Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de septiembre 2001


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Luis Martínez Millán, jefe del Departamento de Neurociencias de la
Facultad de Medicina del País Vasco

  • “La investigación es una actividad que permite un constante aprendizaje”
  • “Los médicos jóvenes deben lanzarse a resolver interrogantes”

En los últimos años la Facultad de Medicina de la UNAM ha sido el lugar donde han dictado cátedra los más reconocidos científicos en el área de las ciencias de la salud. Estos investigadores nacionales y extranjeros han tenido la oportunidad de compartir sus conocimientos con la comunidad médica. Recientemente, en los meses de agosto y septiembre, la Facultad tuvo el privilegio de contar con la visita de una de las personalidades que se ha destacado en el ámbito de la neurobiología, el doctor Luis Martínez Millán.

Nació en la ciudad de Villaroya de la Sierra, perteneciente a la comunidad autónoma de Aragón, en España; es neurobiólogo, catedrático y jefe del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina y Odontología del País Vasco.

Nos recibe en un cubículo que se encuentra en el edificio de posgrado de la FM. El espacio de seis metros cuadrados suele ser -al parecer- suficiente para un hombre de constitución delgada, joven, y cuya pasión ha sido siempre la investigación.

El doctor Martínez habla a la Gaceta de la FM acerca del significado que tiene para él el hecho de ser el titular de la cátedra honorífica “Santiago Ramón y Cajal”, su línea de investigación en el campo de la neurobiología, explica también la función que desempeña la Fundación Científica “José María García-Valdecasas Santa María” A.C. en el terreno de la investigación, y da a conocer algunos aspectos de su trayectoria profesional en la medicina.

Vinculación con la FM

“La Fundación Científica ‘José María García-Valdecasas Santa María’ A.C. es una empresa farmacéutica que financia actividades científicas. Han creado una cátedra honorífica ‘Santiago Ramón y Cajal’, la han iniciado hace poco y el primero que la ocupa en México soy yo. La cátedra involucra dar una serie de seminarios a fin de fomentar la docencia y la investigación en neurociencias en la Facultad de Medicina de la UNAM. Además, colaboro conjuntamente en un proyecto de investigación llevado a cabo con el doctor Hugo Aréchiga, en él se estudia el sistema visual y endocrino del acocil; en ese sistema existen bastantes datos fisiológicos, hace falta localizar una serie de neurotransmisores y eso es lo que he venido haciendo”.

Docente e investigador por vocación, el doctor Martínez explica que existe un proyecto de colaboración e intercambio académico entre España y México, y la Fundación García-Valdecasas funciona como fuente de financiamiento. “Antes de mi llegada a la FM ya había dado seminarios en el Cinvestav, pero entraron en huelga y completamos el curso aquí. Cuando empezó la huelga nos venimos a la Facultad de Medicina. Nos recibió la doctora Rosalinda Guevara, responsable del laboratorio sensorial I y II de la Facultad. Es una persona muy competente y muy amable”.

Su voz refleja un estado total de tranquilidad mientras asegura que ha entablado amistad con varios investigadores del Instituto de Fisiología Celular. “Es gente que conozco desde hace bastantes años y los he seguido mediante su trabajo. Existen grupos de investigadores muy buenos en la UNAM, pero considero que merecen financiamiento. Espero que el presidente Vicente Fox apoye a esta gente que es muy meritoria, gentes que son muy capaces pero que no pueden tener financiación y puestos de trabajo. Pienso que aquí hay gente muy valiosa, muy ingeniosa, gente muy hábil para hacer cosas y esto lo debían potenciar en bien de la nación y de la humanidad. Creo que exige un esfuerzo de los políticos para revisar el capítulo de finanzas y que destinen a la investigación cuanto antes ayuda económica, porque va a ser una buena inversión, no va ser dinero perdido”.

