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              “Evaluación es un intento de conocer 
                a la persona”Rowntree, 1977
 “Colectar datos para evaluación 
                es como recoger la basura. Más te vale saber lo que vas a hacer con ella antes de 
                que la recojas”.
 Mark Twain
 I. INTRODUCCIONDespués de terminar la licenciatura de medicina, 
                el profesional debe tener sólidas bases del arte y ciencia 
                médicas tanto en el diagnóstico como el tratamiento 
                de una amplia variedad de enfermedades. Cuando el médico 
                inicia un estudio de posgrado se requiere un plan estructurado 
                en forma progresiva que logre el aprendizaje de conocimientos, 
                destrezas y habilidades de un área específica de 
                la medicina. El proceso de enseñanza tiene que contemplar 
                lo que el médico obtiene a través de mecanismos 
                audiovisuales (lectura, conferencias, sesiones, seminarios); de 
                la orientación y apoyo que el profesor brinda en forma 
                tutorial y el aprendizaje de habilidades (auscultación 
                del corazón, técnica quirúrgica, la exploración 
                física) y destrezas obtenidas y practicadas en el propio 
                paciente. El médico que hace las veces de profesor tiene 
                un papel preponderante para verificar que el aprendizaje haya 
                ocurrido de acuerdo a lo planeado, con el paciente como eje central 
                del proceso.
 En este contexto, la evaluación del aprendizaje es uno 
                de los elementos más importantes del proceso educativo, 
                desde el punto de vista de los participantes directos (profesor 
                y alumno) y de la sociedad que requiere profesionales de la salud 
                competentes que puedan atender sus demandas de salud con efectividad, 
                eficiencia y calidez. La estructura misma del continuo educativo 
                en que se forman los médicos durante la enseñanza 
                escolarizada de pre y posgrado está construida alrededor 
                de hitos de evaluación que tienen que ser acreditados por 
                los educandos. Con frecuencia es la evaluación la que empuja 
                los curricula de las escuelas de medicina y residencias, 
                haciendo que los alumnos perciban su progreso en la cadena educativa 
                por medio del pase de una sucesión de exámenes que 
                parece no tener fin. La evaluación se convierte de hecho 
                en la principal fuerza motivadora para que el estudiante aprenda, 
                por lo que se debe ser cuidadoso y profesional en la planeación 
                y ejecución de este proceso que determina quien termina 
                la carrera o la especialidad, y con qué calificaciones 
                (1).  Uno de los corolarios más importantes del proceso de evaluación, 
                es que ninguna decisión educativa importante debe tomarse 
                basada sólo en la puntuación de un examen (2). Hay 
                que evaluar suficientes tareas para capturar y analizar una muestra 
                representativa del aprendizaje del individuo, de otra manera se 
                tiene sólo una visión limitada y sesgada del desempeño 
                del estudiante. En el caso particular de la profesión médica, 
                el consenso de los expertos es que ningún método 
                individual de evaluación puede proveer todos los elementos 
                que se requieren para juzgar algo tan complejo como la atención 
                médica de calidad en la práctica clínica, 
                de tal manera que el reto de la evaluación en la educación 
                médica es de extrema complejidad y exige que lo abordemos 
                con responsabilidad y profesionalismo (3). Por otra parte, los 
                mecanismos de evaluación y sus resultados en el área 
                de atención de la salud son de fundamental importancia 
                para que la institución formadora rinda cuentas de la calidad 
                de sus productos a la sociedad y a los organismos de acreditación 
                y certificación.  El objetivo del presente documento es ofrecer un panorama de 
                los procesos de evaluación y supervisión en el área 
                de la educación médica, incluyendo sus definiciones, 
                principales estrategias y recomendaciones, para llevarlo a cabo 
                de una manera eficaz con fundamentos educativamente sólidos. 
               II. SUPERVISIÓN¿Qué es la supervisión?
 En el marco de la administración podemos conceptuar a la 
                supervisión como el arte de realizar el trabajo por medio 
                de los esfuerzos y habilidades de otras personas. Es una función 
                normativa que fija y vigila el cumplimiento de deberes y responsabilidades 
                bien definidas y que emplea un singular conjunto de principios, 
                prácticas y habilidades. Es un proceso, por lo que no debe 
                considerarse como algo pasivo, que implica observación 
                de la ejecución de tareas formalmente establecidas, priorizando 
                a las funciones que articulan y organizan dichas tareas (4). La 
                supervisión involucra la delegación de éstas, 
                pero nunca la de la responsabilidad.
  Supervisar es un superior que observa directamente las actividades 
                precisamente cuando se están ejecutando, que comprueba 
                el desarrollo real o el progreso de programas académicos, 
                que determina sobre la marcha correcciones en caso de desvíos, 
                atendiendo a la naturaleza del ámbito, los estándares 
                establecidos, la calidad de las instrucciones dadas, y la capacidad 
                y habilidades de los ejecutantes (5). Por supervisión puede 
                entenderse el contar con una visión superior, más 
                alta, más amplia, más profunda, más oportuna 
                y más efectiva, de los planes y programas, de los procesos 
                y resultados, así como del grado de cumplimiento de la 
                misión de la institución. Este concepto lo deben 
                tener el residente, el profesor y las autoridades institucionales.  El médico residente debe estar conciente de la importancia 
                de la supervisión y no verlo como un medio de represión 
                y control. Debe hacerse las siguientes preguntas: ¿qué 
                me van a supervisar?, ¿cuáles son mis responsabilidades 
                educativas y asistenciales?, ¿existen parámetros 
                para juzgar mi rendimiento y conductas?, ¿qué esperamos 
                los residentes e incluso los profesores de la supervisión?, 
                ¿qué esperan de mí los dirigentes de la institución 
                asistencial y la autoridades educativas?, ¿qué esperan 
                los pacientes?, ¿qué esperan las autoridades sanitarias 
                y otros miembros de la sociedad? Estas y algunas otras preguntas 
                deberá contestarlas el educando para que pueda darle sentido 
                al proceso de supervisión, permitiéndole formarse 
                un patrón de referencia sobre la calidad de la educación 
                médica que recibe y de la apropiación de competencias 
                de cualquier índole, incluyendo las de corte humanístico, 
                dándose la oportunidad de reorientar cualquier desviación 
                que a su juicio exista. ¿Para qué supervisar?El programa de supervisión debe permitir establecer el 
                grado de desarrollo de la formación del residente, por 
                lo que debe ser planificada, ejecutada con detalle, seriedad y 
                detenimiento. El proceso de supervisar en el ámbito del 
                postgrado de medicina, no únicamente debe enfocarse a las 
                tareas que deben efectuar los residentes, sino también 
                deben tomarse en consideración aspectos humanísticos 
                del propio residente, ya que cuando inician su formación 
                están sujetos a múltiples variables que les pueden 
                condicionar angustia y depresión, como son las largas jornadas 
                de trabajo, deprivación de sueño y tiempo limitado 
                para sus necesidades básicas y familiares (6). Es indispensable 
                supervisar la aplicación y cumplimiento estricto de los 
                programas académico y operativo, ya que con frecuencia 
                su inobservancia y el exceso de trabajo ocurren en el desarrollo 
                de las residencias médicas, asociándose a peores 
                percepciones del residente sobre aspectos de su calidad de vida 
                y en el ambiente educativo (7).
  Para que una supervisión sea efectiva los resultados 
                deben influir en la toma de decisiones, generar acciones para 
                actualizar los avances en el programa de formación de residentes, 
                señalando clara y objetivamente los problemas detectados, 
                incluyendo la posición del supervisor y las soluciones 
                que recomienda, así como los beneficios que sus recomendaciones 
                pudieran producir. La supervisión tiene un importante valor 
                institucional, ya que no existe otra estrategia que permita reconocer, 
                en todas fases del proceso de formación del residente, 
                la presencia de problemas operativos. Esto permite emitir juicios 
                de valor, implementar medidas correctivas con oportunidad y llevar 
                a cabo su seguimiento continuo. Si bien la supervisión 
                tiene que ver con el mejoramiento de la institución educativa, 
                debe priorizarse la imagen del supervisado, en este caso el residente. 
                Debe asumirse que la supervisión es y debe ser simultánea 
                a la ejecución de programas de educación médica 
                en el campo clínico e invariablemente requiere de contacto 
                y observación directa (4,5). La figura del supervisorExiste la percepción que la responsabilidad de la supervisión 
                del programa de residencia debe estar a cargo de la persona con 
                mayor formación médica, con gran prestigio académico 
                y profesional. No hay que olvidar que la figura del supervisor 
                debe poseer habilidades que lo lleven a considerar el trabajo 
                como algo dinámico que puede modificarse, prestarse a la 
                participación activa, planeada y organizada en una variedad 
                de formas, tener la capacidad de detectar barreras en la operación 
                cotidiana, establecer estrategias para eliminarlas, reconocer 
                qué procedimientos se han convertido en obstáculos 
                y deben descontinuarse, identificar las necesidades que tiene 
                el residente, y tener habilidades interpersonales sociales y emocionales. 
                De tal manera que las autoridades educativas deben cuestionarse: 
                ¿llegan al residente las palabras y acciones que el supervisor 
                desea?, ¿inspiran al residente a mejorar su trabajo?, ¿dan 
                como resultado un aumento en el conocimiento y las habilidades 
                del residente?, ¿fomentan realizar un trabajo creativo?, 
                la respuesta a esas preguntas revelarán las habilidades 
                interpersonales del supervisor, que suelen ser en gran parte intuitivas 
                (5,6).
 Instrumentos de SupervisiónPara que una supervisión pueda considerarse útil, 
                debe contarse con un instrumento formalmente estructurado, que 
                se haya sido sometido antes de su aplicación a técnicas 
                de investigación cuantitativa y cualitativa, para establecer 
                su validez y confiabilidad (8), de otra manera los resultados 
                de la supervisión podrían no ser útiles. 
                Deben evitarse supervisiones informales, que se valen de información 
                poco confiable que a veces se proporciona a través de encuentros 
                ocasionales o fortuitos. Hay que evitar utilizar datos no validados, 
                aislados, insuficientemente analizados y poco objetivos, ya que 
                en ocasiones son sólo opiniones personales que no permiten 
                establecer referentes de la correspondencia entre las actividades 
                y experiencias educativas planeadas y las realizadas, menos aún 
                proporcionar información que ayude a educadores y educandos 
                a mejorar la actividad formativa del residente.
 Supervisión en las residencias médicasLa instauración estadounidense del internado medico en 
                1920 dio lugar al concepto de “médico residente” 
                que implicó la responsabilidad “permanente” 
                (24 horas al día, siete días a la semana) de los 
                pacientes. En este contexto, la supervisión en el área 
                de la atención de la salud tiene por objetivo ver por la 
                seguridad del paciente y promover el desarrollo del profesional 
                y del que se encuentra en formación.
 En particular, la supervisión clínica se enfoca 
                al mejoramiento por medio de la observación y la reflexión 
                (examinar algo más a fondo; contar con alguien a quien 
                consultar; recibir crítica constructiva; medio para valorar 
                el avance). para aportar un apoyo y guía a la vez de auxiliar 
                en el logro de la competencia lo que a su vez resguarda la atención 
                del paciente y la práctica médica. La supervisión 
                directa de la actividad de los residentes se asocia con un mejor 
                cumplimiento de los lineamientos establecidos y no influye en 
                la satisfacción de los pacientes con su atención.  Por otro lado, la supervisión educativa tiene carácter 
                estratégico; no pone su énfasis en la observación 
                diaria sino que se enfoca en las necesidades educativas y en la 
                provisión del ambiente de aprendizaje que permita a los 
                educandos adquirir nuevas habilidades y cumplir con objetivos 
                específicos. La supervisión efectiva se relaciona 
                más con la habilidad que tenga el docente para exponer 
                su razonamiento al presentarle información al residente 
                y no a la cantidad y el tipo de cuestionamientos que les presentan. 
                Es importante no perder de vista las implicaciones legales para 
                el docente que supervisa a los residentes. En contraste la supervisión 
                de carácter administrativo busca el control de los elementos, 
                no perder de vista las metas, el monitoreo y el rendir cuentas.  La supervisión en el campo de la educación médica 
                tiene tres funciones: 1) educar, al incrementar las oportunidades 
                de aprendizaje; 2) monitorear al identificar errores en la práctica 
                y hacer sugerencias para el cambio y mejoramiento; y 3) apoyar, 
                al permitir un espacio para compartir ansiedades y explorar como 
                evitar o lidiar con situaciones de estrés en el futuro. 
                La supervisión la puede desarrollar el docente con un individuo 
                o un grupo en la práctica, pero también la pueden 
                realizar los pares del residente. Así tenemos que se realiza 
                en piso, la consulta externa o cualquier escenario clínico 
                cuyas características permitan: 
               
