Los Alumnos



¿Cuál es el camino a seguir cuando se termina la carrera de medicina?

José Francisco Téllez Zenteno
Residente de Medicina Interna del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán
Grupo AFINES

Comienzo este escrito haciendo una alusión sobre cómo se veía la perspectiva de los estudiantes de medicina que concluían con su último año de la carrera hace algunos años. Antes de la terrible crisis económica, política, social y de valores que vivimos actualmente; es decir, hace 30 o 40 años, terminar la carrera de medicina significaba tener un trabajo más o menos seguro, ofrecer consulta privada, no estar tan preocupado por cursar una especialidad o tener estudios de maestría o doctorado, pues los ingresos económicos eran aceptables, la autoestima era buena, se podría tener gusto por el trabajo y un reconocimiento de parte de la sociedad.

Hoy, la situación ha cambiado. Llama la atención que, en la actualidad, el médico tenga una gran preocupación por realizar especialidades médicas o estudios de maestría y doctorado a cualquier precio, ya que si no se hace un estudio de posgrado significa no podrá ser de los médicos supuestamente exitosos. Esta necesidad de obtener diplomas y grados tiene en la actualidad un gran auge, es la situación predominante y parece que la tendencia seguirá en los siguientes años.

También en la actualidad el médico se preocupa mucho por saber cuáles serán sus ingresos económicos, esta situación es quizás en la actualidad una de las más importantes para decidir a qué se dedicará el futuro médico. Asimismo el gusto por el trabajo no es el mismo que en otros años, ya que en ocasiones la profesión no proporciona el beneficio económico, social y espiritual que debería. Por lo que se refiere al reconocimiento social, tan importante y que en otros años se les tenía a los médicos, éste se ha ido mermando, posiblemente por la conducta de algunos que han perdido el sentido humanista que la medicina requiere y, por otra parte, que en la actualidad vivimos en una sociedad que cuestiona cada vez más a los médicos y exige una mayor calidad en sus servicios; por lo tanto, la sociedad señala cada vez con más frecuencia al médico poco preparado.

Y bien, después de que ya se han dicho algunos antecedentes, vamos a plantear las posibilidades actuales de un médico. Comenzaremos por una, no por su importancia, sino porque es la que se encuentra de moda: la realización de una especialidad médica. Actualmente existe el deseo de ser cardiólogo, cirujano, pediatra, gastroenterólogo, reumatólogo, etc. Para ello, los estudiantes se someten al examen nacional y se les aplica, otras veces, uno más para los diferentes hospitales del país; es tanto el deseo, que existen médicos que realizan el examen nacional en repetidas ocasiones hasta ser seleccionados y algunos siguen sin poder lograrlo. Esta situación más bien parece un proceso de selección natural, ya que los jóvenes médicos con mejores promedios a nivel nacional escogen los mejores hospitales para su entrenamiento y algunas veces tiene mejores posibilidades de trabajo al salir de su especialidad, a diferencia de los que pasan con esfuerzo el examen nacional y se inscriben a un hospital de mediana calidad.

Al médico recién formado, al entrar a un programa de especialización, le esperan: desveladas, exageradas cargas de trabajo, comenzar a aprender lo que es la burocracia en los hospitales, principalmente en instituciones como el IMSS e ISSSTE; tendrá que realizar el trabajo de otras gentes, como los camilleros, técnicos, secretarias, etc., y tendrá que recibir un sueldo que para nada compensa el ser una persona que ya terminó la carrera de medicina, por mencionar sólo algunas de las tareas que le esperan. Sin embargo, no todo es malo ya que con quienes vamos a aprender es con los pacientes, que por fortuna existen en todos los hospitales, ya sean pequeños o grandes. El entrenamiento en las especialidades ayuda a madurar al médico, le forma un carácter, ya que son muchas las situaciones adversas que se viven; le proporciona aprendizaje, un entrenamiento especializado y la posibilidad del ejercicio posterior al de la especialidad.

Otro de los aspectos a considerar es que la mayoría de las veces las especialidades son de larga duración, y si la persona no es joven, o incluso si lo es, generalmente tiene implicaciones a futuro, ya que saldrá a una edad en la que le quedará poco tiempo para desarrollar su práctica. Por otra parte, la medicina especializada es muy competida actualmente y esto es uno de los motivos que ha provocado que los médicos se hagan superespecialistas, a fin de poder ofrecer algo más al paciente.

En conclusión, las especialidades médicas son una buena opción para el estudiante de medicina, ya que muchas de las especialidades proporcionan beneficios a futuro; en general, son años de sufrimiento durante la preparación, ¡pero se terminan!, proporcionan una formación no sólo académica sino de carácter y madurez y, desde luego, la satisfacción de haber terminado una empresa que en ocasiones tiene obstáculos y que requiere de una buena resistencia física y mental.

