INTRODUCCIÓN
El ser humano es un ente social cuya esencia requiere de la interacción
y comunicación con otros individuos como medios para expresar,
alimentar, compartir y reformular su ser. El interactuar es interminable
en la vida de todos nosotros y es prácticamente imposible
no comunicarse. Así podemos entender que toda comunicación
tiene un nivel de contenido y un nivel relacional.
Hasta hace cuatro décadas, la importancia de las características
“no intelectuales” del médico era relegada
a la medición de la habilidad intelectual. Con el fortalecimiento
del humanismo y el profesionalismo en la educación médica
se ha fomentado el interés en los atributos humanísticos
de los médicos en formación. En consecuencia las
habilidades de comunicación e interpersonales se han convertido
en un elemento de vital importancia en el desempeño clínico
del médico y cumplen funciones particulares en el logro
de los objetivos propuestos en el encuentro del paciente con el
médico. Sin embargo, a pesar de que la comunicación
se ha considerado importante, existía la sensación
de que se aprendía de manera natural sin la necesidad formal
de enseñarla.
En este contexto, cuando se habla de habilidades de comunicación
nos referimos a las actividades y comportamientos específicos
aplicados al quehacer médico cotidiano como es la elaboración
de una historia clínica o la explicación al paciente
de su diagnóstico, plan de tratamiento y/o pronóstico.
Con base en esto, las habilidades interpersonales
consisten en el efecto que tiene la comunicación sobre
la otra persona. Tal sería el caso del médico que
logra “aliviar la angustia”, establece una relación
de confianza o bien genera estrés en el paciente. Como
podemos deducir las habilidades interpersonales son inherentes
al proceso de comunicación y a la relación que se
establece.
Lo anterior facilita comprender que las habilidades interpersonales
y de comunicación se conjuntan en una competencia esencial
cuando de desempeño clínico se trata. (3) El
médico en formación seguramente sabe extraer, procesar
y responder a la información que se le presenta, sin embargo
debemos promover su capacidad para apreciar la dinámica
interpersonal y situacional que genera en sus interacciones durante
su práctica médica. Es por ello que este
trabajo busca contribuir elementos para que el residente mejore
sus habilidades de comunicación e interpersonales en los
escenarios académico asistenciales disponibles para las
especializaciones médicas.
DE LAS HABILIDADES
La CONAMED señala que las habilidades de comunicación
de nuestros médicos no logran cumplir su cometido clínico
ni la satisfacción del paciente y menos con las metas deseadas
de fortalecer los resultados de salud y en consecuencia disminuir
las demandas que le son presentadas o las que son llevadas a juicio.
Esto es preocupante si consideramos lo que representa en términos
del beneficio para el paciente, el médico y los educandos.
La conversación profesional del médico con el paciente
inicia la relación médico paciente, le da forma
al diagnóstico, establece el plan a seguir para resolver
el problema de salud, es responsabilidad del médico y depende
de sus habilidades de comunicación e interpersonales.
Es indudable que la responsabilidad de enseñar a los estudiantes
a comunicarse en forma efectiva nos corresponde como médicos
docentes, aunque no siempre forme parte explicita del currículo
médico1. Veamos que requerimos aprender y enseñar;
y empecemos por recordar el esquema de la teoría de la
comunicación como se observa en la Figura 1.
1 Se ha visto que el cambio curricular
para incluir la enseñanza de las habilidades interpersonales
y de comunicación se logra cuando es parte del proceso
de acreditación de los programas académicos
para la formación de médicos tanto en el pregrado
como en el posgrado, además de que se incluye en
los procesos de certificación de los médicos.
En nuestro país, esto ya sucede en el nivel del pregrado.