                 Demostrar - mientras el 
                  médico trata con el paciente, le explica o pregunta a 
                  los educandos. La toma rápida de una decisión 
                  pudiese parecer sencilla pero el estudiante puede requerir mayor 
                  explicación al respecto. 
                 Guiar – al educando 
                  en la realización de una actividad, asegurando que comprenda 
                  cada paso. Tenga en mente que los estudiantes podrán 
                  sólo aprender lo que comprenden.  
                 Observar – al educando 
                  en acción e identificar sus dificultades.  
              En la supervisión individual es importante acordar la 
                hora, el sitio y la duración de la reunión ya que 
                ambos deben estar preparados. Ésta se puede organizar por 
                medio de reuniones mensuales que propicien la exploración 
                de temática diversa como la discusión de casos, 
                dudas y ansiedades y/o el planteamiento de las áreas que 
                requieren mejoría en un ambiente que permita compartir 
                el pensar. El registro en este caso puede tomar la forma de un 
                diario que posteriormente permita la reflexión. Esto promueve 
                que exploren su comprensión y sentimientos acerca de cada 
                experiencia que también será tema de discusión. 
               La supervisión de pares o en grupo se usa poco en medicina 
                aunque se ha visto que promueve la reflexión de los educandos. 
                Cada persona del grupo o rotación puede compartir alguna 
                experiencia práctica con los demás logrando con 
                ello explorar otras formas de realizarlas y de ejercer.  Debido a que la supervisión no se puede aislar de la 
                enseñanza clínica, se requiere preparación 
                y por ende decidir si el educando observará, será 
                observado o realizará una actividad; cuáles son 
                los pacientes de mayor relevancia para el aprendizaje y/o el cumplimiento 
                de los objetivos; y como asegurar que el estudiante avance en 
                complejidad. Si el educando estará de observador mientras 
                usted realiza alguna actividad, la supervisión pondrá 
                énfasis en lo educativo al explicar lo que hace anclando 
                las acciones al conocimiento y haciendo preguntas para explorar 
                su conocimiento. Cuando sea posible solicite al estudiante realizar 
                acciones dentro de su conocimiento y capacidad ya que es una buena 
                oportunidad para educar y monitorear. Proporcione retroalimentación 
                inmediata.  Cuando el estudiante realiza una actividad, la observación 
                le permitirá monitorear una buena práctica, sugerir 
                cambios, asegurar buena práctica, y promover el uso efectivo 
                de recursos. Posterior a la intervención con el paciente, 
                los educandos podrán cuestionar aspectos que no plantearían 
                frente al paciente o las dudas que surgieron al realizar lo encomendado. 
                Lo anterior propicia la reflexión y el aprendizaje a partir 
                de la experiencia. Solicite al alumno explicar lo ocurrido y su 
                razonamiento al respecto. La opinión del docente es de 
                mayor valor cuando conoce el razonamiento del alumno. La discusión 
                post-intervención es de carácter educativo y de 
                importancia en la supervisión durante la práctica.  Para promover la reflexión se recomienda: explorar los 
                incidentes, dar retroalimentación, analizar problemas, 
                explorar soluciones y la comprensión de lo anterior. También 
                procure identificar oportunidades de aprendizaje para el educando, 
                ya sea la lectura de un artículo, la observación 
                de un procedimiento o la realización del mismo.  Algunas sugerencias útiles en la supervisión educativa 
                son las siguientes: 
               
