Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de octubre 2001


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La importancia de las escuelas de medicina en la lucha contra el tabaquismo

Programa de concientización entre los estudiantes de medicina

Segunda Parte

Julio González, consultor de la Organización Panamericana de la Salud, al hablar sobre las acciones llevadas a cabo por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud en la lucha antitabáquica, comentó que el tabaquismo es una enfermedad “transmisible por la publicidad” que trasladada al modelo de agente, huésped y medio ambiente, coloca a la industria tabacalera como el vector de esta epidemia. En los últimos años la industria tabacalera ha falseado datos, ocultado información, producido engaño en la población y en los grupos científicos para quitar credibilidad a las acciones que se pueden tomar en los puntos de mayor impacto en la lucha antitabáquica. Destacó que desde 1981 se conocen los efectos sobre el fumador pasivo y cómo las acciones para proteger a la población no fumadora son ampliamente respaldadas por 20 años de investigación, donde consistente e incontrovertiblemente han mostrado los daños que produce el humo del fumador en el no fumador. Estos datos son sumamente sensibles para la industria tabacalera; antes, la adicción tabáquica era una cuestión de libre decisión, ahora lo que se busca es proteger a los niños y a los adolescentes de esta publicidad malsana.

Durante años se ha discutido la legalidad de la publicidad tabáquica sin llegar a analizar los principios de si realmente es una práctica ética o no, a lo que resaltó la postura firme de los directivos de la OMS al considerar que la epidemia del tabaquismo es mundial y que la industria tabacalera está monolíticamente unida para no perder mercados, por lo que debe haber una respuesta de salud pública en todo el mundo, ya que los determinantes de la epidemia transcienden fronteras y muchos de ellos son difíciles de controlar si no hubiera coalición o una unión de ciertas políticas mundiales; en tal sentido, la OMS ha convocado a los 191 países miembros de la organización a discutir la posibilidad de desarrollar un convenio mundial que refuerce las acciones de los países contra el tabaquismo.

Al hablar Julio González sobre las acciones de la OMS comentó que fue hasta 1992 cuando Aline Taylor, de la Universidad de Johns Hokins, publicó un artículo sobre derecho y medicina, en donde hizo notar que dicho organismo cuenta con un derecho constitucional de tratados internacionales que no había puesto en marcha y la necesidad de ellos en favor de la salud pública. Es hasta 1996 que la OMS desarrolló un convenio marco en la lucha contra el tabaco y en 1998 se le dio máxima prioridad al programa del tabaco. Al respecto comentó que México ha venido participando en los reuniones previas a la primera reunión oficial en Ginebra y que una de sus propuestas en el convenio marco es la de que los profesionales de la salud, los padres de familia y las organizaciones civiles conociesen el desarrollo de la enfermedad.

En cuanto a las políticas fiscales que pretende México, dijo que la lucha antitabáquica está llena de mitos, muchos de ellos propagados inteligentemente por quienes tienen qué perder en este negocio, mitos que no están basados en realidades cuando se habla de medidas fiscales y los políticos parecen entrar en pánico por creencias; por ejemplo, piensan que aumentando el precio del tabaco con impuestos al valor agregado el consumo disminuirá y ello puede producir pérdidas fiscales o contrabando. Los países que han implementado estas medidas muestran que esto no es así, la realidad es otra y son muchas las acciones que los países pueden tomar para evitar que 4 millones de personas mueran al año a causa de esta enfermedad.

Por su parte, el doctor Alejandro Cravioto, director de la Facultad de Medicina, presentó un estudio sobre el consumo de tabaco en estudiantes de la FM, realizado a la generación 1998 y el cual fue muestra del interés que tiene la institución por conocer el estado de salud de sus alumnos. El proyecto comenzó hace seis años como una encuesta piloto sobre conocimientos y actitudes sobre una serie de problemas propios de la adolescencia y sobre datos de cuál era la situación sobre consumo de tabaco, alcohol y drogas médicas o ilegales. Después de dos encuestas piloto que se realizaron en 1998 a 946 personas, ahora se pretende volver a realizarla en los mismos alumnos para saber cuál ha sido el cambio, pero sobre todo para desarrollar programas de prevención especifica.

