Seminario
El Ejercicio Actual de la Medicina

LA BIOÉTICA Y SUS DUDAS

DR. NORBERTO TREVIÑO GARCÍA MANZO

Regresa

La deontología concebida como la ciencia de nuestros deberes, como la norma de nuestra conducta en tanto médicos, no es cosa fija, inmutable, ni tiene vigencia por sí sola.
Ignacio Chávez

En sentido estricto este ensayo debería titularse "La bioética y mis dudas", las cuales en relación con ella son muchas. Por otro lado, tiene un subtítulo: "Cuando a Dios no se le interpreta de la misma manera", nombre éste que quizás más adelante se explique.

Como sabemos, el neologismo "bioética" fue utilizado en primera instancia por el oncólogo norteamericano Potter en 1970, y aunque parece ser que su significado es entendido claramente por todos, tengo la impresión de que no es así. En lo particular, desde que lo escuché me produjo confusión y por ello decidí informarme e investigar un poco más al respecto. Desde ahora confieso que para mí el vocablo "ética" era suficiente, y sobre todo más o menos claro.

Mi primera duda tiene que ver con la palabra misma. En realidad, ¿qué significa bioética?. Para su creador1 "es una nueva disciplina que combina el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de valores humanos..." Potter entendía la bioética como un nuevo paradigma, intelectual y cultural, consistente en la confrontación entre hechos y valores.

Torre Valadés2 asegura que "de las aplicaciones de la biología y de la medicina nació la necesidad de respetar al ser humano como persona perteneciente a la especie humana, y ante el peligro de una práctica inadecuada de aquellas y con la amalgama de la ética, se dio el nacimiento de la bioética, que estudia las relaciones de las ciencias y la filosofía, conjuntando la deontología, la ética y la vida de los seres en su conducta y en su medio ambiente, teniendo por objeto primordial, evitar vejaciones de la dignidad humana".

Para la doctora Tarasco Michel3 la bioética surge ante la necesidad de... "profundizar en la búsqueda de la verdad sobre el bien integral del paciente", y ante... "la posibilidad de potenciar todos los elementos de la persona"... "la bioética propone un camino para ayudar a nuestros semejantes desde las ciencias de la salud, a realizarse plenamente como personas". Sin embargo, más adelante la doctora Tarasco al hacer énfasis sobre el significado de dicho término, se corrige, se mejora, y trata de diferenciar bioética de ética médica, y dice que no son la misma disciplina, pues asegura que esta última... "tiene un ámbito más estrecho porque solo tiene que ver con la práctica de la medicina" y la primera... "va más allá, ya que su objetivo es el conocimiento científico del actuar frente a la vida y (sobre todo) el empleo (ético) de este conocimiento".

Además, y aquí mencionaré lo dicho por varios autores, que por ser lugar común, no daré sus referencias, es necesario tomar en cuenta que debido a los avances científico-técnicos de la medicina y de la ecología humana, y consecuentemente a los cambios ocurridos sobre el concepto de salud y sobre la práctica médica, debido a ello, empezaron a plantearse al personal de salud nuevos y complejos problemas morales, para los cuales la ética médica "tradicional" no tenía la capacidad de resolver.

Así nació la bioética, disciplina que reconoce que a partir de éstos y otros hechos semejantes, las ideas y los valores, como salud, vida o muerte han cambiado; ya no son uniformes, indiscutibles y menos aún compartidos por todos. De hace 35 a 40 años aquellas y aquellos empezaron a cambiar, tanto a nivel individual como social "restringido".

De lo anterior rescato algunos conceptos:

1. La bioética es:

1.1. Una nueva disciplina que confronta los hechos con los valores.
1.2. El estudio de las relaciones entre las ciencias (¿todas?) y la filosofía, en especial la ética... para evitar vejaciones a la dignidad humana.
1.3. El camino para ayudar a nuestros semejantes desde las ciencias (¿de la salud o todas?) a realizarse plenamente como personas.
1.4. La manera de abordar problemas éticos multifacéticos y cambiantes.
1.5. El más allá de la ética médica, y

2. Le ética médica tiene que ver, sobre todo, con la correcta atención al paciente y contribuye a ennoblecer la práctica de la medicina.