                 Incluir un espacio de preguntas en el trabajo 
                  diario: tres minutos al terminar el paso de visita o de la consulta. 
                 Asegurar que los estudiantes sepan que serán 
                  observados para apoyarlos y no con fines de evaluarlos. 
                 Reforzar lo que se realice bien. Los estudiantes 
                  requieren saber cuando están realizando bien su actividad. 
                 Ser constructivo cuando aporte retroalimentación 
                  negativa sobre algún elemento crítico. Primero 
                  refiera lo positivo y proceda a mostrar como se puede mejorar 
                  al plantear la siguiente meta a lograr.  
                 No criticar a los estudiantes frente a los 
                  demás. 
                 Solicitar al estudiante sugiera soluciones 
                  para las áreas problemáticas o para mejorar su 
                  práctica.  
                 Apoyar a los educandos a comprender y compartir 
                  los aspectos difíciles. 
                 Promover la autoevaluación de los 
                  alumnos. 
                 Solicitar a los estudiantes que previo a 
                  una supervisión individual, piensen sobre lo que desean 
                  discutir. 
                 Solicitar a los educandos el llevar una 
                  registro, diario o bitácora de su práctica, lo 
                  bueno y lo malo de donde pueden surgir temas para discusión 
                  y reflexión en las entrevistas o reuniones. 
                 Recordar su lenguaje corporal. Cuando este 
                  escuchando a alguien, un movimiento de la cabeza, una sonrisa, 
                  una mirada o el contacto visual puede mostrar que está 
                  escuchando y que tiene interés en lo que dice.   
              III. EVALUACIÓN¿Qué es la evaluación?
 La evaluación es inherente al acto educativo, es un término 
                que se aplica para determinar si se lograron los objetivos del 
                proceso de enseñanza aprendizaje e implica un proceso sistemático 
                de acopio de información a través de la aplicación 
                de instrumentos válidos y confiables, para analizarla objetivamente 
                en lo cuantitativo y en lo cualitativo y así poder emitir 
                juicios de valor sobre el grado de correspondencia de la información 
                y criterios previamente establecidos, fundamentando la toma de 
                decisiones sobre el proceso de enseñanza aprendizaje (2,9).
  Cuando hablamos de evaluación de inmediato nos viene 
                a la mente la idea de efectuar mediciones mediante instrumentos 
                estandarizados, como son los exámenes, sin embargo debemos 
                tener en cuenta que la medición es parte de la evaluación, 
                pero no es en sí la evaluación. Debemos hacer énfasis 
                en la importancia de realmente efectuar evaluación educativa 
                (9), que es la única forma de contar con un referente que 
                permita establecer si residente es poseedor de las competencias 
                con que debe contar y que la institución pretende lograr, 
                evaluando no solo conocimientos, sino también formas de 
                comportamiento, actitudes, valores, afectos y sus formas de expresión, 
                habilidades, destrezas, actitudes y comportamiento ético, 
                lo que indudablemente es complejo por el tipo de variables que 
                se pretende objetivar (10). Es un hecho que la evaluación 
                incluye actividades imprescindibles que van más allá 
                del proceso de medición que termina en la obtención 
                de un resultado, dentro de estas actividades es imprescindible 
                la toma de decisiones y la emisión de juicios de valor 
                (8). La medición expresa un valor absoluto, 
                es estática, no procesal, está contemplada en la 
                evaluación, no implica evaluación, es simplemente 
                un medio para obtener resultados y constituye un medio para valorar, 
                en contraparte la evaluación expresa un 
                juicio de valor, es un proceso dinámico y continuo, incluye 
                la medición y es más extensa, por lo tanto en ella 
                está implicada invariablemente la medición, compara 
                los datos con resultados previstos y es la valoración misma. Existen algunos principios generales de la evaluación 
                en educación, que siempre debemos tomar en cuenta durante 
                la misma (2): 
               
