Sesión en la ANM
Ética en el ejercicio actual de la medicina
Sesión extraordinaria organizadas conjuntamente
entre la DEPI y la ANM
“La sesión conjunta con el seminario ‘El
ejercicio actual de la medicina’, coordinado por el doctor Octavio
Rivero Serrano de la División de Estudios de Posgrado e Investigación
de la FM, surgió de los temas tratados desde 1998 a la fecha,
y esa temática apareció publicada en el primer tomo del
libro El ejercicio actual de la medicina, el cual contenía análisis
importantes, como la estructura actual de la medicina, la relación
médico-paciente, y el médico y los derechos humanos. Estas
cuestiones nos impulsaron a difundirlas en el ámbito de estudiantes
y médicos, así como la forma de hacer llegar algunos conceptos
al público en general, lo que determinó la iniciativa
de crear este foro que lleva por título ‘Ética en
el ejercicio actual de la medicina’”, señaló
el doctor Miguel Tanimoto, presidente de la Academia Nacional de Medicina,
al hacer una breve introducción de la reunión extraordinaria
organizada en forma conjunta entre la División de Estudios de
Posgrado e Investigación (DEPI) y la ANM, y que fue coordinada
por el doctor Rivero Serrano, profesor emérito de la FM.
Durante la sesión extraordinaria participaron, además
del doctor Rivero Serrano, los doctores Norberto Treviño García
Manzo, Pelayo Vilar, Fernando Torres Valadez, Fabio Salamanca, Rubén
Argüero, Fermín Valenzuela, José Adrián Rojas
Dosal y Héctor Aguirre Gas.
El doctor Norberto Treviño abordó el tema “¿Ética
médica o bioética?”, donde planteó que el
término bioética se utilizó por primera vez por
el oncólogo estadounidense Van Rensselaer Potter, en 1970; él
consideraba que era una disciplina que combina el conocimiento biológico
con el de los valores humanos, y la concibió como un nuevo paradigma
que confronta los hechos con los valores.
Dr. Octavio Rivero Serrano |
Indicó que la bioética abarca problemas
complejos y multifacéticos que van más allá de
la ética médica; la bioética explora, estudia y
desmenuza cuestiones morales surgidas de la asistencia sanitaria general
y de las llamadas ciencias biológicas entre ellas la medicina.
“Ética y urgencias médicas” fue el tema que
desarrolló el doctor Pelayo Vilar, quien expresó que los
servicios de urgencias se iniciaron en los Estados Unidos en los años
sesentas del pasado siglo, y que una de las características que
hacen diferente a la medicina de urgencias del resto de las especialidades
es que, además de las complejas patologías a las que se
enfrenta, el galeno no tiene el tiempo para familiarizarse con el enfermo
o para tomar decisiones diagnósticas y terapéuticas, por
lo que estos dos factores traen consigo serios conflictos de índole
ética en muchas circunstancias.
En la ponencia del doctor Fernando Torres Valadez, denominada “Ética
y cirugía”, destacó que la deontología es
el tratado de los deberes; en el caso del cirujano, tiene el deber de
cumplir el imperativo deontológico de proceder siempre en beneficio
de la humanidad, pero también la de adecuar su trabajo profesional
a una conducta apegada a norma y a regla. Sostuvo que el cirujano que
cumple con su deber y sus obligaciones se coloca dentro de la ética
profesional. Enfatizó que es frecuente que se confunda el término
ética con el término moral e insistió en que no
deben interpretarse como sinónimos.
Durante el desarrollo de la temática “Ética e investigación
clínica”, el doctor Fabio Salamanca citó algunos
preceptos de la Declaración de Helsinki de 1964, la cual tiene
tres capítulos; en los fundamentos se destaca que la investigación
clínica debe basarse en principios morales y científicos
sólidos, realizarse por personal calificado, y tener en cuenta
riesgos específicos del enfermo para drogas o ciertos procedimientos
experimentales; además, no debe llevarse a cabo si el riesgo
para el paciente es desproporcionado y cada proyecto ha de ser evaluado
por un comité de ética.