Por otro lado, Guadalupe Valencia y sus colaboradores4 consideran que el ser humano necesita de la ética para normar su comportamiento, al subordinar, pero sobre todo al adecuar sus instintos a su parte superior, la razón. Dividen a la ética en tres subdisciplinas: la metaética, que se centra en cuestiones acerca de la naturaleza de los conceptos y los juicios morales; la ética normativa que se ocupa de establecer estándares para la conducta y se asocia con las teorías generales de la forma en que debiéramos actuar, y la ética aplicada, que se refiere sobre todo a lo que se conoce como bioética, y que se ocupa, dice Valencia, de la aplicación de teorías éticas normativas a problemas morales prácticos como el aborto, la eutanasia, la clonación, la fertilización in vitro, la terapia génica, etc., que para su estudio y mejor abordaje requiere la cooperación de filósofos, médicos, abogados, teólogos y expertos en otras disciplinas, tal vez con posturas diferentes, pero que, y esto es un importante objetivo de la bioética, deberán establecer algunos principios o puntos mínimos en los que estén de acuerdo, y además deberán mediar o transigir en aquellos en los que difieran. Hasta ahora, el punto más álgido es la terminación de la vida en ciertas circunstancias (el valor supremo), frente a la dignidad humana dañada.

Sólo para hacer énfasis en mi necesidad de esclarecer el significado del término protagonista de este escrito, deseo agregar el más reciente distractor lanzado por Kraus y Cabral5, cuando a mi entender hacen una mezcla de términos y conceptos al afirmar que... "la bioética médica se encarga de analizar y conciliar los problemas éticos planteados por las ciencias médicas", aseveración que estos autores tampoco sostienen con firmeza pues escasos renglones antes de dicho aserto sostienen que... "los objetos de estudio de la bioética son los problemas éticos planteados por las ciencias de la vida, no sólo por la medicina o por las llamadas ciencias de la salud". Una ciencia de la vida es la botánica y otra la zoología; ¿los problemas éticos que puedan surgir de estas ciencias también deberán ser analizados por la bioética?. Hasta este momento parece que si.

Y ahora me pregunto; yo como médico actuante ¿debo ayudarme de la bioética o de la ética médica? O peor aún, para incrementar mi confusión ¿de la bioética médica?, como la denominan Kraus y Cabral.

Cuando Kuthy Porter6 desarrolla el primer capítulo del libro "introducción a la Bioética", denominado "Evolución histórica de los acontecimientos principales referente a la bioética", en las 14 páginas que lo componen se refiere siempre a los diversos problemas a los que se ha enfrentado la ética médica en las diferentes épocas de la humanidad, mismos que en la actualidad son principalmente, y le copio: el paciente en estado terminal (eutanasia, ensañamiento terapéutico), la reproducción asistida, la ingeniería genética, los transplantes, la distribución de los recursos para la salud y otros. En épocas pasadas los problemas de conciencia de los médicos eran diferentes, menos complicados, y en consecuencia fueron abordados, analizados y resueltos (no siempre) mediante la deontología y la ética a secas que tampoco, es necesario reconocer, fue fácil entender.

Continuemos:

Aún cuando modernamente la ética se define como la parte de la filosofía, llamada moral, que se encarga de la acción humana o de los valores humanos, es importante reconocer que en el plano moral hay diversas ideologías, creencias y posturas filosóficas que le dan, sin poder evitarlo, relatividad a lo bueno, lo malo, lo debido y lo indebido. Es decir, hay factores como la cultura, el ambiente, la religión y diversas necesidades y circunstancias, tanto sociales, como individuales, que impiden que exista una única ortodoxia ética canónica que guíe todas las decisiones morales, y por lo tanto, los problemas de esta índole no son siempre identificados de la misma manera e intensidad, lo cual, también inevitablemente, condiciona que sean resueltos o abordados de manera diferente.

Este modo distinto de "conceptuar" y de entender lo moral, tanto en la forma, pero sobre todo en el fondo, es lo que siempre ha obligado, y en la posmodernidad actual aún más, a que problemas como el aborto y la eutanasia, por nombrar los más conocidos, necesiten ser analizados por médicos, teólogos, filósofos y abogados especialistas en estos temas, los cuales, ustedes saben, aún no se ponen de acuerdo. Más adelante daré algunas razones.

Paso a ocuparme ahora, de los Principios de la Bioética de Beauchamp y Childress, preceptos sobre los cuales nadie, que yo sepa, tiene dudas. Los recuerdo: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.