                 El especificar claramente lo que se va a 
                  evaluar es una prioridad en el proceso 
                 El procedimiento de evaluación debe 
                  elegirse por su relevancia a la característica que se 
                  va a evaluar 
                 Se requiere de una variedad de procedimientos 
                 Se uso adecuado requiere conciencia de sus 
                  limitaciones 
                 Es un medio para un fin, no un fin en sí 
                  mismo.  
              ¿Para qué evaluar?El docente al desempeñar su función debe tener una 
                concepción clara del modo en que se aprende y se enseña 
                y del cómo, cuándo, por qué y para qué 
                evaluar, con el fin de asegurar que las experiencias educativas 
                tengan un valor en la formación del residente. Lo anterior 
                para que se aprovechen los resultados de la evaluación 
                en la emisión de juicios de valor inherentes al acto docente, 
                en el entendido que de esta manera la evaluación será 
                parte integral de una buena enseñanza. No es posible concebir 
                la enseñanza y el aprendizaje sin la evaluación. 
                En el concepto integral de evaluación, ésta aporta 
                un mecanismo de control que permite detectar problemas u obstáculos, 
                determinar la eficacia de la acción docente y de los instrumentos 
                de enseñanza utilizados, y establecer estrategias correctivas 
                y de mejora continua del proceso de aprendizaje.
  A continuación relacionamos una serie de consideraciones, 
                que permiten contestar la pregunta ¿para qué evaluar?: 
               
                 Determinar el avance del residente en la 
                  adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas 
                  y actitudes, que en su conjunto estructuran la competencia clínica 
                 