Así el 65% de las escuelas de medicina en los EEUUA
y Canadá han integrado la enseñanza de las
habilidades para la comunicación en los ciclos básicos. |
En cuanto a la efectividad de la comunicación,
la literatura nos señala que: las palabras que utilizamos
aportan alrededor del 7% del significado, un 38% se encuentra
en como decimos esas palabras y el 55% restante se encuentra en
la expresión corporal, particularmente de la cara. Aquí
vemos componentes importantes no sólo de la comunicación
sino de cómo sus diferentes componentes logran un efecto
final.
La comunicación eficiente requiere que
conozcamos nuestras propias actitudes hacia los pacientes, la
enfermedad, el trabajo mismo y las circunstancias particulares
que corresponden a cada paciente como la gravedad, la discapacidad
o la muerte; de lo contrario, tendrá un efecto negativo
sobre la comunicación. Algunos autores denominan esto como
la comunicación intrapersonal y advierten sobre los efectos
que pudiese ejercer sobre la comunicación interpersonal.
Los estudios muestran que no es raro que lo residentes sientan
que no están preparados para dar malas noticias a los pacientes.
(7)
Con igual potencial para la comunicación se encuentran
los factores externos tales como la privacidad,
la temperatura ambiente, la iluminación, el control del
ruido, la presencia de un familiar u otro personal de la salud
y la limitación de las interrupciones. Estas características
ejercen influencia en que tanto podremos escuchar a nuestro paciente.
Recordemos que el escucharlo no sólo incluye el poner atención
a lo que nos dice sino también a las pautas de conducta
verbales y no verbales: un gemido, el fruncir de los labios, un
suspiro de alivio, una sonrisa o un grito de dolor. Algunos pacientes
se podrán expresar con facilidad, mientras que otros buscarán
algún medio para indicarnos sus necesidades en forma indirecta.
El establecer y comprender el propósito de este encuentro
es otro ingrediente que de faltar resulta en una comunicación
superficial. Tal sería el caso de una consulta de primera
vez, una urgencia, una cirugía o bien, la comunicación
con un paciente politraumatizado, un recién nacido, aquel
con cáncer en etapa terminal o el paciente asintomático
que acude para su revisión anual. Como vemos las variantes
abarcan al paciente, los escenarios físicos y las patologías
involucradas o su posible ausencia.
En todo caso este comunicar del médico con el
paciente implica interactuar para así reconocer su enojo
o tristeza, su estridencia o silencio, el respeto o la indiferencia,
su facies álgica o su aliento a manzanas podridas, recopilar
y procesar la información obtenida a la vez de “atender”
al paciente.
Como médicos requerimos recopilar y procesar la información
proveniente de las sesiones hospitalarias, los congresos, la consulta,
el paso de visita o las pláticas informales con otros profesionales
de la salud, de tal manera que la integremos al conocimiento previo
y fundamente nuestro ejercicio médico.
De igual importancia son las pautas que damos
con: la entonación y el volumen al hablar; la actitud que
mostramos ante nuestro paciente, su enfermedad y nuestro saber;
nuestra respuesta ante una agresión verbal del familiar
de nuestro paciente; la modificación de nuestro comportamiento
conforme a la retroalimentación que recibimos o la aclaración
ante una comunicación confusa. Además participamos
en la comunicación interprofesional con el equipo de salud
y con los familiares de nuestro paciente orientándonos
a su atención integral.
No es raro que el paciente perciba la atención
de su salud como un proceso despersonalizado y fragmentado,
ya que cada médico que aparece al lado de su cama le repite
las mismas preguntas, le toman muestras de sangre una y otra vez
sin conocer sus resultados o bien lo dejan en una silla de ruedas
en el pasillo esperando a que le realicen un estudio, sin que
alguien le informe al respecto. Estos no son aspectos técnicos
sino humanos. La atención del paciente en sí, genera
una gran cantidad de información que se debe comunicar
al paciente, a sus familiares, a los integrantes del equipo de
salud y registrarse en el expediente. Cuando esta información
es oportuna permite tomar decisiones como el postergar una cirugía
o el programar una sesión para explicarle al familiar los
cuidados que requiere su paciente al darlo de alta hospitalaria.
