Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de octubre 2003


Regresar al índice

La UNAM y diversas instituciones científicas rindieron un
homenaje luctuoso al doctor Hugo Aréchiga

Hombre que se distinguió por su honestidad y rectitud, y es sin duda un ejemplo a seguir

El pasado 7 de octubre, el auditorio Raoul Fournier fue escenario del homenaje luctuoso que se le hizo al doctor Hugo Aréchiga Urtuzuástegui, quien se distinguió por una gran producción científica dentro de la fisiología y la biofísica y quien falleciera el pasado 15 de septiembre en Esmirna, Turquía, durante un curso que impartía con profesores de la Internacional Brain Reserch Organization.
La calidad humana del doctor Aréchiga y la capacidad de convocatoria que lo distinguió hicieron posible que la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, el Consejo Consultivo de Ciencias (CCC), la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el Colegio de Sinaloa, las Academias Nacional de Medicina (ANM) y Mexicana de Ciencias (AMC), la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas y la UNAM se coordinaran para organizarle un merecido homenaje.
En emotiva ceremonia, presidida por el doctor Juan Ramón de la Fuente, rector de la UNAM, y el secretario Reyes Tamez Guerra, titular de Educación Pública, se recordó ante su familia la trayectoria docente y profesional del investigador.
Ante la comunidad científica y amigos del doctor Aréchiga, el rector resaltó la personalidad polifacética de quien dijo destacan muchas cualidades y atributos.
“Nunca me imaginé que vendría a este auditorio, que tantas veces compartí con Hugo, arriba y abajo, en momentos buenos y malos, a rendirle, junto a todos ustedes, un homenaje póstumo.
“En la personalidad multifacética de Hugo destacan muchas cualidades y atributos, ya se han mencionado muchos de ellos; es difícil resaltar unos sobre otros porque en realidad era el conjunto de todos lo que le daba a Hugo una personalidad y un estilo singular.
“Hugo en el Departamento de Fisiología de la Universidad, con sus maestros Alcocer y Puche, entre otros. Joven profesor con gran contacto con sus alumnos. Hugo en el Cinvestav, donde también dejó huella profunda en mucha gente, o Hugo en la Sociedad de Ciencias Fisiológicas, siempre organizando cursos, talleres, reuniones, eventos... Hugo en la Academia de Ciencias, haciendo estudios, algunos de ellos todavía con vigencia, profundos, rigurosos, cuidadosos. Hugo en la ANM innovando, generando nuevas actividades, promoviendo a la medicina mexicana internacionalmente, ya que tenía un enorme prestigio y contactos muy valiosos que permitieron que la ANM tuviera una proyección particular cuando él era presidente.
“Hugo de vuelta a su Facultad, en momentos que fueron muy difíciles: dejó la situación estable y cómoda que tenía en el Cinvestav para regresar a la escuela y hacerse cargo de la División de Posgrado, en la que en poco tiempo logró hacer importante reforma.
“Hugo en su queridísimo Colegio de Sinaloa, al cual le daba la misma importancia o más que a cualquier otra de sus actividades, con un gran orgullo por su tierra, por sus colegas sinaloenses que lo acompañaban en el colegio, donde no dejaba de promover y participar en actividades periódicas que decía él mucho lo reconfortaban, porque era una forma de sentirse vinculado a su tierra. En fin, Hugo en cualquier comisión que podamos recordar: comités, consejos, promoción de actividades, evaluaciones y generación de propuestas. Hugo, brevemente, pero lleno de entusiasmo, en el CCC.
“Qué difícil va a ser remplazarlo en las actividades que venía realizando hasta antes de morir, se van a necesitar tres o cuatro personas para que asuman lo que él, con un talento y una capacidad particulares, podía hacer simultáneamente y hacerlo bien, pero sin embargo el mayor vacío que nos deja no es ése, es el otro. Es el de la persona amable, cuidadosa, siempre en buena disposición. Pablo dice que lo vio enojado una vez, yo nunca lo vi, al contrario, Hugo hacía que quienes con mucha frecuencia nos enojamos nos relajáramos cuando platicábamos con él. Tenía esa capacidad de escuchar y luego, con la discreción, hacía un comentario o dos que lograban rápidamente distender las cosas y poder tener con él una conversación fructífera y amable.
“Con cierto sentido del humor, pero hasta con eso era cuidadoso para no agraviar, no lastimar, u ofender, muy mesurado en sus críticas, sobre todo cuando eran personales, lo cual denotaba un profundo respeto por las personas. Creo que ésos son los elementos que más vacío generan por su partida prematura, sin dejar de reconocer la enorme importancia, la enorme trascendencia de lo que hizo como investigador, maestro y funcionario, aunque en verdad no le gustaba, propiamente, que se le identificara, pero si vemos las funciones que desempeñaba simultáneamente estoy seguro de que él convendría conmigo en que el término no está mal empleado. Era un funcionario que funcionaba y funcionaba bien, y que le prestó importantes servicios a las instituciones en las que se formó y a las que después contribuyó a fortalecer y proyectar. Por eso lo recordamos con emoción y por eso su fallecimiento causó conmoción. No es nada más lo inesperado lo que ciertamente contribuye. Es la sensación de vacío que estoy seguro que todos sentimos al enterarnos de la triste noticia.