                 Identificar causas que dificultaron el aprendizaje 
                 Tomar decisiones para mejorar la enseñanza 
                 Estimular el aprendizaje 
                 Acreditar o no al alumno 
                 Establecer juicios de valor inherentes al 
                  acto docente 
                 Conceptuar como está aprendiendo 
                  el residente 
                 Mecanismo de control que permite detectar 
                  problemas y obstáculos en la formación del residente 
                 Determinar la eficacia de la acción 
                  docente y de los instrumentos de enseñanza utilizados 
                 Permitir establecer estrategias correctivas 
                  y de mejora del proceso de enseñanza aprendizaje 
                 Contrastar resultados 
                 Facilitar la autoevaluación del alumno 
                 Sirve para corregir, regular y mejorar el 
                  aprendizaje 
                 Justifica los recursos invertidos (materiales, 
                  humanos y financieros entre otros).  
               En años recientes diversas organizaciones públicas 
                y profesionales están adquiriendo un renovado énfasis 
                en el aprendizaje y evaluación de las habilidades clínicas 
                (competencia clínica). Numerosos estudios continúan 
                documentando deficiencias substanciales en habilidades clínicas 
                como la entrevista médica, exploración física, 
                y habilidades de comunicación, que en su conjunto constituyen 
                la competencia clínica (11). La residencia médica 
                es la última experiencia estructurada para asegurar que 
                el médico joven realmente tenga estas competencias, pero 
                su evaluación es a menudo no efectuada por las instituciones 
                formadoras por diversas razones (12), de manera que se están 
                proponiendo nuevos modelos de evaluación final para las 
                residencias, como la de medicina interna, que tratan de asegurar 
                la adquisición de las competencias clínicas mencionadas 
                (13).  Tipos de EvaluaciónDesde el punto de vista de su objetivo, la evaluación se 
                puede clasificar en sumativa y formativa. 
                La evaluación sumativa es aquella 
                que se efectúa al completar un curso o unidad didáctica, 
                para determinar el grado con que los objetivos de la instrucción 
                fueron alcanzados, asignar calificaciones, o certificar competencia 
                (2). Ejemplos típicos de este tipo de evaluación 
                son los exámenes de final de curso, los exámenes 
                de certificación de los consejos, el examen profesional, 
                que son eventos de alta trascendencia para la vida del educando, 
                y que en la vida real a veces son percibidos como obstáculos 
                a vencer en lugar de oportunidades de identificar el estado real 
                del estudiante desde el punto de vista del aprendizaje. Para el 
                común de las personas, este tipo de exámenes representan 
                la totalidad del concepto de evaluación, y el estudiante 
                individual en nuestra sociedad competitiva trata por todos los 
                medios a su alcance de asegurar por lo menos el pase, y si es 
                posible la calificación más alta. La evaluación 
                sumativa en teoría provee evidencia a la sociedad de que 
                el individuo ha aprendido lo que tenía que aprender para 
                pasar de año, graduarse como médico o certificarse 
                como especialista, sin embargo, con frecuencia los instrumentos 
                que utilizamos en medicina adolecen de defectos que limitan su 
                validez y confiabilidad, exponiendo a la sociedad a médicos 
                que no son del todo competentes. La evaluación 
                formativa es aquella que se utiliza para monitorear 
                el progreso del aprendizaje, y proporcionar retroalimentación 
                al educando sobre los logros, deficiencias y oportunidades de 
                mejorar (2). Esta evaluación ocurre a lo largo del proceso 
                educativo del médico, y puede ser formal o informal, ambas 
                de importancia relevante para la formación del profesionista. 
                La evaluación formativa tiene un fuerte componente instruccional, 
                ya que contribuye a que durante las actividades cotidianas de 
                trabajo se identifiquen aquellas que se hacen bien para continuar 
                haciéndolas así, y aquellas que tienen alguna deficiencia, 
                para detectarlas a tiempo y corregirlas. De esta manera, las evaluaciones 
                sumativa y formativa forman un todo coherente que contribuye al 
                aprendizaje significativo del médico en formación.
  De acuerdo a la interpretación de los resultados, la 
                evaluación también puede clasificarse en referenciada 
                a norma o referenciada a criterio 
                (2). Cuando la evaluación se interpreta con referencia 
                a la norma, el resultado se describe en términos 
                del desempeño del grupo y de la posición relativa 
                de cada uno de los estudiantes evaluados. Este tipo de evaluación 
                se usa para colocar a los alumnos en escalas de rendimiento y 
                puntaje, y asignar un lugar dentro del grupo. Un ejemplo en nuestro 
                medio es el Examen Nacional de Residencias Médicas, en 
                que la puntuación obtenida por el alumno se evalúa 
                en relación al desempeño del grupo y de su lugar 
                secuencial en la lista para aspirar a una de las plazas, y no 
                en un criterio de nivel de conocimientos previamente establecido. 
               La evaluación con referencia a criterio 
                describe el resultado específico que se encontró, 
                de acuerdo a criterios educativos preestablecidos. En este tipo 
                de evaluación se busca la comparación del alumno 
                con sus propios conocimientos o resultados, en relación 
                a un estándar fijado de antemano. Un ejemplo es el examen 
                de certificación de consejo de especialidad, en que se 
                debe acreditar la correcta solución de diferentes problemas 
                clínicos que tienen un estándar de pase prefijado 
                de acuerdo a las competencias establecidas para esa especialidad. 
                La tendencia actual hacia una educación basada en competencias 
                requiere que la evaluación sea con referencia a criterio, 
                ya que uno de los inconvenientes de la referenciada a norma o 
                desempeño del grupo es que gran parte del grupo puede no 
                tener las competencias mínimas requeridas para ser un buen 
                médico, y ser aprobados porque el profesor decidió 
                aplicar una curva de distribución normal y sólo 
                reprobar a los que estaban debajo de dos desviaciones estándar 
                de la media (los alumnos con peor calificación). Esto ocurre 
                con frecuencia en nuestro sistema educativo, en el que existe 
                una gran presión para que los alumnos pasen el curso, se 
                gradúen, etc., ya que el profesor sabe que en la actualidad 
                reprobar a gran parte del grupo es evidencia ante las autoridades 
                educativas (y los alumnos y sus familias) de que algo anda mal 
                con el curso, así que prefieren evitarse problemas y tomar 
                el camino más fácil. Valor institucionalEl prestigio de las instituciones formadoras de médicos 
                se juzga en razón a la formación integral de sus 
                egresados, tanto en cantidad como en calidad, y ésta se 
                controla directamente mediante sistemas de evaluación que 
                permitan a las instituciones revisar integralmente el proceso 
                educativo, las condiciones en que se desarrolló, si los 
                aprendizajes fueron o no alcanzados, las causas que lo facilitaron 
                o lo obstaculizaron y en general proporciona una visión 
                clara, objetiva y panorámica de los errores para corregirlos, 
                de los obstáculos para superarlos y de los aciertos para 
                mejorarlos.
 Criterios de credibilidadLos instrumentos para evaluación en educación médica 
                deben reunir una serie de criterios para que el proceso tenga 
                sustento científico y práctico, los más frecuentes 
                son la validez, la confiabilidad, y la factibilidad (incluyendo 
                el costo) (1).
  La validez de un instrumento es el 
                grado con el que mide lo que se supone que mide, y se ocupa de 
                la medición en una situación específica con 
                un grupo de estudiantes específico. No es el instrumento 
                el que es válido, ya que la validez de un examen es específica 
                para un propósito y se refiere más bien a lo apropiado 
                de la interpretación de los resultados (2). El concepto 
                de validez en educación ha ido evolucionando, actualmente 
                se considera que toda la validez es validez de constructo y que 
                requiere múltiples fuentes de evidencia para su interpretación 
                (14). A diferencia del concepto utilizado en décadas pasadas, 
                se considera a la validez de constructo como un concepto unitario 
                que es la totalidad de la validez, la cual tiene múltiples 
                facetas. Las cinco fuentes importantes de validez de constructo 
                en evaluación educativa son: el contenido (como 
                las especificaciones de la prueba, el contenido temático 
                definido, las credenciales de los que elaboran los reactivos), 
                el proceso de respuesta (como el control de calidad del 
                examen, la familiaridad del estudiante con el formato de evaluación), 
                la estructura interna (como el análisis de reactivos, 
                la confiabilidad del examen), su relación con otras 
                variables (generalizabilidad, resultados en poblaciones de 
                expertos vs. novatos) y las consecuencias (método 
                de establecimiento del punto de corte para aprobar, consecuencias 
                para el estudiante y la sociedad) (14). La información 
                proporcionada por un instrumento de evaluación no es válida 
                o inválida, sino que los resultados del examen tienen más 
                o menos evidencia de las diferentes fuentes para apoyar (o refutar) 
                una interpretación específica (por ejemplo, el pasar 
                o reprobar un curso).  La confiabilidad es la capacidad del 
                examen de arrojar un resultado consistente cuando se repite, es 
                decir, es la reproducibilidad del examen. Es un concepto estadístico, 
                que representa el grado en el cual las puntuaciones de los alumnos 
                serían similares si fueran examinados de nuevo, y en el 
                cual el instrumento mide el fenómeno de manera consistente 
                en el tiempo (1,2). Si la prueba se repite a lo largo del tiempo, 
                los nuevos resultados deberían ser similares a los iniciales 
                para el mismo instrumento de evaluación y la misma población 
                de estudiantes. Generalmente se mide como un coeficiente de correlación, 
                siendo 1.0 una correlación perfecta y cero ninguna correlación. 
                Confiabilidad arriba de 0.70 es aceptable, aunque algunos autores 
                prefieren que sea arriba del 80% (1). La confiabilidad de una 
                medición es necesaria para obtener resultados válidos, 
                pero puede haber resultados confiables sin validez (es decir la 
                confiabilidad es necesaria, pero no suficiente para la validez). 
                Para entender estos conceptos es útil la analogía 
                con un blanco de tiro, como se demuestra en la Figura 
                1. 
                 