Asimismo, la atención del paciente requiere del
conocimiento de su contexto: el tipo de trabajo que desarrolla;
la actividad que realiza en su hogar o en la escuela; su historial
médico; sus preocupaciones de salud; y sus valores y creencias
respecto a su enfermedad y atención médica. Así
esta información es esencial para el estudio y la atención
del paciente.
Desde la perspectiva de la comunicación, el identificar
el contexto del paciente requiere: de la capacidad del
médico para reconocer lo que es clínicamente relevante
desde la complejidad infinita de la vida de un paciente; del conocimiento
de uno mismo que permita apreciar cómo los prejuicios personales
le dan forma a la adquisición, interpretación y
diseminación de la información por el médico;
y de la disposición para obtener solicitar, si fuese el
caso, esta información a diversos personajes. La ausencia
de cualquiera de estos tres componentes podría limitar
o distorsionar la información necesaria para planear y
desarrollar la atención integral del paciente. Por supuesto
que también influye el tiempo disponible y la calidad de
la interacción con el paciente durante el paso de visita
o en el consultorio.
Resulta evidente que el no informar adecuadamente a otros integrantes
del equipo de salud sobre las necesidades o características
del paciente tiene consecuencias, sean estas graves o no. Esto
se hace más patente cuando el médico tratante y
aquel a quien se le solicita la interconsulta no tienen la posibilidad
de comentar el caso personalmente, quedando la nota de interconsulta
como el único mecanismo disponible para informar.
Una variante se encuentra en la receta del médico tratante
que nos informa sobre el tratamiento, sin embargo el paciente
es quien nos puede informar sobre cómo ha cumplido o no
con ese tratamiento.
El reto es sin duda, cómo adquirir, procesar y
compartir la información a la vez de lograr una relación
medico paciente adecuada. Es conocimiento general que
el efecto terapéutico de la relación medico paciente
esta relacionada con los comportamientos receptivos, interpersonales
y afectivos del médico. Estos comportamientos incluyen
desde el uso de preguntas abiertas hasta incentivos verbales,
el evitar interrupciones, aportar educación al paciente,
expresar la calidez y el ocuparse de aquello que le preocupa al
paciente.
Mientras que la comunicación con el paciente se fundamenta
en como nos relacionamos con el, la comunicación entre
profesionales se puede considerar como un proceso de intercambio
de información, particularmente por medio del expediente
clínico, sea en papel o electrónico. Cuando el clínico
no informa adecuadamente, la resultante lógica es el desacuerdo
sobre las recomendaciones clínicas. La literatura sobre
la comunicación entre médicos señala como
esto propicia que unos establezcan presunciones incorrectas sobre
los motivos del otro en la atención del paciente. En consecuencia,
la información entre médicos suele completarse por
medio del relato del paciente generando con ello imprecisiones
que afectan negativamente a la atención.
CÓMO MEJORAR
Se ha documentado que las habilidades y los comportamientos
del medico, particularmente aquellos referidos al interrogatorio
tienen un efecto positivo sobre los resultados
que reporta el paciente, tales como mayor satisfacción,
menor estrés, mayor apego al plan de tratamiento y mejoría
en el control de la presión arterial o en el cese del tabaquismo.
El mejorar las habilidades de comunicación mejora lo que
sucede en la consulta médica2. La literatura
refiere que el médico que busca mejorar sus habilidades
de comunicación e interpersonales, deberá centrar
sus esfuerzos en: (8,9, 18)
-
preparar el medio ambiente ;
-
favorecer la relación médico
paciente;
-
mejorar la apertura de cada encuentro con
el paciente;
-
hacer eficiente la solicitud y recopilación
de la información;
-
comprender la perspectiva del paciente;
-
compartir información con el paciente;
-
lograr acuerdos sobre los problemas y los
planes para su atención y
-
un buen cierre del encuentro.
