Lewis B ( 23 ). Las adhesinas 
                bacterianas al acoplarse a los receptores de las células 
                del hospedero, inducen cambios inmediatos mediante señales 
                de transducción, permitiendo la infiltración de 
                células inflamatorias, pero también estableciendo 
                mecanismos para evadir la respuesta inmune y establecer lo ya 
                mencionado como infección persistente ( 19 ).
  6.4.4.- FOSFOLIPASASTambién existen enzimas como las fosfolipasas A2 y C de 
                membrana externa, que actuan como proteasas, y tienen un papel 
                fundamental en la patogénia del H pylori, al degradar el 
                complejo lípido-gluco-protéico de la capa de gel 
                de moco que cubre a las células epiteliales gástricas, 
                y que son los que les dan continuidad y protección ( 21 
                ).
 6.4.5.- LIPOPOLISACÁRIDOSOtro factor de virulencia es el lipopolisacárido LPS, que 
                posee en su antígeno “O” los carbohidratos 
                de Lewis “x” y Lewis “y” o ambos, y cuyo 
                papel fundamental en la patogénesis, es evadir la respuesta 
                inmune durante la colonización del epitelio gástrico, 
                favoreciendo la persistencia bacteriana en el micronicho, equilibrando 
                la acción de inducir la respuesta autoinmune del hospedero 
                contra los antígenos Lewis que expresa el H pylori ( 10 
                ). También se ha reportado que el lipopolisacárido 
                ( LPS/endotoxina ) de la bacteria tiene una actividad biológica 
                baja comparada con el LPS de otras bacterias gram negativas, y 
                al poseer antígenos semejantes a los de los grupos sanguíneos 
                de Lewis, como parte de las cadenas de carbohidratos en la región 
                polisacárido de su LPS, se ha sugerido que al compartirse 
                antígenos comunes entre bacteria y hospedero, permite al 
                agente patógeno evadir la respuesta inmune, o por lo menos 
                no estimularla a niveles peligrosos para su supervivencia. Actividad 
                parecida la tienen las llamadas proteinas de choque térmico 
                o de choque por calor descritas como groEL y groES de peso molecular 
                de 58 y 13 KDa respectivamente, y que también tienen la 
                capacidad de aumentar la actividad de la enzima ureasa ( 40, 41 
                ).
  OTRAS ENZIMAS.- El H pylori produce otras enzimas que favorecen 
                la virulencia de la bacteria como mucinasas, lipasas, proteasas, 
                catalasas, dismutasas, que protegen a la bacteria de metabolitos 
                tóxicos, secundarios a procesos oxidativos de defensa de 
                los macrófagos y neutrófilos; también produce 
                fosfatasa alcalina y ácida y gamaglutamiltranspeptidasa 
                ( 9, 10 ). CITOTOXINAS.- A pesar de los millones de personas que se encuentran 
                colonizadas por el H pylori y de que sólo una proporción 
                de un 10 % desarrollen sintomatología, y de tratar de explicar 
                la paradoja del comportamiento de una 
                bacteria con gran capacidad de persistir en la mucosa gástrica 
                y sólo producir daños mínimos o muy severos, 
                se ha centrado en estudiar y conocer diferencias en la virulencia 
                de las cepas, y una de las diferencias más importante, 
                es la presencia o no de genes y de islas de patogenicidad ( 19, 
                45, 46). 6.4.6.- CITOTOXINA VACUOLIZANTE VacAEn la actualidad se conoce que todas las cepas de H pylori tienen 
                un gen que codifica para un toxina conocida como citotoxina vacuolizante 
                VacA, y que ha sido presentada como el primero de los factores 
                de virulencia y de gran importancia, reportada desde 1988 por 
                Leunk, que fue obtenida de productos sobrenadantes derivados de 
                cultivos; toxina que ha sido purificada, con un peso molecular 
                de aproximadamente 87 KDa con capacidad de inducir la vacuolización 
                citoplasmática en cultivos celulares y la muerte de células 
                epiteliales; entre sus características principal es de 
                que su actividad vacuolizante sólo se presenta en 50 % 
                a 60 % de las cepas de H pylori, a pesar de que todas tienen el 
                gen vacA, de que el fenómeno vaculizante es reversible, 
                por lo que dicha actividad no es consecuencia de efectos citotóxicos, 
                por lo que se habla de que no es una toxina tradicional. El gen 
                vacA que codifica para la citotoxina vaculoizante, no se ha identificado 
                como un homólogo en otras especies de HELICOBACTER o en 
                otras bacterias gram negativas, lo cual confiere gran importancia 
                en la relación específica entre el H pylori y el 
                estómago humano ( 47, 48 ). El gen vacA tiene una estructura 
                con alrededor de 1200 aminoácidos, con tres regiones: la 
                N-terminal, la media y la C-terminal; en la región N-terminal 
                se encuentra la señal de secuencias y que pueden ser los 
                tipos s1a, s1b, s1 y s2, y en la región media los tipos 
                m1 y m2. Esto es importante por que en la variación en 
                los tipos de las señales de secuencia de la región 
                N-terminal y en la secuencia media, son las que determinan la 
                presencia y grado de actividad vaculoizante. Las cepas con tipo 
                de señal de secuencia s1 en el gen si tiene actividad vacuolizante, 
                y la que tienen el s2 carecen de actividad; también se 
                conoce que las cepas que tienen la región m1 tienen más 
                actividad que las cepas que tienen la m2. Desde que se conoció 
                este hecho se pudo asociar la presencia de cepas VacA s1 / m1 
                con las manifestaciones patológicas gástrica más 
                severas y que las cepas s2 / m2, son las que dan la mayor prevalencia 
                para países desarrollados, en donde las patologías 
                asociadas son menos frecuentes ( 23 ). Se conoce que el gen vacA 
                está presente en todas las cepas de H pylori, pero con 
                la presencia de un alto poliformismo, ya que los alelos poseen 
                uno o dos tipos de regiones de señal, las mencionadas s1 
                y s2 y una o dos tipos de regiones medias m1 y m2 también 
                ya mencionadas lo que da múltiples combinaciones, por lo 
                que los estudios se han centrado en las combinaciones más 
                virulentas y vacuolizantes, representadas por las cepas s1 / m1. 
                Independientemente de que la producción de vacuolas in 
                vitro sea un fenómeno casi constante y no así in 
                vivo, lo demostrado es que las cepas que si tiene el gen con características 
                para producir la toxina VacA, ( principalmente proteolisis ), 
                que se adhiere a la membrana celular del epitelio, ocasionan la 
                formación de poros por los que se establece la vacuolización, 
                mediante el vaciamiento del contenido celular, la salida de aniones 
                y de urea, indispensable sustrato para la acción de la 
                ureasa bacteriana; la proteina VacA induce la pérdida de 
                las fuertes uniones epiteliales, facilitando la corriente de nutrientes 
                hacia los micronichos de colonización. Los estudios sugieren 
                que la proteina ayuda a la persisitencia del H pylori por acciones 
                de supresión inmunológica específica, que 
                impide la maduración de fagosomas en los macrófagos, 
                inhibiendo selectivamente la presentación antigénica 
                de las células T, bloqueando su proliferación y 
                además de controlar la respuesta inmune de tipo adaptativa 
                ( T helper1 ) mediada por los mismos linfocitos T cooperadores, 
                que secretan principalmente interferon-IFN y cuyas funciones principales, 
                consisten en estimular las defensas por parte de los fagocitos 
                contra las infecciones, en especial las causadas por microorganismos 
                intracelulares ( 40 ) Del conocimiento de las variaciones en las 
                señales de secuencia s, se ha conocido la variabilidad 
                de cepas en relación a zonas geográficas y de grupos 
                étnicos ( 23 ).
 GEN cagA ASOCIADO A LA CITOTOXINA CagA.- Otra 
                forma de explicar la baja prevalencia de sintomatología 
                en la mayoría de la personas colonizadas por el H pylori, 
                es por el conocimiento que se tuvo, de que las cepas de la bacteria 
                muestran grandes diferencias en su ámbito genético, 
                por la presencia de elementos genéticos móviles 
                y otras diferencias a nivel del genotipo, y del fenotipo; una 
                de las diferencias más importante y estudiada, es la relacionada 
                a la presencia o ausencia de una isla de patogenicidad denominada 
                cag, que se menciona como el segundo factor de virulencia y de 
                gran importancia desde el punto de vista de epidemilogía 
                y de patología. Este factor de virulencia representa un 
                fenotipo que diferencía a ciertas cepas de H pylori, ya 
                que solo el 60 % de las mismas expresan una proteina de alto peso 
                molecular de 120 a 140 KDa, denominada CagA . La localización 
                del gen cagA es crítica para expresarse, formando parte 
                de una isla de DNA de cerca de 40 Kb conocida como isla de patogenicidad 
                ( cag IPA ) y que se compone por lo menos de 32 genes ( 23 ). 
                La isla de patogenicidad cag fue descrita en 1989 , como un gen 
                específico de H pylori y que rapidamente fue identificado 
                como marcador de cepas , que tienen la capacidad de aumentar el 
                riesgo de enfermedad ulcerosa péptica y de neoplasias gástricas 
                en los infectados; y como en el caso del gen vacA un gen homólogo 
                para el cagA en otras especies de HELICOBACTER, o en otras bacterias 
                gram negativas, tampoco ha sido identificado, lo que sugiere que 
                dicho gen hace sentir o es reflejo de un gen gástrico humano 
                específico ( 43 ). La isla de patogenicidad ( IPA ) tiene 
                varios genes que codifican los componentes de un aparato secretor 
                ( sistema secretor del tipo IV, que como en otras bacterias gram 
                negativas Echerichia coli, Brucella suis, Bordetella pertussis 
                y Agrobacterium tumefaciens, logran la introducción o inyección 
                de macromoléculas: DNA y proteínas parecidas a la 
                toxina del HEMOPHILUS pertussis en las células infectadas), 
                y la proteina que en el caso del H pylri, se presenta como mediador 
                para que actúe el sistema secretor, está representado 
                por el producto CagA ( antígeno fuertemente inmunogénico 
                que desencadena la activación de interleucina IL-8 y de 
                factor de necrosis tumoral FNT, con la inmediata infiltración 
                de neutrófilos e inducción de la respuesta inflamatoria 
                ) que es inyectado a las células epiteliales infecadas 
                y ya dentro del citoplasma celular, la proteina CagA es fosforilada, 
                reconocida y unida a un complejo de tirosina-fosfatasa, que estimula 
                la producción de citoxinas por la célula del hospedero, 
                e induce cambios en el comportamiento celular, que explican las 
                consecuencias que habitualmente se aprecian en pacientes infectados 
                por cepas de H pylori que si producen la proteina CagA y se califican 
                como cepas CagA positivas ( también denominadas cepas tipo 
                I o CagA + ) y negativas a las que no ( cepas tipo II o CagA - 
                ). Es evidente y se ha demostrado que las cepas de H pylori CagA 
                + son más virulentas, que inducen respuestas inflamatorias 
                más severas , que en general las cargas bacterianas de 
                colonización son seis veces o mayores en los antros gástricos 
                y producen in vivo e in vitro niveles 
                más altos de citotoxinas que las cepas CagA -. La asociación 
                entre la presencia de anticuerpos específicos para la proteina 
                CagA y úlcera péptica duodenal ha sido confirmada, 
                como que también la asociación entre la colonización 
                de cepas de H pylori CagA +, representan riesgos mayores para 
                el desarrollo de gastritis atrófica y adenocarcinoma gástrico 
                antral ( 47, 48 ). Se conoce que existe una importante interrelación 
                entre la producción de citotoxina vacuolozante VacA y la 
                presencia de la proteina CagA, pero que su expresión es 
                independiente, pero sin duda que ambas se han mostrado como factores 
                de virulencia específicos, que incrementan el riesgo de 
                desarrollar adenocarcinoma gástrico, riesgo que se aumenta 
                notablemente, si además existe predisposición genética 
                de los hospederos, como es por ejemplo la presencia de polimorfismos 
                proinflamatorios en varias citocinas ( 47, 48, 49 ). Los múltiples factores de virulencia que manifiestan las 
                diferentes cepas de H pylori, son de máxima utilidad durante 
                las fases de colonización, para adjudicarse un micronicho 
                y asegurarse la persistencia, y son marcadores del potencial que 
                tienen algunas cepas, que al ser más virulentas son causa 
                de enfermedad, pero a diferencia de otros factores de virulencia 
                conocidos en otras bacterias gram negativas, a la fecha y en el 
                caso del H pylori, no se tienen explicaciones satisfactorias para 
                las sintomatologías tan proteiformes que manifiestan algunos 
                infectados, e incluso y en contraste a lo dicho, para los años 
                2000, se presentaron trabajos que mencionaron el hecho de que 
                la colonización por cepas de H pylori CagA +, podrían 
                considerarse como una marca de protección para posible 
                desarrollo de patologías esofágicas, específicamente 
                la esofagitis por reflujo y su complicación, el epitelio 
                de Barret ( 50, 51, 52, 53, 54, 55 ).  7.- REGULACIÓN DE LA ACTIVIDAD ÁCIDO-PÉPTICA 
                GÁSTRICA POR EL HELICOBACTER pyloriDespués de la ingestión y de la colonización 
                del H pylori con predilección al antro gástrico, 
                situación facilitada por los mecanismos de patogenicidad 
                y de virulencia descritos, se va a lograr una infección 
                persistente, que va a durar toda la vida, propiciando una respuesta 
                inflamatoria y daños a la mucosa. Pero también, 
                la bacteria es un agente causal involucrado en modificar los mecanismos 
                reguladores de la secreción ácido-péptica 
                gástrica, alterando las relaciones entre las hormonas gastrina 
                y somatostatina, cambios en la motilidad antro-pilórica, 
                y que explican la presencia de enfermedades gastroduodenales.
 Los procesos inflamatorios inducidos por las citotoxinas bacterianas, 
                afectan a todos los tipos celulares de la mucosa gástrica, 
                y por supuesto a las células involucradas en la homeostasis 
                de la secreción ácido-péptica, las células 
                D productoras de somatostatina, a las células G de la gastrina 
                y a las células parietales productoras de ácido; 
                por lo que de inicio la gastritis antral ocasiona una inmediata 
                reducción de los niveles de somatostatina, y como esta 
                hormona regula la producción de gastrina, en respuesta 
                inmediata se presenta una hipergastrinemia; además la producción 
                de gastrina puede elevarse por efecto estimulante directo de citocinas 
                proinflamatorias sobre las células G, de que la gastrina 
                es por si misma un factor de crecimento para el H pylori, ( constituyendo 
                un efecto de retroalimentación positivo ) efecto que se 
                conoce puede revertirse mediante un tratamiento de erradicación 
                ( 9, 37 ). La consecuencia de los niveles elevados de gastrina 
                dependen de las areas gástricas colonizadas por la bacteria, 
                por lo que en una gastritis de predominio antral, las células 
                enterocromafines y las parietales del cuerpo gástrico no 
                están afectadas, por lo que a los niveles elevados y persistentes 
                de gastrina, corresponde un incremento de la masa de células 
                parietales, con aumento en la producción de ácido, 
                con un aumento de la carga de acidez al duodeno, que induce a 
                la metaplasia gástrica como efecto protector, y como el 
                H pylori no puede colonizar al duodeno normal, coloniza las zonas 
                de metaplasia, lo que lleva a la inflamación y a la clásica 
                ulceración péptica. Si la inflamación se 
                extiende al cuerpo y se manifiesta en forma de pangastritis , 
                los procesos inflamatorios inducidos por la bacteria, ocasionan 
                una disminución importante e indirecta en la producción 
                de ácido, por inhibirse la producción de histamina 
                de las células enterocromafines, y directamente por inhibirse 
                las funciones de las células parietales. La reducción 
                en la producción de ácido ocasiona aumento en los 
                niveles de gastrina, niveles que no tienen respuesta en la producción 
                de ácido por parte de la mucosa gástrica inflamada 
                del cuerpo, pero si se evidencia un estímulo proliferativo 
                y regenerativo ascendente sobre las células epiteliales 
                gástricas. El efecto continuo de proliferación, 
                regeneración y de inflamación, afecta las características 
                del ciclo celular epitelial, que lleva a una pérdida progresiva 
                de las estructuras glandulares, a la atrofia gástrica y 
                a un aumento de posibilidades de formación de úlceras 
                pépticas gástricas y al adenocarcinoma no cardial. 
                También se ha insistido en mencionar que la disminución 
                en la producción de ácido, protege contra la ulceración 
                duodenal, y de que también protege de las complicaciones 
                inducidas por el reflujo gastroesofágico. Como argumento 
                a favor de esta posibilidad, se menciona el aumento considerable 
                de las esofagitis, que ha seguido a los tratamientos de erradicación 
                de la bacteria, y de que el efecto protector sería mayor 
                para pacientes portadores de infección por cepas de H pylori 
                CagA +, debido a la mayor inflamación del cuerpo gástrico, 
                que acelera la progresión a gastritis atrófica multifocal 
                ( 52 ).  En resumen los mecanismos patógenos implicados y que 
                se enlistan con más frecuencia a los ya mencionados son: 
                producción de toxinas ( citotoxinas, ureasa, mucinasas, 
                lipasas, lipopolisacaridasas, hemolisinas, fosfolipasas, etc. 
                ), mediadores de la inflamación por activación de 
                neutrófilos, de monocitos y macrófagos, estimulación 
                de la producción de leucotrienos, de fenómenos autoinmunes, 
                infiltración y degranulación de eosinófilos 
                y la capacidad de regular la actividad ácido-péptica 
                gástrica a la alta o a la baja ( 19 ).  8.- RESPUESTA INMUNOLÓGICA DE LA MUCOSA GÁSTRICA 
                DEL HOSPEDERO A LA INFECCIÓN POR HELICOBACTER pyloriLa infección por H pylori induce una respuesta inmunológica 
                sistémica y a nivel de la mucosa gástrica, que son 
                importantes en la patogénesis, y aun cuando la producción 
                de anticuerpos, que se ha visto es importante, su acción 
                es limitada, ya que no ha conducido a la erradicación de 
                la infección. A pesar de los mecanismos que el H pylori 
                ha desarrollado para evitar o disminuir la respuesta inmune del 
                hospedero, esta sí se presenta y se activa desde que se 
                establece la infección, la que se manifiesta por respuesta 
                o señal de citocinas epiteliales y por infiltración 
                de la mucosa gástrica por neutrófilos, macrófagos 
                y linfocitos ( lo cual es más evidente si la colonización 
                se realizó por cepas CagA + ), que representa una respuesta 
                inmune adquirida específica, que incluye la generación 
                de anticuerpos, activación de linfocitos T, con respuestas 
                tipo Th1 ( helper 1 ) y Th2 ( helper 2 ), con predominio de la 
                respuesta Th1, lo cual es inusual para las bacterias productoras 
                de toxinas extracelulares, las cuales usualmente son confrontadas 
                por la activación de linfocitos B y una alta producción 
                de anticuerpos, y que representa la clásica respuesta inmune 
                tipo Th2; pero el grado de activación de la respuesta inmune 
                y que representa el sustento de las patologías asociadas 
                a la infección por H pylori, dependen de los dos factores 
                ya mencionados: las cepas y los factores genéticos del 
                hospedero, por lo que el efecto combinado de ambos factores, con 
                sinergismo explican los grados de patologías o que los 
                infectados se muestren asintomáticos ( 19 ). Esto se ejemplifica 
                al demostrarse que en humanos la úlcera péptica 
                es rara durante la supresión inmunológica con ciclosporina 
                y durante el embarazo, en donde las respuestas inmunológicas 
                tienen predominio de respuesta adaptativa tipo Th2; también 
                el hecho de la poca frecuencia de enfermedades gástricas 
                en las poblaciones africanas a pesar de la alta prevalencia de 
                infección por H pylori con cifras por arriba del 90 %, 
                en donde predomina una respuesta adaptativa de tipo Th2; se piensa 
                que esta respuesta disminuida parece estar inducidas por parasitosis 
                endémicas ( helmintiasis y paludismo constituyendo lo llamado 
                como enigma africano ) ( 55, 56 ).
 Todavía en la literatura del año 2006 es frecuente 
                que se mencione que el mecanismo responsable de las manifestaciones 
                clínicas proteiformes, que siguen a la infección 
                por H pylori, no está totalmente esclarecido, como tampoco 
                se ha establecido un modelo teórico que explique a satisfacción 
                la respuesta inmune y que tiene lugar en la mucosa gástrica, 
                y que sigue sin duda a la invasión de la bacteria. ( 56 
                ). Lo que se acepta es que la cepa CagA + , es la que tiene mayor 
                capacidad de inducir respuesta inflamatoria e inmune en la mucosa 
                gástrica, pero también se le ha asociado a una mejor 
                respuesta al tratamiento de erradicación, y que las cepas 
                VacA + se caracterizan por ser menos citotóxicas o patógenas 
                ( 56 ).  Una vez que el H pylori se ha establecido en la interfase entre 
                la capa mucosa y el epitelio gástrico , se manifiesta la 
                capacidad de mediar procesos de superviviencia, ( sistema enzimático 
                de ureasa ) de adhesión, colonización y multiplicación, 
                seguidos del inicio del daño tisular localizado y mediado 
                principalmente por residuos de ureasa, mucinasa, fosfolipasa, 
                las proteinas CagA y VacA, y lo importante, que junto con el polisacárido 
                bacteriano y la misma ureasa, estimulan inmediatamente la respuesta 
                de tipo inflamatorio. La patogénesis de dicha respuesta 
                incluye una primera fase caracterizada por la liberación 
                de sustancias tóxicas, que estimulan la respuesta inmunológica 
                local, expresada en un aumento de la inmunoglobulina IgA ( que 
                representa la inmunoglobulina principal de las mucosas), con el 
                objetivo de impedir la infección; las principales células 
                inflamatorias participantes en este proceso inicial, son los neutrófilos, 
                por lo que su presencia junto a folículos linfoides, son 
                indicativos de signo de actividad, e incluso en esta fase es frecuente 
                observar invasión intracelular epitelial de bacterias. 
                En una segunda fase se manifiesta una amplificación de 
                la respuesta inflamatoria, por la presencia agregada de linfocitos, 
                macrófagos y mastocitos, que en el sitio de lesión, 
                su papel es el de liberar una gran variedad de mediadores químicos, 
                como citocinas, eicosanoides, metabolitos reactivos de oxígeno 
                en forma de radicales libres de oxígeno y de activar el 
                sistema de complemento C, y favorecer la permanencia de la inflamación; 
                se menciona que en esta segunda fase también participan 
                neuropéptidos liberados por las neuronas del sistema nervioso 
                entérico, que contribuyen a ampliar la respuesta inflamatoria 
                y propiciar trastornos funcionales del estómago colonizado 
                por H pylori ( 41 ). Esta última etapa es importante en 
                la patogénesis de la inflamación gástrica, 
                resaltando la participación del sistema inmune local y 
                sistémico en el intento de controlar la infección 
                y de la neutralización de las citotoxinas bacterianas, 
                lo que además, potencia la destrucción hística, 
                la que según la duración puede llevar a la gastritis 
                de grado variable y la producción de úleras pépticas. 
                ( 44, 45 ,46, ).  En la defensa del organismo frente al H pylori, se originan varias 
                respuestas en forma de citocinas, como la interleucina-8 ( IL-8 
                ), que actúa como quimioatrayente en la inmunopatogénesis 
                de las gastritis, al atraer neutrófilos, macrófagos 
                y células del linaje linfoide; otra citocina como la interleucina-6 
                ( IL-6 ) que está involucrada en la inducción de 
                inflamación crónica, y de la severa infiltración 
                de polimorfonucleares y de células mononucleares. El H 
                pylori es capaz de activar y promover la diferenciación 
                de linfocitos T0 ( helper 0 ) y en relación a las citocinas 
                presentes y a las condiciones inmunológicas propias de 
                cada individuo, se pueden diferenciar en Th1 mediando una respuesta 
                de tipo celular o bien Th2 con respuesta de tipo humoral. La respuesta 
                celular mediada a través de citocinas tipo Th1 como interferon 
                gama ( IFN-g ), interleucina-2 ( IL-2 ) y factor de necrosis tumoral 
                alfa ( FNTa ), en tanto que las citocinas de tipo Th2 como interleucina-4( 
                IL-4 ) e interleucina-5 ( IL-5 ) como respuesta de tipo humoral. 
                Se pretende reconocer como posibilidad, que la respuesta inmune 
                derivada de la invasión por la bacteria a la mucosa gástrica, 
                al parecer se realiza mediante un equilibrio entre las respuestas 
                de la línea celular y de la humoral, que expresan las acciones 
                inflamatorias características inducida por el H pylori. 
                Esto se hace evidente al conocerse sin duda, que algunos pacientes 
                manifiestan respuesta inflamatoria persistente 
                sin daños mayores, y otros con respuestas humorales o celulares 
                más agresivas que incluso llevan a desarrollar neoplasias 
                ( 48, 57 ). Para la respuesta celular siempre se mencionan dos mecanismos: 
                uno representado por la fagocitosis 
                y el otro por la apoptosis. La fagocitosis 
                se efectua mediante células mononucleares del tipo de los 
                macrófagos, que actúan como células presentadoras 
                de antígenos ( CPA ), cuya función es precisamente 
                presentar los antígenos del H pylori a los linfocitos T 
                circulantes; pero como los macrófagos no resisten el ácido 
                clorhídrico y los factores de virulencia y de patogenicidad 
                de la bacteria son extraordinariamente potentes, la fagocitosis 
                se ve impedida, representando una fase efectora no lo suficientemente 
                efectiva como para destruir a la bacteria, lo que muestra que 
                la respuesta inmunológica iniciada, queda sólo como 
                presentación antigénica, y si se producen anticuerpos 
                por la previa estimulación celular o de linfocitos B, también 
                los anticuerpos no son suficientemente efectivos para controlar 
                la invasión bacteriana, además, de que los anticuerpos 
                no tienen capacidad para atravesar la capa mucosa gástrica, 
                llegar a las bacterias, controlarlas y evitar más daños 
                ( 58 ). La apoptosis o muerte celular programada, está 
                presente para logra estabilidad numérica celular en la 
                mucosa gástrica, mediante una proliferación celular 
                balanceada, y regulada por señales e interacciones célula-célula, 
                como parte de un control social que garantice que las células 
                individuales trabajen para el bien común del organismo 
                como un todo. El mecanismo de apoptisis es de tipo citotóxico 
                a través de linfocitos CD8+, activando caspasas ( principalmente 
                caspasa-3 ) y que representan un eslabón importante en 
                la cascada apopótica, ya que dicha proteina activa DNAsas 
                citoplasmáticas, que al migrar al núcleo celular 
                degradan el ADN cromosomal. Se ha propuesto que en la infección 
                por H pylori de la mucosa gástrica, al presentarse un aumento 
                de FNTa, por respuesta inmune de tipo celular Th1, se contribuye 
                a un aumento de la apoptosis celular, por aumentarse la actividad 
                de caspasa-3, vía de la activación de la caspasa-8. 
                Se conocen estudios sobre el posible efecto de la toxina vacuolozante 
                VacA, que dependiendo de su concentración en los micronichos 
                de infección, es capaz de mediar el fenómeno apoptótico 
                de las células del epitelio gástrico con infección, 
                que puede favorecerse por dos factores conocidos: la duración 
                por años de la infección y posibles concentraciones 
                altas de la toxina VacA que aumentarían el proceso apoptótico, 
                y lo contrario haría que disminuyera dicho efecto ( 57 
                ). En el estudio de los mediadores moleculares de la apoptosis 
                se ha demostrado un aumento de la expresión del supresor 
                tumoral p53 y de la proteina pro-apoptótica BaK en respuesta 
                a la infección por H pylori. La proteina p53 es esencial 
                para la inducción de apoptosis como respuesta a un daño 
                cromosómico, actuando por bloqueo de la replicación 
                del ADN de las células dañadas, y sí las 
                lesiones del cromosoma no pueden ser reparadas en cierto tiempo, 
                las células mueren por apoptosis. El gen que que codifica 
                el p53 esta inactivado en un 50 % de las neoplasmas humanas incluyendo 
                las gástricas, permitiendo a las células neoplásicas 
                sobrevir y reproducirse aún en presencia de su ADN dañado, 
                favoreciendo futuras mutaciones ( 57, 58 ). La respuesta humoral desde que se establece la infección 
                por el H pylori, se producen inmunoglobulinas diversas, y que 
                actúan activando mecanismos efectores; así la IgA 
                es la inmunoglobulina principal de las mucosas, actuando como 
                la primera línea de defensa ante diversos agentes patógenos, 
                desempeñando un papel importante al facilitar la fagocitosis, 
                siendo de gran utilidad en el diagnóstico no invasivo de 
                infección detectándola en muestras de saliva en 
                niños. La IgG activa la clásica vía del complemento 
                C, que favorece opsonización y también la fogocitosis, 
                y es la inmunoglobulina empleada en el diagnóstico y en 
                el seguimiento. La IgM se presenta en los pacientes que cursan 
                con primoinfección de H pylori, lo cual es poco frecuente 
                en los países en desarrollo por la habitual infección 
                desde temprana edad y a la falta de investigaciones. La IgE y 
                que representa la mediadora de los procesos de hipersensibilidad 
                de tipo 1 en relación a los a reacciones alérgicas, 
                y que ha tomado importancia al conocerse que el H pylori se asocia 
                a enfermedades extragástricas, las que se iniciaron con 
                aceptar que la infección cursa con procesos alérgicos 
                como la urticaria crónica idiópática; sin 
                embargo se ha aceptado que los niveles de IgE específica 
                anti-H pylori, no se asocian proporcionalmente a la severidad 
                de las patologías y a la respuesta de erradicación 
                ( 59 ). 9.- CUADROS CLÍNICOSComo se mencionó, de la mayoría de las personas 
                infectadas en todo el mundo por el H pylori, la proporción 
                de personas que desarrollan cuadros clínicos con sintomatolgía 
                y complicaciones representa sólo del 10 al 20 % ( 9, 10 
                ); además de que la sintomatología inicial es muy 
                inespecífica, difícil de investigar para determinar 
                los momentos de inicio de la infección, sobre todo, por 
                que para la mayoría la situación pasa desapercibida, 
                y en la mayoría de la población mundial, la infección 
                cursa por años asintomática ( 17 ). Las manifestaciones 
                clínicas son las digestivas: gastritis, úlcera péptica, 
                dispepsia no ulcerosa, adenocarcinoma, el linfoma gástrico 
                tipo MALT y las manifestaciones extragástricas ( 60 ).
 9.1.- GATRITISLa gastritis que se origina después de la infección 
                por H pylori, puede evolucionar sin sintomatología, o bien 
                manifestar la expresión clínica propia de las gastritis 
                aguda: dolor en epigastrio, nauseas, vómitos, anorexia, 
                malestar general y en algunos casos fiebre, sintomatología 
                que se prolonga por una semana, para desaparecer habitualmente 
                sin tratamiento, es decir en la primoinfección el cuadro 
                es autolimitado. La infección permanecerá indefinidamente 
                con o sin sintomatología, evolucionando a la forma crónica, 
                ocasionando: gastritis crónica superficial difusa, que 
                puede evolucionar a gastritis atrófica en parches o multifocal, 
                a una verdadera atrofia gástrica y a metaplasia gástrica 
                ( 59, 60 ).
 9.2.- ÚLCERAS PÉPTICASActualmente se conoce que más del 90 % de los pacientes 
                con úlcera duodenal y de 50 % a 80 % de los pacientes con 
                úlcera gástrica están infectados con el H 
                pylori ( 60 ); pero lo que siempre ha sido un enigma es el de 
                que sólo el 10 % de todos los infectados, pueden desarrollar 
                úlceras pépticos por lo que se acepta, el que deban 
                existir otros factores etiopatogénicos necesarios para 
                que se presente la complicación ulcerosa, centrándose 
                las investigaciones en la infección por cepas bacterianas 
                más virulentas, la susceptibilidad o la resistencia del 
                hospedero a la infección, una susceptibilidad genética 
                y por supuesto factores ambientales. La edad en que se adquiere 
                la primoinfección por H pylori, puede influir en la posibilidad 
                de que se desarrollen úlceras pépticas duodenales 
                y gástricas; si la infección se adquiere en edades 
                tempranas existen más posibilidades de desarrollar gastritis 
                crónica atrófica, con una disminución de 
                la secreción ácida gástrica, lo que favorece 
                la formación de úlceras gástricas y menor 
                posibilidad de desarrollar úlceras duodenales; y si la 
                infección se adquiere en edades tardías en donde 
                la gastritis afectará predominantemente el antro gástrico, 
                la secreción ácida estará aumentada, lo que 
                favorece la formación de úlceras duodenales ( 61 
                ). Se conoce por años que los individuos portadores del 