                  | Figura 
                      1. Ilustración de los conceptos de validez 
                      y confiabilidad de un instrumento de evaluación, 
                      usando la analogía de un blanco de tiro. |   
                  |  |   Siempre que se decide utilizar un instrumento de evaluación, 
                deben considerarse su validez y confiabilidad, para tener credibilidad 
                ante la comunidad científica. Desafortunadamente mientras 
                mayor es la validez y confiabilidad de un método, generalmente 
                se requieren más recursos financieros y humanos para su 
                implementación en las escuelas de medicina y programas 
                de residencia, por lo que la factibilidad de uso en el entorno 
                local y el costo de su adquisición e implementación 
                pueden ser factores determinantes en la decisión de la 
                selección de los métodos a utilizar. Lo anterior 
                no debe evitar que se documente la validez de constructo y confiabilidad 
                del método de evaluación que se esté utilizando, 
                de otra manera es difícil afirmar que estamos midiendo 
                lo que decimos de una manera consistente. Es complejo elaborar 
                instrumentos que evalúen aspectos tan amplios como la competencia 
                clínica, ya que demandan mayor dificultad para su validación 
                e implican la colaboración de expertos en el área.  III. MÉTODOS Y ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓNEs un hecho en educación médica que la 
                evaluación no siempre se realiza o su que en ocasiones 
                tiende a ser inadecuada. A pesar de ello, los datos correspondientes 
                a la formación clínica muestran que pocos internos 
                o residentes son calificados como incompetentes. En la contraparte 
                encontramos un desconocimiento de la problemática que los 
                alumnos llevan al campo clínico, la atención inoportuna 
                y/o inadecuada de los estudiantes problema, la falta de registro 
                de las evaluaciones negativas sin actuar en consecuencia y la 
                incapacidad de alumnos para enfocarse en lo importante para su 
                aprendizaje como médicos o especialistas.
 En general no existe satisfacción entre docentes y estudiantes 
                sobre el proceso y la efectividad de la evaluación, lo 
                que a puede llevar a asignación de culpa mutua con desinterés 
                por contribuir cada quien con su responsabilidad en lo que a la 
                evaluación respecta. Algunos autores señalan que 
                esto surge de tener dos propósitos para la evaluación: 
                el monitorear que el residente cumpla con los estándares 
                de desempeño (control de calidad) y el guiar el desarrollo 
                profesional del residente.  El centrarse en la precisión psicométrica, la objetividad 
                y el procesamiento estadístico de los instrumentos distrae 
                la atención del uso efectivo de la información obtenida 
                de la evaluación. Se ha propuesto dividirla en dos sistemas 
                por separado: un sistema enfocado a detectar el cumplimiento de 
                estándares mínimos por medio de mediciones cualitativas 
                sencillas de seguimiento rápido; y el segundo, un sistema 
                de guía, enfocado en la autoevaluación y controlado 
                por los propios residentes. Sus pares y los docentes aportan entrenamiento 
                y reflexión. Esto puede mejorar la motivación y 
                el desempeño de los residentes, con incremento en la auto-dirección 
                del residente y mejor comunicación con los docentes (15). 
               Diversos estudios nos señalan que lo que se evalúa 
                es lo que se percibe como importante por los educandos y en el 
                caso de la medicina, las habilidades y destrezas clínicas 
                son de suma importancia aunque no siempre se evalúan con 
                precisión y profesionalismo (16).  Para planear el diseño de un proceso de evaluación, 
                debemos tomar en cuenta los siguientes elementos (17,18,19): 
               
