Las mujeres en la Academia Nacional de Medicina La doctora María Elena Anzures López, presidenta del Departamento de Medicina de la ANM Abrió el campo de la práctica medicoquirúrgica a las
mujeres La vida profesional de la doctora María Elena Anzures López ha estado estrechamente vinculada a la existencia de la antigua Escuela de Medicina, el Hospital General de México y la Academia Nacional de Medicina, sitios que han sido mudos testigos de su andar y donde pudo cristalizar sus más grandes anhelos: convertirse en una destacada cirujana gastroenteróloga y tener el privilegio de situarse en el gremio médico más importante del país. La doctora Anzures nació en la ciudad de México el 13 de abril de 1926, estudió en la Escuela Nacional de Medicina y obtuvo el título de médica cirujana con mención honorífica en 1951. Realizó la especialidad en gastroenterología en el Hospital General de México de 1952 a 1954. Pertenece desde este último año a la Asociación Mexicana de Gastroenterología y a la Sociedad Médica del Hospital General de México, y actualmente es consultora técnica en la misma dependencia.
Sus ideas se tejen, se entremezclan y se ordenan para poder darle un sentido único a una breve y muy grata charla que comparte con la Gaceta de la FM. “Cuando concluí la primaria no sabía qué quería estudiar, pero lo único que no deseaba era convertirme en maestra de primaria. La doctora Lucía Aburto, que era muy amiga de mi familia, en una plática me habló acerca de la carrera de medicina, y a partir de ahí me encaminé en averiguar más acerca de lo que sería mi futura profesión; fue a los 12 años de edad cuando tomé la decisión de llegar a ser médico. “Estudié siempre en escuelas públicas, realicé mis estudios de preparatoria en la Escuela Nacional Preparatoria No. 1 de San Ildefonso. En 1945 ingresé a la Escuela de Medicina que en esa época estaba en la esquina de Brasil y Venezuela y actualmente es el Palacio de Medicina de Santo Domingo. Allí mismo se encontraba la sede de la Academia Nacional de Medicina y siendo estudiante asistí en ocasiones a las sesiones que estaban abiertas al público, aunque había un espacio destinado para los académicos y otro para el público en general. Ese fue mi primer contacto con la Academia”. Integrante de la generación médica 1945-1951, que en el mes de febrero pasado celebró su quincuagésimo aniversario, la doctora Anzures, con elocuencia, revive cada uno de los episodios de su vida como estudiante: “Durante el transcurso de la carrera tuve la oportunidad de es-coger entre gastroenterología y cardiología. Mi maestro de cardiología era el doctor Rafael Carral y de Teresa y al observar que era una alumna muy interesada en la materia, me invitó al Instituto de Cardiología para conocer el sistema de trabajo que se desarrollaba. Pero no podía ocultar mi gusto por la gastroenterología en el ámbito médico quirúrgico, me encontraba en la situación de que me atraían ambas especialidades. Mi examen profesional fue sobre el tema de gastroenterología, una vez que terminé la licenciatura escogí la especialidad que había defendido en mi tesis profesional. Mi maestro fue el doctor Abraham Ayala González, un gran gastroenterólogo, quien era una persona accesible conmigo y que permitió que aprendiera junto con él, para mí fue una experiencia importante porque él hacía las cosas con dedicación y con mucha responsabilidad, lo mismo sucedía con el trato a los enfermos y de él aprendí mucho”. Otra personalidad que marcó una gran influencia en la vida de la doctora Anzures fue el doctor José Joaquín Izquierdo. “Cuando estuve en el pregrado cursé la cátedra de Fisiología Humana con el doctor José Joaquín Izquierdo, quien era académico e investigador en Fisiología, con él aprendí las bases del método científico, nos daba la parte teórica y la práctica en el laboratorio. A la clase del doctor Izquierdo asistíamos un total de 18 alumnos, así que se convertía en una clase privada y era un constante aprendizaje porque todos los días nos preguntaba y nos conocía por nombre, creo que salimos muy bien preparados gracias al doctor Izquierdo”. Sus inicios en la especialidad El primer contacto que tuvo la doctora Anzures con la cirugía fue en el Hospital Juárez: “Ese hospital contaba con quirófanos donde uno podía observar por la parte de arriba a través de los cristales las diversas cirugías que ahí efectuaban, se podía acceder sin tener necesariamente uniforme, por el hecho de ser una sala de operaciones aislada. Observaba cómo hacían las cirugías, veía cómo se aseaban antes de entrar a operar y cómo se comportaban durante la sesión. En una ocasión