Otro camino que puede seguir el estudiante de medicina es el de la investigación básica. Como parte de la preparación proporcionada durante la carrera de medicina y el contacto que hay en muchas escuelas como la UNAM con laboratorios y gente de ciencia, a algunos estudiantes les surge el amor y el gusto por realizar investigación básica. El camino para esta actividad es el inicio de labores en un laboratorio cuando se es estudiante o pasante de medicina para realizar algún trabajo, el cual comienza de manera formal cuando se inscribe para realizar una maestría.

Este camino ha perdido fuerza en los últimos años, por varias situaciones. Primero, esta actividad no ofrece un gran beneficio económico, debido a que en este país en vías de desarrollo, las actividades que se relacionan con educación e investigación pasan siempre a último término en el gasto del gobierno. Por lo que los estudiantes de medicina, en su mayoría, que ven la situación económica del país, la mayoría de las veces optan por realizar una especialidad o dedicarse a la práctica privada. Por otra parte, debido a que en este país no se promueve la ciencia desde la infancia y no se da a conocer lo importante que es un científico para el desarrollo del país, la actividad no da un status claro dentro de la sociedad actual y, por lo tanto, no es atractiva para el estudiante de medicina. Estas situaciones y otras han provocado que en las facultades los mejores promedios de las generaciones opten por estudiar una especialidad y no estudios de maestría y doctorado en investigación básica.

Respecto a esta actividad, quizás es una de las que más brinda satisfacciones a nivel personal, ya que si el individuo se encuentra en un buen laboratorio y con la gente adecuada, desarrollará un buen trabajo, puede lograr buenos resultados y, con el tiempo, puede acudir a congresos, publicar sus resultados en buenas revistas, y podrá tener la oportunidad de estar en el extranjero, obtener premios, títulos y múltiples reconocimientos.

Desafortunadamente, el otro aspecto de esta actividad es el beneficio económico; por una parte, los sueldos del investigador, al igual que los de los especialistas en formación, no representan para nada el valor de la actividad que se está realizando. No obstante, es bien conocido que se pueden conseguir becas en el CONACyT, sin embargo, es muy triste que, en primer lugar, no haya becas para todos y, segundo, que sólo las den cuando la gente está bien recomendada. Otra posibilidad para seguir recibiendo alguna ayuda económica es el ingreso al Sistema Nacional de Investigadores, para lo cual se tiene que pasar algunos años trabajando y, posteriormente, para subir de nivel, se tiene que pasar otro tanto de años; por lo que, actualmente, la estadística demuestra que la mayoría de los investigadores que tienen el nivel más alto dentro del SNI, lo obtuvieron cuando tenían entre 50 y 60 años de edad.

Es importante reconocer que la gente que elige el camino de la medicina, la mayoría de las veces lo hace realmente por gusto, ya que sabe la problemática que va a enfrentar.

En conclusión, el realizar investigación después de la carrera de medicina es una decisión que proporciona una gran satisfacción personal, promueve una forma de pensamiento que se acostumbra a plantear problemas y que permite un mejor desarrollo intelectual, promueve el desarrollo de la parte creativa de un individuo, pero tiene el inconveniente de los bajos ingresos económicos, ya que hay que sufrir bastante para recibir una recompensa.

Otro camino muy viable es la práctica de la medicina privada. Es posible que el médico decida trabajar donde realizó su servicio social, que tenga el apoyo económico para poner un consultorio para dedicarse de lleno a la medicina privada; o bien, que reciba la oportunidad de trabajar en algún hospital, centro de salud o cualquier institución. Este camino desde luego es difícil al inicio, ya que se requiere de tiempo para tener una buena clientela, así como para adquirir una buena experiencia. A diferencia de los otros dos caminos ya mencionados, en éste no se adquieren grados, diplomas, ni todo lo que envuelve al especialista o investigador, pero se puede llegar a tener beneficios; entre ellos, el económico y en una forma más rápida que en los otros caminos, ya que mientras el especialista tarda entre 4 y 8 años en su preparación, sin tener tiempo muchas veces para ver pacientes de forma particular, los que se dedican a la medicina general, desde el inicio pueden adelantarse a los especialistas.

Actualmente se trata de minimizar a los médicos que no realizan especialidades o maestrías, ya que supuestamente no son de los médicos exitosos. Esta visión es totalmente errónea, pues la percepción de éxito que se tiene de todos los individuos no sólo se debe basar en adquirir diplomas y grados, ya que otras personas prefieren ejercer la medicina sin tantos blasones y constituirse desde el inicio como buenos médicos generales, adquiriendo satisfacción personal y reconocimiento por parte de la sociedad.

Con el breve análisis realizado anteriormente se trata de dar una pequeña orientación de la situación real a la que se enfrentará el médico y que la mayoría de las veces no es proporcionada a los estudiantes de medicina. La decisión para realizar alguna de las actividades ya mencionadas anteriormente depende de la situación de cada persona, incluyendo sus deseos personales, su edad, el gusto por la actividad escogida y su motivación, entre muchas otras. Pero queda claro que cada una tiene su valor, que ninguna es mejor que las otras y que cada quien es libre de seleccionar su futuro de acuerdo a lo que le convenga.