En la generación 1998-1999 se encontró que 16 por ciento fumaban en forma constante, 43 por ciento nunca lo habían hecho, mientras que 41 por ciento aceptaban haber fumado y haber dejado de hacerlo. En la distribución por edad, se concentra entre los 18 y 19 años con un porcentaje similar a 60 tanto en hombres como en mujeres. Dicho estudio se comparó con los datos de la encuesta nacional de adicciones (ENA) de 1998, se encontró en general un número menor al que se reportó a nivel nacional -19 por ciento en hombres y 15 por ciento en mujeres- y lo mismo ocurrió con el número de ex fumadores, lo que hace pensar que el grupo universitario no ha sido presa de la publicidad, quizá por el mismo interés de estudiar medicina.

También se encontró que la mayor parte de las personas fuman leve, lo que significa que fuman menos de diez cigarros al día, siendo las mujeres las que más consumen cigarrillos; esto nos llevó a detectar que el uno por ciento son fumadoras graves -fuman más de una cajetilla al día. De acuerdo con los datos de la ENA, las mujeres fumadoras entre 18 y 20 años de edad forman casi 87 por ciento del total de fumadores en la ciudad de México, lo que resulta importante porque en la Facultad hay 60 por ciento contra 40 de hombres.

Tomando sólo el grupo de fumadores, también preguntamos sobre otras sustancias para ver cuántos se encuentran en contacto con ellas. Ochenta por ciento de hombres y 75 por ciento de mujeres toman bebidas alcohólicas; 10 por ciento de hombres y dos por ciento de mujeres fuman o han fumado mariguana, y de ahí disminuye a otro tipo de drogas como cocaína, alucinógenos, heroína o inhalantes.

¿Qué pasa con los fumadores activos?, 40 por ciento ha tratado de dejar de fumar sin conseguirlo, mientras que 60 por ciento lo ha intentado; por eso existe la idea de instalar la clínica de tabaquismo para influir en los alumnos, profesores y autoridades, incluyendo al director -agregó el doctor Cravioto- quien desde hace dos semanas lo consiguió.

Al referirse a las acciones que se han de realizar en la Facultad de Medicina, su titular comentó que a raíz de este estudio, preocupa a las autoridades la disponibilidad de tabaco que existe en torno a la Facultad -venta por piezas-, lo que podría cambiar al pedir a los vendedores que dejen de hacerlo. Otro aspecto será el integrar a los programas de estudio información sobre el tabaquismo y sus repercusiones, tomar iniciativas para que la población se sienta orgullosa de tener una escuela en la cual no se fume y eso será una meta por conseguir como parte de un proyecto general. Finalmente, se buscará la integración de las áreas educativas con las operativas y en ese sentido cooperar con la OPS.

Concluyó aseverando que la información es un elemento importante y que la parte coercitiva tendrá que verse con cuidado, aunque los datos muestran que el tabaco es algo que mata, y que los médicos deberán estar al frente de la lucha contra un asesino tan fuerte, del cual todos estamos conscientes, pero poco se hace para disminuir el mal.

Agustín Vélez B., director general técnico en Adicciones y Salud Mental de Políticas y Normatividad de la Comisión Nacional contra las Adicciones, al referirse a las acciones que ésta desempeña para la protección a los no fumadores, dijo que el Programa Nacional de Salud elaborado para esta administración 2000-2006, recuerda que la salud es el bien común de interés público más preciado por la humanidad y que debe estar por encima de los intereses de los Estados, sobre todo porque la salud está considerada como una palanca evidente para el desarrollo de las naciones, por lo que el consumo de tabaco y otros derivados es considerado un riesgo importante para la conservación de la salud; evidencia de ese riego son sin duda las cerca de 45 mil muertes, producto de los efectos del consumo de tabaco y la dependencia de la nicotina, de ahí que una de las estrategias privilegiadas del Programa Nacional de Salud en su lucha contra el tabaquismo es la prevención y la protección de quienes no fuman; para ello, la Ley General de Salud establece que el programa contra el tabaquismo debe fortalecer todas aquellas acciones que promuevan un comportamiento saludable, actividades de recreación, deporte y cultura deben estar asociadas a todas aquellas que tradicionalmente se realizan, como el hecho de que personas tan bien informadas como los médicos y otros profesionales de la salud continúan fumando y son quienes más lo hacen; por ello se incluye el fortalecimiento de las figuras y los líderes, como es el trabajador de la salud, que con su comportamiento será una muestra para quienes fuman.