un maestro me invitó a entrar a la sala y empecé a imitarlos, a la hora de ponerme el uniforme -porque hay una manera de hacerlo- vio que lo hacía bien, me preguntó que si yo había entrado con anterioridad, por lo que respondí que era la primera vez, y me dijo: ‘lo está haciendo muy bien’. En cambio en las operaciones de gastroenterología que realizaba el doctor Ayala González en el Hospital General de México no había quirófanos como los del Hospital Juárez, sino una zona protegida con campos quirúrgicos dos escalones más altos que el piso de la sala quirúrgica, donde los observadores podíamos acudir, con uniforme quirúrgico, gorro y cubrebocas, para ver cómo se realizaban las cirugías. Cada vez que podía asistía a esa sala. En una ocasión faltó uno de los ayudantes y me invitaron a tomar su lugar, ahí tuve la oportunidad de desarrollar la experiencia y a partir de ahí fueron constantes las llamadas para tomar parte como tercer o cuarto ayudante, pero después fui ascendiendo de tercero a segundo y de segundo a primero, hasta convertirme en primer ayudante, que era hasta donde dejaba ejercer el doctor Ayala. Y fue en ese tiempo cuando decidí involucrarme más en la especialidad de gastroenterología”. En 1954 obtuvo el grado de médica adscrita por oposición en el Servicio de Gastroenterología del Hospital General de México, dependiente de la Secretaría de Salud y Asistencia. Tres años más tarde, en 1957, alcanzó el nivel de médica adjunta por concurso. En 1958 llegó a ocupar la jefatura de unidad por oposición, y en el periodo de 1972 a 1987 se desenvolvió como jefa del Servicio de Gastroenterología. Al respecto la doctora Anzures explicó cómo fue su proceso de selección en el Hospital General de México: “En ese hospital existe la carrera hospitalaria, consiste en que los puestos se obtienen por medio de exámenes de oposición. Hay un procedimiento selectivo que consiste en una serie de exámenes teóricos y prácticos en donde el puesto se otorga al médico que obtenga las mejores calificaciones, estas oposiciones se llevan a cabo cuando se abren las convocatorias respectivas. Así llegué al primer puesto que es el de médico adscrito por oposición, la carrera hospitalaria continúa con las categorías de médico adjunto y jefe de unidad y de servicio que se ganan igualmente mediante concursos u oposiciones. A partir de 1958 ocupé el puesto de jefe de unidad y en 1976 el de jefa de Servicio de Gastroenterología. “Aunque era médica adscrita con la especialidad en gastroenterología tenía el compromiso de rotar por otros servicios, entre ellos Anatomía patológica y por esos años el doctor Ruy Pérez Tamayo era jefe del Departamento de Patología en el Hospital General de México. Estuve un año con el doctor Pérez Tamayo, en donde pude practicar autopsias y estudiar los órganos enfermos desde el punto de vista macroscópico y microscópico. Con él continué la investigación”. Infinidad de recuerdos y vivencias transitan por la mente de la doctora Anzures y con nostalgia rememora cada detalle de su actividad docente. En 1952 colaboró como ayudante de profesor en el nivel de pregrado en la clase de gastroenterología, como ayudante honoraria del doctor Leónides Guadarrama quien daba la clínica del aparato digestivo. Cuando se modifica el plan de estudios participa primero como ayudante y a partir de 1958 como profesor titular de los llamados “grupos piloto” hasta 1987 en que se retira. Además de las clases de pregrado, a partir de 1972 participó como profesora titular de gastroenterología a nivel de posgrado. Ingreso a la ANM Para la doctora Anzures, el 9 de septiembre de 1970 marca la fecha de su ingresó a la Academia Nacional de Medicina. “Yo fui la quinta mujer que se incorporó a la Academia, porque la primera fue la doctora Rosario Barroso en 1957, quien era patóloga; la segunda fue la doctora Julieta Calderón Gené de Laguna, quien ingresó en 1965 y que recientemente falleció, la tercera fue la doctora María de la Soledad Córdova Caballero, quien se integró en 1968, como especialista en hematología; después llegó en 1969 la doctora Blanca Raquel Ordóñez de la Mora, del área de salud pública, y más tarde llegué yo. Y en realidad fui la primera con actividad clínica, ya que las académicas que me antecedieron tenían más enfoque de investigadoras. Actualmente hay más presencia de mujeres en la Academia Nacional de Medicina”. Haber logrado su ingreso a la ANM significó para la doctora Anzures una responsabilidad y un compromiso ineludible, su constancia le valió para ejercer más tarde la Secretaría General por un periodo de tres años, de 1987 a 1989. “Cuando ingresé a