¿Cómo lograr esto? En la literatura se encuentran
los siguientes principios para lograr la comunicación efectiva:
-
Sea sensible a cada individuo, independientemente
de sus características regionales, culturales, sociales
o religiosas, lo que es importante ante los diferentes tipos
de pacientes y sus estilos de comunicación;
-
Ponga énfasis en la interacción
y no sólo en transmitir información;
-
Evite o reduzca la incertidumbre innecesaria;
-
Planee y piense en términos de los
resultados a lograr;
-
Sea flexible, de respuestas e involúcrese;
-
Aplique el modelo helicoidal en el que lo
que dice una persona influye en lo que otro dirá en forma
espiral de tal manera que la comunicación evoluciona
por medio de la interacción. (1, 7, 10, 13)
2 Smith (13) nos alerta a la aplicación
errónea de la enseñanza de las habilidades
de comunicación centrada en hacer lo que el paciente
considera como correcto independientemente de la fundamentación
médica al respecto. |
A la par, se recomiendan actividades interactivas como los ejercicios
vivenciales, la discusión y el trabajo en pequeños
grupos que permitan aprovechar el conocimiento y experiencia de
profesores y alumnos. Si lo pone en práctica con los pacientes,
no olvide la retroalimentación. Con ello el educando podrá
experimentar como la comunicación adecuada favorece que
el paciente recuerde información relevante y se apegue
al plan de tratamiento y como permite al médico enfrentar
y resolver situaciones difíciles con mayor facilidad y
menor presión redundando en su satisfacción laboral.
(1)
Burkit destaca que en el caso particular de la atención
a pacientes con algún proceso que pone en peligro su vida,
la comunicación se torna aún más difícil.
El caso del paciente con cáncer es un ejemplo donde el
medico no siempre logra una comunicación adecuada por lo
que el diagnóstico suele ser traumático y los pacientes
no siempre reciben la información necesaria para comprender
sus opciones de tratamiento.3
3 Es importante aclarar la diferencia
entre la toma de decisiones conjuntamente con el paciente
y la toma de decisión que realiza el paciente por
si sólo después de ser informado al respecto.
La toma de decisiones conjuntamente con el paciente pone
énfasis en la autonomía del paciente y en
el binomio médico – paciente; se discuten las
opciones y se define cuál será la mejor opción.
La toma de decisiones previa información implica
aportar la información necesaria al paciente, quien
será quien defina la decisión última
por si sólo. |
Sin embargo, este mismo estudio nos indica que las pacientes
privilegian para su atención: el conocimiento,
la pericia, la relación individual establecida por el médico
con cada una de ellas como pacientes y el respeto que les mostró
sobre las habilidades de comunicación. La comunicación
es valorada en la medida que se fundamente en el conocimiento
y la pericia y que fomente la confianza.
Cabe hacer notar que el médico también es capaz
de comunicar las cualidades referidas arriba. La pericia se comunica
cuando el médico ejerce la medicina de manera eficiente,
acertada y humana. Cuando esto sucede el paciente refiere “…yo
le confío mi vida al médico” o “confió
ciegamente en su capacidad”. El paciente puede observar
la pericia del médico cuando:
-
Realiza una habilidad tangible como “una
buena exploración”.
-
Muestra confianza y eficiencia; su organización
le permite cumplir con el paciente.
-
Contesta las preguntas que el paciente le
hace sobre su enfermedad, “te dice la verdad” sin
darle la vuelta a las preguntas.
-
Informa al paciente que le hará saber
las cosas conforme se vayan detectando y que no le retendrá
información, por lo que él podrá comentar,
preguntar o discutir al respecto. Los pacientes relacionan el
que se les informe con la confianza.
-
No le da información al paciente
de la cuál él haya solicitado no ser enterado
y cuando el caso así lo permita mantiene una actitud
positiva.
No olvidemos que para un número importante de pacientes
el sólo hecho de estar frente a un médico les evoca
el confiar en su pericia; una confianza que el médico no
se tuvo que ganar frente al paciente pero que si puede perder.