Otra acción del programa para proteger a los no fumadores tiene que ver con las medidas que señala la Ley General de Salud para no vender cigarrillos de tabaco en ninguna manera o presentación a los menores de edad, a lo que agregó el doctor Vélez que el Conadic está realizando acuerdos con la industria tabacalera, las tiendas de autoservicio y departamentales, y particularmente con las farmacias, a fin de que no se vendan estos productos a menores de edad, pero que en el caso de las farmacias se está pidiendo no venderlos a ninguna persona, para que de esta manera se corrija un error en el que hemos vivido desde hace algunos años, donde un establecimiento que ofrece productos para la salud también ofrezca otros que provocarán daños a la misma. Se espera resolver este error en los próximos meses, en virtud de que el Consejo Nacional de Salud al respecto se ha pronunciado a favor y ha convocado a los farmacéuticos a cumplir con esta resolución. Asimismo, se pretende el fortalecimiento de las disposiciones jurídicas aplicadas a partir del año pasado para que en dependencias del gobierno federal, de la Suprema Corte de Justicia y el honorable Congreso de la Unión no se fume. Este reglamento con diez años de vida ha encontrado consenso ya en 24 estados de la República, en el caso de los restantes, se encuentra en sus congresos para legislar el consumo de tabaco. Aseveró también que esta acción de protección a los no fumadores debe reglamentarse como se ha hecho, pero requiere de un esfuerzo compartido para garantizar un aire libre de tóxicos, pues se sabe que el daño producido a las personas no fumadoras es igual que el de las fumadoras ya que está aspirando tóxicos contra su voluntad.

El director general técnico en adicciones comentó que la protección a los no fumadores incluye la labor de concientización y la utilización de símbolos positivos para que más personas y establecimientos encuentren la protección de su entorno contra el consumo de tabaco. De ahí que la reciente Comisión Federal de los Riesgos a la Salud centre las acciones en un solo organismo para el control sanitario de la publicidad y se encargue del programa de certificación para establecimientos.

La prevención, en consecuencia, no sólo se basa en las leyes y su cumplimiento, sino sobre todo en la acción de promoción, por ello destacó el papel protagónico de los formadores de profesionales de la salud, toda vez que el médico sigue siendo líder de la comunidad en el que la mayoría de la población cree, y con su actitud, seguramente hará recordar que los daños ocasionados por el tabaco son reales; asimismo debe ser el líder que la sociedad está esperando para que el camino de la salud sea el bien común que se ha de preservar y que la ley suprema que rija a los estados en los próximos años debe ser la Salud Pública.

La sesión concluyó con la participación de la ponencia Escuela de medicina libre de humo de tabaco, presentada por el doctor Octavio Rivero Serrano, ex rector de la UNAM, ex director y profesor emérito de la FM, quien expresó la importancia del papel de las escuelas de medicina en un futuro y su unión internacional contra la tuberculosis y otras enfermedades del aparato respiratorio.

