Inician las sesiones clínico-patológicas
Proyecto de la Secretaría General de la
Facultad
Con objeto de que los alumnos de primer ingreso tengan
contacto con las actividades y los ejercicios profesionales que se realizan
en el área clínica, la Secretaría General de la
Facultad dio inició a una serie de sesiones clínico-patológicas
que buscan acercar a los jóvenes galenos a una parte del quehacer
diario de los hospitales.
Durante la sesión del pasado 30 de septiembre, realizada en el
auditorio “Raoul Fournier”, el doctor Joaquín López
Bárcena, secretario general de la FM, comentó que los
médicos titulados, además de atender a los enfermos, están
inmersos en actividades académicas y de investigación,
dialogan entre ellos y discuten aspectos relacionados con algún
paciente vivo en proceso de diagnóstico o tratamiento y en el
caso de pacientes fallecidos, los pormenores de lo que ocurrió
con el manejo para obtener una utilidad de su análisis y aplicarlo
en el futuro.
Explicó a los estudiantes de primer año que los casos
de los pacientes vivos se llaman sesiones clínicas y abordan
el problema del enfermo desde diferentes puntos de vista: de diagnóstico
o de tratamiento. Entre varios médicos se revisa la historia
clínica y se hacen planteamientos diagnósticos que van
de estudios de laboratorio a imágenes, hipótesis y procedimientos
de diagnóstico para comprobar dichas hipótesis.
El funcionario de la Facultad aseveró que en dichas discusiones
también pueden ser de tratamiento idóneo o para identificar
un diagnóstico, por lo que participan médicos de diferentes
especialidades.
Ante un auditorio casi lleno, el doctor López Bárcena
dijo a los jóvenes que en el caso de los pacientes fallecidos.
“Los estudios post mórtem ofrecen la ventaja de la evidencia
del diagnóstico del problema que tuvo el paciente, lo que permite
de manera retrospectiva revisar si fue acertado, si el tratamiento fue
el adecuado y si hubo algún otro componente que no fuera detectado.”
Consideró que este ejercicio es útil porque es parte de
la evidencia de la hipótesis del caso y finalmente el único
que tiene la verdad es el médico patólogo, porque es el
que revisa todos los tejidos por biopsias, por cortes de cirugía
o por estudios post mórtem.
Explicó que la mecánica de estas sesiones comienza con
un resumen de la historia clínica del paciente, se incluye lo
más relevante del caso. Aquí se describen los síntomas
y el padecimiento que motivó la atención del enfermo,
el manejo que se le dio desde el punto de vista del diagnóstico
y cómo evolucionó hasta que falleció. En ocasiones
el resumen incluye diagnósticos, tratamientos y resultados de
laboratorio, con frecuencia de imágenes, pero el hecho de que
se presente el caso es porque seguramente el paciente tenía algo
más que no fue identificado, de ahí que es un reto para
el clínico.
Aseveró que estas sesiones ayudan a educar el proceso de razonamiento
clínico: ordenar los datos, priorizar, integrar, enunciar posibles
síndromes o posibles entidades gnoseológicas, plantear
y proponer hipótesis, así como comprobarlas. Esta forma
de pensar la debe utilizar el médico al momento de ver a su paciente
vivo.
La sesión corrió a cargo de los doctores Antonio González
Chávez, jefe de pabellón 108 de Medicina Interna, quien
revisó el resumen clínico, explicó los elementos
que se tomaron para tal caso y los términos clínicos;
Jaime Camacho Aguilar, de medicina interna, quien estuvo a cargo el
comentario clínico, y finalmente Jesús Aguirre García,
patólogo renombrado y profesor de la FM que, de acuerdo con el
resumen clínico, explicó los resultados post mórtem.
Todos ellos miembros del Hospital General de México.
Cabe señalar que para llevarse a cabo esta sesión, la
Secretaría General envió a cada representante de grupo
el resumen clínico, con la idea de que se discutiera con alguno
de los maestros antes y los jóvenes asistieran con conclusiones
y comentarios.
La historia clínica revisada fue la siguiente:
Antecedentes: Mujer de 33 años de edad, ama de casa, menarca
a los 13 años, inicio de vida sexual activa a los 17 años,
gesta VIII, partos VII, abortos I. Otros antecedentes no se consideraron
relevantes para el padecimiento actual.
Padecimiento: Dolor de epigastrio de 9 meses de evolución con
irradiación a la región lumbosacra y a los miembros pélvicos,
el dolor disminuía con el reposo y se acompañaba de hipertermia
vespertina. Presentaba además leucorrea amarillenta, sangrado
transvaginal escaso, constipación, nicturia, polaquiuria, astenia,
anorexia y pérdida de peso no cuantificada.
El interrogatorio de los otros aparatos y sistemas no aportó
más datos de importancia para el padecimiento actual.
Exploración física: Dolor a la palpación del abdomen
en epigastrio y mesogastrio sin signos de irritación peritoneal.
En la exploración ginecológica se observó una lesión
ulcerovegetante que destruía totalmente el cuello uterino y que
invadía casi en su totalidad la pared anterior de la vagina y
las paredes posterior y laterales hasta el tercio medio con filtración
del tabique vesicovaginal. En el tacto rectal se apreció estrechamiento
de la luz e invasión de parámetros. El resto de la exploración
física no mostró alteraciones significativas.
Exámenes de laboratorio y gabinete: Biometría hemática:
hemoglobina 9.4 g/dl, eritrocitos 3.7 X 106, hematócrito 33%,
leucocitos 11,900 con 76% de neutrófilos.
Examen general de orina: Albúmina 1.65g%, abundantes leucocitos,
escasos eritrocitos.
Rx, tórax y colon por enema: normales.
Cistoscopia: Se observa invasión de la vejiga y compresión
parcial bilateral de los ureteros.
Urografía excretora: Hidronefrosis y ectasia ureteral izquierda,
no se observó eliminación del medio de contraste en el
lado derecho.
Biopsia cervical: Carcinoma epidermoide.
Evolución: Recibió radioterapia con 2,800R en el campo
anterior y posterior de la pelvis. Al concluir las sesiones de radioterapia,
el examen ginecológico mostró reducción leve en
el tamaño de la lesión cervicovaginal. Un mes después
persistía con disuria y nicturia, por lo que se le practicó
ureterocolostomía derecha, y durante el procedimiento se observó
hidronefrosis derecha, útero aumentado de tamaño e invasión
tumoral de vejiga y pared pélvica. La paciente falleció
2 días después de la operación. regresa...
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