-¿Siempre se ha dedicado a la investigación?
La pregunta le provoca una leve sonrisa y enseguida responde: “Después de hacer la carrera de medicina me especialicé en Pediatría, soy pediatra. Pero haciendo clínica me di cuenta de que había que investigar para poder avanzar. Entonces intenté, aportar un granito de arena, y estoy dedicando mi esfuerzo a estudiar las conexiones del sistema visual, el desarrollo de las mismas y cómo reaccionan estas conexiones a cualquier lesión. Estudié en la ciudad más importante de la región, que es Zaragoza. Hice Pediatría en Barcelona y después regresé a Zaragoza a hacer el doctorado. Como neuroanatomista estuve trabajando seis años en Alemania, estudiando las conexiones neuronales en el sistema nervioso central del cerebro, dos años en Londres, y en París tuve una estancia de seis u ocho meses. Siempre he pensado que conviene viajar, se aprenden cosas nuevas, se intercambian conocimientos con los colegas. Debo confesar que los congresos que se realizan en distintos lugares son de especial interés para mí, porque descubro puntos relacionados con lo que estoy investigando. Algo muy curioso fue que a mí me dieron el título y lo colgué, el contacto con la clínica fue solamente mientras estudiaba, y me deshice de la especialidad”.

-¿Qué importancia tiene la neurobiología en España?
“La tiene por supuesto en todo el mundo, la neurobiología no está en España tan desarrollada como debería estar, pero sin embargo, hay grupos de investigación en Aragón, el País Vasco, Madrid, Salamanca, Sevilla y Galicia, o sea que se han conformado una serie de grupos totalmente competentes. Pero creo que sí se debería dedicar también más atención económica y organizativa a la investigación en general y a la neurobiología en particular, porque es un área muy importante. Considero que se le debe dedicar a la investigación un porcentaje que elijan los gobiernos. Y el de España no es alto. Países como Alemania otorgan un porcentaje muy grande a la investigación, en Estados Unidos un poco más”.

-¿Cuánto considera usted que se le debe dedicar a la investigación?
“Pues no lo sé, si es 7 por ciento -la UNESCO considera que 8 por ciento del producto interno bruto debe destinarse a la educación y la investigación-, en España podríamos hablar de que se le asigna menos de 8 por ciento. Pero los países más favorecidos son los del centro de Europa: Alemania, los Países Bajos. Ellos están a la vanguardia económica y a la vanguardia en dedicar dinero a la investigación.

“La actividad de la cátedra me ha dejado muchas satisfacciones y ha sido muy positiva porque ha habido una retroalimentación en mis charlas, a los asistentes les ha interesado y al término de ellas me han planteado cuestiones y preguntas muy concretas y propuestas muy interesantes”.

-¿Doctor algo más que quiera agregar para los estudiantes de medicina?
Manteniendo en todo momento una charla amena durante la entrevista, el doctor Martínez expresa sus ideas sin titubeos y añade: “He podido observar que los estudiantes de medicina están muy poco interesados por hacer investigación. Lo que quieren es tener su título de doctor y obtener un puesto en un hospital. Pocos tiene inclinación por indagar. A mi laboratorio viene gente de biología y los médicos no. Los tiempos están duros, considero que la gente joven debe tener curiosidad y valentía, un poco de romanticismo. Los jóvenes deben lanzarse a resolver interrogantes y plantearse una cuestión interesante: ‘¿por qué las cosas no pueden ser mejor o no pueden ser de otro modo?’ Pensar esto puede llevar a cualquiera a reconsiderar el papel que cada uno juega en la vida. La juventud debe demostrar interés y curiosidad, y explorar cosas nuevas.

“Los médicos no ven atractiva la investigación, no porque no tenga futuro, sino por el hecho de que no hay muchas plazas disponibles, si estuviera bien financiada y hubiese más puestos de trabajo, por supuesto acudirían a ella. Cuando consiguen una beca para nivel doctoral empiezan a cuestionarse si tienen que volver a la clínica o continuar.

“En las universidades hay pocos puestos de trabajo y están siendo ocupados por gente joven. Creo que una propuesta interesante podría ser la creación de plazas de investigador, que promueva la docencia en el posgrado y además el financiamiento de las plazas. También es importante elaborar un programa de posgrado orientado a interesar a la comunidad médica”.

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