“Los investigadores han demostrado que la peor forma de administrar la nicotina es fumando, ya que puede ocasionar daño al cerebro aunque no existen estudios que revelen tajantemente tal efecto; sin embargo, sí evidencian que se trata de una enfermedad y no de una costumbre como se pensaba, es una droga y yo pregunto qué pasaría sí las llamadas drogas ilegales se promueven en el periódico o en la televisión y, sin embargo, vemos todo el día anuncios de cigarros y de alcohol, sobre todo en los países latinoamericanos. Esto permite entender, por qué el tabaquismo está provocando casi 11 mil muertes al día y en México 122 diarias; es como si un jet se estrellara diariamente con el mismo número de personas al año, son cerca de 50 mil muertes. Cuánto le cuesta a un país como el nuestro, limitado de recursos, atender la salud; cuánto le cuesta poder atender toda la enfermedad que ocasiona el tabaquismo en diferentes áreas de la medicina. El problema es político y económico, los países que no tienen una independencia económica se ven presionados por las reglas de las transnacionales para seguir la promoción de tabaco y alcohol en los medios masivos de comunicación.

“Un estudio realizado en los institutos nacionales de salud y un hospital general (mexicanos) mostró que 22 por ciento de los médicos fuman. En otro estudio, aparentemente el porcentaje en estos institutos es menor en comparación a los de otras instituciones, lo que podría atribuirse a su mejor preparación integral.

“La encuesta aplicada a médicos en el examen nacional de residencias médicas en 1998, indicó que los fumadores alcanzan una cifra parecida a la que se presenta en la FM, lo que aparentemente no aumenta, pero también quiere decir que la formación en la escuela no pudo lograr que estos sujetos cambiaran de hábito y cuando llegan a trabajar el porcentaje se incrementa casi a 28 por ciento”.

Consideró que hay que recalcar la importancia del profesional de la medicina en esta adicción y mencionó el caso de Inglaterra, donde los médicos decidieron no fumar y, al poner el ejemplo, abatieron importantemente la incidencia del tabaquismo en la población, al igual que los casos de cáncer bronquiogénico. En Estados Unidos, 50 por ciento de los médicos fumaba a mediados de los sesenta, para los noventa bajó a 24 por ciento y ello es reflejo del poder que tiene el Estado sobre las siete tabacaleras más importantes; desde el punto de vista económico, logran que se suspenda la promoción de tabaco en televisión y revistas, por lo que la misión de las escuelas de medicina está muy clara, se orienta a formar médicos y posgraduados calificados, aptos para ejercer el liderazgo de la medicina y contribuir al desarrollo de la investigación original.

El doctor Rivero aseveró que si se va a contribuir al liderazgo, se tiene que hacer con muchos más elementos; se tendrá que definir cómo es el médico que debe actuar en nuestro país; definir la forma de organización de la atención de la salud en México, principalmente en aquellos aspectos que promueven una vida saludable, en la que los galenos formados sean un vector para que esto suceda.

En cuanto a las acciones antitabáquicas que realiza la Facultad de Medicina, el doctor Rivero comentó que el programa de prevención de adicciones de la FM, así como el de prevención temprana con medidas específicas, la colocan a la vanguardia, como la marcha de la Clínica del Tabaquismo o las técnicas de información, integradas desde la publicación de artículos en la Gaceta de la Facultad, carteles y trípticos, así como en el desarrollo de líneas de investigación como micronúcleos en células de mucosa oral y otelial, expresión y secuenciación del gen superior de tumores, determinación de creatinina urinaria, exterminación de la concentración de nicotina y alquitrán en cigarrillos de los que se comercializan en México, evaluación de la eficacia de los tratamientos nicotínicos y no nicotínicos para la Asociación de Tabaquismo; estudio de la personalidad y depresión en los fumadores, y estudio en animales desde el punto de vista de experimentación. Algunas acciones que están planteadas comenzarán en octubre con la nueva generación que ingresa, un estudio longitudinal para el cual se pidió apoyo de recursos a Conadic y la Asociación Fogarty.

En conclusión, dijo que los objetivos con relación a lograr una escuela libre de tabaco deben enfocarse a promover una educación integral y formar médicos no fumadores, para lo que se necesita proporcionar servicios de apoyo para el abandono del tabaquismo a través de la clínica e impulsar la práctica clínica antitabáquica en el ejercicio profesional del médico.

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