                grupo sanguíneo 0, tienen una frecuencia de úlcera 
                duodenal de 30 % a 40 % más elevada que los individuos 
                con grupos A, B o AB, pero no se ha demostrado o encontrado diferencias 
                en las prevalencias de infección, ni en la magnitud de 
                la infección inducidas por H pylori, en relación 
                a los diferentes grupos sanguíneos o del factor de Rh ( 
                36 ). Al parecer y como ya se mencionó, el potencial ulcerogénico 
                de las diferentes cepas de H pylori depende de la producción 
                de la proteina CagA, asociada a toxicidad y que representa el 
                efecto lesivo característico del H pylori sobre las células 
                epiteliales, aumentando la permeabilidad de las membranas a la 
                acción de la citotoxina vacuolizante VacA también 
                secretada por la bacteria. Así las cepas CagA +, se han 
                asociado a una mayor densidad bacteriana en la mucosa gástrica, 
                mayor inducción en la producción de interleucinas 
                y producir más inflamación que las cepas CagA - 
                . El grado y la distribución de la gastritis ocasionadas 
                por el H pylori será un factor determinante en las alteraciones 
                de la secreción ácida y contribuir a la patogenia 
                de la ulcerogénesis ( 61 ).
 Un hecho importante es el ya mencionado de que la prevalencia 
                de infección para la úlcera duodenal es de 95 % 
                o más en diferentes zonas del mundo, excepto en algunos 
                países desarrollados como los EEUU en donde se reportan 
                cifras menores ( 10 % a 60% ), lo que se relaciona a que también 
                la prevalencia de infección para toda su población 
                también es menor, demostrándose que la tasa de prevalencia 
                de úlcera duodenal, atribuible a infección por H 
                pylori, disminuye cuanto es menor la prevalencia de la infección 
                por H pylori en la población general. Esto es lo que ha 
                sucedido en los países desarrollados en donde el problema 
                de la úlcera duodenal ha disminuido, ya sea por efectos 
                de terapias de erradicación o por sus mejores condiciones 
                socioeconómicas y de salud ambiental ( 8 ). En síntesis 
                entre los factores de virulencia y patogenicidad del H pylori, 
                que contribuyen directamente a las alteraciones de la barrera 
                mucosa, a la lesión del epitelio y a la ulcerogénesis, 
                destacan: las toxinas, los mediadores de la inflamación 
                y la secreción ácida gástrica ( 38 , 62 buscar 
                ref de disminución de up).  9.3.- DISPEPSIA NO ULCEROSALa dispepsia no ulcerosa es una entidad clínica que forma 
                parte de los cuadros de los trastornos funcionales del aparato 
                digestivo, y cuyo diagnóstico implica necesariamente una 
                ausencia de alteraciones anatomopatológicas con métodos 
                de ayuda diagnósticos convencionales. La dispepsia no ulcerosa 
                es muy frecuente y se caracteriza por sintomatología digestiva 
                alta muy heterogenea, que incluye molestia o dolor franco en epigastrio, 
                sensación de plenitud postrprandial, saciedad digestiva 
                con poco alimento, eructos, nausea, pirosis o simplemente lo espresada 
                como mala digestión. El síndrome de dispepsia no 
                ulcerosa es diagnóstico de exclusión, y sobre todo 
                con la endoscopia, que reporta mucosa gastroduodenal normal. Ante 
                esta contundencia , se han atribuido como factores causales o 
                etipatogénicos, a trastornos motores gástricos, 
                alteraciones emocionales e incluso prsiquiátricas, inflamación 
                microscópica de la mucosa y a la presencia de colonización 
                por H pylori; esto se ha demostrado por la identificación 
                de la bacteria en biopsias de antro por prueba rápida de 
                ureasa y lo significativo con reportes endoscópicos de 
                normalidad macroscópica y en pacientes con dispepsia no 
                ulcerosa, y que por sintomatología incapacitante se llegó 
                a la endoscopia ( 63 ). Los reportes en pediatría han sido 
                más frecuentes que en adultos, pero en la mayoría 
                de estos, e incluso en trabajos de revisión publicados 
                en el año 2007, se demuestra la asociación de H 
                pylori y dispepsia no ulcerosa y con endoscopias normales, con 
                frecuencias que van de 60 % a 90 % de los grupos estudiados, con 
                el hecho a valorar de corresponder a países en desarrollo, 
                que como se conoce tienen altas prevalencias de infección 
                por H pylori. Al reconocerse las dificultades que siempre se han 
                tenido, en el manejo de los pacientes con síndrome de dispepsia 
                no ulcerosa y no identificarse patologías, rapidamente 
                se trató de implicar al H pylori como otro causante de 
                los síndromes de dispepsia no ulcerosa, pero el problema 
                surgió cuando existiendo reportes que muestran mejoría 
                de la sintomatología con los tratamientos de erradicación 
                ( 64 ), también aparecieron reportes que reportan que no 
                hay mejoría ( 63 ). Las controversias persisten cuando 
                se trata de valorar los costos y los beneficios de tratamientos 
                de erradicación, en pacientes con síndrome de dispepsia 
                no ulcerosa, pero que pertenecen a países de muy alta prevalencia 
                y sobre todo en los estratos socioeconómicos bajos ( 65 
                ). Pero en general se recomienda que todo paciente con síndrome 
                dispepsia no ulcerosa de más de tres meses de evolución, 
                y de la tercera edad en adelante, deberán ser sometidos 
                a endoscopia, y aún cuando el endoscopista reporte especto 
                macroscópico normal de la mucosa gástrica, se deberán 
                tomar biopasias de antro, cuerpo, incisura angulares y del fondo 
                gástricos, para investigar H pylori, efectuando prueba 
                rápida de ureasa y estudios histopatológicos ( 66, 
                67 ).
 9.4.- INFECCIÓN POR HELICOBACTER Pylori Y EL USO 
                DE ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOSLa frecuencia de asociación en úlcera péptica 
                con la ingesta de antiinflamatorios no esteroideos ( AINE´s 
                ) y la infección por H pylori, se reporta en cifras hasta 
                del 50 %, pero se desconoce si la presencia de la infección, 
                aumenta el riesgo de desarrollar úlcera péptica, 
                y sobre todo complicaciones, y de estas la que más ha preocupado 
                es la hemorragia, en los pacientes tratados con dichos fármacos. 
                Existen evidencias de que el H pylori en dichas circunstancias, 
                parecería ser un espectador inocente, de que su presencia, 
                puede ser la consecuencia y coincidencia de las altas prevalencias 
                ya mencionadas para la población general, prevalencia que 
                aumenta con la edad, y es precisamente en pacientes adultos mayores 
                en donde más se utilizan los antinflamatorios no esteriodeos 
                y la aspirina a dosis convencionales, o menores como antitrombótico 
                . Incluso existen referencias que al H pylori, le han atribuido 
                la posibilidad de ser un factor de protección, al disminuir 
                la secreción ácida por afectación de las 
                células parietales y principales del cuerpo y fondo gástrico. 
                El papel de la bacteria en la etiopatogenia de la úlcera 
                péptica está fuera de duda, lo que es controvertible 
                es el papel que pueda tener per se como factor patogénico 
                determinante, en la evolución de la enfermedad ulcerosa 
                péptica a sus complicaciones: la perforación y la 
                hemorragia. Lo que si existe y demostrado, es que otros actores, 
                si influyen como factores de complicación y son definitivos: 
                la edad y la ingesta de AINE´s; y en menos grado: el tabaquismo, 
                alcoholismo, la medicación con esteriodes y los anticoagulantes. 
                Esto no invalida el beneficio que se pueda tener, al administrar 
                un tratamiento de erradicación para el H pylori en el tratamiento 
                de la úlcera, para evitar las recurrencias, pero no es 
                garantía de protección en pacientes de la tercera 
                edad, que son tratados en forma permanente con AINE´s, aspirina 
                y esteroides, es decir que las complicaciones siguen teniendo 
                una relación directa con dichos fármacos ( 68, 69, 
                70 ).
  9.5.- ADENOCARCINOMAEl papel de la infección crónica por H pylori en 
                la producción de adenocarcinoma gástrico, ( por 
                costumbre se denomina carcinoma ) tiene por antecedente a la gastritis 
                crónica secundaria a la infección por la bacteria, 
                lo que se ha demostrado en países con alta prevalencia 
                de adenocarcinoma gástrico, y con una alta prevalencia 
                de infección por H pylori; se conoce también que 
                en las regiones con alta prevalencia de adenocarcinoma gástrico, 
                la infección se adquiere desde la infancia, situación 
                que se ha demostrado en México, por estudios realizados 
                en el estado de Chiapas ( 71 ). Los estudios epidemiológicos 
                transversales que han valorado la coexistencia de infección 
                con adenocarcinoma gástrico a partir de biopsias de mucosa 
                gástrica, obtenidas en el momento del diagnóstico 
                de las neoplasias, muestran una cifra significativamente mayor 
                en relación a controles sin neoplasias. Cuando la prevalencia 
                de la infección se ha investigado por estudios de anticuerpos 
                serológicos en lugar de la histología, la prevalencia 
                es aún más significativa; la explicación 
                que se informa en relación a las diferencias entre los 
                estudios histológicos y a favor de los serológicos, 
                es de que la mayoría de los pacientes llegan a la gastritis 
                crónica atrófica, con focos de metaplasia intestinal, 
                lo que implica una disminución de la identificación 
                de la bacteria en las biopsias ( 36 ). Los estudios más 
                concluyentes son los prospectivos, que investigan la serología 
                en pacientes sanos antes de que desarrollen adenocarcinoma gástrico, 
                con seguimiento hasta de 25 años, que demuestran que la 
                prevalencia de la infección por H pylori, es sin duda muy 
                superior a las cifras obtenidas de controles, hecho que se hace 
                más evidente según se alargue a 15 años o 
                más el seguimiento ( 36 ). No obstante que estos estudios 
                epidemiológicos transversales y prospectivos parecen demostrar 
                una relación causal, que puede ser circunstancial y no 
                definitiva, la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) 
                desde 1994, clasificó al H pylori como agente carcinógeno 
                en la categoría I ( 72 ). Así, la infección 
                por H pylori se convirtió en un modelo de estudio de desarrollo 
                de cancer, como consecuencia de una infección crónica, 
                siendo el responsable del 5.5 % de los 1.9 millones de tumores 
                malignos ocasionados por agentes carcinógenos infecciosos 
                ( 73 ). Actualmente se acepta que la infección por H pylori 
                representa un riesgo 6 a 8 veces mayor para el desarrollo de tumores 
                gástricos, más para el adenocarcinoma de tipo intestinal 
                que con el difuso, lo que se ha demostrado por la prevalencia 
                de H pylori en 80 % o más en los adenocarcinomas de tipo 
                intestinal, y de sólo 30 % para los de tipo difuso ( 36, 
                48, 74 ); la prevalencia de la infección también 
                se ha demostrado diferente en función de la localización 
                de la neoplasia en el estómago, en donde la localización 
                en el cardias sin duda no se relaciona a la infección, 
                como si lo es para las localizaciones en cuerpo y sobre todo en 
                el antro ( 74 ). Sin duda sólo una minoría de los 
                pacientes infectados desarrollarán adenocarcinoma gástrico, 
                y para los que lo hacen, se debe a la capacidad que tiene la bacteria 
                para ocasionar gastritis crónica y metaplasia intestinal, 
                que se consideran lesiones precursoras, a las que se pueden agregar 
                otros factores que predisponen, como la edad, el reflujo biliar, 
                hereditarios y sobre todo el que las cepas infectantes expresen 
                el gen cagA ( 21 ). Las bacterias más patógenas 
                se caracteizan por tener un racimo de genes que integran la ya 
                mencionada isla de patogenicidad, que codifica la proteína 
                CagA, que es responsable de su traslocación a las células 
                epiteliales gástricas del hospedero; la proteína 
                ya dentro de la célula, induce la producción de 
                citocinas proinflamatorias: interleucina-1beta ( IL-1b ) y sus 
                receptores antagonistas , la interleucina-8 ( IL-8 ), la interleucina-10 
                ( IL-10 ), el factor de necrosis tumoral alfa ( FNTa ) y otras 
                citocinas, que activan y reclutan células inflamatorias 
                en la mucosa, ocasionando gastritis severa y alteraciones en la 
                secreción del ácido; el poliformismo específico 
                de la interleucina-1beta ( IL-1b ) por agrupación de genes, 
                incrementa el riesgo de adenocarcinoma gástrico. Se supone 
                que a la inflamación gástrica con severo daño 
                epitelial y repetidos procesos de reparación, pueden condicionar 
                errores en los procesos de mitosis de las células epiteliales, 
                con proliferación de células que muestren alteraciones 
                cromosomales, que finalmente llevan al adenocarcinoma. Se han 
                mencionado otras alternativas para explicar la relación 
                causa efecto de la presencia del H pylori y el adenocarcinoma 
                gástrico, teniendo en cuenta que no todos los infectados 
                y aun con cepas CagA + desarrollarán neoplasias. Una de 
                ellas menciona como factor, y que influye en la carcinogénesis 
                en relación a la infección crónica por H 
                pylori, es la disminución del índice de apoptosis, 
                con un incremento de la proliferación celular en los pacientes 
                infectados por cepas CagA +, respecto a los pacientes CagA - o 
                los pacientes no infectados ( 21, 74 ). Otra alternativa es la 
                de reconocer que el medio de la mucosa infectada e inflamada por 
                el H pylori, promueve mensajeros para que se injerten en ella 
                células pluripotenciales de la médula ósea, 
                células que ante un ambiente inhóspito y extraño, 
                inicien alteraciones en su crecimiento y diferenciación, 
                que lleven al desarrollo de cancer. ( 75, 76 ). La carcinogénesis 
                también puede relacionarse a otros mecanismos: toxinas 
                bacterianas y proteinas dañinas secretadas por el H pylori 
                o por el propio hospedero, en respuesta inmunológica desencadenada 
                por la infección, como la expresión de proto-oncógenes, 
                el incremento de las concentraciones de las lipasas y de proteasas 
                derivadas del metabolismo bacteriano, la disminución de 
                la secreción del ácido ascórbico, que como 
                potente antioxidante es capaz de eliminar radicales libres de 
                oxígeno y nitritos, así como el de impedir la formación 
                de nitrosaminas, y que son los que más se mencionan en 
                la literatura ( 21 ). En conclusión, el clásico 
                modelo aceptado desde la década de los años 70s, 
                con una concepción lógica y sencilla para el desarrollo 
                del adenocarcinoma gástrico: mucosa normal, gastritis crónica, 
                gastritis atrófica, metaplasia, displasia y cáncer, 
                ya no es suficiente, que la temporalidad prolongada de los procesos 
                de carcinogénesis también tienen etapas, que son 
                multifactoriales, y que como en el caso del adenocarcinoma gástrico 
                participan: el momento de la infección por H pylori, la 
                genética de la bacteria ( cepas CagA + ), las dietas, la 
                genética y la herencia del hospedero ( 72, 75 ).
 9.6.- LINFOMA MALTSe reconoce la asociación de infección por H pylori 
                con el linfoma gástrico asociado a mucosas ( MALT por sus 
                siglas en ingles ), representando el 10 % de todos los linfomas, 
                y el 3 % de todas las neoplasias gástricas ( 76, 77, 78 
                ). Estos tipos de linfomas gástricos son consecuencia de 
                un estímulo autoinmune antigénico crónico, 
                como es el caso del H pylori, y se originan de linfocitos B y 
                son calificados como de bajo y alto grado, de acuerdo a su extensión 
                y morfología, localizándose casi siempre en la región 
                del antro. Wotherspoon en 1991 publicó por primera vez 
                en la revista Lancet la asociación entre la infección 
                por H pylori, y la respuesta inflamatoria de linfocitos B, en 
                la forma clásica de gastritis folicular y las neoplásias 
                MALT ( 79 ). A diferencia en relación a los adenocarcinomas 
                gástricos, para fines del siglo XX la evidencia epidemiológica 
                que apoyara a la asociación de linfomas e infección 
                por H pylori, era sin duda menor, y las evidencias de esta asociación 
                entre H pylori y neoplasias MALT, se iniciaron con los resultados 
                de publicaciones, que documentaron la remisión o regresión 
                total de los linfomas de bajo grado, ya que para los linfomas 
                de alto grado y aún asociados a la infección, se 
                ha requerido siempre tratamiento oncológico, además 
                del de erradicación de la bacteria, y desde el diagnóstico 
                inicial. A la fecha sin duda, se acepta, que las personas infectadas 
                con H pylori, tienen seis veces más de posibilidades de 
                adquirir un linfoma asociado a mucosas, en relación a las 
                personas no expuestas a la infección, como se publicó 
                desde 1994 en el trabajo clásico de Parsonnet ( 80 ). Además 
                existe el hecho de que las incidencias de linfomas gástricos 
                de bajo y de alto grado, son superiores en poblaciones con alta 
                prevalencia de infección por H pylori, y de que la identificación 
                de la bacteria se obtiene hasta en el 90 % de los pacientes con 
                linfoma MALT de bajo grado ( 81 ). El crecimiento neoplásico 
                de este tipo de linfomas, se relaciona al estímulo antigénico 
                por parte del H pylori sobre los linfocitos T, células 
                que producen citocinas como las IL-2 e IL-8, reponsables de la 
                estimulación de los linfocitos B localizados en el borde 
                externo de los folículos linfoides, induciendo degeneración 
                maligna en células centrocitoides marginales monoclonales, 
                que infiltran y destruyen el epitelio gástrico, dando lugar 
                a las lesiones linfoepiteliales características de este 
                tipo de linfomas. La afectación histológica de la 
                gastritis crónica asociada a infección por H pylori, 
                se evidencia por proliferación linfoide o hiperplasia linfoide 
                focal, lo que explica en ocasiones las dificultades para diferenciarla 
                del linfoma MALT. Si el estímulo antigénico sigue 
                evidenciándose, el linfoma MALT de bajo grado, evoluciona 
                a linfoma MALT de alto grado, lo que se caracteriza por la presencia 
                de células gigantes: centroblastos e inmunoblastos ( 81 
                ). La regresión de los linfomas MALT después del 
                tratamiento habitualmente es lenta, reportándose tasas 
                de remisión del 60 % a 70 % de los de de bajo grado, y 
                en general las remisiones son estables al año de seguimiento 
                a los tratamientos de erradicación; los linfomas MALT que 
                afectan sólo la mucosa y a la submucosa responden mejor 
                al tratamiento, y que la presencia de un patrón infiltrante 
                difuso y la localización proximal del cuerpo gástrico, 
                son factores de pronóstico negativo. Después de 
                la remisión completa de un linfoma MALT, en la mitad de 
                los pacientes, la monoclonicidad desaparece, indicando remisión 
                molecular y remisión completa, pero en la otra mitad persiste 
                el estado monoclonal, que encubre altos riesgos de recidiva del 
                linfoma, por lo que todos los pacientes, ameritan control estricto 
                ( 36, 81 ). Existe la tendencia a sustituir la denominación 
                de linfoma asociado a mucosas ( MALT ) por el de linfoma gásrico 
                tipo B de la zona marginal o maltoma ( 82 ).
  10.- INFECCIÓN CRÓNICA POR HELICOBACTER 
                pylori Y ENFERMEDADES EXTRADIGESTIVAS El H pylori ha vivido en la mucosa gástrica humana por 
                miles de años, por su capacidad de neutralizar el ácido 
                gástrico, de propiciar una respuesta inmune local y sistémica 
                del hospedero ,cuya capacidad de eliminarlo, se ha mostrado limitada, 
                propiciando una infección persistente, y ser causa de enfermedades 
                gástricas, pero también se empezaron a describir 
                o identificar otras enfermedades extradigestivas en pacientes 
                infectados, es decir patologías distantes al sitio primario 
                de infección, con probable relación a alteraciones 
                inflamatorias sistémicas, iniciándose investigaciones 
                para conocer si dichas enfermedades eran realmente relevantes. 
                Las que más se mencionan son las enlistadas ( 18, 21 ).
 SÍNDROMES ANÉMICOS.- Anemia ferropénica 
                idiopática, habiéndose demostrado niveles bajos 
                de ferritina sérica con títulos elevados de anticuerpos 
                anti-H pylori, además de que el tratamiento de erradicación 
                y aun sin tratamiento complementario con hierro, mejora el síndrome 
                anémico. En esta enfermedad extradigestiva, si se ha demostrado 
                una relación entre la infección por H pylori y la 
                presencia de anemia ferropriva, respaldada por trabajos que permiten 
                obtener niuvel de evidencia 1, de acuerdo con el III Concenso 
                de Maastricht sobre H pylori del 2006 ( 83 ). Los demás 
                padecimientos que se han ido acumulando a la lista de asociación 
                con la bacteria entran a los niveles de evidencia 4 ( serie de 
                casos ) y 5 ( opiniones de expertos ), con grados de recomendación 
                C y D.  ENFERMEDADES AUTOINMUNES.- Tiroiditis autoinmune, artritis reumatoide, 
                púrpura trombocitopénica autoinmnune, síndrome 
                de Sjögren ( 14 ). ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS.- Urticara crónica, 
                rosacea, alopecia areata, dermatitis atópica, púrpura 
                de Henoch-Schöenlein ( 16 ). ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.- Isquemia coronaria, accidentes 
                cerebro-vasculares, migraña, fenómeno de Raynaud. 
                La infección por H pylori se ha reportado asociado a un 
                mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, asociación 
                que es independiente a otros factores de riesgo ( tabaquismo, 
                hipertensión arterial, hiperlipidemias ), y una de las 
                hipótesis que más se mencionan es la de que se presentan 
                modificaciones al metabolismo lípídico con aumento 
                de triglicéridos y una reducción del Hdl-colesterol; 
                la inflamación persistente de la mucosa gástrica 
                por la infección crónica por H pylori incrementa 
                la concentración de proteinas como el fibrinógeno 
                y ácido siálico que son predictores de enfermedad 
                coronaria; se han reportado niveles elevados de homocisteina en 
                pacientes infectados, relacionados a un incremento de riesgo de 
                arterioesclerosis prematura, lo que se debe a que dicha proteina 
                inhibe la secreción de óxido nítrico por 
                las células endoteliales, que facilita la agregación 
                plaquetaria y la vasoconstricción, además de que 
                altera el balance entre los favorecedores e inhibidores de la 
                coagulación sanguínea. La elevación de la 
                hemocisteina en la sangre se relaciona a deficiencias de vitamina 
                B6, B12 y de ácido fólico, que son necesarios para 
                los diferentes pasos de remetilación y transulfuración 
                de la hemocisteina; esto es importante por que los pacientes infectados 
                con H pylori, tienen absorción deficiente de ácido 
                fólico y de cobalamina, lo que es causa de cuadros de polineuropatías, 
                sobre todo si se asocia infestación con GIARDIA lamblia, 
                la que predispone a la acumulación de hemocisteina ( 9, 
                15, 16, 17 ).  OTRAS ENFERMEDADES.- Se mencionan también otras enfermedades 
                como la diabetes mellitus, tiroiditis, glaucoma crónico 
                de ángulo abierto, encefalopatía amoniacal y obesidad, 
                para las cuales la información sobre el papel que pueda 
                tener la infección crónica por H pylori, está 
                tomando interés creciente ( 15, 16 ). 11.- EFECTOS DEL H pylori SOBRE LAS HORMONAS LEPTINA 
                Y GHRELINAÚltimamente se ha mencionado hechos de observación 
                de que la colonización por H pylori, ha afectado la expresión 
                de las hormonas que controlan el apetito y la saciedad; se conoce 
                que la leptina es secretado por el tejido adiposo y en el estómago 
                por las células principales y las células parietales, 
                liberada en respuesta a los alimentos y estímulos hormonales 
                asociados; la leptina señala la sensación de saciedad 
                al hipotálamo, ocasionando una inmediata reducción 
                de la ingesta de alimento, aumenta la utilización de energía, 
                reduce la secreción de gastrina y del ácido gástrico 
                y aumenta la proliferación de células de la mucosa 
                gástrica. La ghrelina se produce en las glándulas 
                oxínticas y se libera durante el ayuno y su producción 
                es bloqueada por la leptina y la ingesta de alimentos. Azuma en 
                el 2001 ( 84 ), reporta que los niveles de leptina gástrica 
                son más elevados en los individuos colonizados por H pylori 
                en comparación con los no colonizados, y que el tratamiento 
                de erradicación de la bacteria disminuye los niveles a 
                cifras normales; teniéndose la evidencia opuesta de que 
                los niveles de ghrelina son mas altos en individuos sin infección 
                bacteriana, y que además dichos niveles se aumentan más 
                en los individuos que se someten a tratamiento de erradicación. 
                Es un hecho conocido que se gana peso después de los tratamientos 
                de erradicación, lo que seguramente tiene una franca relación 
                hormonal; también se conoce que la obesidad como problema 
                de salud se ha incrementado notablemente en los países 
                desarrollados, situación que va aparejada a la demostrada 
                disminución de las prevalencias de la infección 
                por H ppylori; es un hecho de que en los países en desarrollo, 
                la mayoría de los infantes adquieren la infección 
                antes de los 5 años y que a los 10 años casi el 
                100 % están infectados, en cambio en los países 
                desarrollados pocos infantes están infectados. Parecería 
                que los genes del H pylori representan una contribución 
                para complementar el papel de los genes humanos para el ahorro 
                vigoroso de calorías, y que cuando el H pylori desaparece, 
                la ausencia puede tener un papel importante en la magnitud de 
                la adiposidad de infantes y de adultos; esta situación 
                no ha sido suficientemente investigada ( 85, 86 ).
  12.- INFECCIÓN PEDIÁTRICAHasta antes de que se conociera la importancia de la infección 
                por H pylori desde la infancia, se aceptaba que la causa más 
                común del conocido cuadro de dolor abdominal recurrente 
                en pediatría ( DAR ) era de origen situacional por el entorno 
                y por tanto psicológico; pero a partir de que se conoció 
                que el dolor abdominal recurrente en adultos podría relacionarse 
                a gastritis por H pylori en algunos, ( ya que en otros puede haber 
                gastritis sin sintomatología ) también se demostró 
                en estudios realizados por pediatras, y en nuestro medio en el 
                clásico trabajo de Ramírez Mayans de 1993, se conoce 
                que el dolor abdominal recurrente en niños, tiene en el 
                50% de los casos como causa a una gastritis, y de estas, más 
                del 60% se asocian a infección por H pylori ( 87 ). Por 
                supuesto que en los niños también el cuadro clínico 
                se caracteriza por ser inespecífico, siendo el dolor abdominal 
                recurrente de tipo visceral, localizado al abdomen superior, que 
                se presenta con tendencia a un ritmo postprandial tardió, 
                es decir cuando el estómago está vacío, iniciándose 
                desde las primeras horas de la mañana, dolor que se exacerba 
                con la ingesta de alimentos, acompañándose de anorexia 
                o rechazo al alimento y de sensación de plenitud; cuando 
                el dolor es intenso se presenta interrupciones del sueño 
                de los niños, además de agregarse náuseas, 
                vómitos, hematemesis y melenas, y menos frecuente pirosis. 
                En los niños la infección por H pylori sintomática 
                se puede asociar con gastritis antral y la úlcera péptica 
                duodenal relacionada con la bacteria, rara vez se se presenta 
                en niños menores de diez años ( 25 ). Se ha asociado 
                a la infección por H pylori en niños, cuadros de 
                diarreas persistentes, que condicionan desnutrición y retardo 
                en el desarrollo; también se ha asociado anemias por deficiencias 
                de hierro, alergia alimentaria, púrpura trobocitopénica, 
                poliarteritis reactiva con dermografismo y síndrome de 
                muerte súbita del lactante ( 88 ). El diagnóstico 
                diferencial en casos de dolor abdominal recurrente en pediatría, 
                debe hacerse con otras etiologías, como duodenitis por 
                Giardia lamblia, parasitosis, gastritis por medicamentos y por 
                supuesto con el síndrome de reflujo gastroesofágico. 
                Actualmente se acepta que en todo niño que manifieste epigastralgia 
                y diarrea persistente de etiología no establecida, tanto 
                el pediatra como el médico general deberán pensar 
                en infección por H pylori.
 13.- DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN POR HELICOBACTER 
                pyloriDe acuerdo a lo ya expresado, a que son múltiples los factores 
                de patogenicidad de la bacteria, y de las respuestas inmunes del 
                hospedero, que determinan el estado de portador asintomático 
                o de enfermo, la metodología de los estudios a seguir, 
                deberá tener por objetivos, el de lograr un diagnóstico 
                adecuado, ofrecer el mejor y adecuado tratamiento y sólo 
                en los casos que efectivamente lo ameriten. A medida que se avanzó 
                y con rapidez en los conocimientos sobre el comportamiento biológico, 
                la forma de lograr un habitat adecuado para la sobrevivencia, 
                la permanencia y defensa de la bacteria ante la respuesta inmune, 
                también rapidamente se desarrollaron diferentes pruebas, 
                y que son de gran utilidad para establecer con alto grado de confiabilidad 
                y de certeza la presencia del H pylori. Las pruebas diagnósticas 
                se han basado en considerar hechos fundamentales derivados de 
                haber conocido mejor a la bacteria como son: única bacteria 
                que coloniza el estómago por su capacidad de producir ureasa, 
                de que se localiza de preferencia y mayor densidad de población 
                del bacilo en el antro y mucho menos en el cuerpo y fondo gástricos, 
                que se ha mostrado al H pylori en la placa dental y en las heces, 
                de que se identifica en pacientes asintomáticos, en la 
                mayoría con gastritis crónica y úlcera péptica 
                duodenal, menos en la úlcera gástrica, adenocarcinoma 
                y tumor MALT, y todavía para el año 2007, su relación 
                con los rastornos funcionales del aparato digestivo, principalmente 
                la llamada dispepsia no ulcerosa, no se ha aclarado y es motivo 
                de controverisias ( 89 ).
  Con estos antecedentes, se han reportado múltiples estudios 
                que comparan los principios y las indicaciones de las varias pruebas 
                de diagnóstico con que se cuentan en la actualidad, para 
                el ejercicio de la medicina al respecto, y el eje del diagnóstico 
                fue tomado por la endoscopia, a partir de la cual, los métodos 
                que derivan de su aplicación se calificaron de invasivos 
                y no invasivos a los que no dependen de ella. 13.1.- PRUEBAS INVASIVASLa endoscopia, prueba rápida de ureasa, biopsias de mucosa 
                gástrica para estudios histológicos convencionales 
                o muy complejos ( inmuno-histoquímica, técnicas 
                moleculares ) y cultivo de biopsias, que se toman de preferencia 
                del antro gástrico y citología por cepillado. Estos 
                métodos tienen la indicación precisa en pacientes 
                con enfermedad ácido-péptica con fuerte base clínica 
                y ante casos que implica la necesidad de una endoscopia, como 
                ante la presencia de sintomatología de alarma que obligue 
                a pensar en proceso neoplásico. Es decir que los métodos 
                invasivos, no tienen lugar en estudios de prevalencia que incluyen 
                a individuos asintomáticos.
 ENDOSCOPIA.- Sin duda, desde la aparición de los endoscopios 
                de fibra óptica y de gran flexibilidad, el diagnóstico 
                de las gastritis, se basó en las observaciones macroscópicas, 
                en los acuerdos para establecer clasificaciones y dar uniformidad 
                a los reportes, con las ventajas de tomar biopsias para identificar 
                a la bacteria, efectuar interpretaciones histopatológicas, 
                seguidas de también de clasificaciones y de tratar de establecer 
                correlaciones clínicas. Gracias a dichos recursos, y en 
                pocos años se conocieron las gastritis secundarias a la 
                infección por H pylori. Los reportes de las interpretaciones 
                dadas por los endoscopistas, en relación a los aspectos 
                de las mucosas gástricas en pacientes infectados por H 
                pylori, y basadas en la comprobación en por lo menos dos 
                pruebas positivas, casi todos describen a las gastropatías 
                por la bacteria como: nodular, folicular, eritomatosa, erosiva, 
                petequial, atrófica, localizada, multifocal, pangastritis, 
                duodenitis erosiva, duodenitis con metaplasia e incluso mucosa 
                normal hasta en el 10 % o más de las series ( 90 ) ( Fotos 
                1 a la 12 ). En relación a las clasificaciones en el tema 
                de las gastritis, la más utilizada, y desde 1994, es la 
                de Sydney, dándole importancia a la integración 
                de los reportes, con la información macroscópica, 
                topográfica, morfológica y etiológica, para 
                lograr un diagnóstico clínico integral. Se defineron 
                tres grandes grupos de gastropatías. GASTRITIS CRÓNICA NO ATRÓFICA 
               