Por su parte, el doctor Rubén Argüero hizo un análisis
en torno al impacto de la tecnología en la ética médica,
donde indicó que los grandes avances de la medicina contemporánea
han creado nuevos problemas de ética médica que deben
agregarse a los que existen desde los tiempos de Hipócrates.
Hizo hincapié en que el término de ética se ha
empleado y mencionado por diferentes grupos y con distintos significados
“... no es raro que haya sido teñido de una fuerte carga
religiosa, cultural, social e ideológica, ejemplo de ello es
que en la historia de la medicina han surgido varios documentos que
fueron utilizados como códigos de ética médica,
como el del rey Hammurabi”, señaló.
La quinta ponencia corrió a cargo del doctor Fermín Valenzuela,
quien abordó la temática “Las novedades terapéuticas,
ética en su empleo”. En su análisis el investigador
señaló que contar con un sistema eficiente de farmacovigilancia
se convierte en una necesidad para poder emplear con buen tino los nuevos
medicamentos, en donde la principal preocupación por parte del
médico deberá ser el conocimiento de los factores de seguridad
y uso en las condiciones específicas. “El empleo de cualquier
fármaco implica que el médico sea capaz de dar seguimiento
estrecho a la evolución de sus pacientes, cuidar de la aparición
de eventos adversos, y de fallas terapéuticas; esto va junto
con la información que debe ser proporcionada al paciente, de
forma que él se pueda convertir en un socio terapéutico”,
destacó.
Por su parte, el doctor José Adrián Rojas Dosal, quien
habló del encare-cimiento diagnóstico terapéutico,
señaló que en los últimos seis decenios los costos
en el cuidado de la salud han crecido y han llegado a ser incontrolables.
Estos costos han sido en los últimos años cuando menos
dos o tres veces más altos que los índices inflacionarios.
“Como causa principal del encarecimiento de la atención
médica podemos señalar al uso de la tecnología,
al gran costo de los medicamentos y la inversión no controlada
en el campo de la salud”, indicó.
El doctor Héctor Aguirre Gas trató el tema de “El
consentimiento informado”; mencionó que las situaciones
en que se puede tener el consentimiento informado son cuando el paciente
no está capacitado para otorgarlo y la facultad recae en el familiar
legalmente responsable o en su apoderado legal, en caso de existir.
“Si no hubiera quien otorgue el conocimiento en caso de urgencia,
el médico tiene que tomar la decisión y justificar su
acción por escrito en el expediente clínico, siempre buscando
el principio de beneficencia; en caso de no estar en condiciones de
tomar una decisión, el médico aún puede consultar
al comité de ética del hospital”, indicó.
“Los seguros de gastos médicos: implicaciones éticas
en sus servicios y contrataciones” fue el tema con el que el doctor
Rivero Serrano cerró la ronda de participaciones de la sesión
extraordinaria. Señaló que las nuevas formas de financiamiento
del acto médico, como es el caso de las instituciones de seguros,
han crecido sin regulación precisa, y en la práctica se
observan que permiten desviaciones que inciden en el ejercicio de la
medicina. “Es evidente que si en la organización de un
servicio médico la finalidad fundamental es realizar un negocio
con utilidades atractivas, en el transcurso del ejercicio de esa medicina
ocurren desviaciones que inciden en la ética; la esencia misma
del acto que debe tener como fin único el beneficio del enfermo
queda subordinada a la finalidad de lucro”, sostuvo.
Finalmente, mencionó que este tipo de organizaciones han trastocado
en forma tan importante a la medicina en Norteamérica que esto
ha causado mucha inconformidad entre médicos y pacientes.
El foro “Ética en el ejercicio actual de la medicina”
se llevó a cabo el pasado 14 de agosto en la Unidad de Congresos
del Centro Médico Nacional Siglo XXI, de forma conjunta entre
la DEPI de la FM y la Academia Nacional de Medicina.
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