Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de noviembre 2003


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Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud

Panorama del trastorno por déficit de atención e hiperactividad

En México dos y medio de millones de personas padecen este trastorno

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una perturbación del sistema nervioso que afecta a un alto porcentaje de la población, produce una serie de molestias en el individuo que le provocan una mala calidad de vida en el ámbito académico, social, familiar y laboral; los médicos especialistas podemos incidir en el problema y mejorar la vida de estas personas”, señaló el doctor Eduardo San Esteban, profesor de tiempo completo de la Fes-Zaragoza de la UNAM y miembro de la Asociación Mexicana para el Déficit de Atención, Hiperactividad y Trastornos Asociados, A.C., al dar un panorama general de este padecimiento.
El investigador, al participar en el Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud junto con Regina Ferrari, psicóloga de la UAM-Xochimilco y presidenta y fundadora de la Sociedad Mexicana de Déficit de Atención e Hiperactividad, y Adriana Pérez Legaspi, licenciada en psicología, puntualizó que si bien en México existen dos millones de personas con este padecimiento, el TDAH es un trastorno permanente y no una enfermedad, ya que se trata de un padecimiento genético no muy grave que genera una forma distinta de comportamiento, “estas personas son así, pueden mejorar su problema desarrollando estrategias y vivir mejor”, afirmó.
Señaló que está mediado por neurotransmisores porque investigaciones recientes han apuntado que se trata de una alteración en los mecanismos de trasporte de la dopamina en la sinapsis y que tiene que ver con la forma en que este neurotransmisor se pega a la membrana postsináptica; esto ocurre cuando el número de receptores para la dopamina, que se encuentran en el espacio sináptico, es reducido, o bien cuando el número de receptores es suficiente pero de poca eficacia.
Aclaró que el TDAH no sólo genera problemas de conducta, sino cognoscitivos o del aprendizaje, sobre todo en algunas funciones que el cerebro realiza denominadas ejecutivas.
Por su parte, la fundadora de la Sociedad Mexicana de Déficit de Atención e Hiperactividad explicó que según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en México hay 15 millones de niños inscritos en el nivel primaria, de los cuales anualmente desertan 150 mil estudiantes y reprueban 900 mil. En el nivel secundaria, de una población nacional de 5 millones y medio que reporta el INEGI, al menos desertan medio millón y reprueban más de un millón de jóvenes, lo cual significa que el sistema de educación primaria y secundaria pierde más de dos millones de alumnos. “Las razones —indicó— son multifactoriales, sin embargo la razón que explica este alto índice de reprobación es el hecho de que padecen TDAH”, sostuvo.
Este trastorno se manifiesta con la dificultad de iniciar y terminar cualquier actividad, mantenerse concentrado en ella, y dificultad en las transiciones y el seguimiento de instrucciones, tanto escritas como orales. En cuanto a la hiperactividad la especialista señaló que se acentúa ante tareas difíciles que requieren periodos largos de trabajo y cuando hay poca supervisión.
Ante esta situación, la psicóloga indicó como estrategias el trabajo con grupos pequeños: instrucción individualizada, periodos breves de trabajo y actividades motivantes para el niño. “El tratamiento multidisciplinario es lo que puede ayudar a la persona con déficit de atención, donde se involucre al paciente, a la familia, a la escuela, al médico y a los terapeutas”, expresó.
Señaló que dentro de las estrategias para el manejo de la hiperactividad destaca permitir al niño que trabaje de pie, si es que lo necesita; otorgar pequeños recesos; si realiza tareas muy prolongadas dividirlas y que también tenga varios recesos, así como asignar objetos para que pueda manipularlos y disminuir su ansiedad.
Durante su participación la licenciada Pérez de Legaspi centró la charla en los impactos psicosociales de las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. La especialista expresó que el niño con TDAH que sufre el rechazo en la escuela e incluso en la familia, es una persona que adopta conductas de asilamiento, “porque lo único que ha recibido es una constante ‘marca’ o ‘etiqueta’ de inquieto”.
Señaló que tener un miembro de la familia con TDAH tiene impacto económico y social muy grande, es decir, la dinámica de la familia se ve alterada y el apoyo es restringido, por lo que la madre tiene que dejar de trabajar para cuidar al niño con TDAH y esto tiene un impacto económico; las relaciones sociales y de los miembros de la familia se ven minimizadas, existe incomprensión y la escala de tensión familiar es cada vez más alta, “el tratamiento médico es costoso y no es accesible a todo el mundo”, afirmó.
Finalmente señaló que los encefalogramas deben ser frecuentes, no porque este estudio sirva para el diagnóstico, sino para poder detectar fracturas en el cráneo, debido a que a menudo hay accidentes; además no hay cobertura de seguros de gastos médicos para esta enfermedad.

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