                 Inflamatoria 
                 Multifocal o autoinmune  
               GASTRITIS CRÓNICA ATRÓFICA 
               
                 Gastritis atrófica asociada a metaplasia  
               GASTRITIS CRÓNICAS INDETERMINADAS O NO CLASIFICABLESCuando procede, se informa la etiología, como en el caso 
                del H pylori, agregándose los conceptos de leve, moderada 
                y severa, para conocer la magnitud de la colonización y 
                distribución de la bacteria ( 91 ). También se agregan 
                a los informes histopatológicos el grado de actividad en 
                relación a la inflamación: ausente, leve, moderada 
                o intensa. ( 92 )
 
                 
                  |  |  |   
                  | Foto 1. – Gastropatía varioliforme. 
                      Gastritis crónca por H. pylori 
 | Foto 2. – Gastropatía varioliforme. 
                      Gastritis crónica por H. pylori |   
                  |  |  |   
                  | Foto 3.- Gastropatía varioliforme. 
                      Grastritis crónica por H. pylori | Foto 4.- Imagen de Mucosa con aspecto 
                      de “empedrado”. Gastritis crónica por 
                      H. pylori |   
                  |  |  |   
                  | Foto 5.- Gastritis crónica de 
                      fondo gástrico por H. pylori
 | Foto 6.- Gastritis crónica de 
                      fondo gástrico por H. pylori
 |   
                  |  |  |   
                  | Foto 7.- Duodenitis superficial por 
                      H. pylori | Foto 8.- Duodenitis superficial no erosiva 
                      por H. pylori |   
                  |  |  |   
                  | Foto 9.- Úlcera duodenal y duodenitis 
                      por H. pylori  | Foto 10.- Úlcera gástrica 
                      y gastritis crónica por H. pylori |   
                  |  |  |   
                  | Foto 11.- Linfoma (MALT) de cuerpo gástrico 
                      asociado a H. pylori  | Foto 12.- Linfoma (MALT) de cuerpo gástrico 
                      asociado a H. pylori |  PRUEBA RÁPIDA DE UREASA.- Se basa en el conocimiento que 
                se tiene de que sí la biopsia tiene H pylori, la ureasa 
                hidroliza un sustrato comercial de urea, para convertirla en amonio 
                y en anhídrido carbónico, reacción que es 
                alcalina, lo que permite modificar el color de un indicador de 
                pH con rojo fenol agregado, cambiando de color amarillo a bugambilia; 
                este cambio puede ser rápido ( fast ), que se debe a una 
                mayor densidad bacteriana, o tardío dentro de 24 hora posteriores 
                a la toma de la biopsia. Al principo se hacian preparaciones en 
                los laboratorios de bacteriología y que no era difícil, 
                pero en la práctica clínica actual todos los endoscopistas, 
                utilizan soluciones o gelatinas de firmas comerciales y las más 
                utilizadas son: CLO-test, Cu-test, JATROX-tes y el Pylori-test. 
                En general su utilidad es similar y se reportan sensibilidades 
                de 90 % a 95 %, con especificidades de 95 % a 100 %, con el inconveniente 
                de que aun cuando los sustratos comerciales de urea son accesibles, 
                es necesario agregar el costo de la endoscopia. En general los 
                resultados falsos + con la prueba rápida de ureasa son 
                poco frecuentes, ( se menciona como causas de falsos + la posible 
                presencia de contaminación de las biopsias por otras bacterias 
                productoras de ureasa especialmente estreptococos y estafilococos, 
                sobre todo cuando el sustrato de urea se administraba por vía 
                oral; e incluso algunas falsos + se atribuyen a otras bacterias 
                de género HELICOBACTER como el H heilmanni que se ha considerado 
                como agente causal de gastritis , situación muy rara ( 
                10 ). La sensibilidad de la técnica dependen de la densidad 
                de las bacterias, considerando un mínimo de 10, 000 bacterias 
                en la muestra para que el resultado sea positivo; también 
                pueden presentarse falsos - , si el número de bacterias 
                en la muestra es muy escaso, por colonización disminuida 
                a consecuencia de tratamientos previos inmediatos con inhibidores 
                de la bomba de protones, sales de bismuto, antibióticos 
                e incluso sucralfato; por supuesto que la sensibilidad aumenta 
                si se toman más de una biopsia, sobre todo en pacientes 
                con atrofia y metaplasia gástricas severas, que no tienen 
                H pylori en las muestras, lo que ocasiona falsos - , y se conocen 
                como errores de muestra. La sensibilidad de la prueba también 
                disminuye en forma significativa en al presencia de hemorragia 
                digestiva y sin antecedentes de tratamiento previo de erradicación, 
                lo que se atribuye al efecto tampón de la albúmina 
                sobre el indicador de pH, mas que por un efecto directo sobre 
                la inhibición de la actividad de ureasa ( 89, 91 ).  CULTIVOS.- El cultivo es el método con máxima 
                especificidad de 100% para el diagnóstico de infección 
                por H pylori, lo que le confiere superioridad comparada con las 
                otras pruebas disponibles, llegándose a considerarla como 
                el estandar de oro, pero la sensibilidad se reporta con variaciones 
                importantes que varían de 60 % a 90 %, lo que se debe a 
                que su realización no es fácil; en la sensibilidad 
                influyen la densidad bacteriana, las condiciones del transporte 
                de las muestras, del tiempo que trancurre desde la toma y el procesado, 
                las condiciones de incubación y los tratamientos previos 
                con omeprazol, antibióticos, sales de bismuto, sucralfato 
                e incluso benzocaina. El cultivo tiene la ventaja de que permite 
                la realización de antibiogramas y estudiar las resistencias 
                bacterianas a diversos antibióticos, en casos clínicos 
                específicos o en estudio de poblaciones muy limitadas. 
                Como en todas las infecciones el cultivo de H pylori, es el método 
                para el diagnóstico válido, para poder tipificar, 
                y por ahora es el único método que permite analizar 
                la sensibilidad a los antibióticos, permite estudiar factores 
                de virulencia y obtener nuevos antígenos para técnicas 
                de diagnóstico serológicos. Para conseguir los mejores 
                resultados con el método, y lograr mejores desarrollos 
                de la bacteria, en general se recomienda la utilización 
                de dos medios de cultivo, uno no selectivo suplementado con sangre, 
                y otro selectivo con diferentes antibióticos que inhiban 
                la flora bacteriana bucal. Es conocido que la bacteria es muy 
                sensible a los cambios de temperatura durante su cultivo, a la 
                necesidad del adecuado medio microaerofílico, de que las 
                colonias tienen crecimiento lento, con aparición de las 
                primeras colonias a partir del 5º día e incluso aparecer 
                hasta el 10º día, siendo indispensable la identificación 
                de enzimas ureasa, oxidasa y catalasa. El cultivo de las biopsias 
                gástricas es el más estudiado para aislar H pylori, 
                pero también es el más caro, por que se necesita 
                agregar el costo de la endoscopia, por lo que se ha intentado 
                y logrado el cultivo de la bacteria en muestras de jugo gástrico, 
                de heces fecales y del material obtenido de hilo dental ( 9, 89 
                ).Sin duda, al aislamiento del H pylori de la placa dental, incluso 
                en individuos sanos asintomáticos, ha ocupado un papel 
                clave en la epidemiología de la infección, haciéndolo 
                responsable de las no raras recidivas postratamiento, y de representar 
                una posible vía de adquisición de la infección 
                ( 9, 89, 93 ).  HISTOLOGÍA.- La identificación del H pylori en 
                biopsias, se puede lograr mediante técnicas de microscopía 
                directa con procesado de las muestras con tinciones de Gram, procedimiento 
                fácil y rápido con sensibilidades cercanas al 90 
                % y especificidades también cercanas al 100%, sobre todo 
                si se logra el estudio de biopsias múltiples y simultaneas 
                del antro y del cuerpo gástrico. También se ha utilizado 
                la tinción con azul de metileno, que es más sencilla, 
                que obtiene los mismos resultados que con la tinción de 
                Gram y sin embargo en nuestro medio no ha tenido la aceptación 
                de otros países ( 94 ). La histología con técnicas 
                llamadas convencionales ha permitido el diagnóstico de 
                infección, es decir la identificación de la bacteria, 
                pero además proporciona valiosa información sobre 
                las alteraciones de la mucosa gástrica, evaluar la densidad 
                bacteriana en el epitelio gástrico en forma semicuantitativa, 
                la magnitud y características de la gastritis, la actividad 
                inflamatoria aguda y crónica, la atrofia de la mucosa, 
                la metaplasia intestinal y la presencia de folículos linfoides; 
                estas ventajas se amplían cuando un endoscopista experimentado 
                tiene la precaución de tomar biopsias numerosas de antro, 
                incisura angulares, cuerpo y fondo, teniendo el cuidado de que 
                el antro sea el mas muestreado, por el conocimiento que se tiene, 
                de que es la zona habitual de máxima colonización 
                por el H pylori. Con histopatólogos experimentados sus 
                sensibilidades alcanzan hasta 96 % y especificidades de casi 100 
                % ( 36, 92 ).  Las biopsias deben ser conservadas en formaldehído al 
                10 % amortiguaado antes de su procesamiento, y la elección 
                del método de tinción casi siempre se debe a la 
                experiencia y preferencias de los histopatólogos. Las más 
                utilizadas son la tinción convencional de hematoxilina 
                y eosina y tinciones especiales como la de Giemsa y la de Genta, 
                muy similar a la de Warthin-Starry, que permiten una rápida 
                identificación de la bacteria; con todas se reportan resultados 
                convincentes, sin diferencias importantes, salvo los costos que 
                son mayores para las tinciones especiales. Los resultados falsos 
                - por histología son raros y habitualmente obedecen a errores 
                de muestreo, ya que la colonización bacteriana es por parches 
                o focal, y las biopsias pueden tomarse en areas de metaplasia 
                intestinal y de atrofia gástrica; también por la 
                presencia escasa de bacterias debida a medicación previa 
                antes de la endoscopia. Aquí también el costo de 
                la endoscopia que se agrega, hace que el método actualmente 
                pierda competitividad con otros métodos no invasivos. Se han logrado técnicas de inmunohistoquímica e 
                inmunofluorescencia, utilizando anticuerpos monoclonales y policlonales 
                frente al H pylori, aplicados directamente en el material fresco 
                de las biopsias, en cortes por congelación y en muestras 
                fijadas en formaldehído, habiéndose informado alta 
                especificidad y lo más importante muy pocas diferencias 
                entre los histopatólogos. Por ser procedimientos de alta 
                complejidad y realizados por expertos en inmunohistoquímica, 
                su disposición es limitada, los costos se elevan notablemente, 
                de ahí que su utilidad se limita a protocolos de investigación 
                y no a la clínica diaria ( 89 ). La infección por H pylori puede cursar sin manifestaciones 
                clínicas y en los sintomáticos, el diagnóstico 
                se sustenta en un buen número de pacientes con la endoscopía, 
                la prueba de ureasa rápida y la identificación de 
                la bacteria en las biopsias, pero también se incluye el 
                conocer la apariencia macroscópica de la mucosa gástrica, 
                que pude estar alterada en forma evidente, mínima o normal; 
                es decir que unas biopsias se destinan a estudios histopatológicos 
                convencionales o especializados, para conocer la magnitud y las 
                características del daño que el H pylori produce 
                en forma directa e indirecta de la mucosa gástrica ( Fotos 
                13, 14, 15 ). CAMBIOS SUGESTIVOS DE INFECCIÓN AGUDA POR H pylori.- Pérdida 
                de la secreción apical de moco, apoptosis en el epitelio 
                de la críptica, erosión de la mucosa, ulceración, 
                infiltraciones celulares principalmente neutrófilos ( actividad 
                ) y se hace diagnóstico morfológico de GASTRITIS 
                AGUDA. Al daño sigue una reparación inmediata que se inicia 
                en el cuello de las glándulas, en forma de regeneración 
                epitelial que se identifica fácilmente en los cortes y 
                tinciones convencionales, y su magnitud se relaciona directamente 
                al daño, y se conoce que el recambio celular de la mucosa 
                gástrica infectada es dos veces más que en la no 
                infectada, proceso que se desencadena por acción del amonio 
                y de múltiples reactantes químicos producidos durante 
                el proceso inflamatorio y que son capaces de inducir una respuesta 
                alterada de la mucosa. La regeneración se establece a través 
                de células totipotenciales, situadas en el cuello de las 
                glándulas, que es una zona proliferativa, en donde también 
                se pueden originar eventualmente células mucosas, parietales 
                y neuroendócrinas. Si la regeneración se limita 
                a un tercio de la longitud de la cripta, se le considera regeneración 
                típica, pero si se extiende a la mitad de la cripta, se 
                le considera regeneración atípica. Las células 
                con cambios regenerativos muetran núcleos vesiculosos, 
                situación descrita en situaciones preneoplásicas 
                de la mucosa gástrica: metaplasia intestinal, gastritis 
                crónica atrófica, en mucosa de estómagos 
                operados con resecciones, en mucosa vecina a úlceras gástricas 
                y en mucosa cercana a un adenocarcinoma ( 95 ). CAMBIOS CARACTERÍSTICOS DEL DAÑO CRÓNICO 
                POR INFECCIÓN POR H pylori.- Cambios regenerativos típicos, 
                cambios regenerativos atípicos, displasias en grado variable, 
                metaplasmas, infiltraciones celulares: linfocitos, células 
                plasmáticas, moncitos, macrófagos, menos neutrófilos 
                y eosinófilos, haciendo el diagnóstico de GASTRITIS 
                CRÓNICA que puede ser: no activa, activa leve, activa moderada 
                y crónica activa intensa. La displasia leve implica cambios proliferativos evidentes en 
                el epitelio de revestimiento de las criptas, con glándulas 
                deformadas con aspecto estrellado y formación de puentes 
                celulares intraglandulares por la proliferación del epitelio. 
                La displasia severa se caracteriza por franca estratificación 
                celular, con núcleos irregulares y con pérdida de 
                polaridad en el espesor del epitelio; a la displasia severa se 
                le considera carcinoma in situ. La displasia severa, muestra franca 
                transformación neoplásica del epitelio gástrico, 
                delimitada al espesor de la cripta, sin disrupción de la 
                membrana basal. La displasia severa se clasifica como Tipo I adenomatosa 
                que se parece al adenoma tubular del colon, acompaña a 
                la metaplasia intestinal, y es precursor del adenocarcinoma gástrico 
                de tipo intestinal. La displasia Tipo II que ha sido poco estudiada 
                no se asocia específicamente a un tipo de adenocarcinoma. 
                Se ha demostrado que en las gastritis crónicas por H pylori, 
                el daño de la mucosa por acción de la bacteria no 
                tiene duda, pero el acelerado recambio del epitelio, quizá 
                obedezca a que la mucosa está también expuesta a 
                otros mutágenos, a variaciones individuales en los procesos 
                de reparación del DNA y a posibles oncógenes. En 
                los casos de displasias severas no hay duda en diagnosticar neoplasia, 
                pero en los casos de displasias leves y con regeneraciones atípicas, 
                los cambios morfológicos obtenidos por microscopia de luz, 
                requieren de estudios más complejos, como pueden ser marcadores 
                de proliferación celular y cuantificación de DNA, 
                con el objeto de intentar determinar el potencial neoplásico 
                de dichas alteraciones ( 96 ). 
                 