la Academia el doctor José Laguna desempeñaba el cargo de presidente y el secretario era el doctor Jesús Kumate. Me propuse asistir a las sesiones con regularidad, porque hay personas que entran y se olvidan, inclusive dejé de dar consulta los miércoles para poder llegar a tiempo a las reuniones. “Creo que las sesiones de la Academia son importantes porque permiten una constante actualización del médico en temas que no necesariamente tienen que ver con su especialidad, por lo tanto considero que los médicos debemos renovar nuestros conocimientos lo más posible. Actualmente desempeño el cargo de presidenta del Departamento de Medicina. Al preguntarle sobre el significado que tiene para ella haber llegado a la ANM, la doctora Anzures no oculta su alegría y responde: “Desde luego haber podido ingresar a la ANM significó para mí alcanzar un gran anhelo porque su sistema de admisión es a través de una selección muy rigurosa y para mí fue una gran satisfacción haber sido aceptada porque implicaba que sí había cumplido con los requisitos que pedía la Academia, es además una gran responsabilidad y un gran reto porque hay que mantenerse bien informado con los adelantos de las distintas áreas de las ciencias y de la medicina”. Además de haber ocupado importantes cargos, la doctora Anzures ha dejado grandes aportaciones en el área de la gastroenterología y la cirugía, en 1958 realizó en la primera transposición de colon para sustituir al esófago, procedimiento que practicó a una joven de 18 años que había sufrido quemaduras en el esófago al ingerir sosa cáustica. A manera de anécdota la doctora Anzures comenta que aquella paciente es en la actualidad una mujer madura, abuela, que lleva una vida normal y asiste a visitarla cada dos o tres años. “…De ahí nació una amistad y una gran cercanía”, señaló orgullosa la cirujana. Su desempeño como maestra en la Facultad de Medicina de la UNAM en el ámbito de la gastroenterología le dio la oportunidad de ayudar a la formación de más de 2 mil estudiantes que actualmente son médicos especialistas o médicos generales que están repartidos por toda la República Mexicana, muchos de los cuales desempeñan puestos importantes. Como maestra de posgrado ha formado a 45 gastroenterólogos que son a la vez clínicos, cirujanos y endoscopistas en esa especialidad. Su trayectoria La doctora María Elena Anzures López ha recibido importantes reconocimientos, entre los que destacan la distinción “médica del año” que le fue otorgada por la Asociación de Médicas Mexicanas en 1987; es miembro honorario de la Sociedad de Gastroenterología de Querétaro desde 1990; además su amplia trayectoria la ha llevado a ser reconocida en el ámbito internacional, cabe señalar que es miembro honorario de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología desde 1985. Ha publicado 50 trabajos en revistas nacionales, ha participado con presentación de trabajos en congresos nacionales e internacionales. Es miembro del comité editorial de la Gaceta Médica de México, órgano informativo de la ANM, de 1997 a la fecha, y también es miembro del comité editorial y editora de la Revista Médica del Hospital General de México. Entre los cargos de dirección que ha desempeñado la doctora Anzures se encuentran: jefa del Servicio de Gastroenterología del Hospital General de México de 1972 a 1987; presidenta, vicepresidenta, secretaria general y secretaria de actas de la Asociación Mexicana de Gastroenterología; miembro fundador del Consejo Mexicano de Gastroenterología; presidenta y vicepresidenta de la Sociedad Médica del Hospital General. Además de pertenecer a la ANM, forma parte de la Sociedad Hispano-Mexicana desde 1998. En el periodo de 1989 a 1995 ocupó la Dirección de Enseñanza e Investigación del Hospital General de México. En cuanto a sus actividades dentro de la UNAM, la doctora Anzures fue miembro del Consejo Técnico de la FM de 1962 a 1971; es integrante de la Comisión Seleccionadora de Becarios del área médica de la Secretaría de Relaciones Exteriores para los gobiernos de Alemania y España; es miembro del comité de evaluación curricular de profesores de la FM y ha participado como sinodal en exámenes profesionales en la misma Facultad. A pesar de haber estudiado en una época en que el ejercicio de la medicina era labor distintiva de los hombres y más aún en la práctica quirúrgica, la doctora María Elena Anzures supo adecuarse a las circunstancias y encontrar el equilibrio exacto, pasando por alto su condición femenina para competir en igualdad de condiciones en el plano profesional con sus compañeros, actitud que la ha distinguido desde siempre. |