En 1979 estos dos filósofos norteamericanos publicaron su libro "Principios de Ética Biomédica" y desde entonces, este sistema representa y abarca, o pretende hacerlo, el todo, cuando se trata del lenguaje de los valores7. Y en efecto así es, pues tienen que ver con toda actuación humana, ya sea en medicina, derecho, ecología, política y otras más. Veamos:

No maleficencia.- Es la obligación de no lesionar la integridad (física y-o moral) del ser humano.

Beneficencia.- Es la obligación de procurar el bien a aquél de quien me siento responsable, respetando sus propios valores y proyectos de vida.

Autonomía.- Es la obligación de cada sujeto a respetar sus propios principios y valores, y a desarrollar el proyecto de vida que ha elaborado en función de los mismos.

Justicia.- Es la obligación de no discriminar a ningún ser humano.

Estos principios van más allá de la ética médica y en efecto, son fundamentales para la bioética, pero como se dijo antes, también la trascienden, pues se pueden aplicar a otras áreas además de la salud, y a otras ciencias además de las ciencias de la vida humana. Estos principios también van más allá de las ciencias biomédicas, pues a los abogados (ejemplo fácil de encontrar) ya sean penales o civiles, también les serían muy útiles para guiarlos y lograr su mejor desempeño.

Sin embargo, debo reconocer que desde el punto de vista de la ética médica, estos principios le han dado a los pacientes un rol protagónico como seres capaces de tomar sus propias decisiones en aquello que les afecta y no como seres pasivos, tal como ocurría todavía hasta la primera mitad del siglo XX. Finalmente, es necesario reconocer que estos principios son relativos porque dependen de las condiciones materiales y circunstanciales del momento de su aplicación8.

Después de las ideas vertidas deseo comprometerme. Para mí el término bioética, sin desconocer su enorme importancia como código moral múltiple, vino a complicar la vida de los médicos y de su ejercicio y éstos, por supuesto me incluyo, lo han aceptado casi sin chistar. Por lo tanto, considero que es necesario tratar de aclarar los conceptos, reto al que ahora me aboco.

1º La bioética, en su sentido más completo y puntual se encarga, como ya se revisó, de los problemas éticos planteados por las ciencias de la vida, y no sólo por la medicina9, y en realidad se identifica más con la ética de la ciencia, definida como el conjunto de leyes que regulan el uso de la razón para discernir un proceso racional científico de uno no científico10. Esto es bioética. Serrano también la define como el proceso de contrastación de los hechos biológicos con los valores humanos para globalizar los juicios sobre las diversas situaciones y mejorar así la toma de decisiones7.

2º Los principios de Beaunchamp y Childres son los principios de la bioética y son normas fundamentales para orientar y ayudar a tomar decisiones "globales", y no únicamente clínicas.

3º Desde los babilonios con Hammurabi, los egipcios, los griegos con Esculapio, desde los romanos con Galeno, los hindúes y los chinos, pasando por Vesalio y por Avicena; desde el Real Colegio de Médicos de Londres en 1520 y 1543, la Asociación Médica Norteamericana (1847), la Británica (1858), en fin, para no cansarlos con algo que ustedes saben bien, desde entonces y a través de todas las épocas y hasta nuestros días, se han incorporado diversos códigos de conducta, o verdaderamente morales o éticos, para orientar y regular la actuación de los médicos y "proteger" al enfermo, aún con mentiras (Platón), de sus acciones. Esto es ética médica y se refiere fundamentalmente, me permito insistir, al mejor servicio profesional y humano que un hombre, el médico, presta a otro ser humano, el enfermo.

4º Cuanto decimos que son los médicos los únicos que, junto con sus enfermos, toman decisiones clínicas particulares y acertadas, entonces estamos hablando de ética médica, específicamente de ética normativa médica que desde Sócrates, Platón, Aristóteles, pasando por Cicerón, Séneca y Kant, entre otros filósofos geniales, ha colocado al hombre en el centro. Si se acepta que... "El ser humano es para el ser humano algo sagrado"... como escribió el estoico Séneca, y si se acepta que el hombre es el sujeto del trabajo del médico, entonces, no nos metamos en líos y continuemos con nuestro viejo nombre; ética médica. Nosotros los médicos sigamos vigilando nuestro comportamiento ético (el que la conciencia nos dicte) para con los pacientes, a quienes ya modernamente y sin fallar, deberemos considerar sujetos y no objetos de nuestra dedicación.