                 Identificar claramente las habilidades cognitivas 
                  y psicomotrices (procedimentales y clínicas) que requieren 
                  valoración  
                 Ser congruentes con el objetivo o la competencia 
                  que deseamos lograr.  
                 Valorar el cumplimiento del resultado con 
                  base en lo esperado. Para ello, requerimos estándares 
                  y procedimientos que constituyan al proceso de evaluación 
                  (instrumentos, nivel de aplicación, estructura, mecanismo, 
                  escenario) además de criterios para la aprobación 
                  y no aprobación. Cuando el resultado de la evaluación 
                  se analiza y señala las fortalezas y debilidades del 
                  proceso educativo, se convierte en retroalimentación 
                  de ese proceso. 
                 Procesar los resultados para convertirlos 
                  en información útil, oportuna, continua y formativa 
                  a fin de mejorar el desempeño del residente y del proceso 
                  educativo del programa. Así se pueden detectar quienes 
                  se encuentran por debajo de lo esperado para elevar su rendimiento, 
                  para auxiliarlos en el entrenamiento sobre aspectos de comportamiento, 
                  actitudes y desarrollo de habilidades psicomotoras.  
                 Evitar errores y el aprender de ellos si 
                  llegasen a suceder.  
              En resumen una buena evaluación debe tener criterios y 
                resultados claros; programación oportuna; evidencia precisa; 
                participación e información del estudiante; y retroalimentación 
                constructiva y regular (16). La evaluación utiliza criterios 
                definidos para emitir un juicio sobre el desempeño de una 
                persona, por lo que es un proceso educativo desarrollado por el 
                que entrena y el que está en entrenamiento con la finalidad 
                de identificar el avance y las necesidades educativas. Existen 
                francas diferencias en la calidad de la evaluación cuando 
                no se precisa como calificar la competencia clínica además 
                de que influye la diferencia de estándares y/o expectativas 
                entre los que evalúan (20). Cuando se trata de evaluar 
                una habilidad o una destreza es importante conocer los componentes 
                esenciales de la habilidad o destreza de la cual se trate y contar 
                con una escala para su valoración. A mayor definición 
                de los componentes (orden, relación) mayor la confiabilidad 
                y validez inter-evaluador (21).  Los educadores no pueden demostrar que los egresados poseen 
                los atributos requeridos o que sus programas tienen el impacto 
                deseado sobre la atención de la salud, si no cuentan con 
                los instrumentos adecuados para la evaluación de los resultados. 
                Contamos con avances en la evaluación del comportamiento 
                profesional, las características académicas y el 
                trabajo en equipo multiprofesionales, sin embargo requerimos desarrollar 
                nuevos instrumentos para valorar las competencias y los resultados 
                más generales, particularmente los que se basan en el juicio 
                profesional (22). Un modelo muy aceptado en la comunidad de educadores 
                médicos es el de la pirámide de Miller (Figura 
                2), en el que se muestran de manera escalonada de autenticidad 
                profesional las características del saber y quehacer del 
                médico, comenzando con la cognición del educando 
                y subiendo hacia la conducta profesional (1,3). En la base el 
                primer escalón de la pirámide se refiere al conocimiento, 
                el “saber” o recordar, que puede evaluarse 
                con evaluaciones escritas como los exámenes de selección 
                múltiple; el segundo escalón se refiere al conocimiento 
                aplicado, el “saber cómo” o integrar, 
                que también puede evaluarse de manera escrita con exámenes 
                de selección múltiple; a partir del tercer escalón 
                ya no tienen autenticidad las evaluaciones escritas, ya que se 
                refiere a la competencia clínica, el “mostrar 
                cómo” lo hace, para evaluar este rubro se requiere 
                un examen práctico clínico en un entorno controlado 
                y estandarizado con pacientes o simuladores, como el examen clínico 
                objetivo estructurado (ECOE); el cuarto escalón y punta 
                de la pirámide se refiere al desempeño del médico 
                en la práctica, el “hacer” durante 
                el trabajo cotidiano, que para ser evaluado requiere de métodos 
                de otro tipo como observación directa, portafolios educativos, 
                evaluación por pares, registro de resultados en sus pacientes, 
                etc. (1,3).  
                 
                  | Figura 
                      2. Modelo de la Pirámide de Miller para 
                      evaluar las habilidades y competencias del médico 
                      (adaptado de referencia 3). |   
                  |  |  Es importante integrar de manera lógica y planeada los 
                diferentes métodos de evaluación en educación 
                médica, teniendo en cuenta los objetivos a ser evaluados 
                por cada instrumento de acuerdo a su situación en la pirámide 
                de Miller. La educación basada en competencias tiene como 
                una de sus virtudes que se debe documentar la competencia y el 
                desempeño del educando en las partes altas de la pirámide, 
                para asegurar de manera más auténtica que el médico 
                está listo para hacer lo que la sociedad y el gremio médico 
                suponen que debe saber hacer para una práctica clínica 
                efectiva. En los programas educativos de residencias médicas 
                en que los educandos tienen un intenso componente de trabajo directo 
                con pacientes bajo la supervisión de los especialistas, 
                es de particular importancia que utilicemos métodos de 
                evaluación orientados a los dos últimos escalones 
                de la pirámide (competencia y desempeño), haciendo 
                un esfuerzo para que sean lo más válidos y confiables 
                posible en la medida de las limitaciones de nuestro entorno. Métodos de evaluaciónEn la literatura de evaluación médica se reportan 
                una gran variedad de instrumentos que tienen diversas ventajas 
                y limitaciones para documentar el aprendizaje de los conocimientos, 
                habilidades y destrezas médicas (1). Es responsabilidad 
                del profesor y de la institución educativa elegir los métodos 
                apropiados de esta “caja de herramientas” para el 
                proceso de evaluación, que pueden clasificarse en cinco 
                categorías (1):
 
               
                 Evaluaciones escritas: 
                  ensayos, preguntas directas de respuesta corta, exámenes 
                  de selección múltiple, preguntas de ensayo modificadas, 
                  ítemes de relacionar columnas, problemas de manejo de 
                  pacientes, disertaciones, reportes. 
                 Evaluaciones clínicas/prácticas: 
                  casos largos, exámenes prácticos, examen en una 
                  situación clínica real, examen clínico 
                  objetivo estructurado (ECOE). 
                 Observación: reporte 
                  del tutor, listas de cotejo, reportes de escalas evaluativas, 
                  reporte de pacientes. 
                 Portafolios y otros registros del 
                  desempeño: libretas de registro, portafolios, 
                  registros de procedimientos. 
                 Autoevaluación y evaluación 
                  por pares: reporte del educando, reporte de los pares.  
              Se refiere al lector a algunas referencias para profundizar en 
                los aspectos más complejos de estos métodos (1,2), 
                uno de los recursos más utilizados es la “caja de 
                herramientas de evaluación” desarrollada por el Accreditation 
                Council for Graduate Medical Education (ACGME) de los E.U.A. 
                y disponible de manera gratuita en la página de Internet 
                de la citada organización (http://www.acgme.org/Outcome/), 
                en donde se describen todos los métodos disponibles, sus 
                ventajas y desventajas, sus características psicométricas, 
                así como sugerencias para implementarlos en la propia institución. 
                Es importante no olvidar que los estudiantes de medicina han vivido 
                una serie de experiencias relacionadas con la evaluación, 
                en que han sido condicionados a aprender teniendo como objetivo 
                principal el pasar el examen, todo lo demás es secundario. 
                Esta situación puede distorsionar el aprendizaje de los 
                internos y residentes, con consecuencias negativas en los aspectos 
                éticos, de comunicación y emocionales de la relación 
                médico-paciente, ya que la preocupación del alumno 
                se centra más en los aspectos puramente técnicos 
                de la profesión. Un ejemplo típico son los exámenes 
                escritos, particularmente los de selección múltiple, 
                que a pesar de sus ventajas psicométricas se encuentran 
                “en el corazón del currículo oculto”, 
                los estudiantes aprenderán la información para pasar 
                el examen en lugar de interiorizarla como un todo coherente con 
                el resto del conocimiento que ya poseen, con énfasis en 
                la memorización de datos en lugar de la aplicación 
                del conocimiento en la solución de problemas (1). La evaluación durante el entrenamiento (in-training 
                evaluation) ha mostrado ser factible, confiable y válida, 
                se enfoca fundamentalmente en: a) valorar el desempeño 
                con base en comportamientos observados; b) utilizar múltiples 
                observadores y momentos; c) registrar la información en 
                el momento en que se realiza lo que se evalúa; d) permitir 
                la retroalimentación (23). Para su desarrollo se sugiere 
                lo siguiente:  
               