El tipo de relación que como médicos solemos
mantener con nuestros pacientes, lo proyectamos cuando:
-
Hablamos con el paciente acerca de temas
diferentes al motivo de la consulta y con ello, nuestro paciente
refiere que “el médico le dio de su valioso tiempo
para platicar de algo diferente a la enfermedad y con ello se
sintió muy bien”.
-
Mostramos nuestra idiosincrasia en forma
natural (sentido del humor, género, religión,
lugar de origen) anteponiendo siempre la condición de
nuestro paciente y el respeto que le tenemos.
-
Con el afán de lograr una relación
individual nos dirigimos al paciente por su nombre, no olvidamos
el contacto visual y la entonación de nuestra voz, sonreímos,
y lo tocamos de manera tal que el paciente percibe nuestro apoyo
y respeto hacia él.
El ser humano espera que se respete su dignidad y el esfuerzo
que muestra ante la enfermedad así como su derecho de decidir
sobre su persona. Algunas formas en que el médico
transmite respeto incluyen:
-
Da la consulta estando la mirada del paciente
y suya a la misma altura, preferentemente con el paciente vestido
mientras no se le realice la exploración.
-
Utiliza un lenguaje que el paciente puede
comprender.
-
Presenta opciones al paciente, que podrá
aceptar o rechazar particularmente cuando tengan un efecto potencialmente
adverso sobre su persona, de tal manera que el paciente no se
perciba a si mismo como desvalido y sin control ante lo que
sucede. Es evidente que el paciente puede aceptar o rechazar
las opciones ofrecidas y NO es su responsabilidad el conocerlas
de antemano. En la mayoría de los casos los pacientes
concuerdan con el médico e incluso llegan a rechazar
la responsabilidad de decidir por “no contar con la educación”
o bien por que consideran que es responsabilidad del médico.
Cuando el paciente considera que se le ha malinformado, la confianza
depositada en el medico es irrecuperable. Esto no sucede cuando
a los pacientes no les agrado la comunicación particularmente
porque no se vio afectada la confianza.
Es comprensible que los pacientes busquen el conocimiento, la
pericia, la capacidad de establecer una relación médico
paciente “terapéutica” debido a que cuando
el ser humano se siente vulnerable ante la amenaza de una enfermedad,
busca adherirse a las figuras que le ayudan a sentirse seguro.
Quién puede cumplir este rol, sólo es aquel médico
experto, que valora a su paciente como un ser humano igual que
el y que se compromete con su atención.
Esto implica que es importante conocer la vulnerabilidad y posible
dependencia del paciente ante el médico. Desde esta perspectiva,
la percepción que tiene el paciente sobre la relación
que establece con su médico no se puede explicar únicamente
por las características de la comunicación sino
de sus necesidades de atención, respeto y confianza, por
mencionar las principales, y que no siempre se atienden en la
práctica.
Habrá que encontrar el punto medio entre el considerar
al paciente como un socio en la toma de ciertas decisiones médicas
y el paternalismo que aún prevalece. La comunicación
clínica es la que puede promover un ambiente seguro para
la relación terapéutica del paciente con el experto
digno de su confianza.
EVALUACIÓN
La evaluación de las habilidades interpersonales y de comunicación
se puede realizar por medio de listas de cotejo de los comportamientos
observados durante las interacciones con pacientes reales o simulados;
la aplicación de cuestionarios sobre la experiencia del
paciente durante las interacciones clínicas además
de preguntas realizadas durante una entrevista, de opción
múltiple, y de ensayo. En diversos espacios de este libro
se ha puesto énfasis en las necesidades de aprendizaje
del estudiante, las oportunidades para ejercer lo aprendido y
la retroalimentación. La evaluación de esta competencia
en lo particular ayuda a determinar la preparación del
médico para el ejercicio médico independiente.4
4 Se anexa el Marco de Referencia
SEGUE para la enseñanza y evaluación de las
habilidades de comunicación. |
CONCLUSIÓN
La comunicación e interacción incrementan la efectividad
y sensibilidad del individuo para con sus pacientes e integrantes
del equipo de salud en los diversos escenarios clínicos.