                  |  |   
                  | Foto 13.- Hematoxilina-eosina, 40X. 
                      Zonas de actividad, neutrófilos en la lámina 
                      propia y en las células epiteliales de las glándulas 
                      gástricas.
 |   
                  |  |   
                  | Foto 14.- Hematoxilina-eosina 40X. Gastritis 
                      crónica folicular. Se observa un folículo 
                      linfoide con centro germinal hiperplásico. |   
                  |  |   
                  | Foto 15.- Tinción de Genta, 100X, 
                      inmersión en aceite. Numerosos bacilos de Helicobacter 
                      pylori en el moco del epitelio de superficie, se tiñen 
                      de color negro. |   CITOLOGIÁ POR CEPILLADO. La citología mediante 
                el cepillado de la mucosa gástrica durante las endoscopias, 
                y posterior observación con técnica de Papanicolau, 
                es un método que sin duda ha permitido identificar a la 
                bacteria, pero el mismo cepillado sobre la mucosa gástrica 
                provoca la ruptura de la capa mucosa y lesiona directamente el 
                epitelio, por lo que la bacteria queda expuesta a la acción 
                del ácido gástrico. Esto representa una posible 
                explicación para la variabilidad de los reportes en relación 
                a sensibilidades y especificidades, por lo que es un método 
                que se aplica cada vez menos, además de que el resultado 
                se informa dos o tres días posteriores a la endoscopia 
                y de que las variaciones entre los observadores como en todos 
                los estudios de frotis son evidentes. En la práctica clínica 
                el método resulta costoso y ha sido sustituido por métodos 
                no invasivos ( 97 ). 13.2.- PRUEBAS NO INVASIVASTambién llamadas indirectas o no endoscópicas, ya 
                que sólo requieren de una muestra de sangre, de aire espirado, 
                saliva, heces u orina, con la ventaja de que son pruebas más 
                accesibles, que se aplican en situaciones en que no sea fácil 
                una endoscopia en adultos y sobre todo en niños, teniendo 
                su máxima utilización en pacientes tratados y se 
                desea demostrar una erradicación efectiva; en pediatría 
                para estudiar niños con síndrome de dolor abdominal 
                crónico y en estudios de muestreo en poblaciones muy específicas.
 PRUEBAS SEROLÓGICAS.- Se basan en la identificación 
                de anticuerpos específicos enfrentados a antígenos 
                del H pylori, y desde hace varios años, se tiene la posibilidad 
                de determinar inmunoglobulinas séricas tipos IgG, IgA, 
                IgM e IgE específicas para H pylori; la inmunoglobulina 
                predominante en los anticuerpos es la IgG y después la 
                IgA; el valor de sus cuantificaciones y también sus limitaciones, 
                es de que sólo permiten conocer exposición a la 
                bacteria reciente o antigua, por lo que no permiten la discriminación 
                entre una posible infección activa con exposición 
                previa e incluso con individuos asintomáticos. De los múltiples 
                métodos serológicos el que más se utiliza 
                es el de enzimo-inmuno-análisis ( EIA-ELISA ), que es sencillo, 
                rápido, que da resultados cuantitativos, por lo que se 
                pueden establecer diferentes puntos de corte de positividad para 
                diferentes grupos de población., que seguramente tienen 
                diferentes prevalencias. Esta prueba mide la respuesta inmune 
                del hospedero, y no indica la presencia o ausencia de la bacteria 
                en el momento en que se tomó la muestra, por lo que un 
                resultado positivo sólo muestra anticuerpos específicos, 
                y al no confirmar la infección, menos permite eliminar 
                otra patología gástrica; desde su utilización 
                las interpretaciones de los resultados, han sido muy cuidadosa, 
                ya que en países en desarrollo como es el caso de México, 
                en donde la prevalencia de la infección se de 70 % o más, 
                las probabilidades de que las pruebas den resultados positivos 
                son altas, afectando los valores predictivos positivos y en consecuencia 
                las especificidades. Esto se conoce bien, de ahí que esta 
                prueba en México, no tenga la utilidad clínica deseada, 
                al aplicarse en forma general, porque se puede anticipar un resultado 
                positivo de 65 % o más. La prueba ha sido útil en 
                países desarrollados con prevalencias menores de infección 
                por H pylori, por lo que en países en desarrollo, sólo 
                será aplicable en jóvenes y niños pertenecientes 
                a las clases socioeconómicas altas, en donde se ha demostrado 
                prevalencias menores ( 9, 10, 89 ). Existen numerosos preparados 
                comerciales, que son accesibles en costos, e incluso actualmente 
                se cuenta con métodos de consultorio, que sólo necesitan 
                una gota de sangre, obteniéndose resultados inmediatos 
                y fáciles de interpretar. Con los preparados independientemente 
                de la razón comercial, se logra una sensibilidad alta de 
                90 % a 100 %, pero todos tienen una especificidad que es variable 
                de 76 % a 96 %. La rentabilidad de los estudios serológicos 
                para monitorizar los resultados de la terapia de erradicación, 
                se debe relacionar directamente con los niveles de anticuerpos 
                existentes en la prueba de diagnóstico o muestra pretratamiento 
                y la de postratamiento; en general se acepta que a las seis semanas 
                posteriores al tratamiento los niveles de anticuerpos descienden 
                independientemente de la efectividad de la terapia, y a lo que 
                se le ha dado máximo valor, es de que a los 6 meses postratamiento, 
                el descenso ostensible y continuo de anticuerpos, sólo 
                se mantiene en los pacientes realmente curados ( 36 ). Esta necesidad 
                de repetir estudios serológicos ha sido una limitante importante, 
                además de que la prueba de aliento ha mostrado superioridad 
                en el control de erradicación ( 89 ). PRUEBA DE ALIENTO O DE AIRE ESPIRADO.- La prueba fue desarrollada 
                por Graham y Klein en 1987 y la utilización y efectividad 
                se la da la presencia del mismo H pylori, por la característica 
                que tiene de producir ureasa y de actuar sobre un aporte de urea 
                marcada con un radioisótopo, que puede ser C13 O C14, que 
                se integra al CO2, que se produce al desdoblarse la urea por acción 
                de la enzima que es exclusiva de la bacteria y de no existir en 
                la mucosa gástrica. Para la realización de la prueba, 
                al paciente con 5 o 6 horas de ayuno, se le toman dos o más 
                muestras basales de aliento que son almacenadas en recipientes 
                adecuados y cerrados herméticamente, se le hace ingerir 
                una solución con ácido cítrico, con el objeto 
                de retardar el vaciamiento gástrico y luego otra solución 
                o cápsula que contiene 100 mgs. de urea marcada con C13 
                o C14 ( los dos marcadores son útiles, pero se prefiere 
                al C13 por su menor costo y no expone a radioactividad ). Si existe 
                colonización bacteriana la urea se desdobla por acción 
                de la ureasa del H pylori, liberándose amonio y CO2 marcado 
                que pasa a la circulación, después es eliminado 
                por las vías respiratorias; el paciente permanece de preferencia 
                sentado y a los 30 minutos se toman muestras de aliento en los 
                mismos reptáculos, se etiquetan y se envían al laboratorio 
                especializado, donde se cuantificará la presencia del CO2 
                marcado utilizando un espectrómetro de masas y últimamente 
                con espectroscopia con rayos infrarrojos. El resultado se informa 
                en unidades de uso internacional que son la expresión de 
                los tantos por mil de la relación C13 / C12 de la muestra 
                basal con respecto a la muestra problema; si la diferencia entre 
                el valor basal y el valor de 30 minutos, es mayor de 5 unidades, 
                la prueba se considera positiva y representa infección 
                actual. Existen en el mercado varias presentaciones, que incluyen 
                los elementos de trabajo, e incluso existen equipos integrados 
                para uso en consultorio. La prueba además de identificar 
                la infección, tiene las ventajas de proporcionar también 
                respuesta inmediata en estudio de control de tratramiento y de 
                identificar reinfecciones. Esta prueba no invasiva actualmente 
                es la más utilizada, recomendada por ser incruenta e ideal 
                para verificar erradicación, tiene sensibilidad de 88 % 
                a 100 % y una especificidad de 100 %. A pesar de estas ventajas, 
                tiene inconvenientes como son: los costos elevados, de que se 
                necesita laboratorios especializados, de que pueden ocurrir falsas 
                positivas por la contaminación de otras bacterias productoras 
                de ureasa, como bacterias orofaringeas que contaminan el sustrato 
                de urea, sobre todo cuando se administra en solución, por 
                su presencia en estómagos con aclorhidria secundaria a 
                gastritis crónica atrófica, y por consumo prolongado 
                de bloqueadores de la bomba de protones, en donde el llamado medio 
                hostil ha desaparecido; otro inconveniente es de que también 
                se presentan falsos negativos , como en el caso de pacientes que 
                estuvieron en tratamiento, con antibióticos, sales de bismuto 
                y por supuesto bloqueadores de la bomba de protones; por este 
                último inconveniente se recomienda suspender todo tratamiento 
                de supresión de ácido quince días antes del 
                estudio. Los métodos que miden el CO2 marcado en muestras 
                de sangre y no en aliento, no han mostrado mejores índices 
                de sensibilidad y especificidad, además de ser cruentos 
                por las venopunturas. ( 10, 89 )  ANTÍGENO Ag de H. pylori EN HECES FECALES.- Con base 
                en la posición aceptada de que el H pylori se elimina por 
                las heces, el siguiente paso fue el diseñar una prueba 
                que tuviera capacidad de encontrar antígenos bacterianos 
                específicos, e incluso se cuenta con equipos comerciales. 
                A diferencia de las pruebas serológicas que detectan anticuerpos, 
                la investigación de antígenos en heces, demuestra 
                de manera directa la presencia de infección, pero no indica 
                necesariamente, que el cuadro clínico sea por dicha infección. 
                Tiene además la ventaja de que solo requiere de una muestra 
                de materia fecal, de ser aplicable sobre todo en pediatría, 
                en donde para los niños menores es difícil la realización 
                de prueba de aliento y en donde la endoscopia tiene que tener 
                indicaciones precisas, además de recursos idóneos 
                para las endoscopias en pediatría. Desde que se generalizó 
                su uso se reportan sensibilidades de 94 % y especificidades de 
                90 %, la utilidad en niños ha sido prometedora y seguramente 
                lo será en estudios clínicos y epidemiológicos. 
                Otro valor agregado a la prueba es la de poder confirmar las erradicaciones 
                postratamiento, sobre todo si la prueba se aplica a partir de 
                la segunda semana de haber concluido los tratamientos. Dentro 
                las limitaciones, están sus costos, que a veces la disponibilidad 
                es difícil, de que el resultado no es inmediato y de que 
                también tiene resultados falsos negativos, por tratamientos 
                previos con inhibidores de la bomba de protones, antibióticos 
                y derivados de bismuto ( 98, 99 ). ANTICUERPOS EN SALIVA.- A partir del conocimiento de que el H 
                pylori ha sido identificado en la placa dental, se desarrollaron 
                pruebas inmunológicas con técnica de ELISA, para 
                la detección de de anticuerpos IgG contra la bacteria en 
                la saliva, que se hicieron rapidamente accesibles en costos, y 
                de poderse aplicar en el consultorio, y sobre todo en la práctica 
                pediátrica; su máxima utilidad sería en niños 
                que viven en países desarrollados, por las bajas prevalencias 
                de la infección , y tal vez también en niños 
                que viven en países en desarrollo, pero en ambientes de 
                alto nivel socioeconómico, utilidad derivada de baja probabilidad 
                preprueba que se esperaría. El inconveniente deriva de 
                su disponibilidad no es fácil, de que la sensibilidad y 
                especificidad se han mostrado menores a las reportadas en las 
                pruebas serológicas, y a la fecha la prueba no ha tomado 
                lugar en el trabajo clínico, incluso en pediatría 
                que sería lo ideal ( 100 ). ANTICUERPOS EN ORINA.- Como la determinación de anticuerpos 
                en saliva, la determinación en orina, puede ser útil 
                en comunidades donde la prevalencia de la infección es 
                baja; también se considera que su máxima utilidad 
                es en niños, su sensibilidad es aceptable, pero tampoco 
                está claro que pueda ser una prueba utilizable para conocer 
                erradicaciones postratamiento, además de que los anticuerpos 
                pueden permanecer por más de un año en muestras 
                de orina ( 101 ). REACCIÓN DE POLIMERASA EN CADENA ( RPC ).- La reacción 
                en cadena de la polimerasa ( polymerasa chain reaction PCR ) representa 
                una biotecnología que logra amplificar o reproducir in 
                vitro un número de copias de una región específica 
                del ADN, con la finalidad de reproducir cantidad suficiente de 
                un fragmento para su evaluación, y a su alta especificidad 
                y sensibilidad, se debe su utilización en el diagnóstico 
                de virus, parásitos y bacterias de dificil cultivo, como 
                es el caso del H pylori, ofreciendo un diagnóstico confiable, 
                rápido y menos laborioso que los cultivos normales, con 
                la ventaja adicional, de que la cantidad de material necesario 
                para el inicio de la reacción es muy pequeña, ya 
                que sólo es necesario la cantidad de ADN contenida en una 
                sóla célula. Se han reportado diferentes métodos 
                moleculares para detectar la presencia de H pylori en biopsias, 
                saliva, jugo gástrico y heces, pero para su realización 
                como método diagnóstico, requiere de tecnología 
                y equipos altamente especializados, por lo que su utilización 
                se ha limitado ha investigaciones, permitiendo conocer características 
                de las cepas infectantes, principalmente la virulencia y las resistencias 
                a los antibióticos. Por la existencia de múltiples 
                cepas y con variabilidad genética, su utilidad en la clínica 
                es limitada, teniendo sus aplicaciones para conocer las cepas 
                infectantes de diversos grupos humanos, para el estudio de contaminación 
                por H pylori en aguas potables, e incluso ha permitido determinar 
                corrientes migratorias intercontinentales. Sin duda es una prueba 
                de alta sensibilidad y especificidad, pero la limitación 
                son los costos y su disponibilidad mínima ( 102 ). Es importante señalar que la selección de las pruebas 
                diagnósticas para apoyar el diagnóstico de infección 
                por H pylori, no es pensando en cual es la mejor de todas, sino 
                seleccionarla con base a estudio clínico, conocimiento 
                de prevalencias de la zona donde se trabaja, niveles socioeconómicas 
                y sobre todo disponibilidad por recursos y costos. Esto último 
                es importante, ya que los costos implican disponibilidad en función 
                de niveles de atención, como en el caso de pruebas invasivas, 
                que ameritan gabinetes de endoscopia perfectamente equipados; 
                y de las no invasivas como en el caso de la prueba de aliento, 
                en México, tienen las limitaciones del costo y de la alta 
                prevalencia de infección, por lo que se puede anticipar 
                altos resultados positivos y no necesariamente por infección 
                activa, en el momento de la prueba. Lo mismo se puede decirse 
                para las pruebas serológicas que aunque por costos son 
                accesibles, se pueden anticipar también altos resultados 
                positivos ( prevalencia a priori ) por la frecuencia de cicatrices 
                serológicas ( 103 ).  En conclusión los conocimientos actualizados de la infección 
                por el H pylori, el estudio clínico, la situación 
                de cada paciente, las edades, los niveles de atención, 
                los recursos disponibles y los costos, permiten una selección 
                de adecuada de cada prueba y para cada paciente, e incluso indicar 
                un tratamiento de erradicación sin llegar a la endoscopia, 
                y esta emplearla sólo con justificación plena. De 
                los métodos invasivos destacan el estudio histopatológico, 
                considerado como el estándar de oro, la prueba de ureasa 
                rápida y el cultivo, con las ventajas de que diagnostican 
                infección y enfermedad, con sensibilidad reportada desde 
                80 % hasta 90 %, y especificidad de 95 % a 100 %; los estudios 
                no invasivos tienen la ventaja de que son económicos, pero 
                con la gran desventaja de que sólo diagnostican infección 
                y no enfermedad, reportándose sensibilidad de 86 % a 96 
                % y especificidad de 74 % a 98 % ( 103 ). 14.- TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN POR HELICOBACTERComo ya se mencionó, la presencia de del H pylori se hace 
                evidente sólo en los sitios donde existe mucosa gástrica, 
                por supuesto en el estómago, en zonas de ectopia como en 
                el divertículo de Meckel y en el colon, y además 
                en zonas de metaplasia de la mucosa gástrica en el duodeno 
                y en el epitelio de Barrett. Desde las publicaciones de Marshall 
                y Warren en 1983 de la presencia de la bacteria en la mucosa gástrica, 
                se derivaron cambios sustanciales en el conocimiento de la etiopatogenia 
                de las gastritis, y algo que fue de gran impacto, al aceptarse 
                el hecho de que las úlceras pépticas duodenales 
                y gástricas, tienen como factor etiopatogénico importante 
                a una infección, lo que empezó a desplazar a los 
                aceptados con anterioridad, por lo que se iniciaron los tratamientos 
                con base a dos hechos: la aplicación de bactericidas y 
                la supresión del ácido del micronicho del H pylori. 
                La primera consideración que se tuvo en cuenta, fue el 
                reconocimiento de que la infección por H pylori representa 
                a la afección crónica más frecuente en el 
                ser humano, y superada sólo por las caries dentales, de 
                llegar a tener prevalencias hasta del 90 % en países en 
                desarrollo y de que sólo el 10 % a 20 % de los individuos 
                infectados tienen enfermedad sintomática, situación 
                que indudablemente dependerá de factores del hospedero 
                y de la virulencia de las cépas infectantes; pero además 
                y en pocos años se asociaron otras patologías extradigestivas 
                y como ejemplos: enfermedades vasculares, urticarias idiopáticas, 
                glaucoma crónico de ángulo abierto, y que han mejorado 
                con tratamientos de erradicación, mejorías con soporte 
                estadístico en relación a grupos controles. Esto 
                implicó que desde que se inició la era del Helicobacter 
                Pylori, surgieran las preguntas clásicas que todos los 
                investigadores se hicieron, y se siguen haciendo aún en 
                el año 2007. ¿ Por qué utilizar antibióticos 
                y por que asociarlos a un bloqueador de la producción del 
                ácido gástrico ? ¿ Cual sería el tratamiento 
                ideal ? ¿ A quién dar tratamiento ? ¿ Por 
                quien ? ¿ Con qué ? ¿ Como ? ¿ Con 
                que controles ? ¿ Por qué fallan los tratamientos 
                ? ¿ Qué se hace cuando no se logra la erradicación 
                ? (104 )
  14.1.- TRATAMIENTO EN ADULTOS¿ POR QUÉ DAR TRATAMIENTO ? Desde el reporte de 
                Marshall, codescubridor de la bacteria, y que comprobó 
                que su eliminación, era seguida de una disminución 
                importante de las recidivas ulcerosas a un año de seguimiento; 
                a partir de dicho momento, los múltiples trabajos y con 
                evidencias científicas, han demostrado que los antibióticos 
                asociados a bloqueadores H2 y después los inhibidores de 
                la bomba de protones, aplicados en esquemas, en días suficientes 
                y adecuados seguimientos, cicatrizan las úlceras duodenales, 
                sobre todo en pacientes H pylori +, desapareciendo el concepto 
                de úlceras refractarias, disminuyendo las recidivas, las 
                complicaciones, y pasando casi a la historia las vagotomías 
                y las resecciones gástricas. También existen múltiple 
                bibliografía que demuestra que los correctos tratamientos 
                de erradicación, dan beneficios en costos de la medicación, 
                en la disminución de ausentismos laborales, en hospitalizaciones, 
                y sobre todo en la mejoría de la calidad de vida de los 
                enfermos ulcerosos actuales ( 105, 106, 107, 108 ).
 ¿ CÚAL SERÍA EL TRATAMIENTO IDEAL ? Actualmente 
                se acepta por la experiencia internacional, en base a la de los 
                investigadores nacionales y por consensos, y que además 
                los puso de moda el H pylori, el tratamiento ideal, es aquel que 
                se acerque a un 90 % de erradicación de la bacteria de 
                los sujetos infectados, independientemente de las situaciones 
                clínicas que motivaron la investigación médica, 
                con efectos colaterales relacionados a los medicamentos que no 
                pasen el 5 %, de que los esquemas aplicados sean accesibles, que 
                faciliten el cumplimiento y apego, de corta duración ( 
                7 a 14 días ), en combinación de fármacos 
                con bajo costo, y lo más importante, con mínimas 
                resistencias conocidas y que no las favorezcan. En general se 
                acepta que por las experiencias y los resultados que se tienen, 
                casi se está logrando el ideal ( 104, 107 ). ¿ A QUIÉN DAR TRATAMIENTO ? La contestación 
                a esta pregunta ha cambiado con los años, así para 
                1990 y en el Congreso Mundial de patología Digestiva celebrado 
                en Sydney, las recomendaciones terapéuticas se centraron 
                en la enfermedad ulcerosa, recomendando tratar a todo paciente 
                que tuviera dos o más ataques ulcerosos por año 
                y que hubiera seguido tratamientos con antisecretores de ácido, 
                en úlceras refractarias, en recidivas a pesar de tratamientos 
                de mantenimiento, antes de decidirse por un tratamiento quirúrgico 
                ( excepto en indicación quirúrgica por complicaciones 
                y urgencias ). En 1994, el Instituto Nacional de Salud de EEUU, 
                emitió la recomendación de dar tratamiento de erradicación 
                en todo paciente ulceroso e infectado por H pylori, insistiendo 
                en los antibióticos seleccionados y probados en relación 
                a resistencias bacterianas. Recomendación que es admitida 
                en la reunión de Maastrich I en 1996, y por la Conferencia 
                de Consenso del Grupo Europeo para el estudio del H pylori, estableciendo 
                tres categorías de tratamiento, basándose en las 
                experiencias acumuladas a nivel mundial: 1 muy recomendada, 2 
                aconsejable y 3 dudosa, y también tres categorías 
                relacionadas con la fuerza de las evidencias cieníficas: 
                A inequívoca, B de apoyo y C equívoca; siguiendo 
                estas categorías se elaboraron las siguientes directivas 
                de erradicación del H pylori para diferentes situaciones 
                clínicas ( TABLA 3 ) ( 109 ). 
                 