“Cómo continuar con el legado de Hugo, cómo honrar su memoria más allá de la expresión que podamos tener sobre su persona. Creo que hay lecciones profundas en la vida de Hugo que debemos asimilar y asimilar bien. Es mejor trabajar muchas veces en el sigilo si queremos avanzar en nuestros planes y proyectos, mejor trabajar unidos. Tenemos más posibilidades de éxitos comunes, es mejor ser prudente que dejar que nuestros impulsos nos dominen, aunque haya buenas razones para ello. No habrá que perder jamás la fe en las instituciones a las que nos debemos. Las convicciones constituyen una de las mejores fortalezas que podemos tener todos. La ciencia no avanza a grandes saltos. Mejor el trabajo sistemático y cuidadoso que permita un avance gradual que algún día se pueda dar el gran salto, ese trabajo sistemático y sigiloso no demerita, sino al contrario, enaltece, podría haber muchas otras cosas que en mi opinión serían parte de ese legado nunca explícito, por lo menos no verbalmente, por parte de Hugo, sino es más bien el tipo de legado que su forma de ser y su forma de transitar nos dejó. Gracias Hugo, donde quiera que estés…
Pablo Rudomín, coordinador general del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República —cuya dirección estaba a punto de ocupar el doctor Hugo Aréchiga por común acuerdo de todos sus integrantes, quienes lo eligieron para ser el nuevo titular— a nombre de la comunidad científica, lamentó la pérdida de un investigador de proyección internacional, un mexicano excepcional, profundamente preocupado por el desarrollo y la enseñanza de la ciencia no sólo en el país, sino en Latinoamérica, a lo que agregó: “Estamos reunidos para recordarlo y rendir tributo a su lúcida inteligencia, a su compromiso con el desarrollo científico del país, a su generosidad y gran lealtad como amigo, y a su gran amor por México.”
Habló sobre los planes que tenía el doctor Aréchiga como futuro coordinador del Consejo Consultivo y dijo que su visión de entender la ciencia como un fenómeno dinámico sujeto a interacciones múltiples con otros sectores de la sociedad lo llevó a estudiar las características de las potencias industriales, estudio que iba más allá de los aspectos estrictamente científicos para ingresar en el examen de sus características económicas, políticas y sociales, aunque siempre con atención a su papel en el impulso a la ciencia y la tecnología.
“En los aspectos sociales examinó las condiciones en las que se produce la participación en la toma de decisiones, la transparencia de procedimientos y la rendición de cuentas. En su análisis destacó el examen de la evolución de una actitud racional ante los problemas en las sociedades industriales y su visión ante el mundo global.
“Los aspectos que ocuparon su atención en el área educativa, científica y tecnológica fueron los relativos a las oportunidades y los accesos a la educación y la calidad de los servicios educativos, las tasas de graduación y la inversión en ciencia y tecnología, la producción científica y las comunidades científicas, principalmente.”
Calificó el trabajo de doctor Aréchiga como una pieza necesaria para enfrentar el verdadero desafío en la política de ciencia y tecnología de nuestro país. Por lo que consideró que el seguir luchando por tener un México más digno, más justo y con bienestar social y económico es el mejor tributo que podemos hacer al amigo, al científico y al gran mexicano que fue.
Por su parte, el secretario de Estado, Reyes Tamez, exaltó su pasión por elevar la educación superior y mencionó que su interés en la vida quedó plasmado en su desempeño como profesional, actitud que abarcó muchas facetas porque fue destacado estudiante de medicina, profesor, investigador, funcionario universitario, promotor incansable de los conocimientos que adquirió durante su vida y de aquellos que generó, guía paciente de estudiantes que se adentraban por primera vez en el mundo de la investigación y la docencia, por lo que no es de extrañar que el nombre de Hugo Aréchiga esté ligado a las causas más nobles del mundo de la educación, la investigación y la innovación tecnológica.
Aseveró que quienes lo conocieron pueden jactarse de haber sido sus colegas, amigos, alumnos o compañeros de trabajo, lectores u oyentes, porque supo compartir su pasión, ser acompañante y promotor, crítico y escucha, y porque aprendió a hacer lazos y relaciones.
El titular de Educación concluyó diciendo que la vitalidad del doctor Aréchiga obliga a redoblar esfuerzos día a día para que México sea un país más justo, con mejores niveles de educación, con mayores oportunidades en todas las áreas con un futuro promisorio.
Finalmente y por parte de sus discípulos, el doctor Ubaldo García Hernández habló sobre la vida cotidiana del doctor Aréchiga como investigador, a lo que agregó que sus palabras sólo son de agradecimiento y reducidas a expresar su gratitud.
En la ceremonia también estuvieron presentes los doctores José Narro Robles, director de nuestra Facultad; Miguel Tanimoto, presidente de la Academia Nacional de Medicina; Jaime Labastida, del Colegio de Sinaloa; los ex rectores Octavio Rivero y José Sarukhán; profesores e investigadores eméritos; directores de facultades, escuelas e institutos; miembros de la comunidad académica y científica del país; compañeros, amigos, y familiares de Hugo Aréchiga Urtuzuástegui.

regresa...