Lesiones por Accidentes, Tercera Causa de Mortalidad



El Consejo de Salubridad General, conjuntamente con la Secretaría de Salud y la Facultad de Medicina de la UNAM, convocaron a una reunión de análisis sobre lesiones por accidentes, su tratamiento, la repercusión social y su prevención. Esta reunión de carácter académico y de investigación estuvo orientado a enriquecer los conocimientos que tienen sobre ese tipo de lesiones los médicos generales, los estudiantes de medicina y los profesionales de la salud.

Durante la primera reunión, el doctor Alejandro Cravioto consideró que: las lesiones por accidentes constituyen un problema que requiere ser atendido a través de una visión integral, la cual debe estar conformada de dimensiones y procesos y, que a la vez, permita identificar los dominios que deben considerar los profesionales de la salud para responder a dicha necesidad.

La manifestación más visible de los accidentes son las lesiones que son generadas por los riesgos para la vida, por lo que en muchas ocasiones requieren tanto de atención urgente como de acciones rápidas y certeras; por esta razón, el doctor Cravioto, señaló que se ha puesto mayor énfasis de atención en la fase aguda del accidente, "a fin de evitar los riesgos para la vida, dejando atrás el `antes` y el `después`; lo cual nos ha hecho incapaces de visualizar en forma clara que, simultáneamente a la atención médica de las lesiones, se generan cambios abruptos en la vida familiar y en la psicología del paciente, los que más adelante van a influir en su posibilidad de reinserción a la vida social y en su calidad de vida".

Sin embargo, al centrar la atención en lo evidente, los profesionales se han permeado por una visión unilateral o reduccionista; por tal motivo, se debe reconocer la complejidad del problema, su carácter multifactorial, la coexistencia de varios niveles de organización, así como su evolución en el tiempo.


El doctor Octavio Rivero Serrano, titular del consejo de Salubridad General


"Con la reducción del tiempo entre el suceso y la atención médica adecuada, como variable nodal, la eficacia de los sistemas se ha visto reflejada en la disminución significativa de la mortalidad de aquellos que han sufrido un accidente. Dichos sistemas abarcan cuatro componentes clínicos básicamente: primero, la accesibilidad a la atención, que involucra la necesaria tecnología de telecomunicaciones para solicitar ayuda y el conocimiento que tiene la población de los recursos potenciales de atención; segundo, el manejo prehospitalario en manos de individuos entrenados, incluyendo el transporte terrestre y aéreo, la clasificación correcta de las lesiones en el lugar del accidente y el monitoreo de la calidad de su atención; tercero, la atención que se realiza por especialistas entrenados y dotados del equipo y materiales necesarios a nivel hospitalario, así como la existencia de una red de centros de atención al trauma, con tres niveles de atención, y con sus respectivos protocolos de manejo; y cuarto, la rehabilitación como componente cuya importancia ha sido usualmente valorada con menor importancia de la que realmente tiene.

Por otra parte, en cuanto a los diseñadores de estos sistemas, dijo el director de la FM, éstos han utilizado un enfoque sistematizado y donde su razonamiento, muestra una falacia de composición; es decir, "se confunde el diseño de un sistema de respuesta con el enfoque sistematizado del problema, lo cual equivaldría a confundir el sistema de alarma sísmica con el estudio y abordaje sistematizado de los terremotos".

De esta manera, "el enfoque de hoy en día para abordar este problema de salud, implica una reconceptualización de la naturaleza del paradigma para concebir a la lesión como resultado de una cadena causal, que involucra todos los subsistemas que condicionan la producción del accidente y la respuesta. En el análisis de las cadenas causales de las lesiones accidentales encontramos una corriente de predominio psicológico que postula dos estrategias -no excluyentes- para controlar los accidentes; por un lado, las estrategias activas, en donde el individuo se involucra directa y activamente; y, por otro lado, las estrategias pasivas que son intervenciones que requieren menos del individuo y más del entorno".

Asimismo, el director de la FM resaltó ante los avances de la ciencia y la atención a la salud, que ha llegado el momento en que se apliquen estos conocimientos a las lesiones accidentales y, a la vez, acepten que existen dos tipos de causas que propician los accidentes: las activas, que son los errores y violaciones de las normas de seguridad cometidas por los individuos que se hallan en la interfase hombre-sistemas; y las causas latentes, que son consecuencias de la acción tardía de decisiones tomadas por la organización o el sistema, las cuales condicionan un ambiente que favorece los accidentes. Necesariamente, la prevención debe incluir por principio estas causas latentes.

``En conclusión, a fin de evitar la sobresimplificación, parcialización, desintegración y reducción a lo evidente e inmediato del problema de los accidentes, es necesario un cambio de paradigmas para contender con este daño a la salud", finalizó el doctor Alejandro Cravioto.

Más adelante, el doctor Octavio Rivero Serrano, quien preside el Consejo de Salubridad General mencionó, en relación a este órgano desconcentrado, que una de las tareas importantes que tiene es la de definir todo tipo de insumos para el manejo del sector salud, además de formar grupos de especialistas para abordar los principales temas de salud pública y los problemas de patología más importantes del país, con el objeto de coordinar a los expertos para proponer soluciones a las autoridades correspondientes.

Por tal motivo, este año el Consejo ha considerado proyectos diversos, en cuanto a la certificación o acreditación, impulsando los iniciados por la Asociación Mexicana de Escuelas y Facultades de Medicina. Uno de ellos, el seminario de Salud y Medio Ambiente que se lleva a cabo en las instalaciones de la FM y, recientemente del grupo que trabaja sobre accidentes formado a principios de 1996, que tiene por finalidad publicar un libro que recoja la experiencia nacional sobre el tema y pueda servir como un mecanismo inductor. También se espera que en un futuro este proyecto se convierta en un seminario permanente, con el objeto de que estudiantes de la FM y de otras escuelas de medicina estén enterados de un tema importante y, a la vez, presentar un programa a las autoridades para establecer y entender la mejor forma de abordar este problema de salud pública.

Por otra parte, mencionó el doctor Rivero Serrano que los accidentes se ubican como la tercera causa de mortalidad; sin embargo, estadísticamente en grupos etarios, por ejemplo en jóvenes, es la primera causa de mortalidad, pero por regiones el accidente es frecuentemente mortal, de ahí la preocupación, ya que todas estas cifras representan, de alguna forma, una subvaluación del problema, puesto que no todos los accidentes se encuentran reportados; muchos son tratados a nivel de la medicina privada y otros no llegan a formar parte de las estadísticas. El aumento de la tendencia de los accidentes depende de diversos aspectos modificados en la vida actual, además reflejan una gran cantidad de recursos desperdiciados por su alto costo económico y social. Por tal motivo, "debemos proponer algunas medidas que permitan disminuir el problema antes de convertirse en el más importante de la salud pública, como ya sucede en algunos países del mundo".

Finalmente, durante los días 21 y 22 de octubre se abordaron los temas: Enfoque actual del paciente quemado, Intoxicaciones en nuestro medio, Trauma cráneo-encefálico, Lesión raquimedular; Accidentes laborales, evolución del enfoque; Dolor crónico post accidentes, Trauma ocular, Lesiones de Mano, entre otros; asi mismo, se realizaron las mesas de discusión: La vida moderna y los accidentes y, Tecnología en los accidentes.