                  | Tabla 
                      3 – Tratamientos de erradicación de Helicobacter 
                      pylori |   
                  | ENFERMEDAD | RECOMENDACIÓN | EVIDENCIA |   
                  | Ulcera duodenal y gástrica | 1 | A |   
                  | Linfoma MALT | 1 | A |   
                  | Gastritis severa | 1 | B |   
                  | Resección de carcinoma in situ | 1 | B |   
                  | Dispepsia funcional | 2 | C |   
                  | Historia familiar de adenocarcinoma gástrico | 2 | C |   
                  | ERGE en tratamientos prolongados con omeprazol | 2 | B |   
                  | Necesidad de tratamiento con AINE | 2 | C |   
                  | Estómago operado por enfermedad ulcerosa | 2 | B |   
                  | Individuos Asintomáticos | 3 | C |   
                  | Patologías extradigestivas | 3 | C |  Se aprecian situaciones en donde las indicaciones de tratamientos 
                justificados de erradicación, persisten hasta la fecha, 
                y otras que a la fecha han sido motivo de múltiples estudios, 
                con resultados opuestos y que siguen siendo motivo de controversia, 
                como lo siguen siendo las dispepsias no ulcerosas o funcionales, 
                el papel positivo o no de ayuda de la erradicación de la 
                bacteria en los pacientes necesitados de tratamientos con AINE´s, 
                para prevenir las úlceras y sobre todo las complicaciones. 
                Sin duda también han existido controversias y resultados 
                contradictorios, ante la posibilidad de que a los tratamientos 
                exitosos de erradicación del H pylori, han seguido un aumento 
                indudable de la enfermedad por reflujo gastroesofágico 
                ( ERGE ) y sus complicaciones, sobre todo el epitelio de Barrett 
                ( 19 ). En la tabla se aprecia que en casos de patologías 
                extradigestivas y vinculadas a la coincidencia o posible asociación 
                a la infección por H pylori, la recomendación de 
                tratamiento de erradicación representa una utilidad dudosa 
                y con una evidencia científica equivoca, pero después 
                de 1996, la lista de las patologías extradigestivas sigue 
                aumentando, no disminuye y se siguen prestando controversias; 
                un ejemplo lo es la preocupación de investigar la razón 
                de sobrepeso en las poblaciones de primer nivel de desarrollo, 
                que ha seguido a menos prevalencias de infección, y que 
                al contrario en los infectados, con gastritis de grado variable, 
                los niveles de producción de ghrelina están disminuidos 
                ( 85, 86 ). Al año siguiente en 1997, se publican los resultados 
                del trabajo de la primera reunión del Grupo Nacional del 
                Consenso Mexicano sobre HELICOBACTER pylori, los cuales se centran 
                en varias líneas de investigación para determinar 
                en la población nacional, adulta y pediátrica, y 
                con gastritis crónica activa asociada a H pylori: tipo 
                de cepas, manifestaciones clínicas, los patrones histopatológicos, 
                los factores comorbidos ( AINE, alcohol, tabaquismo, dietas, reflujo 
                alacalino, etc. ) para conocer la historia natural de la infección, 
                de las gastritis y las respuestas al tratamiento de erradicación. 
                Pero lo más significativo de los trabajos, es de informar, 
                que la asociación de la úlcera péptica duodenal 
                y gástrica y H pylori es una realidad, pero que es probablemente 
                causal y no específica, y que puede depender de la cepa 
                infectante; es decir que en la úlcera péptica, la 
                bacteria no es el único factor, sino que existen otros 
                factores etiopatogénicos coexistentes, como la edad, el 
                género, la carga de ácido que llega al duodeno, 
                la densidad de células G productoras de gastrina, y el 
                tabaquismo; además de que puede haber úlceras sin 
                infección por H pylori, como las secundarias a los AINE´s, 
                las úlceras de estrés duodenales, y las del síndrome 
                de Zollinger Ellison. Otras líneas de investigación 
                sugeridas: determinar la coexistencia de metaplasia gástrica 
                en el duodeno con úlceras duodenales y la utilidad de biopsias 
                de mucosa del duodeno, la prevalencia de úlceras duodenales 
                asociadas a H pylori en infantes, conocer las cepas asociadas 
                a adenocarcinoma y linfomas, determinar la frecuencia de linfomas 
                de bajo y alto grado con evaluaciones inmunohistoquímicas, 
                determinar las tasas de erradicación y de reinfecciones 
                en grupos tratados e investigaciones permanentes sobre sensibilidades 
                de las cepas aisladas, en relación a los antibióticos 
                prescritos o nuevos. Por supuesto ya se mencionan la importancia 
                de los esquemas de tratamiento a base de antisecretores, dos antimicrobianos 
                y con duraciones de siete a catorce días ( 105 ). Desde 
                que se hizo el descubrimiento de la bacteria en 1983, se han organizado 
                varios concensos con la intención de aclarar las situaciones 
                clínicas que ameritan tratamientos de erradicación 
                ( el mexicano, los Maastricht I, II y III, el americano, el europeo 
                y el de la región oriental-pacífico ), al considerar 
                que por ser una infección tan generalizada, las indicaciones 
                para dar tratamientos, deben establecerse por indicaciones precisas, 
                ya que se acepta no ser práctico utilizar recursos económicos 
                para tratar a personas que sólo son portadores asintomáticos 
                y que no padecen una patología específica. Actualmente 
                se acepta que el tratamiento erradicador se aplique en las siguientes 
                situaciones: 
               
                 Úlcera gástrica o duodenal, 
                  activa o no activa, complicada o no complicada. En presencia 
                  de complicaciones, primero tratarlas y después el tratamiento 
                 Linfoma gástrico tipo B de la zona 
                  marginal asociado a mucosas ( MALT ) 
                 Gastritis atrófica y metapalsia intestinal 
                 Pacientes gastrectomizados por adenocarcinoma 
                  y colonización por H pylori en el remanente gástrico 
                 Pacientes con historia familiar de primera 
                  línea con adenocarcinoma gástrico  
              Persistiendo controversias y criterios no concluyentes para recomendar 
                tratamientos de erradicación, cuya lista persiste y son 
                considerados en trabajos de investigación:  
               
                 En individuos infectados y asintomáticos 
                 En dispepsia no ulcerosa o dispepsia funcional 
                 Terapéutica prolongada con inhibidores 
                  de la bomba de protones 
                 Terapéutica prolongada con AINE´s 
                  en pacientes con antecedente de úlcera péptica, 
                  con o sin complicaciones y factores de riesgo asociados: tabaquismo 
                  y consumo de alcohol 
                 Situaciones de hipersecresión como 
                  en el síndrome de Zollinger Ellison 
                 En patologías extradigestivas: por 
                  consenso sólo se recomienda tratamiento en pacientes 
                  con anemia por deficiencia de hierro y en púrpura trombocitopénica 
                  idiopática 
                 La conducta que se ha preconizado de probar 
                  tratamientos de erradicación y empíricos, cada 
                  vez se recomiendan menos ( 110 ).  
              El consenso mexicano sobre actualidades sobre H pylori 2007, 
                indica que no se recomienda el tratamiento de erradicación 
                en las siguientes indicaciones: 
               