Finalmente estas son habilidades para la práctica clínica.
En ese contexto la principal habilidad que el medico tendrá
que desarrollar será el construir la relación correcta
con cada paciente en lo individual y reconocer sus necesidades
y su deseo de involucrarse o no en la toma de decisiones. Este
no es un asunto técnico sino de sensibilidad humana para
con el otro.
Se ha visto que cuando los estudiantes son entrenados
en el desarrollo de habilidades de comunicación e interacción,
mejora su desempeño clínico general, la construcción
de sus relaciones, su organización y administración
del tiempo, la toma de decisiones y la valoración del paciente.
Asimismo, crece la literatura epidemiológica que señala
que a mejor comunicación y mayor relación del médico
con el paciente, mejores los resultados clínicos en el
segundo; los pacientes retienen más la información
que les da su médico; los pacientes atendidos por médicos
que se comunican bien tienen menos síntomas, mejores resultados
fisiológicos e incluso mayor número de días
de mejora en comparación con los pacientes cuyo médico
no se comunica adecuadamente.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-
British Medical Association.
Communication skills education for doctors: an update. Board
of Medical Education. 2004.
-
Burkitt Wright E, Holcombe C, Salmon
P, Doctors' communication of trust, care, and respect
in breast cancer: qualitative study. BMJ 2004;328:864.
-
Duffy FD, Gordon GH, Whelan G, Cole-Kelly
K, Frankel R, Assessing Competence in Communication
and Interpersonal Skills: The Kalamazoo II Report. Academic
Medicine. 2004 79: 495-507.
-
Fallowfield, L.; Lipkin, M.; and
Hall, A. "Teaching senior oncologists communication
skills: results from Phase I of a comprehensive longitudinal
program in the UK." Journal of Clinical Oncology. 1998,16:
1961-1968.
-
Feighny KM, Monaco M, Arnold L,
"Empathy training to improve physician-patient communication
skills." Academic Medicine. January1995,70: 435-436.
-
Finlay IG, Stott NC, Kinnersley
P, "The assessment of communication skills in
palliative medicine: a comparison of the scores of examiners
and simulated patients." Medical Education. 1995,29: 424-429.
-
Kern DE, Grayson M, Barker LR,
"Residency training in interviewing skills and the psychosocial
domain of medical practice." Journal of General Internal
Medicine. 1989,4: 421-431.
-
Makoul G, Essential Elements
of Communication in Medical Encounters The Kalamazoo Consensus
Statement. Academic Medicine. 2001,76: 390-393. 2001
-
Makoul G, Communication
Skills Education in Medical School and Beyond. JAMA. 2003;289:93.
-
Roter DL, Hall JA, Kern DE, Barker
LR, Cole KA, Roca RP. Improving physicians' interviewing
skills and reducing patients' emotional distress. A randomized
clinical trial. Arch Intern Med 1995;155:1877-84.
-
Simpson D, The key to communication.
The Medical Post 2004;40.
-
Smith R, The teaching of
communication skills may be misguided. BMJ. 2004;328(10April).
-
Smith RC, Lyles JS, Mettler J,
"The effectiveness of intensive training for residents
in interviewing: a randomized controlled study." Annual
Internal Medicine. 1998,128: 118-126.
-
Suchman AL, Markakis K,
Beckman, H.B.; and Frankel, R. "A model of empathic communication
in the medical interview." JAMA.1997,227: 678-682.
-
vonGunten C, Ferris F, Emanuel L,
"Ensuring competency in end-of-life care: communication
and relational skills." JAMA. 2000,284; No. 23: 3051-3057.
-
Weiner JS, Cole SA, "Three
principles to improve clinician communication for advance care
planning: overcoming emotional, cognitive, and skill barriers."
J Palliat Med. 2004 Dec;7(6):817-29.
