Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de octubre 2003


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Académicos de la FM rinden homenaje al doctor Hugo Aréchiga

En una breve y emotiva reunión celebrada en el aula “Dr. Octavio Rivero Serrano”, académicos de la División de Estudios de Posgrado e Investigación (DEPI); de los Departamentos de Fisiología, Farmacología, Embriología y Bioquímica; de la Coordinación de Ciencias Básicas y de otras áreas rindieron un homenaje a la memoria del doctor Hugo Aréchiga Urtuzuástegui, quien fuera jefe de la DEPI, además de presidir diversas asociaciones científicas y que fue designado recientemente coordinador electo del Consejo Consultivo de Ciencias (CCC) de la Presidencia de la República.
En la reunión, celebrada el pasado 25 septiembre, los doctores Fidel Ramón Romero, jefe de investigación de la DEPI; Beatriz Paredes Pardo, profesora e investigadora del Departamento de Fisiología, y Leonardo Rodríguez-Sosa, en la actualidad profesor de la DEPI, abordaron algunos aspectos de la vida académica, científica y personal del investigador sinaloense, quien se graduó como médico cirujano en la FM de la UNAM en 1964, para más tarde obtener el grado de doctor en ciencias fisiológicas y biofísicas en el Cinvestav en 1977.


Dr. Hugo Aréchiga

El doctor Ramón Romero evocó la personalidad del joven estudiante de medicina Hugo Aréchiga, que cursó toda la carrera de medicina, pero a quien le interesó la fisiología y “cada vez que tenía un tiempo libre asistía al Departamento de Fisiología, donde trabajaba en el laboratorio que el doctor Carlos Alcocer Cuarón le facilitaba para realizar experimentos, era bueno para disecar y hacer preparaciones”, comentó.
Por medio de una presentación en diapositivas donde mostró fotografías del científico sinaloense, reveló que en 1970 Aréchiga fue a ver al doctor Ramón Romero, quien trabajaba en el Laboratorio de Biología Marina en los Estados Unidos con el propósito de reproducir los experimentos de Huxley y Hodgkin, “lo primero que me dijo Aréchiga fue: ‘quiero ver el axón gigante, disecarlo y hacer lo mismo que hicieran Huxley y Hodgkin’”, rememoró.
Con la presencia de académicos, entre ellos los doctores Carlos Alcocer Cuarón, Rosalinda Guevara, Agustín Chardí Córdova, Enrique Gijón Granados, Dalila Martínez y Alicia Ortega, el doctor Ramón Romero señaló que una característica del que fuera vicepresidente de la Third World Network of Scientific Organizations en 1990 fue su carácter de conciliador, “porque era capaz de reunir a investigadores con grandes discrepancias, siempre encontraba las palabras adecuadas para que esas dos personas trabajaran de forma conjunta en un ambiente de cordialidad”, expresó.
Señaló que el doctor Aréchiga era poseedor de una memoria extraordinaria, lo que le permitió realizar diversas actividades al mismo tiempo, pero también destacaba su capacidad de lectura rápida, “podía leer una página escrita en fracción de segundos, entenderla y luego recordarla; trabajaba en forma intensa, se levantaba a las cinco de la mañana y se acostaba hasta las doce de la noche y lo hizo por lo menos durante 30 años.
Por su parte, la doctora Fuentes Pardo, profesora e investigadora del Departamento de Fisiología, calificó de entrañable la relación de trabajo con el doctor Aréchiga, de quien le sorprendió su extraordinaria capacidad y percepción de lo que era el trabajo día con día. “… Fue una relación tan entrañable como pudo haber que-dado en un par de jóvenes que iniciaban en forma casi simultánea una carrera en la fisiología, en la que se compartieron épocas, profesores que dejaron una huella y que desde luego significaron un camino tomado por Hugo de acuerdo con sus propias características, obviamente diferentes a las mías, pero que tuvieron una raíz común en muchos aspectos; para mí la presencia, la cercanía de Hugo, me influyó profundamente”, expresó
“Lo conocí cuando se inició el Curso de Formación de Profesores, durante este convivimos con personas muy queridas, como el doctor Roberto Folch, quien era la antítesis del investigador sinaloense en lo que a formas de trabajo se refiere, eran absolutamente diferentes, pero los dos tenían una idea en común de lo que era el trabajo científico”, indicó.
El doctor Leonardo Rodríguez Sosa cerró el homenaje al hacer una semblanza del investigador integrante del Departamento de Fisiología, de quien dijo, retomando las opiniones de los doctores Marcelino Cerejido y José Narro Robles: “fue un profesor y un líder nato”.
Rodríguez Sosa señaló que el doctor Aréchiga se inició tempranamente en la investigación científica dentro este Departamento de Fisiología de la FM y cuando estudiaba el segundo año de la carrera de médico cirujano se incorporó a un proyecto de investigación. Desde ese entonces le interesaron los temas de fisiología. “En esa época, el jefe del departamento era el doctor José Joaquín Izquierdo, uno de los pioneros de la fisiología en México; también conoció y trató a los doctores Alberto Guevara Rojas, José Puche, y a Carlos Alcocer Cuarón, este último le dirigió la tesis de licenciatura en 1964. A todos ellos les reconoció su amplio bagaje intelectual, así como su profunda dedicación en la enseñanza de la fisiología”, expresó.
Comentó que conoció a Aréchiga en 1974 por medio del doctor Bonfiglio Muñoz Bojalil, “El doctor Aréchiga me invitó a visitar su laboratorio en el Cinvestav y un día fui en compañía de Jesús Rodríguez Aranda, un amigo mío; a los dos nos interesaron los temas en que trabajaba, así conocimos de cerca el trabajo experimental que desarrollaba en los acociles con los doctores Víctor Anaya, Fernando Fernández Quiroz y Teodoro Villanueva, quienes se formaban en el laboratorio del investigador sinaloense.
Además, indicó que llegó a formar parte del equipo del doctor Aréchiga y logró elaborar presentaciones en congresos y publicar algunos trabajos junto con tesistas de licenciatura, maestría y doctorado. “A lo largo de todo este tiempo advertí la cualidad del doctor Aréchiga para convocar y orientar a jóvenes en la investigación de las neurociencias, otorgándoles una libertad creativa y una sutil dirección para transitar por el camino adecuado”, afirmó.
Terminó su mensaje al externar que el grupo de colaboradores lamenta profundamente la pérdida del doctor Aréchiga, quien fuera un gran lector de distintos géneros literarios, gustaba de la música, el teatro y el cine, y era un buen conversador y escritor de diversos temas, ejemplo de ello es su obra Ciencia, universidad y medicina, donde compila 53 ensayos desde 1985 a la fecha.
Finalmente, la doctora Rosalinda Guevara, coordinadora de Ciencias Básicas, expresó que esta pequeña ceremonia es una muestra del cariño, estimación y admiración que el doctor Aréchiga despertó “en todos los que lo conocimos, convivimos, y trabajamos con él, y al mismo tiempo agradeció a los asistentes por su presencia en la ceremonia.”

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