                 Dispepsia funcional 
                 Enfermedad por reflujo gastroesofágico 
                 En el embarazo y la lactancia por seguridad 
                 En cardiopatía isquémica, 
                  rosacea, halitosis, retraso en el crecimiento y urticaria crónica 
                 ¿ QUIÉN DEBE DAR EL TRATAMIENTO 
              ? La responsabilidad de tratar a los pacientes infectados por H 
              pylori y con sintomatología atribuible a la bacteria, al 
              principio se centró en el internista y en el gastroenterólogo, 
              en un ámbito de atención muy especializado, de donde 
              han surgido los trabajos formales relacionados a la efectividad 
              de los esquemas de tratamiento; pero el interés sobre la 
              infección se extendió a los médicos de atención 
              primaria, por lo que actualmente se acepta que el tratamiento también 
              lo deben aplicar los médicos generales que hubieran adquirido 
              la información y la preparación adecuadas, siguiendo 
              ciertas pautas relacionadas a la utilización ordenada de 
              pruebas diagnósticas, principalmente las no invasivas como 
              la prueba de aliento y la investigación de antígeno 
              en heces fecales ( 111 ).  
              ¿ CON QUÉ ? El enfoque terapéutico de la 
                infección por H pylori, ha sido revisado constantemente, 
                considerando que aún cuando la bacteria es sensible a un 
                número importante de antibióticos y no antibióticos 
                 in vitro, no siempre lo son in 
                vivo, debido a varios factores como son: a que el 
                antibiótico no alcance las zonas del epitelio gástrico 
                colonizado, a que sea inactivado por el pH gástrico, a 
                que las condiciones del habitat de la bacteria no son reproducibles 
                en el laboratorio y sobre todo al desarrollo de resistencias por 
                el uso indiscriminado de antibióticos. La infección 
                actualmente se ha tratado con: antibióticos, antimicrobianos 
                y antisecretores del ácido gástrico. ANTIBIÓTICOS.- Seleccionando a los que han mostrado utilidad 
                 in vitro y sobre todo in 
                vivo con tolerancias adecuadas y menores resistencias. Betalactámicos.- De estos en primer lugar la amoxicilina, 
                que se ha utilizado con éxito en esquemas triples y cuádruples, 
                además de que es el antibiótico al que se le han 
                reportado las menores resistencias bacterianas, de 0 a 0.9 % en 
                el mundo y en México de 0 a 18 %. Macrólidos.- La 
                claritromocina ha tenido gran aceptación, sobre todo en 
                esquemas triples, es bien tolerado, y los reportes de resistencias 
                bacterianas llegan a cifras de 4 % a 32 % en el mundo y en México 
                de 8 a 25 %. Tetraciclinas.- La limitación de su uso es la intolerancia 
                y no poderse utilizar en esquemas de erradicación en pediatría; 
                las resistencias son raras y se reportan cercanas a las de la 
                claritromicina, pero menores. Se ha utilizado en pacientes que 
                son alérgicos a las penicilinas sustituyendo a la amoxicilina, 
                a dosis de 500 mgms. cuatro veces al día, reportándose 
                resistencias bacterianas de de 0 a 5.3 % en el mundo, desconociéndose 
                las cifras en México. Otros antibióticos.- Se han utilizado ciprofloxacinas 
                y azitromicinas, que son más caros y no han mostrado ser 
                superiores a los mencionados. Últimamente se ha utilizado 
                el levofloxacino que es un antibacteriano sintético perteneciente 
                al grupos de las fluorquinolonas, con resultados más prometedores 
                ( 112, 113 ).  Nitroimidazoles.- El más utilizado el metronidazol, y 
                desde que se iniciaron los esquemas de tratamiento, sólo 
                y en esquemas dobles, triples y cuádruples, pero los reportes 
                de resistencias muestran un aumento progresivo con los años, 
                desde que se inició su utilización, con cifras de 
                15 a 62 % en el mundo, y en México de 40 a 76 %, lo que 
                justifica que en México ya no debe ser prescrito y ser 
                sustituido, utilizando el tinidazol y la furazolidona ( 105 ). ANTIMICROBIANOS.- Que actúan en forma tópica sobre 
                la mucosa gástrica. ( revisar )FURAZOLIDONA.- Es un nitrofurano sintético de amplio espectro, 
                que se ha utilizado por su efectividad sobre cepas resistentes 
                al metronidazol y en esquemas de recuperación cuando se 
                han detectado recidivas. Se ha utilizado en dosis de 100 mgms. 
                cuatro veces al día y por compartir algunos efectos adversos 
                del metronidazol, amerita más estudios para conocer su 
                verdadera valía clínica.
 SALES DE BISMUTO.- Se tiene experiencia con subsalicilato y principalmente 
                con el subcitrato de bismuto, siendo útiles en esquemas 
                triples y cuádruples, con la ventaja de que no se han informado 
                resistencias. Fármacos que mostraron su utilidad desde 
                el inicio de la era del H pylori, incluso en esquemas iniciales 
                como monoterapia, pero las tasas de éxito de erradicación, 
                no pasaron de 50 %, por lo que rapidamente se asoció a 
                otro fármaco, apareciendo la conocida asociación 
                de bismuto-ranitidina, y que ctualmente se aplica asociada a uno 
                o dos antibióticos, sobre todo en sistemas de atención 
                que no cuenten con bloqueadores de bomba de protones, representando 
                una acción útil, ya que aun cuando se pierde eficacia 
                en la supresión del ácido, se gana por el efecto 
                bactericida del bismuto. ( 105, 114 )  ANTISECRETORES.- Los bloqueadores de receptores H2 de la histamina 
                se utilizaron desde los trabajos de de Henstschal en 1993, en 
                que comunicó los resultados del tratamiento erradicador 
                del H pylori empleando un esquema triple: ranitidina, amoxicilina 
                y metronidazol, obteniéndo éxito en el 89 % de los 
                pacientes tratados, resultados que no se alcanzaron en publicaciones 
                posteriores. Después se utilizaron los bloqueadores de 
                la bomba de protones, iniciándose la experiencia con el 
                omeprazol, con la ventajas de ser primero un potente antisecretor 
                del ácido gástrico, pero también por tener 
                un efecto directo sobre la bacteria, al bloquear la bomba de protones 
                de la misma bacteria. A partir del omeprazol, se han utilizado 
                otros tipos de inhibidores de la bomba de protones ( en relación 
                a factores de competencia por las empresas farmacéuticas 
                ): pantoprazol, lansoprazol, rabeprazol, esomeprazol, los cuales 
                no tienen diferencias significativas en su utilización 
                en esquemas asociados a otros dos o tres fármacos ( 107 
                ). ¿ CÓMO TRATAR ? El objetivo de los tratamientos 
                debe ser la erradicación de la bacteria, que representa 
                una infección, independiente a que esté ocasionando 
                una enfermedad o condición patológica. Desde que 
                se iniciaron los esquemas terapéuticos, se recomendaron 
                normas como simplicidad, tolerancia, fácil cumplimiento 
                y sobre todo una eficacia erradicadora por arriba del 85 % en 
                un análisis de intención de tratar, o de 90 % en 
                trabajos de protocolo, y con duraciones de 10 a 14 días. 
                Actualmente los esquemas que cumplen con la normatividad derivada 
                de consensos son los triples de inicio y cuádruples en 
                situaciones de fallas por resistencias y/o recidivas ( 109 ). 
               El esquema triple de primera línea y que más se 
                ha utilizado en México, está avalado por dos hechos: 
                uno, que las cepas infectantes en el país son más 
                resistentes al metronidazol y a la ampicilina, que las infectantes 
                en EEUU y Europa, como lo demostró Margarita Dehesa desde 
                1997; y el segundo hecho, de que los antibióticos que efectivamente 
                eliminan a la bacteria no son muchos, por lo que se debe ser muy 
                cuidadoso en la elección. Como ya se mencionó el 
                metronidazol ya no debe formar parte de los esquemas terapéuticos, 
                y por las publicaciones que se tienen a nivel nacional, el esquema 
                con el que se tiene más experiencia se integra con: inhibidor 
                de bomba de protones: omeprazol 20 mg, pantoprazol 40 mg, lansoprazol 
                30 mg, esomeprazol 40 mg, o rabeprazol 20 mg cada doce horas y 
                dos antibióticos: amoxicilina 1 gmo y claritromicina 500 
                mg cada 12 horas y por 14 días. Otro esquema de primera 
                aplicación recomendable se integra por ranitidina bismutada 
                ( ranitidina 150 mg y citrato de bismuto 250 mg ) cuatro veces 
                al día, amoxicilina 1 gm dos veces al día y claritromicina 
                500 mg dos veces al día, y también por 14 días. 
                En general se recomienda al terminar el esquema de primera línea, 
                continuar tratamiento con ranitidina o bloqueadores de la bomba 
                de protones por cuatro semanas, suspenderlos por dos antes de 
                efectuar una prueba de control de erradicación no invasiva, 
                de preferencia prueba de aliento ( 107 ).  ¿ CON QUE CONTROLES ? El criterio de eficacia para valorar 
                la respuesta al tratamiento de erradiación empleado, está 
                dado por tres hechos: uno, la patología que acompañó 
                a la infección, como la cicatrización de la úlcera 
                duodenal o gástrica, la mejoría de las alteraciones 
                histopatológicas en caso de las gastritis crónica 
                cuando no habían llegado a las no reversibles y la regresión 
                de los linfomas gástricos de bajo grado tipo MALT; el segundo 
                representado por la mejoría de clínica que manifieste 
                el paciente y la más importante por tratarse de un tratamiento 
                de una infección por la desaparición de la bacteria. 
                Esto se realiza mediante pruebas no invasivas, correspondiendo 
                a la más recomendada y utilizada, que es la prueba de aliento 
                efectuada de cuatro a seis semanas de haberse terminado el tratamiento; 
                una prueba negativa implica curación, y lo contrario un 
                resultado positivo implica fracaso y que debe investigarse. La 
                otra prueba no invasiva que se recomienda como control de erradicación, 
                esta representada por la investigación de antigenos del 
                H pylori en heces, cuya máxima utilización es actualmente 
                en pediatría, para edades en que no es fácil realizar 
                una prueba de aliento; la limitante principal es la necesidad 
                de laboratorios especiales, lo que incrementa los costos y disminuye 
                su utilidad ( 109, 115 ). ¿ POR QUÉ FALLAN LOS TRATAMIENTOS ? Los factores 
                relacionados a los resultados de fracaso y que más se mencionan 
                son: falta de apego al tratamiento por incumplimiento del paciente, 
                falta de supervisión y de orientación por parte 
                del médico, por efectos adversos de los medicamentos y 
                por resistencias bacterianas. Los efectos adversos a los medicamentos 
                son frecuentes, pero sólo en el 10 % de los casos son motivo 
                de la suspensión del tratamiento; los más mencionados 
                se relacionan al metronidazol, con sabor metálico, neuropatía 
                periférica, cefalea y mareo; trastornos dispépticos 
                por claritrominina, alergias y diarreas por amoxicilina, fotosensibilidad 
                y problemas del esmalte dentario por tetraciclinas; los efectos 
                adversos a las sales de bismuto a las dosis terapéuticas 
                son realmente raros. El último factor como falla en el 
                tratamiento de primera intención, relacionado a las resistencias 
                bacterianas, se reporta del 5 % al 12 % de los trabajos al respecto 
                y obliga a un segundo esquema de tratamiento ( 113, 115 ). ¿ QUE SE HACE CUANDO FALLAN LOS TRATAMIENTOS ? En todos 
                los esquemas de tratamiento de primera línea, se reportan 
                fallas de erradicación, por lo que un segundo esquema debería 
                basarse en estudios de cultivos y de resistencias bacterianas, 
                lo cual en la práctica clínica diaria no es fácil 
                de lograr, pero sí se está de acuerdo, en que no 
                deben repetirse los antibióticos del primer esquema ( amoxicilia 
                y claritromicina ), ya que las cifras de erradicación difícilmente 
                pasarían de 50 %. También se está de acuerdo 
                en utilizar los esquemas cuádruples a base de un antisecretor 
                a dosis dobles, tetraciclinas 500 mg cuatro veces al día, 
                furazolidona 100 mg cuatro veces al día con duración 
                de 14 días, lo que permite cifras de erradicación 
                hasta del 77 % ( 116 ). Al considerarse que los esquemas cuádruples 
                son complicados para un correcto cumplimiento, actualmente se 
                han propuesto nuevos esquemas triples para, eliminar cepas resistentes 
                a los antibióticos más utilizados, recomendándose 
                esomeprazol 40 mg, moxifloxacina 400 mg y rifabutina 300 mg dos 
                veces al día y por 7 a 14 días; otro esquema triple 
                que se ha recomendado es el de un inhibidor de bomba de protones, 
                amoxicilina 1 gm con levofloxacino 500 mg dos veces al día 
                y por 7 a 14 días. Con estos esquemas de rescate se reportan 
                efectividades que alcanzan el 80 % ( 117 ). Por supuesto que no 
                hay duda que la indicación de una segunda línea 
                de erradicación, deberá estar basada en cultivos 
                de biopsias de mucosa gástrica durante endoscopias para 
                investigar susceptibilidades a los antibióticos, pero por 
                razones económicas, dicha conducta en la práctica 
                se debe seguir en centros de investigación ( 115, 116, 
                117 ). 14.2.- TRATAMIENTOS EN PEDIATRIASe conoce que la infección se adquiere desde la infancia 
                temprana y sobre todo en los países en desarrollo como 
                es el caso de México, y los lineamietos de tratamiento 
                derivados por consensos internacionales como el Maastricht 3- 
                2006 y de trabajos en instituciones de atención pediátrica 
                oficiales y de seguridad social del sector salud nacional, relacionados 
                a cuadros dispépticos, de dolor abdominal crónico 
                recurrente ( SDCR ) y de úlceras pépticas, se tienen 
                puntos de acuerdo. En los niños no se tienen evidencias 
                definitivas de poder asociar la presencia de gastritis por H pylori 
                con síntomas dispépticos y con los cuadros de dolor 
                abdominal crónico recurrente; la excepción es en 
                la demostración inobjetable de úlcera péptica; 
                no se recomienda le investigación de pruebas diagnósticas 
                no invasivas en los niños con síntomas dispépticos, 
                ya que se ha demostrado que con la erradicación de la bacteria, 
                no se logran alivios sintomáticas en la mayoría 
                de los casos; la única manera de estudiar a los pacientes 
                pediátricos con evidencias de patologías digestivas 
                es mediante endoscopia, que esté plenamente justificada, 
                después de hacer un estudio de diagnóstico diferencial 
                integral, y mediante la gastroscopia obtener múltiples 
                biopsias para pruebas de ureasa rápida, estudios histológicos 
                y cultivos. En niños con infección demostrada por 
                este medio invasivo, con y sin úlcera péptica se 
                debe dar tratamiento de erradicación con esquema triple 
                a base de inhibidores de la bomba de protones,y dos antibióticos 
                como amoxicilina y claritromicina a dosis ajustadas al peso y 
                por 7 a 14 días ( 118, 119 ).
 LAS RECURRENCIAS DE INFECCIÓN.- Es importante considerar 
                que siempre existen posibilidades de reinfección de la 
                colonización bacteriana después de tratamientos 
                exitosos perfectamente comprobados, lo que se ha apreciado más 
                en las poblaciones pedíatricas, reportándose indices 
                de recurrencias hasta de 24 % para niños mayores de 10 
                años; en adultos los estudios han mostrado que las probabilidades 
                de estar libre de infección a un año es de 94.7% 
                y cinco años de 90.7 %, lo que implica recurrencia de 2.6 
                % por paciente año. En general se acepta que el porcentaje 
                de reinfección en países desarrollados es de 3 % 
                a 8 % a un año, y en países en desarrollo las recidivas 
                son más altas con 8 % al primer año, 11 % al segundo 
                y hasta el 13 % o más a partir del tercer año ( 
                104 ). En México se han reportado recurrencias de infección 
                del 13 % por año y de la úlcera péptica de 
                3.5 % por año ( 104 ). También se ha sugerido que 
                al conocerse que la mayoría de las recurrencias ocurren 
                dentro del primer año, estas pueden ser recidiva de la 
                infección y no verdaderas reinfecciones, y que dichas recidivas 
                al presentarse con más frecuencia en pacientes jóvenes, 
                esto puede deberse a fallas en apego al tratamiento( 116, 117 
                ). 14.3.- POSIBILIDADES DE UNA VACUNASi consideramos que una bacteria es la causa de la infección 
                más extendida en el mundo, de conocer las consecuencias 
                de su colonización crónica en el estómago 
                de los humanos, y las dificultades de su tratamiento por la necesidad 
                de esquemas complejos de erradicación con antibióticos 
                de los que no hay mucho de donde seleccionar, el siguiente paso 
                sería el de contar con una vacuna que pudiera desarrollar 
                inmunidad específica contra el H pylori. Esta sin duda 
                es una expectativa del futuro y que actualmente se encuentra en 
                fase de investigación, y de que seguramente transcurrirán 
                varios años para que se tenga un biológico efectivo, 
                tolerable y con costos accesibles. Existen grupos que están 
                trabajando en modelos animales principalmente ratones, cerdos 
                y primates de diferentes especies y con la ventaja de que están 
                infectados por lo que puede llamarse su propio HELICOBACTER como 
                el nemestinae de monos macaco, suis de cerdos, mustelae de hurones 
                y el más reciente modelo de Helicobacter pylori-ratones 
                que mimetiza la infección humana, etc. Las investigaciones 
                se centran en aprovechar los conocidos mecanismos inmunológicos 
                naturales de la mucosa digestiva, para lograr una apropiada vacuna 
                para inmunización oral, siguiendo el camino de los mecanismos 
                inmunológicos, que utilizan todas las mucosas incluyendo 
                las del tracto digestivo. Es decir que el antígeno de una 
                vacuna administrada por vía oral, es captado por las células 
                M y transportado a las células presentadoras de antígenos. 
                En este paso el adyuvante de la vacuna es importante, porque estimula 
                la transformación de células Th1 a células 
                Th2, que promueve la expansión clonal de linfocitos B, 
                de las que derivan las células plasmáticas y que 
                son las productoras del antígeno IgA. La respuesta inmune 
                a la inmunización anti- H Pylori pretende conseguir la 
                estimulación de forma dirigida de las células Th2, 
                diferenciándose de la respuesta inmune natural de la infección 
                por la bacteria, en donde la respuesta inmunológica al 
                estímulo bacteriano es de células Th1. En la aplicación 
                real se debe considerar que los anticuerpos parecen no ser tan 
                importantes en la protección, como si lo serían 
                los linfocitos T sobre todo los CD4+, aunque cuesta trabajo explicar 
                un efecto celular directo de protección, por la localización 
                de los micronichos de colonización en la superficie epitelial. 
                El componente antigénico para ser usado como vacuna debe 
                reunir ciertas características como son: ser factor patógeno 
                de virulencia, evitar la aparición de mutantes deficientes 
                en la expresión del antígeno, de estar presente 
                en la superficie de la bacteria para ser accesible a la respuesta 
                inmune, tener expresión en todas las cepas y tener la capacidad 
                de inducir respuesta inmune en un modelo animal. El problema que 
                se reportan en los intentos de desarrollar una vacuna, es la necesidad 
                de un adyuvante mucoso seguro, ya que los actuales poseen un alto 
                grado de toxicidad, por lo que la destoxificación o el 
                uso de bajas dosis de los adyuvantes, podrán ser de utilidad. 
                Se han investigado varios componentes bacterianos como antígenos 
                en esquemas de inmunización en modelos animales: la ureasa 
                de la bacteria en sus dos subunidades A y B, las proteinas de 
                choque térmico HspA y HspB, la VacA ( citotoxina vacuolizante 
                ) y la proteina CagA, entre otros. Estos antígenos son 
                producidos mediante técnicas recombinants y expresados 
                en bacterias acarreadoras como cepas avirulentas de Salmonera 
                typhymurium, antígenos bacterianos que son administrados 
                conjuntamente con adyuvantes de mucosa como la toxina termolábil 
                ( TL ) y la de Escheriquia coli ( 115, 117, 120 ).
 Los trabajos de investigación han mostrado que si se administra 
                una vacuna oral a un animal no infectado, se obtiene un efecto 
                profiláctico; si el estómago del mismo animal está 
                previamente infectado, la vacuna tiene un efecto curativo, por 
                la respuesta inmune. En la aplicación humana, se espera 
                lograr la vacuna segura para utilizarse en la clínica y 
                en dos vías, la profiláctica y la curativa, derivando 
                también dos interrogantes: ¿ A quién y a 
                que grupo poblacional aplicar ¿ y ¿ A qué 
                edad debe aplicarse ¿ De inicio parecería que los 
                niños en edad escolar serían los candidatos a vacunar 
                ( 121 ). Considerando las evidencias epidemiológicas que 
                han demostrado que la infección se adquiere desde edades 
                tempranas, la vacunación en programas de gran cobertura, 
                se perfila como una gran campaña de actividad sanitaria, 
                para evitar las infecciones iniciales y evitar las consecuencias 
                funestas que puedan tener los portadores. Por lo que antes de 
                empezar a pensar en costos, hay que tener primero la vacuna, lo 
                cual seguramente se logrará ( 121 ). 15.-LA INFECCIÓN POR HELICOBACTER pylori COMO 
                PROBLEMA DE SALUD EN MÉXICOSe conocen cifras reportadas de prevalencia de infección 
                por H pylori que van del 70 % al 90% en países en desarrollo, 
                de 30 % a 35 % en los desarrollados y de 50 % para toda la población 
                mundial. De todos los infectados del 10 % al 20 % serán 
                sintomáticos desarrollando patologías gastroduodenales 
                y de estos el 3 % tendrán en un momento de su vida, altas 
                posibilidades de presentar carcinoma gástrico, neoplasia 
                que ocupa el segundo lugar en incidencia a nivel mundial, sólo 
                después del carcinoma de pulmón, con más 
                de 800,000 casos nuevos diagnosticados cada año, correspondiendo 
                el 60 % a los países en desarrollo como México. 
                En los países desarrollados se tienen evidencias de una 
                disminución constante de las prevalencias de la infección 
                por H pylori, con tasas de declinación hasta de 26 % por 
                década y sólo el 0.4 % de adultos no infectados, 
                adquieren la bacteria cada año, lo que se ha acompañado 
                de disminución de la enfermedad ulcerosa y del carcinoma 
                gástrico, situación que ha sido muy evidente en 
                los EEUU en donde las tasas de mortalidad por dicha neoplasia 
                en hombres caucásicos fue de 40 X 100,000 en 1930, para 
                disminuir a 5.8 X 100,000 en el período comprendido de 
                1997 al 2001 ( 122, 123 ). En México se acepta una prevalencia 
                de infección del 70 %, lo que indica que de una población 
                de 105 millones de habitantes, pueden existir 70.35 millones de 
                infectados, de los cuales por lo menos el 10 % que son 7.35 millones 
                podrán ser o son pacientes sintomáticos, que asisten 
                a atención médica en los diferentes sistemas de 
                atención y que son más de diez, representando una 
                carga económica que a la fecha no ha sido calculada; y 
                de estos el 3 % que representan 219,900 podrán ser individuos 
                con cinco a seis posibilidades mayores de integrar la lista de 
                casos nuevos de adenocarcinoma gástrico, lo que representa 
                el verdadero fondo del problema de salud en la infección 
                crónica por H pylori. En México el carcinoma gástrico 
                se reporta como segunda neoplasia del aparato digestivo, con una 
                mortalidad de 4.5 X 100,000 habitantes en el año de 1980, 
                cifra que aumentó a 6.5 X 100,000 habitantes en la última 
                década del siglo XX, situación que ha sido más 
                evidente en hombres, y aún cuando este incremento pueda 
                deberse a una mejoría en los sistemas de registro y de 
                obtención de información, lo preocupante es de que 
                a diferencia de otros países, el carcinoma gástrico 
                en México no ha disminuido, sino que existe francas tendencias 
                de aumentar, de que las mortalidades por dicha patología 
                cambian con la edad, es decir de < 1 X 100,000 por debajo de 
                los 30 años, de 1 a 10 X 100,000 para las edades de 50 
                a 60 años, para acercarse a 100 X 100,000 habitantes en 
                la población de más de 70 años, correspondiendo 
                a grupos que han tenido casi el 90 % de posibilidades de haber 
                estado infectados por el H pylori; ademas, de que la mortalidad 
                ha aumentado principalmente en los pacientes colocados entre los 
                20 y 30 años de edad ( 124 ); con la preocupación 
                agregada de que existen tendencias a que en México se presente 
                el carcinoma gástrico con más frecuencia en población 
                joven, con una representación hasta del 16 % del total 
                de carcinomas gástricos atendidos en un instituto del sector 
                salud nacional, informándose la incidencia más alta 
                a nivel mundial para el grupo etario de menores de 40 años, 
                con un aumento significativo de mortalidades en los pacientes 
                jóvenes ( 124 ). En el año 2005 Javier Torres realizó 
                el análisis de los 32 estados de la República, de 
                acuerdo a las tasas de mortalidad por adenocarcinoma gástrico, 
                reportando que los cuatro estados con las tasas de mortalidades 
                más baja ( < 4.0 ), se localizaron en el centro y en 
                el sur del país, teniendo la más alta seroprevalencia 
                de H pylori ( 70 % ); y los ocho estados con las tasas más 
                altas de mortalidad ( > 6.0 ) se localizaron en el norte, centro 
                y sur de la República con una seroprevalencia de 66 %. 
                Pero lo preocupante, es de que no obstante a la franca ventaja 
                de las condiciones socioeconómicas y de salud ambiental 
                para los estados del norte de la república, a la fecha 
                no se ha demostrado que exista una clara regionalización 
                de las tasas de mortalidad por carcinoma gástrico en México 
                ( 125 ). Por lo mencionado, es prudente intentar conocer los factores 
                etiopatogénicos que han propiciado que el adenocarcinoma 
                gástrico aumente en frecuencia en México, y de tratar 
                de establecer cuanto interviene la infección por el H pylori 
                y cuanto los otros factores que tradicionalmente se mencionan 
                como son las dietas ( dietas altas en sal y bajas en antioxidantes 
                ) y factores ambientales. En México, desde que aparecieron 
                los fibroscopios flexibles, los esfuerzos se han orientado a lograr 
                diagnósticos tempranos del carcinoma gástrico, situación 
                que no se ha logrado por haberse alcanzado sólo cifras 
                que no pasan del 10 % de carcinomas tempranos. Ante la evidencia 
                de que en México el factor etiopatogénco principal 
                sea la infección por H Pylori y por cepas cagA + los esfuerzos 
                deberán orientarse a intentar medidas preventivas para 
                la población en general y medidas de erradicación 
                de la bacteria para grupos perfectamente definidos. El panorama 
                al parecer no ha cambiado, como lo anticipó Tanimoto Weki 
                desde 1995 ( 126 ), que advirtió que México como 
                país en desarrollo y altas prevalencias de infección 
                por H pylori, la predisposición de los infectados por años, 
                a desarrollar adenocarcinoma gástrico debería considerarse 
                como un problema de salud. Esto fue confirmado desués en 
                la revisión del primer trabajo y último relacionado 
                a conocer la relación entre la infección por H pylori 
                y el cáncer gástrico en México, como un reto 
                para la prevención y el control poblacional realizado en 
                1997 por López Castillo ; el valor del informe, es de haber 
                sido multiinstitucional, recopilándose 109 pacientes con 
                cáncer gástrico y 177 controles hospitalarios, encontrándose 
                que la infección por H pylori se encontró en el 
                87.2 % de los casos y en el 85.5 % de los controles, que permitió 
                evaluar y confirmar la asociación de la presencia de la 
                infección por H pylori y la incidencia del cáncer 
                gástrico; logrando además, interpretar el riesgo 
                y conocer el porcentaje de casos de cáncer gástrico, 
                que se evitarían si se lograra la erradicación de 
                la infección en todo el país; con la relación 
                de los casos anuales reportados al Registro Nacional de Cáncer, 
                obtener una estimación muy relista, del número de 
                casos potencialmente evitables; en base a los resultados se informó 
                que con la erradicación de la infección por H pylori 
                en la población general, la incidencia de cáncer 
                gástrico se reduciría en un 26.6 % ( 127 ). Pero 
                el problema real es de que aún cuando se acepte que la 
                prevalencia de infección por H pylori tiende a descender, 
                el carcinoma gástrico tiende a aumentar, por lo que pudiera 
                ser necesario realizar nuevos estudios de extensión multiinstitucionales 
                y en toda la república, para actualizar el problema y dar 
                soluciones, que deben centrarse principalmente en dos caminos: 
                en mejorar las condiciones de salud ambiental y en el recurso 
                de agua potable.
 Desde que se conoció el papel etiopatogénico del 
                H pylori en la úlcera péptica con los tratamientos 
                de erradicación, se logró una disminución 
                importantísima del problema de las recidivas de la enfermedad 
                ulcerosa, hecho que también se apreció en México, 
                y a partir de los trabajos del siglo XXI, es frecuente que se 
                mencione una tendencia a la disminución de las prevalencias 
                de infección por H pylori, en relación ha que se 
                han mejorado las condiciones de salud ambiental, pero sin que 
                se aporten evidencias sólidas, de que faltan nuevos estudios 
                de prevalencia que sustituyan a los clásicos de la literatura 
                nacional, para conocer si efectivamente han cambiado las condiciones 
                ambientales que favorecen la infección y que si efectivamente 
                se han mejorado, seguir por ese camino.  La prevención del adenocarcinoma gástrico mediante 
                tratamientos de erradicación de infección por H 
                pylori ha sido considerado en varios países, pero ante 
                la persistencia de interrogantes no contestadas como han sido 
                las tasas de reactivación de las infecciones y las tasas 
                de reinfección para diferentes poblaciones incluyendo a 
                México, al aceptarse que alrededor de la mitad de la población 
                mundial está infectada, en la mayoría de los países 
                un programa de erradicación generalizado sería impracticables 
                por costos y por riesgos, sobre todo en países en desarrollo, 
                en donde se ha conocido que por el uso indiscriminado de antibióticos, 
                que se adquieren sin control, se ha propiciado la emergencia de 
                cepas resistentes ( 128 ). Pero en algunos países de altas 
                prevalencias de adenocarcinoma gástrico si se ha intentado 
                evaluar el efecto de la erradicación del H pylori en pacientes 
                infectados asintomáticos con comprobación positiva 
                de dos estudios: prueba de aliento y por histopatología 
                en poblaciones de alto riesgo, y como ejemplo el estudio clásico 
                efectuado en la población de Fujian en China, que representa 
                una area de alta mortalidad estandarizada por carcinoma gástrico 
                de 153 X 100,000 habitantes; fueron seleccionados al azar para 
                recibir tratamiento con omeprazol, amoxicilina clavulanato de 
                potasio y metronidazol por quince días ( N0 = 817 ) y placebo 
                ( N0 = 813 ); fueron controlados cada seis meses, a los dos años 
                se les efectuó prueba de aliento de control, y a los cinco 
                años una segunda endoscopia ; el análisis de resultados 
                se llevó a cabo por intención de tratar con corte 
                a los 7.5 años, detectando 7 casos de adenocarcinoma en 
                el grupo de tratamiento y 11 en el de placebo sin significación; 
                lo que si se mostró como efectividad del tratamiento y 
                con significancia estadística, fue al estudiar pacientes 
                libres de lesiones preneoplásicas, encontrándose 
                reducción del desarrollo de adenocarcinoma en los que recibieron 
                tratamiento de 0 casos vs. 6 de placebo ( P = .02 ) ( 129 ). Este 
                tipo de estudios son difíciles de realizar por lo costoso 
                de la metodología que incluye 3260 endoscopias, pruebas 
                de aliento, estudios histopatológicos, tratamientos, personal 
                y tiempo en años para la investigación, por lo que 
                en la información de los expertos en revisar evidencias 
                actualizadas sobre la prevención de carcinoma gástrico, 
                actualmente no se tienen respuestas sólidas para apoyar 
                campañas de erradicación generalizadas. Lo que podría 
                ser factible que acompañando a las campañas de salud 
                ambiental general y mejorando el nivel de vida, se establezcan 
                otros caminos de quimioprevención, como se está 
                llevando a cabo países con altas incidencias de carcinoma 
                gástrico como en el oriente asíatico ( China y Japón 
                ) con tasas de más de 40 X 100,000 habitantes, en donde 
                se están reportando reducciones significativas en la mortalidad 
                con la campaña de agregar beta caroteno, vitamina E y selenio 
                a la dieta ( 130 ). También en países en desarrollo 
                como Colombia se ha reportado que el tratamiento con antioxidantes 
                junto a esquemas de erradicación con antibióticos, 
                si interfieren en el proceso de casrcinogénesis, mediante 
                la regresión de lesiones preneoplásicas: gastritis 
                atrófica, atrofia gástrica, metaplasia intestinal 
                y displasia; en Venezuela ya se está utilizando la vacunación 
                a nivel poblacional con mejores resultados comparados con los 
                tratamientos convencionales de erradicación ( 130 ).  Si al H pylori se le asocia a adenocarcinoma gástrico, 
                es urgente atender el problema, con la prioridad con que se han 
                atendido las preocupaciones de otras neoplasias en México, 
                ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 
                el cáncer representa una de las principales causas de muerte 
                de todo el mundo; de los 58 millones de muertes que se registraron 
                en el mundo en 2005, 7.6 millones ( 13 % ) se debiereon al cáncer, 
                de las cuales el adenocarcionoma de estómago ocupó 
                el segundo lugar con casi 1 millón de muertes. Mientras 
                se logra una vacuna, las proposiciones se han dado, han quedando 
                perfectamente delineadas, pero la realidad es que faltan los programas 
                de aplicación directa y los que más se mencionan 
                han sido los siguientes: 
               
