Premios





En el marco de la celebración del Día del Médico, el doctor Magín Puig Solanes recibe de manos de Ernesto Zedillo Ponce de León el reconocimiento al Mérito Médico 1997

El auditorio del Instituto Nacional de Cardiología fue el escenario para la realización de la ceremonia del Día del Médico, acto que este año reunió a autoridades del sector público y médico, encabezados por el C. Presidente de la República, doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, quien acompañado de su señora esposa, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, presidieron la ceremonia anual conjuntamente con el secretario de Salud, doctor Juan Ramón de la Fuente; el doctor Octavio Rivero Serrano, secretario general de Consejo de Salubridad General; el licenciado Oscar Espinosa Villarreal, jefe del Departamento del Distrito Federal; el licenciado José Antonio González Fernández, director del ISSSTE; el ingeniero Diódoro Guerra Rodríguez, director del IPN; el doctor Ignacio Chávez Rivera, director del INC; el licenciado Genaro Borrego Estrada, director del IMSS; el licenciado Mario Ruiz Fuentes Alcalá, director del DIF; el doctor Juan Rodríguez Argüelles, presidente de la ANM; la doctora Alessandra Carnevale Cantoni, directora del INP; la doctora Ana Flisser, maestra e investigadora de la Facultad de Medicina, UNAM y, el titular de ésta, el doctor Alejandro Cravioto, quien habló a nombre del gremio médico.

El director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México hizo un poco de historia al explicar el por qué se festeja el Día del Médico el 23 de octubre:

"El 23 de octubre de 1833 el vicepresidente Valentín Gómez Farías al frente del gobierno de la Nación decidió cambiar el paradigma del gobierno colonial, vigente hasta esa fecha, incluyendo el cierre de la Universidad Pontificia y creando en su lugar seis establecimientos de institución pública, uno de ellos para la enseñanza de la medicina.

"Al frente de este establecimiento fue nombrado el doctor Casimiro Liceaga, último presidente del tribunal del protomedicato en la época colonial. Los cambios promovidos por Gómez Farías tuvieron muy corta duración, persistiendo únicamente el Establecimiento de Ciencias Médicas, el cual, independientemente de la filosofía política de los gobiernos subsecuentes, continuó abierto hasta su transformación en Escuela, y posteriormente en Facultad Nacional de Medicina.

"Es por eso que hoy, 23 de octubre, además de celebrar un aniversario más de la creación de la Facultad de Medicina de la ahora Universidad Nacional Autónoma de México, heredera de aquella Universidad Real y Pontificia, celebramos también el día que se reconoce la labor de todos los médicos del país".

Al referirse a los recientes hechos que enlutaron al país por los daños causados por el huracán Paulina, expresó: "El festejo de este día se ve empañado por la tragedia sufrida hace unas semanas por nuestros compatriotas de las costas de Oaxaca y Guerrero. Como médicos y como mexicanos sentimos profundamente las muertes causadas por este desastre, aunque también nos enorgullece la forma expedita y eficiente como se respondió al problema. Es evidente que a pesar de las condiciones devastadoras en que quedaron nuestros compatriotas de estos estados, la resolución y liderazgo de usted, señor Presidente, y sus colaboradores más cercanos, ayudó a que el desastre tuviera el menor número de consecuencias posteriores. Como especialista en enfermedades infecciosas puedo decirle que en pocas ocasiones he visto un control tan adecuado en problemas que fácilmente se salen de control. Las brigadas de salud y los médicos que continúan trabajando en estas zonas, detectando, tratando y controlando problemas como el cólera, el dengue y el paludismo, merecen nuestro mayor reconocimiento en este día. Son ellos, quizá, el mejor ejemplo del médico eficiente y bien entrenado que necesita nuestro país".

"Más adelante, con motivo de la creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, el titular de la FM, resaltó que: "Estos compañeros, sin embargo, no son los únicos que se desempeñan con esmero y afecto a su profesión. De hecho, la mayoría de los médicos de este país realizamos a diario millones de acciones en beneficio de la población, en especial de los más necesitados. Desde estudiantes de medicina participamos en labores asistenciales en hospitales, centros de salud y comunidades rurales, a través de las cuales vamos aprendiendo un arte que tiene siglos de establecido."

