-Her profesor Röntgen: ¿Cómo se llama el rayo que usted descubrió? La contestación lacónica de Röntgen, "Rayos X". Estas fueron las palabras con las que inició la entrevista que un periodista inglés del Manchester Guardian tuvo con el descubridor de los rayos X, poco tiempo después de haberse hecho público el descubrimiento, el 28 de diciembre de 1895. Todo empezó el 8 de noviembre de 1895, cuando Wilhelm Konrad Röntgen hizo un experimento con tubo de Hittarf-Crookes y observó una fuerte fluorescencia en una placa bañada con una solución de platino cianuro de bario. Posteriormente, reemplazó una pantalla fluorescente por una película fotográfica e hizo las primeras radiografías (una de ellas fue la mano de su esposa).
El 28 de diciembre de 1895, Röntgen escribió un artículo en el que reportaba su descubrimiento de los rayos X, el cual fue enviado a la Sociedad Física-Médica de Würzburg. Sus dos artículos clásicos, de marzo de 1896 y de mayo de 1897, completan sus detalladas observa- ciones. Para enero de 1899 ya se había difundido por el mundo el descubrimiento de Röntgen, y casi inmediatamente se empezó a aplicar para el estudio de las lesiones traumáticas óseas.
Röntgen nació el 27 de marzo de 1845 en el pueblo de Lennep (Prusia), Alemania. Su familia abandonó el pueblo natal y se domicilió en Holanda. En 1862 ingresó a la escuela técnica de Utrecht. En 1868 recibió el título de Ingeniero Mecánico en la Escuela Politécnica de Zurich, en la que pasó inmediatamente a ser ayudante del gran físico Augusto Kundts. En 1874 fue nombrado profesor privado (Privat Dozent) del Instituto Físico de la Universidad de Zurich; en 1879 es designado profesor de Física en la Universidad Giessen, donde permaneció durante ocho años, los cuales aprovechó para proseguir sus experiencias sobre los rayos catódicos, siguiendo con atención los trabajos de Hertz y Lenard. En 1885 fue profesor de física y director del laboratorio de Física de la Universidad de Würzburg, donde había sido asistente del profesor Kundts.
Sabios, físicos, hombres de ciencia y público en general reconocieron el gran valor del descubrimiento de Röntgen: el emperador Guillermo II de Alemania le concedió la Orden de la Corona; además, fue premiado con la Medalla Rumford de la Real Sociedad de Londres en 1896; la Medalla Bornard de la Universidad de Colombia, y el Premio Nobel de Física en 1901. Desde 1889, hasta su muerte, el 10 de febrero de 1923, fue profesor de Física experimental en Munich, en donde falleció.
Los antecedentes al descubrimiento de Röntgen son muy abundantes y se remontan un siglo atrás: Entra formalmente la electricidad en la ciencia del cosmos; los nombres de Du Fay (electricidad vítrea y electricidad resinosa), Benjamín Franklin (electricidad positiva y negativa, pararrayos), Kleist y Muschenbroek (Botella de Leyden), Coulomb (uniformidad entre la ley de la atracción eléctrica y de la atracción gravitacional), Galvani (electricidad animal) y Volta (pila) con la que se inicia la electroquímica. A principios del siglo XIX se descubre la acción magnética de la corriente eléctrica (Ch. Oersted).
Ampére creó los fundamentos teóricos de la electrodinámica y el electromagnetismo. En 1840, Faraday descubrió la inducción electromagnética, estableció las leyes de la electrolisis y observó la acción del campo electromagnético del éter. Pocos después, H. R. Hertz demostraba por vía experimental la efectiva realidad de la energía radiante así prevista (ondas hertzianas, 1887) y haría posible la radiocomunicación.
En 1865, Hittorf descubre la corriente de la radiación del cátodo, surgiendo la denominación de rayo catódico. Sus observaciones son ampliadas, un año después, por Goldstein (rayos canales). Más tarde Crookes y Lenard traspasan una delgada lámina de aluminio con los rayos catódicos.