5º Si se está dé acuerdo con Tarasco10, de que la bioética se identifica más con la ética de la ciencia que regula el uso de la razón para distinguir un proceso racional científico de uno no científico, ello poco tiene que ver con la ética médica, sobre todo en la parte de arte que tiene la medicina. Esta última tiene que ver con el médico, en tanto hombre, y como tal, representando un eterno problema ético debido a que siempre está frente a la necesidad de elegir para sí y para su enfermo entre el bien y el mal, lo debido y lo indebido12, entre una vida buena y una mala12. A elegir bien Piaget13 le llamó "sabiduría", que implica una toma de posición vital que debe ser razonada, pero sobre todo que debe distinguir entre una toma de decisión personal, o de grupos limitados, relativa a las creencias evidentes para unos, pero no compartidas por otros (verdades relativas), y las verdades demostradas, asequibles a todos, propias de la ciencia, de la ética de la ciencia o la bioética. En este sentido el médico debe, apoyado en su ética, tomar decisiones "sabias" sobre verdades relativas, las cuales, obviamente, variarán de acuerdo a la sociedad concreta en donde viva, se desarrolle y se comunique (más adelante nos referiremos a este asunto con cierto detalle).

6º Desde mi punto de vista los principios de Beauchamp y Childress son importante apoyo moderno para la ética médica, aunque como vimos no sólo para ella, y tienen como fin medir, ajustar, preceptuar el comportamiento del médico para consigo mismo y respecto a los demás, lo cual le dicta lo que debe hacer porque lo considera bueno y lo que debe desechar por que lo considera malo. Sin embargo, y esta es la principal duda, esto es relativo, porque este sistema de principios o cualquier otro no puede solucionar a priori todos los conflictos morales8 y por ello Krauss y Cabral apuntan, recordando a Aristóteles que todo comportamiento ético debe presentarse o acompañarse con otro principio, la prudencia, la cuál ayudará muchísimo a tomar decisiones "sabias".

Después de los argumentos anteriores, para mí está más o menos claro que la bioética abarca, de hecho, problemas tan complejos y multifacéticos, que caen fuera de la ética médica porque ésta les queda chica. La bioética explora, estudia y desmenuza cuestiones morales surgidas de la asistencia sanitaria general y de las llamadas ciencias biológicas, específicamente de la medicina, la medicina como concepto genérico y no como práctica clínico-médica. Engelhardt, en su estupendo libro "Los fundamentos de la bioética"14, asegura en este sentido que... "dentro del ámbito de la bioética, también suelen encontrar acogida cuestiones concernientes a valores no morales como la determinación de un estado orgánico como patológico o como fisiológico y hasta psiquiátricamente anormal, o cuestiones ontológicas como la determinación del momento en que empiezan y dejan de existir las personas, etc.", y por ello asegura... "que las cuestiones abordadas por la bioética no se limitan al ámbito de los médicos, sino que afectan a las enfermeras, a los químicos, a los biólogos, a otros profesionales sanitarios o parasanitarios, a los pacientes, a sus familiares y a la sociedad en general".

Casi termino, no creo conveniente agregar otras ideas, pues estoy en peligro de perderme aún más. Para concluir deseo comentar el porqué del subtítulo que al principio propuse para este escrito, "Cuando a Dios no se le interpreta de la misma manera".

La frase no es mía, ojalá lo fuera. La copié de Engelhardt15 y significa que cuando no todos pertenecemos a una comunidad o sociedad claramente definida y sobre todo "moralmente" unida, se tienen visiones (esta palabra es usada con toda intención) contradictorias y a veces injustificables para unos, pero no para otros; ejemplo: El aborto posviolación, o la eutanasia, ambas "salvadoras" de la dignidad humana cruelmente ultrajada porque se actuó con violencia contra la voluntad y por el dolor y el sufrimiento premorten. Aquí les recuerdo la última frase de Torres Valadés1, leída hace algunos minutos. "...teniendo como objetivo primordial (la bioética) evitar vejaciones a la dignidad humana".

Quiénes disienten de nosotros ¿están equivocados?, o ¿es mejor respetar otras creencias, otras maneras de "hacer el bien" y de "actuar correctamente"?.¿Solamente debemos apelar a nuestras propias intuiciones, a la propia conciencia, a lo que cada quien cree es lo correcto para tomar decisiones acertadas, éticamente válidas?. He aquí preguntas de difícil respuesta.