                 Implementar programas de sensibilización 
                  de la comunidad médica, para que sea considerada a la 
                  infección por H pylori como un problema de salud nacional, 
                  para apoyar el trabajo y los diagnósticos individuales 
                  de todos los médicos, sobre todo el de los de primer 
                  nivel de atención y no solo de los especialistas. 
                 Hacer un cambio en los objetivos de las 
                  investigaciones científicas en México sobre el 
                  H pylori, que se han centrado en el conocimiento de la bacteria, 
                  del diagnóstico y de los tratamientos de erradicación, 
                  para dirigirse más a las medidas sanitarias y evitar 
                  su propagación.  
                 Investigar el como es que la bacteria puede 
                  también contaminar y sobrevivir en las redes de agua 
                  potable que han sido tratadas por los procesos de potabilización 
                  actuales, considerando el hecho sorpresivo derivado de los estudios 
                  de evaluación bacteriológica del agua, efectuados 
                  por el Instituto de Ecología y de la Facultad de Medicina 
                  de la U.N.A.M., que mostraron la presencia del H pylori en todos 
                  los sistemas de agua investigados: los de aguas residuales, 
                  de riego y lo preocupante en los sistemas de agua para consumo 
                  humano ( el H Pylori como otros patógenos: Legionella, 
                  virus de la hepatitis A y E, rotavirus, adenovirus, Coxachievirus, 
                  virus Norwalk, Crystosporidium, Giardia lamblia, etc. son resistentes 
                  a los sistemas de cloración que se aplican en México 
                  ). ( 131, 132 )  
                 Aplicar las medidas sanitarias adecuadas 
                  para lograr la erradicación de la bacteria de los sistemas 
                  de agua potable extra e intradomiciliarios, ejecutando las obras 
                  necesarias para la reparación de los sistemas de alcantarillado 
                  y de agua potable tan deteriorados y por todos conocidos ( se 
                  habla del coctel de heces, bacterias y virus de la supuesta 
                  agua potable de la ciudad de México, a la que se debe 
                  agregar el H pylori ) ( 133 ).  
                 La posibilidad de modificaciones de la Norma 
                  Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994, para que se considere la 
                  obligatoriedad de establecer que el H pylori está ausente 
                  y considerar que las muestras analizadas, permitan certificar 
                  que las fuentes para consumo, efectivamente son potables. 
                 Investigar otros sistemas de potabilización 
                  de agua y adecuados para la destrucción del H pylori, 
                  aplicando las modificaciones necesarias a los procesos de eliminación 
                  de bacterias ya probados.  
                 Extender los programas de agua limpia a 
                  todas las regiones del país, sustituyendo los dispositivos 
                  primitivos de potabilización de agua a base hipoclorito 
                  de sodio, agregando el necesario que las investigaciones indiquen 
                  efectividad para la eliminación del H pylori.  
                 Sistemas de control de las grandes empresas 
                  surtidoras de agua potable a domicilio, para que se asegure 
                  de que su producto está libre de la bacteria. En México 
                  en el 2007, existen más de 350 empresas dedicadas a la 
                  fabricación y comercialización de agua para consumo 
                  humano, de las cuales solo 100 están comprometidas al 
                  programa de “ Agua Purificada Calidad Certificada “, 
                  lo que implica el que 70 % no está cumpliendo con las 
                  normas de salud para comercializar agua y hielo de calidad óptima. 
                  Esta problema ya preocupó, sobre todo a los integrantes 
                  de la LX Legislatura del Honorable Congreso de la Unión, 
                  que tuvieron conocimiento de que “ en el agua que beben 
                  los habitantes del Distrito Federal, es frecuente encontrar 
                  Helicobacter pylori, que es una bacteria asociada con úlceras 
                  del estómago y duodenales, así como con cáncer 
                  gástrico en humanos , alcanzando una prevalencia de infección 
                  por dicha bacteria hasta en un 90 % de los adultos en México”, 
                  por lo que a la Comisión de Salud se le fué turnada 
                  una iniciativa con proyecto de decreto, por el que se adiciona 
                  un artículo 461 Bis-1 a la Ley General de Salud, para 
                  sancionar a las empresas que no cumplan con las normas técnicas 
                  sanitarias, iniciativa recibida el 24 de Abril del 2007.  
                 Se necesita conocer si los sistemas de filtros 
                  que se han utilizado , tengan que ser recomendados nuevamente 
                  para su uso en el hogar con los dispositivos a base de cartuchos 
                  o unidades de filtración o sistemas más rigurosos 
                  de remoción de partículas nocivas y contaminantes 
                  bacterianos importantes que provienen de fuentes de agua supuestamente 
                  potables pero comprometidas ( dispositivos para el hogar de 
                  tratamiento de agua de punto de entrada PDE/ punto de uso PDU 
                  ), que se conectan a la llave del agua, y que han sido sustituidos 
                  por la compra de aguas embotelladas. Esto ha representado una 
                  imposición de mercadotecnia sobre la economía 
                  de las familias mexicanas de todos los sectores sociales, contribuyendo 
                  al crecimiento de la demanda de agua embotellada, que ha superado 
                  en más de un 20 % a la comercialización de los 
                  refrescos de envase; además el consumo per cápita 
                  de agua embotellada es de 169 litros por año, colocándose 
                  al país como el segundo consumidor de agua comparado, 
                  sólo detrás de Italia que registra un consumo 
                  de 184 litros. Pero lo preocupante es de que dicha cultura consumista 
                  tiene por base el conocerse que los estándares de calidad 
                  bacteriológica del agua en uso en México, basados 
                  únicamente en coliformes totales y fecales, no garantizan 
                  que el agua sea segura para beber, agregándose los defectos 
                  en la efectividad de la cloración y de saberse de que 
                  las materias orgánicas ( especificamente la materia fecal 
                  ) reaccionan con el cloro, produciéndose los llamados 
                  trihalometanos, que han sido conisiderados como sustancias carcinogénicas. 
                  Estas situaciones han justificado la desconfianza generalizada 
                  para beber agua de la llave. Esta desconfianza fue eliminada 
                  en épocas pasadas, por la recomendación clásica 
                  de hervir el agua de la llave durante 20 minutos, que sin duda 
                  es útil, pero teniendo el inconveniente de que compuestos 
                  orgánicos como insecticidas y herbicidas pueden concentrarse 
                  al hervir el agua, ademas de que no se conoce el tiempo de ebullición 
                  necesario par eliminar el H pylori, por lo que sin duda, el 
                  método debe ser sustituido por sistemas de filtros con 
                  garantía en relación al tiempo de uso útil 
                  y seguridad de mantenimiento.   
              16.- DISCUSIÓN Y COMENTARIOS FINALESA lo largo de la historia del hombre se conoce que aparecen, desaparecen 
                y reaparecen enfermedades, que en ocasiones han alterado severamente 
                la estructura y organización de las sociedades, contribuyendo 
                a cambiar el rumbo de las acciones de los pueblos: el cólera, 
                la sífilis, la peste, etc.como ejemplos, que se iniciaron 
                por males locales cambiaron a regionales y después a verdaderas 
                pandemias, conduciendo a la globalización tanto como problemas 
                de salud, como la forma de resolverlos; un ejemplo y actualizado 
                de lo mencionado está dado por la infección más 
                extendida en todo el mundo y debida al H pylori ( 134 ). Gracias 
                a la teorías de la transición epidemiológica, 
                derivada a su vez de la transición demográfica, 
                se ha podido entender los cambios en los patrones de salud y de 
                las enfermedades, como dependientes de las dinámicas demográficas, 
                económicas y de desarrollo de cada país y que influyen 
                en las características de la transición a mejores 
                condiciones de salud y de vida, en relación a los recursos, 
                con características propias en las direcciones, magnitudes 
                y en el tiempo ( 135 ). La teoría de la transición 
                epidemiológica ha descrito el tránsito de las primeras 
                etapas de altas mortalidades, en donde las enfermedades infecto-contagiosas 
                representaron la característica dominante del espectro 
                sanitario, y que han sido sustituidas por otra patologías 
                del tipo de enfermedades crónico-degenerativas como la 
                diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, las neoplasias, 
                los padecimientos mentales, etc. A cada era le ha correspondido 
                un perfil demográfico específico, por lo que el 
                perfil pretransicional, se acompañó de altos niveles 
                de mortalidades, altas fecundidades y bajas esperanzas de vida, 
                y ahora el perfil postransicional para los países que lo 
                han alcanzado, es lo contrario: tasas de mortalidades bajas, fecundidades 
                bajas y un aumento importante en las esperanzas de vida ( 136 
                ). Pero es entendible que los procesos de transición demográfica 
                y epidemiológica de los distintos países no tienen 
                una cronología única, que tampoco son unidireccionales, 
                que son influidos por el hecho de que las patologías existentes 
                en una sociedad, pueden tener o no un inicio, de que no existen 
                certidumbres de un fin irreversible y de que tampoco existen certidumbres 
                de la aparición o desapareción de una enfermedad, 
                lo que hace posible que en un país determinado, existan 
                perfiles epidemiológicos diferentes tanto en sus estratos 
                poblacionales, como en sus diferentes regiones geográficas, 
                como es el caso de México ( 137 ).
  Esto lleva a aceptar que la transición epidemiológica, 
                se efectua en modelos diferentes y calificados como tradicional 
                o aceptable para los países desarrollados y prolongada 
                o dilatada, polarizada o diferenciada para los en vías 
                de desarrollo, como es el caso de los países latinoamericanos 
                y del caribe, en donde las transiciones epidemiológicas 
                no han seguido el mismo camino, que se ha seguido uno con tránsito 
                dilatado, donde las enfermedades crónicas-degenerativas 
                y las infecto-contagiosas se mezclan y persitirán por largos 
                períodos de tiempo, y ademas, que en algunos países 
                como es el caso de México el modelo de transición 
                se ha polarizado, es decir se ha diferenciado, en donde los estratos 
                sociales o regiones de alto nivel socioeconómico están 
                o ya llegaron al término de la transición epidemiológica, 
                mientras que los estratos, sociales menos favorecidos, siguen 
                sufriendo las patologías que ya han sido controladas en 
                otros ambientes. ( 137, 138 ) Sin embargo la emergencia de problemas infecciosos que se están 
                viviendo y a nivel mundial como el caso del SIDA, las enfermedades 
                de transmición sexual, la hepatitis C, etc., y la imputación 
                de agente infecciosos para la génesis de patologías 
                como el caso del papiloma humano, de la Clamidia pneumoniae y 
                sobre todo el H pylori, nos hablan de procesos patológicos 
                dinámicos que ameritan atenciones permanentes, sobre todo 
                en México, que no ha alcanzado el calificativo de país 
                desarrollado, pero reconociéndose sin duda que por los 
                elementos aportados por la epidemiología, la eficiente 
                administración de los recursos económicos aplicados 
                a la salud y la eficiente organización de sus sistemas 
                de atención, se transita por el camino adecuado. Se aprecia 
                un rápido cambio en sus perfileas de salud, con una disminución 
                paulatina de los padecimientos y patologías propias del 
                subesarrollo y un incremento de las patologías que prevalecen 
                en los países industrializados. ( 138 ) En el caso de la infección por H pylori como tema que 
                nos ocupa, la transición epidemiológica en los países 
                desarrollados ha seguido el modelo adecuado, con francas tendencias 
                a su control y a su desaparición, demostrado por las disminuciones 
                importantes de sus prevalencias y la consecuente disminución 
                de la enfermedad ulcerosa gastroduodenal, pero lo más significativo, 
                lo representa la disminución importante de los casos de 
                carcinoma gástrico y de las cifras de mortalidad. ( 139 
                ) En cambio en México dichas tendencias no se han demostrado, 
                se ha sugerido que la prevalencia de infección por H pylori 
                tiende a descender, pero en la realidad el carcinoma gástrico 
                si ha aumentado, por lo que este sólo hecho hace que la 
                infección por H pylori sea considerado como un problema 
                de salud, repitiendo lo que con gran visión, anticipó 
                Tanimoto Weki, y de que el modelo de transición epidemiológica, 
                parece ser el prolongado ( 126 ). Esto llevaría a intentar conocer las condiciones por las 
                que en México se sigan manifestando prevalencias de infección 
                por H pylori con cifras arriba del 70 % para toda la población, 
                aceptar que el fenómeno demográfico explosivo de 
                la migración de las poblaciones del campo a las ciudades 
                y que era del 42 % para 1950, pasó a ser de 74 % o más 
                a partir de 1990, convirtiendo a las grandes ciudades en escenarios 
                adecuados para la transmición de la infección: estratificaciones 
                socio-económicas, habitaciones insalubres, hacinamientos, 
                limitaciones de recursos para el cuidado de la salud y lo más 
                significativo, el problema del agua potable para el consumo. ( 
                132 )  Esto ha condicionado que el problema de la infección 
                por H pylori en México, se salga de los manejos de las 
                infecciones agudas del tracto digestivo, en donde el médico 
                general de primer contacto o el médico familiar, lo resuelven 
                en el primer nivel de atención, e incluso con las limitaciones 
                por todos conocidos, se podría aceptar que el costo del 
                tratamiento de una diarrea aguda es aceptable ( la importancia 
                del programa de la hidratación oral ), pero en el caso 
                de la infección por H pylori, que representa una infección 
                crónica, las atenciones que se han dado en México 
                y hasta la fecha, han sido privilegiadas, con el concurso de médicos 
                de segundo y de tercer niveles de atención, atenciones 
                que han dependido de la tecnología, de esquemas de erradicación 
                con tres o cuatro fármacos, con seguimientos en todas las 
                instituciones de atención del sector salud nacional y con 
                costos elevados. El desafió estará en adaptarse a un proceso dinámico 
                derivado de acciones concretas y accesibles como pueden ser: 
               
                 Continuar e incluso incrementar el papel 
                  preventivo: agua potable universal, habitación humana 
                  y social adecuada y llegar a la vacunación profilactica 
                  en infantes y terapéutica para adultos. 
                 Modificaciones a la norma que establece 
                  los requisitos de agua potable para que sea incluida la investigación 
                  no solo de colibacilos y parasitosis, sino que quede incluida 
                  la investigación de la presencia de H Pylori y de otros 
                  patógenos. 
                 Orientar los recursos de cobertura para 
                  el diagnóstico en grupos poblacionales, sobre los que 
                  pueda caer el mayor peso de posibilidades de infección 
                  y sobre todo por cepas de alta virulencia. 
                 Identificación de los pacientes sintomáticos 
                  y para los de 40 años o más, establecer la conducta 
                  de investigar, probar y tratar con esquemas terapeúticos 
                  de erradicación, actualizados y accesibles. 
                 La única manera de diagnosticar infección 
                  presente y erradicación en su caso del H pylori, es por 
                  prueba positiva de aliento o de aire espirado y por la identificación 
                  de antígenos fecales del H pylori, por lo que se deberán 
                  establecer los recursos y los procedimientos para que estas 
                  pruebas no invasivas, se coloquen al alcance de los médicos 
                  de primer nivel de atención y no sólo para investigaciones 
                  clínicas y en el ejercicio de la medicina para los estratos 
                  sociales privilegiados, que probablemente sean los menos infectados. 
                 Lograr mayor interés en investigaciones 
                  sobre los padecimientos extradigestivos, que integran la lista 
                  y que se han relacionado a la infección por H pylori, 
                  la que estando circunscrita a la mucosa gástrica, existen 
                  las posibilidades de que se produzcan lesiones a distancia, 
                  por alteraciones en los niveles de mediadores sistémicos 
                  de la inflamación, con trabajos relacionados a las cepas 
                  bacterianas y sobre todo a las respuestas inmunes de los hospederos 
                  susceptibles a dichas patologías. 
                 Lograr una vacuna 
                 Conformarse con haber controlado a satisfación 
                  enfermedades infecciosas agudas, y apegarse a normas de calidad 
                  insuficiente, puede dañar gravemente la salud de los 
                  habitantes, ya que el cáncer y otras enfermedades crónicas 
                  son irreversibles.  
                 De otra manera, el papel de observadores 
                  pasivos, eso sí con mucha paciencia, para tener la suerte 
                  de que la infección por H pylori, tenga una eliminación 
                  espontanea, no representa el camino adecuado para México, 
                  ya que se tienen los recursos y sobre todo la capacidad de sus 
                  médicos.  
               17.- GLOSARIO Y DEFINICIONES
 
 ADENOCARCINOMA.- Proceso tumoral ocasionado por células 
                patológicas que tienen la capacidad de diseminarse, invadir 
                y destruir tejidos; en el caso del estómago por costumbre 
                se le denomina carcinoma y ocupa el 95 % o más de las neoplasias 
                gástricas.
 ANTICUERPO: Molécula glucoproteíca, conocida como 
                inmunoglobulina, producida por los linfocitos B, con la capacidad 
                de unirse a antígenos con un alto grado de especificidad 
                y de afinidad.
 ANTÍGENO.- Macromoléculas conocidas como inmunógenos 
                que tienen la capacidad de desencadenar respuestas inmunes, y 
                de unirse a anticuerpos específicos o a receptores de linfocitos.
 APOPTOSIS.- Conocida como muerte celular programada, asociada 
                a la destrucción del ADN y que no se asocia a respuesta 
                inflamatoria tisular.
 CASPASAS.- Proteasas que tiene por función fragmentar residuos 
                del ácido aspártico que actuan como mensajeros intracelulares 
                en la apoptosis.
 CITOCINAS.- Proteinas sintetizadas por diferentes tipos celulares 
                que intervienen en las reacciones inflamatorias e inmunitarias, 
                actuando como mediadores de comunicación entre las células 
                del sistema inmunitario.
 GASTRITIS CRÓNICA.- Representa una inflamación de 
                la mucosa gástrica, que se presenta gradualmente y por 
                tiempo prolongado, implicando atrofia de grado variable, con la 
                pérdida progresiva de la capacidad funcional de la mucosa, 
                que se puede acompañar de metaplasia y de displasia de 
                grados variables.
 INFECCIÓN POR H pylori.- Esta bacteia es responsable de 
                la mayoría de las úlceras pépticas, de las 
                gastritis crónicas y de representar un elemento carcinogenético 
                tipo I y asociarse a tumores de estirpe linfoide del estómago. 
                Teniendo una distribución mundial, no se le considera un 
                microbiota habitual, por el hecho de que su presencia siempre 
                produce una respuesta inflamatoria e inmunitaria de grado variable, 
                con o sin sintomatología.
 LINFOMA MALT.- Es un linfoma no Hodgkin de células B, extranodal 
                considerado dentro del grupo de lo linfomas de la zona marginal 
                ( junto a los linfomas B esplénico y linfoma ganglionar 
                de la zona marginal ).
 RESPUESTA ADAPTATIVA.- Mecanismos celulares y humorales ( mediadores 
                ) estimulados por la exposición a agentes infecciosos y 
                que se incrementan cuantitativamente, y con capacidad de defensa 
                ante una primera exposición, o sucesivas de agentes infecciosos.
 RESPUESTA INNATA.- Mecanismos de defensa de tipo bioquímico 
                o celular presente incluso antes de que se inicie un proceso infeccioso, 
                representando una defensa de acción rápida.
 RESPUESTA Th0.- Implica una respuesta inmune indiferenciada, que 
                de acuerdo al tipo de citocinas presentes en el medio, desencadena 
                una respuesta diferenciada de tipo Th1 si se expresan citocinas 
                como IFN-y, o bien una respuesta de tipo Th2 si las citocinas 
                actuantes son del tipo IL-4 e IL-5.
 RESPUESTA Th1.- Respuesta inmune de tipo adaptativa mediada por 
                linfocitos T cooperadores que producen principalmente IFN-y, estimulando 
                las defensas por acción de los fagocitos, especialmente 
                en caso de infecciones por agentes intracelulares.
 RESPUESTA Th2.- Respuesta inmune de tipo adaptativa mediada por 
                linfocitos T cooperadores que producen interleucinas IL-4 e IL-5, 
                con funciones de estimular las reacciones inmunitarias mediadas 
                por anticuerpos, eosinófilos y mastocitos, amortiguando 
                ademas la respuesta Th1.
 RESPUESTA Th3.- Respuesta mediada por linfocitos T que regulan 
                la actividad de otros linfocitos T, para mantener la tolerancia 
                periférica a los antígenos propios.
 SISTEMA INMUNITARIO DE LAS MUCOSAS.- Sistema inmunitario que participa 
                en la defensa de los epitelios que cubren las capas mucosa y submucosa 
                de los aparatos y sistemas del organismo, no sólo frente 
                a organismos patógenos, sino también protegiendo 
                de antígenos del medio ambiente y de los derivados de alimentos.
 ÚLCERA.- Lesiones circunscritas que se definen en su apariencia 
                como parecidas a cráteres, que se presentan en la piel 
                o en una superficie mucosa, producidas por una condición 
                inflamatoria, infecciosa o maligna, dando un aspecto de pérdida 
                de continuidad anatómica.
 ÚLCERA PÉPTICA.- Gástrica o duodenal y que 
                son erosiones muy localizadas por destrucción de la mucosa.
 VacA ( toxina vaculoizante ).- Es un factor de virulencia producida 
                por el H pylori, que ocasiona vaculozación citoplasmática 
                en los cultivos celulares y muerte de las células epiteliales, 
                con la estimulación de la migración de neutrófilos 
                a la mucosa infectada por la bacteria.
 CagA ( toxina A ).- Proteina codificada por el gen cagA del H 
                pylori, con características de ser un antígeno de 
                gran capacidad inmunogénica, que desencadena la activación 
                de interleucina IL-8 y de FNT ( factor de necrosis tumoral ), 
                infiltración de neutrófilos y la inducción 
                de la respuesta inflamatoria ( 41 ).
 
 18.- BIBLIOGRAFÍA
 
               
                 Reyes HSHelicobacter pylori: La bacteria que nadie soñó
 Departamento de Química y Biología. Universidad 
                  de las Américas, Puebla
 http://hosting.udlap.mx/profesores7miguela.mendez/alephozero/archivo/historico/az/41/medicina2005.html
 
                 Marshall BJUnidentified curved bacilli on gastric epithelium in active 
                  chronic gastritis ( letter )
 Lancet 1983; 1: 1273 – 75
 
                 Marsall BJ, Warren JPUnidentified curved bacilli in the stomach patients with gastritis 
                  and peptic ulceration
 Lancet 1984; 1: 1311 – 15
 
                 Pérez-Pérez IG? Es la asociación de Helicobacter pylori con los humanos 
                  un clásico ejemplo de parasitismo ¿
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65 ( supl 2 ): 7 – 12
 
                 Buzas GMHistory of the discovery of Helicobacter pylori
 Orvostort Kozl 2004; 49 ( 3-5 ): 45 - 56
 
                 PajareS JM, Gisbert jpHelicobacter pylori: its discobery and relevante for medidine
 Rev Esp Enferm Dig 2006 Oct; 98 ( 10 ): 770 – 85
 
                 Konturek SJ, Konturek PC, Brzozowski, Konturek 
                  JW, Pawlik WWFrom nerves and hormones to bacteria in the stomach; Novel prize 
                  for achievements in gastroenterology
 Physiol Pharmacol 2005 Dec; 56 ( 4 ): 507 – 30
 
                 Pounder RE, NG DThe prevalence of Helicobacte pylori infection in different 
                  countries
 Aliment Pharmacol Ther 1995; 9 ( Suppl 2 ): 33 – 7
 
                 Morales EMR, Castillo RG, López VY, 
                  Cravioto AHelicobacter pylory
 Laborarorio de Inmunología Molecular Microbiana
 Facultad de Medicina UNAM
 http://www.microbiologia.org.mx/microbiosenlinea/capitulo_15/capitulo.pdf
 
                 González MJE, Lelal VL, Guzmán 
                  LS, Guzmán TGM, González MNAHelicobacter pylori y enfermedad
 Revista Alergia México 2004; 51 ( 6 ): 218 – 25
 
                 Marshall BJ, Amsrong J, Mcgechie D, Glancy 
                  RAttempt to fulfill Koch´s postulates for Campilobacter 
                  pylori
 Med J Aust 1985; 142: 436 - 39
 
                 Konturek JWDiscovery by Jaworski of Helicobacter oylori and its pathogenetic 
                  role inpeptic ulcer, gastritis and cancer gastric
 J Phisiol Pharmacol 2003 Dec, 54 ( Suppl 3 ) : 23 – 41
 
                 Morris AJ, Nicholsong TIngestion of Campilobacter pylori cause gastritis and raised 
                  fasting Ph
 Am J Gastroenterol 1987; 82: 192 – 99
 
                 Argilia CMHelicobacter pylori y enfermedades extradigestivas
 Actualidad SEM 2003; 31: 15 -8
 
                 Rivera M, Contreras F, Terán A, Fouillioux 
                  CHelicobacter pylori: Enteropatógeno frecuente del ser 
                  humano
 Arch Venezol Farmac y Terap 2004; 23 ( 2 ): 118 – 22
 
                 Leontiadis GI, Sharman VK, Howden CWNon-gastrointestinal tract associations with Helicobacter pylori 
                  infection
 Arch Intern Med 1999; 159: 925 – 40
 
                 Pakodi F, Abdel-Salam OM, Debreceni A, Mózsik 
                  GHelicobacter pylori. One bacterium and a broad spectrum of human 
                  disease! An overview
 J Physiol Paris 2000 Mar-Apr; 94 ( 2 ): 139 - 52
 
                 Aguilar RG, Ayala G, Fierros ZGHelicobacter pylori: Recent advances in the study of its pathogenicity 
                  and prevention
 Salud Publica Mex 2001 Mayo- Junio; 43 ( 2 ): 33 - 54
 
                 Ballesteros AMAÚlcera péptica y Helicobacter pylori. Resultados 
                  y consecuencia de su erradicación
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65 ( Supl ): 41 – 49
 
                 Geofrey WBEffect of Helicobacter pylori infection in Barrett´s esophagous 
                  end the genesis of esophageal adenocarcinoma
 World J Surg 2003 Sept; 27 ( 9 ): 994 – 8
 
                 Cervantes GEHelicobacter pylori e infeciones asociadas
 Rev Fac Med UNAM 2006 Julio-Agosto; 49: 163 – 68
 
                 Hunt RH, Xiao SD, Megraud F, Barua LG, Bazzoli 
                  F et alWGO-OMGE practique guideline highlights: Helicobacter pylori 
                  in develpoping countries
 http://www.org/publications/archive/2006_2/sci/sci7.htm
 
                 Pérez Pérez GIFisiopatología del Helicobacter pylori
 SAM Esófago, estómago y duodeno
 Sistema de actualización médica 2007 Libro 2: 
                  39 – 44
 Intersistemas, S.A de C.V. México, D. F.
 
