Festejos en el Día del Médico
- Organizan consejeros alumnos y jefes de grupo
- Entre las actividades destaca la conferencia
magistral de los doctores Carlos Viesca Treviño y
Octavio Rivero Serrano
Con motivo del Día del Médico, consejeros,
estudiantes y representantes de grupo de la Facultad de Medicina, apoyados
por las autoridades de la institución, organizaron los días
23 y 24 una serie de actividades, entre las que destacó la conferencia
de los doctores Carlos Viesca Treviño y Octavio Rivero Serrano
con el tema “El médico y su esencia”.
Dr. Octavio Rivero Serrano |
Con el Establecimiento de Ciencias Médicas, el
23 de octubre fue instituido como el Día del Médico, por
ello, los organizadores consideraron que la mejor forma de lograr una
sana convivencia era contar con torneos de ajedrez y dominó,
la presentación de la cinta Nicotina en el auditorio “Dr.
Raoul Fournier”, una conferencia magistral; así como venta
de libros y material médico realizada en la explanada, y, para
cerrar las actividades, una kermés y las presentaciones de la
Rondalla de la FM y de la banda Rotopop, que amenizó la tarde
del 24.
Durante la conferencia dictada por el profesor emérito
Octavio Rivero Serrano y el titular del Departamento de Historia y Filosofía
de la Medicina, Carlos Viesca Treviño, estuvieron presentes los
doctores Ramón Vázquez Ortega, decano del H. Consejo Técnico,
y Édgar Zenteno Galindo, jefe del Departamento de Bioquímica,
donde los ponentes hicieron consideraciones importantes sobre la esencia
del médico y la ética médica.
Dr. Carlos Viesca Treviño |
Reunidos en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”,
Viesca Treviño inició su exposición con el dicho
“el que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe”,
a partir de ello señaló que para ser un buen médico,
moralmente lo único que hay que saber es medicina (con referencia
a las palabras del doctor Ruy Pérez Tamayo), con lo cual no está
de acuerdo porque un buen médico, en el sentido de la calidad
técnica y de su conocimiento sobre la medicina, adicionalmente
debe saber y reconocer los valores que encierra su esencia como profesional
de la salud.
A la pregunta ¿qué necesita el médico para conocer
su esencia?, la respuesta —dijo—se encuentra en los valores
del profesional para considerarse como tal y no sólo ser técnico
en medicina o salud; uno de esos valores es la virtud, traducida como
la capacidad de desarrollar algo muy bien; en medicina, crear y promover
el conocimiento en beneficio de los enfermos, lo cual se alcanza a través
del aret, palabra griega que quiere decir hacer con excelencia una actividad,
y en medicina no sólo saber de medicina, sino aplicar principios
que permiten preguntar ¿qué hacemos con la medicina para
ser mejores médicos?, “ése es el camino a la excelencia”.
Entre otras cosas, manifestó que los médicos deben plantear
una estrategia para que se establezca más allá de la pura
relación de oficio una relación de amistad con el paciente,
aunque entre ambos existan diferencias; sin embargo, todo paciente que
se acerca al médico es porque necesita algo de él y éste
tiene la posibilidad de darle esa ayuda, lo cual es considerado como
esencia de la medicina: beneficiar al enfermo.
En este punto, el doctor Viesca Treviño se refirió al
precepto que dice que el médico no debe perjudicar, “no
siempre podemos beneficiar, pero siempre podemos procurar no perjudicar”;
estas reglas del pensamiento son un camino hacia la virtud del médico,
al igual que la filia, considerada como la sensación de proximidad
con el prójimo, quien es el que se parece a mí mismo,
y con quien debe existir empatía; es decir, cuando el médico
se plantea qué está sucediendo con el paciente, empezamos
a hablar de cómo se pasa del desconocimiento al acercamiento
con el prójimo, del planteamiento de una filia a la práctica
de una empatía”.
Para cerrar su participación, señaló que es en
la consulta médica donde se presentan las situaciones virtuosas
del profesional de la medicina. “Lo primero que existe en esa
relación durante la consulta médica es la empatía,
el respeto, y la responsabilidad, todo esto en el marco de la pregunta
que se haga el médico ¿cómo no perjudicar, cómo
ayudar?”, finalizó el jefe del Departamento de Historia
y Filosofía de la Medicina.
En su momento, el doctor Octavio Rivero, al hablar de
ética médica, señaló que ésta debe
ser laica, y sobre todo debe existir una gran división entre
los temas de ética médica, ya que existen unos en esta
área que todavía están en el análisis, como
ejemplo: la medicina genómica, la medicina artificial, la eutanasia,
etcétera.
Entre otros asuntos prácticos del ejercicio médico actual
se encuentran: la educación médica, desde 1990, cuando
la Asociación Mexicana de Escuelas y Facultades de Medicina propuso
que se creara un mecanismo para certificar a estas escuelas, después
de trece años sólo se han certificado entre 20 y 25 por
ciento de las que existen en el país, lo cual —dijo—
es un problema de ética de la sociedad en la que vivimos, porque
no existe una ley o norma que impida que se abran escuelas de medicina
en forma innecesaria.
En 1950 existían 12 en todo el país, en 1970 se contaban
ya 60, mientras que en la actualidad existen más de 90. No sólo
es que haya muchas, sino que además esta situación deriva
en otro problema: cada año se gradúan entre 12 y 15 mil
médicos, y sólo tienen acceso a una residencia médica
entre tres mil 500 y cuatro mil, lo cual quiere decir que los ocho mil
o 12 mil restantes se quedan sin otros estudios más que la licenciatura,
entonces existe un abarrotado ejercicio de la medicina general, provocando
que las instituciones de tercer nivel estén saturadas. Se trata
pues de “un problema ético, ya que antes de estar pensando
en el genoma y las células madre, éste es un problema
de todos los días”, enfatizó el ex rector de la
UNAM.
Entre otros comentarios, el doctor Rivero Serrano señaló
que lo fundamental es que las nuevas generaciones van a ejercer una
medicina más difícil, sin embargo, deben tener presente
que ésta es la profesión más maravillosa que existe
y sólo deben buscar el beneficio del paciente antes que otra
cosa y, con ello, brincarán los obstáculos que surjan.
A los estudiantes presentes, dijo que en lo sucesivo “van a ejercer
una carrera de impacto, porque cada día los obstáculos
de la medicina serán mayores; se tropiezan cada vez más
con una serie de personajes que obstruyen el ejercicio médico,
pero si pueden hacer una medicina útil para el enfermo, en la
cual la ética del médico lo deje contento, no tendrán
más que satisfacciones, mientras que por el contrario el que
trasgrede las leyes de su ética, se daña a sí mismo”,
concluyó el también ex director de la Facultad de Medicina.
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