La frase de Engelhardt quiere decir que a la fecha no existe una estructura, una visión moral que pueda ser compartida por lo que dicho autor llama "extraños morales", pero curiosamente, no sólo por éstos, que al fin y al cabo es comprensible, sino a veces tampoco por "amigos morales", aparentemente razonables. Una posible solución puede ser que con un ejercicio maduro de "terapia de grupo", por llamarla de algún modo, todos escuchen lo que Dios le dice a cada uno, y después ya enterados, los discutan o mejor dicho lo desmenucen y entre todos establezcan la autoridad del consenso o del consentimiento mutuo y así puedan interpretar a Dios más o menos de la misma manera, que como se dijo renglones arriba, es precisamente, una de las tareas fundamentales de la bioética (y aquí introduzco un nombre), , ni secular ni mucho menos, religiosa. Esta autoridad, si se logra, tendrá la fuerza del acuerdo, que indefectiblemente deberá respetar la libertad de pensamiento de aquellos que directamente analizaron una controversia moral, generalmente más apoyada en creencias religiosas, que en otros argumentos. Si el culto es el que domina ocurren hechos como el de Martín Lutero, cuando en 1517 en la víspera de Todos los Santos, clavó sus 95 tesis en la iglesia de Todos los Santos de Wittenberg, provocando con ello un desmoronamiento "moral", o si no fue tanto, si un diferente punto de vista moral religioso que costó miles de vidas y que en la actualidad es correcto para cientos de millones de personas, y para otros tantos, incorrecto. En este sentido vale la pena recordar a Karl Popper y su filosofía16, el racionalismo crítico, la cual asegura que "yo puedo equivocarme, tú puedes tener razón y juntos podemos seguir, acaso, el rastro de la verdad".

BIBLIOGRAFÍA

  1. Serrano BI. La bioética como propuesta para la resolución de los conflictos: Principios básicos en bioética. Comités de ética asistenciales. En: Ibarzabal X. Urkia JM (coord..). Cuadernos de Bioética, San Sebastián, España. Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. Ministerio de la Salud; 1999, 16.
  2. Torres Valadés F. Ética y Cirugía: Seminario "Ejercicio Actual de la Medicina", UNAM. México; Sept. 2002: 5.
  3. Tarasco MM. Bioética: Tendencias y corrientes filosóficas. En: Kuthy PJ, Villalobos PJJ, Tarasco MM, Yamamoto CM. Introducción a la Bioética. México: Méndez Ed; 1997: 21.
  4. Valencia G, Gómez M, Ulloa S, Novoa G. Necesidad de una ética de comportamiento humano y médico: razón de ser de la ética. En: Llorens F, Martínez P, Novoa G. (Eds). Guías prácticas en medicina farmacéutica. Ediciones Copilco, 2001: 15-34, México.
  5. Kraus A, Cabral AR. La bioética. Tercer Milenio. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ed). 1999:4.
  6. Kuthy PJ. Evolución histórica de los acontecimientos principales referentes a la bioética. En: Kuthy PJ, Villalobos PJJ, Tarasco MM, Yamamoto CM (Eds). Introducción a la Bioética. México: Méndez Ed; 1997:1-15.
  7. Serrano BI. La bioética como propuesta para la resolución de los conflictos: Principios básicos en bioética. Comités de ética asistenciales. En: Ibarzabal X. Urquia JM (coord.). Cuadernos de Bioética. San Sebastián, España. Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. Ministerio de Salud; 1999, 17.
  8. Kraus A. Cabral AR. La bioética. Tercer Milenio. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Ed). 1999:7.
  9. Kraus A, Cabral AR, Op. Cit. 1999: p.4.
  10. Tarasco MM, Bioética: Tendencias y corrientes filosóficas. En: Kuthy PJ, Villalobos PJJ, Tarasco MM, Yamamoto CM (Eds). Introducción a la Bioética. México: Méndez Ed; 1997: 25.
  11. Kraus A, Cabral AR. La bioética. Tercer Milenio. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ED). 1994:04.
  12. Fromm E. Ética y Psicoanálisis. México: Fondo de Cultura Económica; 1992:37-39.
  13. Piaget J. Sabiduría e ilusiones de la filosofía. Barcelona: Ed. Península; 1973:231.
  14. Engelhardt HT. Los fundamentos de la bioética. Buenos Aires: Paídos Ibérica (Ed). 1995:36.
  15. Engethardt HT. Op. Cit. 1995:21.
  16. Iacoviello B. El universo de Karl Popper. En: Periódico Reforma, México, 2002, Agosto 18.

Regresa