-
Weiner SJ, Barnet B, Cheng TL, Daaleman
TP. Processes for Effective Communication in Primary
Care. 2005, 142(8) 709-714.
-
Yedidia MJ, Gillespie CC, Kachur
E, Schwartz MD, Ockene J, Chepaitis AE, Snyder CW, Lazare A,
Lipkin M, Effect of Communications Training on Medical
Student Performance. JAMA. 2003;290(9):1157-1165.
GLOSARIO
CANAL: Es la vía o el
medio físico a través del cual fluye el mensaje, (ondas
sonoras del aire, papel escrito). Guarda relación directa
con los órganos de los sentidos. (¿Con que frecuencia
se baña? – utiliza las ondas sonoras para llegar al
oído del paciente. La receta médica utiliza el papel
como medio el propósito.
CÓDIGO: Es la forma que
toma la información, el idioma y lenguaje que utilizan tanto
el emisor como el receptor. Es de suma importancia ya que Implica
la comprensión o decodificación del paquete de información
que se transfiere. (El paciente puede ser mudo; sólo
leer los labios; puede hablar algún dialecto; utilizar términos
regionales no conocidos por el médico o no ser expresivo.)
COMUNICACIÓN: es el intercambio
de información entre dos seres humanos que utilizan el mismo
código (lengua). Uno se expresa y otro escucha o percibe.
EMISOR: Iniciador del proceso
y responsable del mensaje. Aquel del que procede el mensaje emitido
de forma voluntaria o involuntaria a otro ser humano.
FILTROS O BARRERAS: Los filtros
o barreras se refieren a todo aquello que dificulta o impide la
comunicación efectiva. A continuación se encuentran
algunos ejemplos:
- Físicos: Ruidos del medio ambiente o la distancia entre
las personas.
- Fisiopatológicos del médico o del paciente: Hipoacusia,
disartria, miopía, hipermetropía.
- Semánticas y lexicológicas: La utilización
de términos que tienen diversos significados; el uso de
terminología médica con el paciente o la falta de
adecuación del lenguaje al tipo de paciente.
- Emotivos: La reacción del paciente o médico ante
los diversos estímulos.
- Administrativos: La sobrecarga de pacientes que limita el tiempo
por consulta.
HABILIDADES DE COMUNICACIÓN:
Las actividades y comportamientos específicos aplicados al
quehacer médico cotidiano que permiten el intercambio de
información para lograr el objetivo de la práctica
médica (La elaboración de una historia clínica
o la explicación al paciente de su diagnóstico, plan
de tratamiento y/o pronóstico).
HABILIDADES INTERPERSONALES: Las
actividades y comportamientos inherentes al proceso de comunicación
y a la relación que se establece, que constituyen el efecto
que tiene la comunicación sobre la otra persona. (El
médico logra “aliviar la angustia”, establece
una relación de confianza o bien genera estrés en
el paciente).
MENSAJE: Es el contenido o la
información que se transmite y utiliza para expresar un propósito.
(¿Cuándo le inicio el dolor?)
RECEPTOR: Se refiere a quién
va dirigido el mensaje, el que recibe o quien lo interpreta. Puede
ser un individuo o una colectividad.
RESPUESTA: Lo que provoca el emisor
en el receptor. (Ante la pregunta ¿cuándo le inicio
el dolor? Entre las posibles respuestas están: a) Me inició
hace un mes; b) Yo no le dije que me dolía o c) No le entendí.
RETROALIMENTACIÓN: Proceso
que permite saber si se ha logrado el propósito del mensaje.
(En el ejemplo anterior de posibles respuestas, sólo
la primera cumple el propósito del mensaje lo que permite
reformular el mensaje.)
SITUACIÓN O CONTEXTO:
Es la situación extralingüística en la que se
desarrolla el acto comunicativo.
TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN:
La teoría lingüística que establece los elementos
que deben darse para que se considere el acto de la comunicación.
|