"Por eso nos preocupa que en la actualidad por un número limitado de acciones cuestionables, que reprobamos los mismos médicos, se quiera describir a nuestra profesión como negligente o con falta de ética.

"Sentimos afortunada, por lo tanto, la creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico como un organismo de concertación y diálogo en el cual se cuestione nuestra actuación profesional cuando uno de nuestros pacientes considere que ha recibido un trato menor al adecuado. Su existencia nos obliga a proporcionar mayor información sobre nuestras decisiones o procedimientos al paciente y sus familiares, así como la necesidad de mantenernos actualizados para ofrecer al que nos consulta las mejores opciones terapéuticas".

En cuanto a la labor del médico en el uso de tecnología moderna y medicamentos que se administran al paciente para su tratamiento, el doctor Alejandro Cravioto manifestó: "el avance e incorporación de las tecnologías más modernas nos obligan a evaluar constantemente su uso y efectividad para tratar a nuestros pacientes, sin perder de vista la comunicación y el trato humano que busca cualquier individuo que acude con uno de nosotros. Para ser realmente efectivos, se requiere también que aunado a esta capacidad para realizar los mejores diagnósticos, los pacientes tengan la posibilidad de adquirir los medicamentos necesarios para el restablecimiento de su salud.

"Es por eso que hemos visto como altamente positiva la decisión de abrir un mercado de medicamentos genéricos que, cuidando su calidad, permita a los mexicanos, en especial a los más necesitados, la compra de estos productos al menor costo posible. Si algunos de nuestros compañeros objetan este avance, la mayoría de nosotros apoyamos decididamente esta iniciativa".

Lo expuesto anteriormente concuerda con lo que se refiere a los aspectos de calidad del ejercicio médico, pues actualmente es una exigencia para los prestadores de servicios de salud el que sus niveles profesionales sean los adecuados, por ello el titular de la FM remató su discurso diciendo: "ante las necesidades de salud de una población creciente, no sólo en número sino también en conciencia y educación, la profesión médica debe examinar sus paradigmas y ajustarlos o cambiarlos para que sean efectivos. Y para comenzar en casa, las escuelas de medicina hemos aceptado, dentro de nuestro marco de autonomía un proceso de acreditación realizado por instancias externas e imparciales, como la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina, que nos permita ver claramente nuestras deficiencias y necesidades para dar paso a soluciones que mejoren nuestra función como formadores de profesionales de la salud. Las escuelas de medicina consideramos que a mediano plazo este proceso de acreditación, apoyado en una nueva legislación, podrá establecer los criterios de calidad que definan cuáles escuelas cumplen adecuadamente con su función académica, así como para lograr dentro del esquema actual de globalización el que nuestros egresados ejerzan su profesión más allá de nuestras fronteras.

"Señor presidente Ernesto Zedillo: más que un país en desarrollo, México es un país en transición. Vivimos simultáneamente una transición demográfica, una transición epidemiológica, una transición económica, una transición política y una transición social. Las reformas planteadas por su gobierno para mejorar la salud y ampliar la cobertura de servicios para dar acceso a ellos a todos los mexicanos, seguramente ayudarán a que el país transite en todos estos aspectos hasta alcanzar el desarrollo sustentable que tanto necesita.

"Puede usted estar seguro del compromiso que tenemos los médicos de todo el país para apoyar a que se alcance este deseado objetivo", concluyó.

Dentro del marco de este festejo se rindió homenaje al doctor Magín Puig Solanes, al entregársele el reconocimiento al Mérito Médico, distinción que se otorga por decreto presidencial y que convoca el Consejo de Salubridad General, el cual está encabezado por el doctor Octavio Rivero Serrano, ex director de la FM y ex rector de la UNAM.

En esta ocasión, el reconocimiento al Mérito Médico fue otorgado por el Presidente de la República al hombre que es considerado por muchos médicos como el creador de la escuela de oftalmología en México; por ello, Magín Puig Solanes también fue homenajeado por sus compañeros y alumnos del Hospital General de México, institución donde el reconocido especialista desarrolló la mayor parte de su actividad. Al hacer entrega del diploma por parte del reconocido hospital, el doctor José Luis Ramírez Arias, director de ese nosocomio dijo que la distinción que se hace al doctor Magín Puig Solanes se finca en la labor desempeñada por el oftalmólogo, que a través de su ejercicio profesional mostró un gran humanismo con el enfermo y con los alumnos, que por varias generaciones tuvieron la suerte de formarse como especialistas en oftalmología.