                 Solnik JV, Shauer DBEmergence of diverse Helicobacter species in the pathogenesis 
                  of gastric and enterohepatic diseases
 Clin Micribio Rev 2001; 14: 59 – 67
 
                 Torres JAspectos epidemiológicos y clínicos de la infección 
                  por H. pylori en niños
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65 ( Supl 2 ): 13 - 19
 
                 Anzures LBHelicobacter pylori
 Rev Med del Hospital General México, D.F. 2001 Oct-Dic; 
                  64 ( 4 ): 199 – 2001
 
                 Ramírez MJ, Cervantes R, Mata N, 
                  Zárate FEnfermedad ácido péptica y Helicobacter pylori 
                  en pediatria
 Acta Pedriat Mex, 1999; 20 (1 ): 23-29
 
                 Torres J, Leal HY, Pérez-Pérez 
                  gA community-based seroepidemiological study of Helicobacter 
                  pylori infection in México
 J Infect Dis 1998; 178: 1089 – 94
 
                 Lagunes YBPrevalencia de Helicobacter pylori en niños en edad escolar
 Rev Mex Patol Clin 2001 Enero-Marzo; 48: 23 – 26
 
                 Constanza CM, Lazcano PE, Torres J, Velasco 
                  ME, Quitero M, Correa PDeterminants of Helicobacter pylori seroprevalence in Mexican 
                  adolescents
 Helicobacter 2004; 9: 106 – 14
 
                 Rodríguez CR, Alcántara LJJ, 
                  Lagunes YB, Rivera DME, Calva CD, Santos MEPrevalencia del Helicobacter pylori en tres poblaciones de niños, 
                  de la ciudad de Puebla, México, y sus factores de riesgo
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( 4 ): 440 – 5
 
                 Goodman KJ, O´Rouikek K, Dy RS, Wang 
                  C, Redlinger T, Campos A, de la Rosa JMHelicobacter pylori infection in pregnanT women from a U.S.- 
                  México border population
 J of Immigrant Health 2003 July; 5 ( 3 ): 99 – 107
 
                 Mohar A, Ley C, Guarner J, Herrera-Goepfert 
                  R, SánchezAlta frecuencia de lesiones precursoras de cáncer gástrico 
                  asociado a Helicobacter pylori y respuesta al tratamiento en 
                  Chiapas, México
 Gac Med Mex 2002; 138: 405 – 10
 
                 Martin K, Rodin S, Kupersmith I, Lundin 
                  A, Tindberg YI, Granström MHelicobacter pylori genome variability in a framework of familial 
                  transmission
 BMC Microbiology 2007; 7: 54 – 66
 
                 Boneca IG, de Reuse H, Epinat JC, Pupin 
                  M, Labigne A, Moszer IA revised annotation and comparative analysis of Helicobacter 
                  pylori genomas
 Nucleic Acid Research 2003; 31 ( 6 ): 1704 - 14
 
                 Forné BDiagnóstico de la infección por Helicobacter pylori 
                  y tratamiento de de la infección en pacientes con úlcera 
                  duodenal
 Tésis Doctoral. Capítulo: Aspectos microbiológicos 
                  del Helicobacter pylori, pags 12 – 17
 Barcelona, España, 2001
 
                 Blaser MJ, Atherton JCHelicobacter pylori persistence: biology and disease
 J Clin Invest 2004 February 1; 113 ( 3 ): 321 – 33
 
                 Kuster JG, van Vliet AHM, Kuipers EJPathogenesis of Helicobacter pylory
 Clinical Microbiology Reviews 2006 July; 19 ( 3 ): 449 – 
                  90
 
                 Aras RA, Kang J, Tschumi A, Blazer MJExtensive repetitive DNA facilitate prokaryotic genome plasticity
 Proc Natl Acad Sci U.S.A. 2003; 100: 15056 – 61
 
                 Xu Q, Morgan RD, Roberst RJ, Blazer MJIdentification of type II restriction and modification systems 
                  in Helicobacter pylori reveals their substantial diversity among 
                  strains
 Proc Natl Acad Sci U.S.A. 2000; 97: 9671 – 6
 
                 Marcano LMJ, Infante BF, Rangel C, Rojas 
                  MATheoretical model of immune response in Helicobacter pylori 
                  gastric mucosa infection
 Bioline International 2006; 26 ( Enero – Marzo )
 http://www.bioline.org.br/request?va06005
 
                 Delgado I, Alonso LO, Hernández-Guerrero 
                  A, Sobrino CS, Herrrera-Goefner R, Rosales SA, Martínez 
                  FLinfoma gástrico primario tipo MALT ( MALTOMAS )
 Rev Gastroenterol Mex 2002; 67 ( Supl 3 ): 162
 
                 Blaser MJ, Berg DEHelicobacter pylori genetic diversity and risk of human disease
 J Clin Invest 2001; 107: 767 – 73
 
                 Parsonnet JHelicobacter pylori
 Infect Dis Clin North Am 1998 ; 12 ( 1 ) : 185 – 97
 
                 Rivas TF, Fernández FHelicobacter pylori: Factores de virulencia, patología 
                  y diagnóstico
 Rev Biomed 2000; 11: 187 – 205
 
                 Fochesatto NA, Guayan VA, Moran ELEHelicobacter pilori y enfermedad gastroduodenal. Bases para 
                  el diagnóstico y el tratamiento. Facultad de Medicina 
                  UNNE, Corrientes, Argentina
 Revista de postgrado de la VIa Cátedra de Medicina 2004; 
                  138: 11 – 17
 
                 Nomura AMY, Pérez-Pérez GI, 
                  LeeJ, Stemmerman MJ, Blaser MJRelationship between H. pylori cagA status and risk of peptic 
                  ulcer disease
 Am J Epidemiol 2002; 155: 1054 – 9
 
                 Blaser MJInfection with Helicobacter pylori strains possessing cagA associated 
                  with an increased risk of developen adenocarcinoma of the stomach
 Cancer Res 1995; 55: 2111 – 15
 
                 Garza-González E, Pérez-Pérez 
                  GI, Tijerina MR, Maldonado GHJ, Bosques PFJGenotipos de Helicobacter y su asociación con la respuesta 
                  inmune del hospedero
 Rev Gastroenterol Mex 2002; 67 ( 3 ): 155 – 60
 
                 Pérez-Pérez GI, Peek RM, Legath 
                  AJ, Heine PR, Graaff LBThe role of cagA status in gástric and extragastric complications 
                  of Helicobacter pylori
 J Physiol Pharmacol 1999: 50: 833 - 45
 
                 Nogueira RR, Jiménez GA, Cervantes 
                  SCLa infección gástrica por Helicobacter pylori 
                  es un factor de protección para la enfermedad por reflujo 
                  gastroesofágico
 Rev Gastroenterol Mex 2002; 67: 22 – 7
 
                 Carmona SR, Navarro CGLa prevalencia de infeción por Helicobacter pylori en 
                  paciente con esofagitis por reflujo. Estudio de casos y controles
 Rev Gastroenterol Mex 2003; 68 ( 1 ): 25 – 28
 
                 Sharma P, Vakil NReview article: Helicobacter pylori and reflux disease
 Aliment Pharmacol Ther 2003; 17: 297 – 305
 
                 Koike THelicobacter pylori infection prevents erosive reflux oesophagitis 
                  by decresing gastric acid secrtetion
 Gut 2001; 49: 330 – 4
 
                 Ott EA, Mazzoleni LE, Edelweis MIHelicobacter pylori eradication does not cause reflux oesophagitis 
                  in functional dyspeptic patients: a randomized, investigator 
                  blinded, placebo controlled trial
 Aliment Pharmacol Ther 2005; 21: 1231 - 9
 
                 Fox JGConcurrent enteric helminth infection modulates inflammation 
                  and gastric inmune responses and reduce helicobacter-induced 
                  gastric atrophy
 Nat Med 2000; 6: 536 – 42
 
                 Bouquet pGastric cell apoptosis and Helicobacter pylori: has the main 
                  function of VacA finally been identified
 Trends of Microbiology 2003; 11 ( 9 ): 410 – 3
 
                 Arenillas P, Godoy A, Einisman H, Garcia 
                  D, Harris PRegulación de la respuesta inmune frente a la infección 
                  por Helicobacter pylori
 Revista Chilena de Pediatría 2002; 73 ( 2 ): 108 – 
                  15
 
                 Egan BJ, O´Morain CAA historical perspectiva of Helicobacter pylori gastroduodenitis 
                  and its complications
 Best Pract Res Gastroenterol 2007; 21 ( 2 ): 335 – 46
 
                 Dehesa VM, Robles DGConsenso Mexicano sobre Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 1997; 62: ( 1 ): 41 - 5
 
                 Tytgat Guido NJHelicobacter Pylori associated duodenal ulcer disease
 Rev Gastroenterol Mex 2003; 68 ( Supl 3 ): 56 - 58
 
                 Hatz R, Schildberg FWHelicobacter pylori infections-are these diseases relevant for 
                  surgical treatment ?
 Langenbechs Arch Surg 2000; 385 ( 2 ): 75 - 83
 
                 Hassan SR, Abbas ZPresence of Helicobacter pylori in dyspeptic patients with endoscopicaly 
                  normal stomach
 Pak J Med Sci 2007; 23 ( 3 ): 335 – 9
 
                 Moayyedi P, Soo S, Deeks J, Delaney B, Harris 
                  A, Innes mEradication of Helicobacyter pylori for non ulcer dispepsia
 Cochrane Database System Rev 2006; ( 2 )CD002096
 
                 Malfertheiner P, Megraud F, O´Morain 
                  C, Bassoli F, El-Omar E, Graham DCurrent concepts in the management of Helicobacter pylori infection: 
                  the Maastrich III Consensus Report
 Gut 2007; 56: 772 – 81
 
                 Ladrón de Guevara L, Gómez-Peña 
                  AN, Padilla L, Lichtinger A, Figueroa S, Shapiro I, Rubinstein 
                  M, Di Silvio MEvaluación de la sintomatología y calidad de vida 
                  en la dispepsia funcional antes y despues del tratamiento de 
                  erradicación de Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2004; 69 ( 4 ): 201 – 8
 
                 Carmona SRErradicación de Helicobacter pylori en dispepsia no ulcerosa
 Rev Gastroenterol Mex 2004; 69 ( 4 ): 288 – 9
 
                 Domínguez MN, Alva RA, Arámbula 
                  ChM, Castañon SC, Rodríguez HHIncidencia en la gastropatía por AINE´s y su asociación 
                  con Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 1999; 64 ( Núm especial de Dic 
                  ): 68 Cartel 6
 
                 Ballesteros AMAHelicobacter pylori y hemorragia por úlcera péptica
 Rev Gastroenterol Mex 2003; 68 ( Supl 3 ): 60 – 62
 
                 Zárate GAHelicobacter pylori y antiinflamatorios no esteroideos
 Rev Gastroenterol Mex 2007; 72 ( Supl 1 ): 37 -38
 
                 Correa P, Haenzel W, Coello CGastric precancerous process in a high risk population: Cross 
                  seccional studies
 Cancer Res 1990; 50: 4731 – 4
 
                 de La Torre BANeoplasias gástricas
 Rev Gastroenterol Mex 2003; 68 ( Supl 3 ): 66 – 67
 
                 Parkin DMThe global health burden on infection-associated cancer in the 
                  year 2002
 Int J Cancer 2006; 118: 3030 – 40
 
                 Parsonnet J, Friedman GD, Orentreich NRisk for gastric cancer in people with CagA positive or CagA 
                  negative Helicobacter pylori infection
 Gut 1997; 107: 297 – 301
 
                 Peura DAHelicobacter pylori: Scientific basis to patients cure
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( Supl 1 ): 31 – 3
 
                 Pineda CBEHelicobacter pylori y cancer
 Rev Gastroenterol Mex 2007; 72 ( Supl 1 ): 35 – 6
 
                 Dehesa VMinfección por Helicobacter pylori ¿ Que nos depara 
                  el futuro ¿
 Curso precongreso: La Gastroenterología al final del 
                  milenio
 Rev Gastroenterol Mex 1999; 64 ( Núm especial de Dic 
                  ): 30 – 33
 
                 Guarner J, Mohar ALa asociación entre Helicobacter pylori y neoplasias 
                  gástricas. Evidencia epidemiológica
 Rev Gastroenterol Mex 2000, 65 ( Supl 2 ): 20 – 24
 
                 Wotherspoon AC, Ortíz HC, Falzon 
                  MR, I saacson PGHelicobacter pylori-associated gastritis and primary B-cell 
                  gastric limphoma
 Lancet 1991; 338: 1175 - 6
 
                 Parssonet J, Hansen s, Rodríguez 
                  L, Gelb AB, Warnke RA, Jellum E, et alHelicobacter pylori infection and gastric limphoma
 N Engl J Med 1994; 330: 1267 – 71
 
                 Tytgat Guido NJGastric MALT-Lymphoma
 Rev Gastroenterol Mex 2003; 68 ( Supl 3 ): 73 – 75
 
                 Piña OS, Ortíz HCLinfoma de células B de la zona marginal extraganglionar 
                  de tejido linfoide asociado a mucosas ( linfoma MALT ). Evolución 
                  histórica y conceptos actuales
 Gac Med Mex 2007; 143 ( 3 ): 237 – 44
 
                 Malfertheiner P, Megraud F, O´Morain 
                  C, Bazzoli F, El-omar E, Graham D et alCurrent concepts in the management of Helicobacter pylori infection: 
                  The Maastricht III Consensus Report
 Gut 2006; 56: 772 – 81
 
                 Azuma TGastric leptin and Helicobacter pylori infection
 Gut 2001; 49: 324 – 9
 
                 NwokoloCU, Freshwater DA, O´Hare P, 
                  Randeva HSPlasma ghrelin following cure of Helicobacter pylori
 Gut 2003; 52: 637 – 40
 
                 Méndez SN, Chávez NC, Uribe 
                  TMLa ghrelina y su importancia con el eje gastrohipotalámico
 Gac Med Méx 2006;142 ( 1 ): 49: 58
 
                 Ramírez MJ, Chanis R, Cervantes R, 
                  Cuevas FGastritis crónica asociada a Helicobacter pilori
 Acta Pediatr Mex 1993;14: 119 – 21
 
                 Heller RSHelicobacter pylori en población pediátrica
 Rev Gastroenterol Mex 2007; 71 ( Supl 1 ): 39 – 41
 
                 Bernal RRHelicobacte pylori, métodos de diagnóstico
 SAM Esófago, estómago y duodeno
 Sistema de Actualización médica 2007 Libro 2: 
                  39 - 44
 Intersistemas, S.A. de C.V. México, D. F.
 
                 Díaz GF, Aspecto endoscópico de la mucosa gástrica en pacientes 
                  con infección por Helicobacter pilori
 Rev Gastroenterol Mex 2002; 67 ( Supl 3 ): 154
 
                 Aguilar SO, Majalca MC, León FE, 
                  Avila VG, Sánchez MR, Figueroa BSA, et alEstudio comparativo entre las pruebas de ureasa rápida, 
                  la impronta y el estudio histopatológico para el diagnóstico 
                  de Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2004; 69 ( 3 ): 136 – 42
 
                 Chirino R, Cabrera M, Villacorta C, Blancas 
                  J, Torres J, Moran S, Dehesa MEvaluación topográfica y grado de daño 
                  de la mucosa gástrica en pacientes con diferentes enfermedades 
                  gastroduodenales e infección por Helicobacter pilori
 Rev Gastroenterol Mex 1999; 64 ( Núm especial ): 76 Trabajo 
                  libre 37
 
                 Merin LA, Medina ML, Medina MGConsideraciones actuales por la presencia de Helicobacter pylori 
                  en cavidad bucal
 Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Nordeste. Corrientes. 
                  Corrientes
 lamerino@bib.unne.edu.ar
 
                 Gómez MJ, Garrido SG, Cordero HH, 
                  Arana PG, Reyes DADetección del Helicobacter pylori mediante tinción 
                  de una impronata de mucosa gástrica con azul de metileno
 Rev Gastroenterol Mex 1999; 64 ( Número especial ): 47
 
                 Arista-Nazae JGastropatías, gastritis, gastritis aguda y crónica 
                  y úlcera péptica
 Rev Gastroenterol Mex 2005; 70 ( Supl ): 21 – 23
 
                 Martínez MF, Ortíz HC, Torres 
                  V, Álvarez L, Manzo MA, Garcia LLCambios regenerativos atípicos y carcinoma in situ en 
                  gastritis crónica asociada con Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65 ( 1 ): 11 - 7
 
                 Trujillo CJ, Hernández GA, Podolsky 
                  RI, Campillo OV, Ibarra RM, Herera GRUtilidad de la citología gástrica por cepillado 
                  para el diagnóstico de Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 1997; 62 ( 4 ) ( Supl 1 ): 39
 
                 Gómez AN, Álvarez LR, Zapatier 
                  AJ, Vargas EPEficacia de las pruebas de antígenos en heces y serología 
                  para el diagnóstico de Helicobacter pylori en la población 
                  ecuatoriana
 Rev Gastroenterol Mex 2005; 70 ( 2 ): 146 - 9
 
                 Vaira D, Vakil N, Menegatti Van Hohh BThe stool antigen test for detection of Helicobacter pylori 
                  after eradication therapy
 Ann Int Med 2002; 136: 280 – 3
 
                 Fallone CA, Elizov M, Cleland pDetection of Helicobacter pylori infection by saliva IgG testing
 Am J Gastroenterol 1996; 91: 1145 – 8
 
                 Okuda M, Nakazawa T, Booka M, Miyashiro 
                  E, Yosikawa NEvaluation of a urine antibody test for Helicobacer pylori in 
                  japanese children
 J Pediatr 2004; 144: 196 – 8
 
                 Premoli G, González A, Milán-Mendoza 
                  B, Peroco T, Vielma ADiagnóstico de Helicobacter pylori mediante la reacción 
                  de cadena de la polimerasa
 Rev Cubana Med 2004; 56 ( 2 ): 85 - 90
 
                 Blancas VJMLa importancia del diagnóstico del Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2004; 69 ( 3 ): 186 – 7 Editorial
 
                 Dehesa VMTratamiento de la infección por Helicobacter pylori ? 
                  A quién tratar y con qué ¿
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65 ( Supl 2 ): 55
 
                 Dehesa VM, Robles DG, Aguirre GJ, Arista 
                  NJ, Ballesteros AMA et alConsenso Mexicano de Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 1997; 62 ( 1 ): 41 - 5
 
                 Rodríguez HH, Sánchez ALF, 
                  Quiñones EErradicación del Helicobacter pylori en úlcera 
                  péptica y gastritis crónica. Ensayo clínico 
                  aleatorio
 Rev Gastroenterol Mex 1998; 63 ( 1 ): 21 – 7
 
                 Dehesa VM, Larisch J, Dibildox M, Vega B, 
                  Di Silvio M, Rodríguez l et alComparación de dos esquemas basados en pantoprazol para 
                  erradicación de Helicobacter pylori en pacientes con 
                  úlcera duodenal activa
 Rev Gastroenterol Mex 1998; 63 ( 2 ): 66 – 71
 
                 Pérez-Pérez G? Cuando y por qué debemos erradiar al Helicobacter pylori 
                  ¿
 Rev Gastroenterol Mex 2005; 70 ( Supl 3 ): 26 - 27
 
                 Malfertheiner P et alCurrent European Concepts in the Management of Helicobacter 
                  pylori infection.
 The Maastricht Consensus Report 1996: 12 – 23
 
                 Abdo FJM, Uscanga DL et alActualidades en Helicobacter pylori
 Consenso Mexicano 2007
 Asociación Mexicana de Gastroenterología
 Intersistemas, S.A. de C.V. México, D.F.
 
                 Cañedo-Chávez STratamiento de la infección por Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2001; 66 8 Supl 2 ): 53 – 60
 
                 Alanís AO, Garza GE, Maldonado GHJ, 
                  Tijerina MR, Bosques PFJSensibilida de Helicobacter pylori a ofloxacina y levofloxacina
 Rev Gastroenterol Mex 2001; 66 ( Supl 2): 191
 
                 Orozco GAEstudio abierto prospectivo a base de rabeprazol, levofloxacina 
                  y amoxicilina para erradicación de Helicobacterpylori
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( Supl 2 ): 94
 
                 Mercado U, Avendaño RM, Marin ME, 
                  Gastelum AR, Moreno A, Franco MMComparación de terapia triple basada en bismuto o pantoprazol 
                  enn pacientes con úlcer duodenal ( UD ) asociada a Helicobacter 
                  pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2000; 65: 46
 
                 Huerta Iga FMTratamiento de la infección por Helicobacter pylori
 Helicobacter pylori: cuándo y a quien tratar
 SAM Esófago, Estómago y Duodeno
 Sistema de Actualización Médica 2007 Libro 2: 
                  42 – 51
 Intersistemas, S. A. de C. V. México, D. F.
 
                 Moreno-Terrones LG2007 DDW Tratamiento. Helicobacter pylori
 Rev Gastroenterol Mex 2007; 72 ( Supl 1 ): 42 – 4
 
                 Peura AD2006 DDW Helicobacter pylori abstract
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( Supl 1 ): 26 – 27
 
                 Larrosa HA, Martínez PEO, Coello 
                  RP, Castillo de León YA, et alEficacia de dos esquemas de erradicación de Helicobacter 
                  pylori en niños con abdominal recurrente ( DAR )
 Rev Gastroenterol Mex 2004; 69 ( 2 ): 76 - 81
 
                 Larrosa HA, Flores MM, Garcia SO, Romero 
                  VE, Bojorquez RMC et alGastritis en niños y adolescentes: infección por 
                  Helicobacter pylori como factor de riesgo de gastritis crónica 
                  grave y gastritis nodular
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( Supl 2 ): 164
 
                 Porta N, Glauser POral inmunization with HELICOBACTER pylori ureas B as a treatment 
                  agains HELICOBACTER infection in mice
 Gastroenterology 1995; 109: 115 – 21
 
                 Sutton P, Lee AA review article: Helicobacter pylori vaccines – the current 
                  status
 Aliment Pharmacol Ther 2000; 14: 1107 – 8
 
                 Taylor WPrevention of cancer: a miss
 J Ntl Cancer Inst 2007; 99 ( 2 ): 101 – 3
 
                 Parsonnet JHELICOBACTER pylori: The size of the problema
 Gut 1998; 43 ( suppl 1 ) 9 – 6
 
                 Torres J, López L, Lazcano E, Camorlinga 
                  M, Flores L, Muñoz OTrends in Hlicobacter pylori infection and gastric cancer in 
                  México
 Cancer Epidemiology Biomarkers and prevention 2005; 14: 1874 
                  - 7
 
                 Medina FH, Heslin MJ, Cortes-González 
                  RClinicophatological characteristic of gastric carcinoma in young 
                  and elderly patients: a comparative study
 Ann Surg Oncol 2000; 7: 515 – 19
 
                 Tanimoto WMHelicobacter pylori: Úlcera y cáncer gástrico
 Rev Gastroenterol Mex 1995; 60 ( 2 ): 112 – 3
 
                 López CL, Fernández OC, Robles 
                  DG, Rascon PA, Ramírez ITInfección por HELICOBACTER pylori y cáncer gástrico 
                  en México. Un reto para la prevención y el control 
                  poblacional
 Rev Gastroenterol Mex 1997; 62 ( 1 ): 22 – 8
 
                 Megraud FResistance of HELICOBACTER pylori to antibiotics
 Aliment Pharmacol Ther 1997; 11 ( Suppl 1 ): 43 – 53
 
                 Wong BC, Lam SK, Wong WMHelicobacter pylori eradication to prevent gastric cancer in 
                  a higt-risk region of China: a randomized control trial
 JAMA 2004: 29 ( 2 ): 187 – 94
 
                 Blot WJ, Li JY, Taylor PRNutrition intervention trial in Linxian China: suplementation 
                  with specific vitamin/ minerls combinations, cancer icidente 
                  and disease-specific mortality in the general population
 J Ntl Cancer Int 1993; 85 ( 18 ): 1483 – 92
 
                 Mazzari-Hiriart M, López VY, Calva 
                  JJ, Castillo RGLongitudinal study of microbial diversity and sensonality in 
                  the México City Metropolitan area water supply system
 Appl Environ Microbiol 2005, 71 ( 9 ): 5129 - 37
 
                 Viadas E, Mazari-Hiriar M, Espinosa A, Castillo 
                  GDesarrollan en la U.N.A.M. método para la avaluación 
                  bacteriológica del agua
 Facultad de Medicina U.N.A.M. México, D. F. 2007
 
                 Mazari-Hiriart M, López VY, Castillo 
                  RG, Ponce de Leon, Cravioto APresence of Helicobacter pylori and other enteric bacteria in 
                  freswater environments
 Archives of Medical Research 2001; 32: 1 - 10
 
                 Kershenovich SD“ Enfermedades emergentes “
 Seminario “ El Ejercicio Actual de la Medicina “
 División de Postgrado e Investigación
 Facultad de Medicina U. N. A. M. México, D. F. 26 de 
                  Octubre del 2007
 
                 INGI Dinámica Demográfica 
                  1992Instituto Nacional de Estadística, Geografía e 
                  Informática México, 1992
 
                 Frenk J, Bobadilla J, Stern C, Frejka T, 
                  Lozano RElementos para una teoría de la transición en 
                  salud
 Salud Pública México 1991; 33 ( 5 ): 448 – 
                  62
 
                 Stern C, Tuiran RTransición demográfica y desigualdad social en 
                  México
 Ponencia presentada en la IV Conferencia Latinoamericana de 
                  Población. La transición demográfica en 
                  américa latina y el caribe México Marzo de 1993
 
                 Plan Nacional de Salud 2007 – 2012Secretaría de Salud 2007 Primera Edición, México, 
                  D. F. 2007
                 Takats Tamas SSignificant decrease of the Helicobacter pylori infection in 
                  Budapest ( comparision epdemiological trial base on: 1989 – 
                  1995: 2551 patients and 1999 – 2004: 3415 patients
 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71 ( Supl 2 ): 129
 |