                 Tomar en cuenta los momentos para la evaluación. 
                 Abarcar la competencia, la comunicación 
                  y el profesionalismo.  
                 Valorar múltiples eventos por múltiples 
                  personas.  
                 Registrar sus observaciones en el momento 
                  para no olvidarlo.  
                 Dar retroalimentación — lo 
                  desean los médicos en formación.  
              El desarrollo de las listas de cotejo requiere de una lista preliminar 
                que contenga los comportamientos generados previamente. Es importante 
                que otros docentes revisen estas listas con la finalidad de consensarlas. 
                Para ello, se les solicita que señalen si los comportamientos 
                son: críticos; apropiados para el caso pero no críticos; 
                o no apropiados para el caso. Los docentes también pueden 
                agregar comportamientos no incluidos en la lista inicial. La lista 
                debe ser revisada nuevamente por otro grupo de docentes para incrementar 
                su validez y confiabilidad. La lista final debe incluir los comportamientos 
                señalados como críticos por la mayoría (más 
                del 66%) de los docentes. Posteriormente se le pide a otro grupo 
                de clínicos-docentes que indique si: ¿este procedimiento 
                lo debe saber realizar el estudiante?; ¿si no aprueba este 
                procedimiento podrá aprobar la rotación? Así 
                se pueden estructurar las listas de cotejo finales con aquellos 
                procedimientos que cuenten con el 100% de acuerdo de los clínicos. 
                Los elementos críticos son aquellos cuya aprobación 
                fue señalada como indispensable para aprobar la rotación 
                (24).  El desempeño se puede medir por medio de: a) los resultados 
                (los resultados clínicos del paciente), sin embargo esto 
                es difícil ya que existen muchos factores que influyen 
                en el resultado logrado en el paciente; b) el proceso (que tan 
                bien realizaron una tarea, se comunicaron, valoraron a un paciente 
                o registraron la información en el expediente, los estudiantes); 
                c) volumen (cuántos procedimientos ha realizado el estudiante). 
                En general el desempeño toma en cuenta el trabajo realizado 
                por el estudiante (proceso) lo cual es factible y sencillo. La 
                medición de los resultados logrados en el paciente o el 
                volumen de trabajo es más difícil.  Retos y soluciones en evaluación médicaLos retos de la evaluación incluyen (25):
 
               
                 La objetividad del evaluador: estudios muestran 
                  que el que evalúa tiende a calificar en forma dura o 
                  suave, y con frecuencia es influenciado por emociones y sesgos 
                  personales.  
                 El efecto de halo: no se distingue si el 
                  estudiante realiza bien un procedimiento o no; solemos calificarlo 
                  bien en todas las áreas generalizando si es bueno o es 
                  malo, a veces por su prestigio en la institución o lo 
                  bien que nos han hablado de él/ella.  
                 Los rasgos de personalidad (extroversión, 
                  introversión). 
                 La capacidad de expresión verbal 
                  del estudiante: tiene un impacto positivo o negativo en la evaluación, 
                  independientemente de la habilidad del alumno.  
                 Se tiende a calificar cerca de la media 
                  cuando se realiza la evaluación mucho tiempo después 
                  del período de contacto directo en la rotación. 
                 
                 Cuando el que evalúa es profesor 
                  del alumno las calificaciones tienden a ser más altas. 
                  
              Las siguientes son algunas recomendaciones para enfrentar esta 
                problemática (25): 
               
                 Conozca los resultados que se esperan de 
                  los alumnos en términos de competencia clínica, 
                  comunicación y profesionalismo.  
                 Plantee las expectativas al inicio de la 
                  rotación y verifique el educando las haya entendido. 
                 
                 Logre que el estudiante asuma parte de la 
                  responsabilidad de la evaluación aportando sus notas 
                  sobre un caso para discutirlas.  
                 Encuentre momentos adecuados para la evaluación 
                  como pudiesen ser el paso de visita, donde el alumno explora 
                  o interroga a los pacientes y el profesor observa.  
                 Convierta los resultados en comportamientos 
                  observables:  
                   
                     Competencia clínica —observe 
                      cómo el estudiante explora o elabora la historia 
                      clínica, ponga a prueba su conocimiento, revise las 
                      notas de ingreso y egreso;  
                     Comunicación —observe al 
                      estudiante realizando un interrogatorio;  
                     Habilidades profesionales —puntualidad, 
                      habilidad para administrar su tiempo, responsabilidad e 
                      interés en aprender.  
                 Registre sus observaciones en ese momento 
                  y acumule los resultados a lo largo del semestre o año. 
                 
                 Valore múltiples eventos durante 
                  el período de entrenamiento para que la evaluación 
                  sea más confiable.  
                 Involucre a más personas —solicite 
                  la opinión de otros médicos, enfermeras o pacientes 
                  (“evaluación de 360°”).  
               
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