 

El Mérito Médico del Oftalmólogo

 

Al respecto de la labor desempeñada por el doctor Magín Puig Solanes, el secretario de Salubridad General nos dice: "nació en la ciudad de Barcelona, España, en el mes de julio de 1905. A los cuatro años de edad fue trasladado a México por sus padres y realizó estudios primarios y de bachillerato en esta ciudad en la que se naturalizó mexicano al llegar a la mayoría de edad.

"Se inscribió en la Escuela Nacional de Medicina y se recibió de médico cirujano en ella a fines de enero de 1929. Aunque desde un principio mostró interés por la oftalmología, poco después de su recepción profesional, aceptó un empleo que le ofreció en Veracruz el entonces titular de Salubridad, el doctor Aquilino Villanueva, que había sido su maestro en la Escuela de Medicina. Esta labor determinó en forma importante su perfil como especialista, ya que el trabajo como médico general y sanitarista en el puerto, le permitió convencerse de algo que ha enmarcado su vida profesional: el convencimiento de que su tarea en una área de la medicina debía estar continuamente inmersa en el concepto de especializarse en la práctica y universalizarse en el conocimiento, frase que él menciona en uno de sus escritos.

"Estando en Veracruz, volvió a sentir la inquietud por la especialidad, así que dejó el puerto y decidió viajar a Europa para preparse en la especialidad de oftalmología, en la que se había iniciado desde el sexto año, cuando obtuvo la plaza por oposición de oftalmólogo del consultorio uno de la Beneficencia Pública, donde conoció al doctor Juan Luis Torroella de quien reconoce la influencia que orientó su vida médica.

"En París estudió con los profesores Félix Terrien y Dupuy Dutemps; después se fue un año a Barcelona, su tierra natal, para recibir enseñanzas del profesor Mariano Soria y terminó su periplo europeo en Viena con el profesor Joseph Meller. En un apunte autobiográfico, Puig señala que obtuvo en ese tiempo no sólo la preparación como oftalmólogo, sino entrenamiento en métodos de investigación y enseñanza que muy poco después pone en práctica en México.

"Con esta preparación regresó a esta ciudad en 1932 y se reintegró al consultorio uno donde había estado como practicante y fue, durante años, además, oftalmólogo del Hospital Morelos. En 1938 dejó esos dos puestos para encargarse como Jefe Interino del pabellón de Oftalmología del Hospital General, en razón de la enfermedad invalidante de su maestro Torroella, para hacerse cargo en forma definitiva de ese servicio, al presentar oposición ocho meses más tarde. Ahí y en el Servicio de Oftalmología del Instituto Nacional de Cardiología, donde fue invitado para organizarlo por el doctor Ignacio Chávez, en una labor continuada por más de cinco décadas, creó la Escuela de Oftalmología Nacional; en el Hospital General hizo la carrera completa según los lineamientos de su ley interna: fue médico adjunto, jefe de Servicio y jefe de Unidad, todas, posiciones obtenidas por concurso, para después ocupar el puesto de Consejero Técnico de la Unidad de Oftalmología que fundó y desarrolló en esos años de intensa práctica clínica, docente y de investigación, posición en la cual sigue activo después de casi seis décadas de haber llegado a ese servicio, participando en sesiones y discusiones clínicas para beneficio de sus alumnos y de los enfermos de esa Unidad. Las instalaciones de ella, en su estado actual, son producto de su tenaz empeño, en diversas reconstrucciones, la última en el fecundo periodo de la dirección de Clemente Robles.

"La intención del reconocimiento al Mérito Médico, instituido por el señor Presidente Zedillo en 1995, a la labor de un profesional que a lo largo de su vida hubiera modificado el ejercicio de la profesión médica por sus contribuciones a la clínica, a las investigaciones en un área y a la docencia, de tal forma que transformara instituciones o las iniciara, encuentra un candidato natural en la persona de Magín Puig Solanes.

"Como lo aceptan todos, es el creador de la escuela de oftalmología en el país; antes de él la oftalmología se practicaba, es justo señalarlo; sin embargo, quienes lo hacían, no tenían ni transmitían una preparación sistematizada; desarrolló la especialidad ejercitando la clínica en un ejercicio continuo de docencia de pregrado y posgrado y en tareas de investigación básica y clínica que permitieron la consolidación de la especialidad.

"Durante ese tiempo que relato, fue profesor titular de Clínica Oftalmología, titular de los Cursos Monográficos en Oftalmología, de la especialización en Oftalmología para graduados y del curso para el grado de maestría y doctorado en Ciencias Médicas, todos en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que hoy es Maestro Emérito. Ha participado como profesor en cursos de graduados de diversas universidades y sociedades médicas de provincia y del extranjero.

"Desde 1947 se adelantó a otros esfuerzos en la preparación de especialistas inaugurando cursos intensivos monográficos y en 1959 inició cursos bianuales para la formación de residentes, adelantándose al tipo de organización que la universidad implantó años después para todas las especialidades. En este empeño invitó a participar a oftalmólogos de otros servicios y a especialistas en otras áreas a compartir la cátedra.

"El prestigio de su escuela atrajo a alumnos de diversas partes del continente a sus cursos. En el homenaje que el Hospital General le rindiera el año pasado, asistieron oftalmólogos de numerosas ciudades de diversos países de América, que atestiguaron calurosamente la gratitud por las enseñanzas recibidas.

"En el terreno de la investigación ha publicado más de 80 trabajos de investigación en diversas publicaciones nacionales y extranjeras, destacándose sus estudios sobre oncocercosis, la uveítis, las retinopatías hipertensivas y la neuroftalmología. Ha sido autor de un libro sobre oncocercosis y coautor de varios libros de la especialidad editados en París, Nueva York y recientemente en México en Medicina Interna, obra editada por la Academia Nacional de Medicina.

"Ha sido miembro de seis sociedades médicas nacionales entre las que destaca la Sociedad Mexicana de Oftalmología y la Academia Nacional de Medicina, de las cuales fue presidente y de 12 sociedades internacionales de la especialidad sobre todo cuando fue miembro Honorario de la Sociedad Española de Oftalmología. En 1952 fue vicepresidente del IV Congreso de la Asociación Panamericana de Oftalmología y en 1970 del XXI Congreso Internacional de Oftalmología.

"Ha sido distinguido como miembro del Consejo Técnico de la Facultad de Medicina y de la Junta Calificadora de Profesores de tiempo completo de la misma. En 1953 recibió el Premio de la Academia de Medicina de París, la Medalla de Plata de la Escuela Nacional de Medicina en 1959 y otras condecoraciones similares de<D%0> la Sociedad de Oftalmología de Monterrey, de Centroamérica, del Hospital General, de la Sociedad Mexicana de Neurología, de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Escuela Médico Militar, entre otras.

"Tiene, además, cualidades personales en su trato con otros especialistas que es necesario señalar, por lo cual no es rara la cauda de alumnos que le siguen y le quieren. La dimensión humana que ha dado a su ejercicio profesional explican la relación estrecha que tiene con los enfermos que le confían sus males, le estiman y le respetan. Es un hombre tan modesto, que no obstante los innumerables logros profesionales en su larga carrera, mencionó en uno de los homenajes que los médicos le han dedicado, que al final de la vida, su preocupación es no haber aprovechado del todo las oportunidades que la vida le ofreció para haber servido mejor.

"El reconocer el mérito médico de Magín Puig Solanes, en este año de 1997, es reconocer el esfuerzo de toda una vida dedicada al bien de sus semejantes y a uno de los hombres que con gran visión y tenacidad han creado la medicina mexicana actual, esa medicina que sirve con eficacia a diario y que con gran capacidad técnica y científica enfrenta con solidaridad humana un desastre natural", finalizó diciendo el secretario del Consejo de Salubridad General.

Finalmente, el doctor Ernesto Zedillo, presidente de la República, al felicitar a los médicos hizo un reconocimiento a las labores desempeñadas en las zonas de desastre de los estados de Oaxaca y Guerrero; además agregó que actualmente se destina el 25 por ciento del gasto programable a la salud, lo que se espera sea benéfico para la población en general. Asimismo, se congratuló de que fueran los médicos, junto con las fuerzas del Ejército Mexicano, los primeros en auxiliar a los pobladores de Acapulco y de las costas del estado de Oaxaca.