Philipp Eduard Anton Lenard fue un distinguido físico alemán doctorado en Física. En 1886 fue asistente de Hertz y en 1898 director del Instituto de Física de Kiel. Fueron numerosas sus observaciones sobre los rayos catódicos, antes y después del descubrimiento de Röntgen. Entre ellos existió una cordial amistad durante varios años, aunque ésta se rompió al paso del tiempo, lo que llevó a Lenard a convertirse en su más acérrimo enemigo, al enterarse, por indiscreción de alguno de los jurados del Premio Nobel de Física, que iba a otorgar por vez primera, que le habían solicitado al Profesor Röntgen que propusiera candidatos para dicho premio; Röntgen excluyó a Lenard y señaló al físico inglés Sir Josep Thomson. En 1901, recibió Röntgen el ambicionado premio, más tarde, en 1905, lo recibe el propio Lenard y el año siguiente Sir J. J. Thomson, ya como Lord Kelvin.
La utilidad de los rayos X no fue unánimemente aceptada por el cuerpo médico, no sólo de Alemania, sino igualmente de otros países europeos, llegando a tomarse como chusca diversión el pagar por radiografiarse partes del esqueleto, además de que había algunos puritanos que se oponían a los rayos X, pues los suponían una inmoralidad, al creer que con ellos se podría ver el cuerpo de la mujer por debajo de sus ropas. El doctor Röntgen no quiso patentar su descubrimiento cuando el famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison se lo propuso, manifestando Röntgen que lo daba para el beneficio de la humanidad. Edison, con aparatos de rayos X, organizó giras con propósitos de diversión, por ciudades de los Estados Unidos, y como aún se desconocían los efectos cancerígenos de los mismos, uno de sus operadores de apellido Dale murió de cáncer, muerte que se asegura, también alcanzó al propio descubridor Röntgen.
La aparición de los medios contrastantes le dieron respetabilidad y su indiscutible utilidad para el estudio clínico del enfermo. A fines de marzo de 1896 W. Becher ya había estudiado el estómago y los intestinos del caballo usando como medio de contraste el subacetato de plomo. En el otoño de 1896, el aún estudiante Walter B. Cannon, fisiólogo de Harvard, con nitrato de bismuto, que mezcló con el alimento del gato, observó los movimientos de la masa opaca en el estómago, lo que además le llevó a descubrir la naturaleza de la actividad peristáltica. La utilidad de los medios contrastantes se hacía cada vez más evidente. En 1896 se emplearon para visualizar los vasos sanguíneos; un mes después de que se anunció el descubrimiento de Röntgen, E. Haschek y O. T. Lindenthal inyectaron una sustancia opaca en los vasos sanguíneos de una mano amputada a la que luego observaron con rayos X. Las investigaciones de Cannon sobre la fisiología gastrointestinal fueron de gran utilidad toda una década después del descubrimiento de los rayos X, mientras se desarrolló la radiología clínica. Para 1908 ya se conocía el aspecto radiológico de la úlcera gástrica y del cáncer del estómago.
Mejoras técnicas muy importantes a principios del presente siglo, hicieron a la radiología más segura y efectiva. En 1918, Walter B. Dandy realizó el primer ventriculograma cerebral en niños hidrocefálicos. Tiempo después se descubrió que el yoduro de sodio intravenoso, que es excretado por los riñones, opaca la orina a los rayos X, lo que hizo posible la urología clínica en 1923. E. Graham y L. B. Cale emplearon fenolftaleitaleina brominada, sustancia que llega a la vesícula biliar y la opaca a los rayos X.
A medida que transcurre el tiempo se mejoran a la vez los aparatos de rayos X, las técnicas de visualización de los órganos, además del empleo de los rayos X en el tratamiento del cáncer. La distancia entre el primitivo dispositivo utilizado por Röntgen a las actuales (tomógrafo computarizado, resonancia magnética nuclear) media una enorme distancia, llegando actualmente a designarse ya no radiología sino imagenología.
Contra lo que se pudiera suponer, la vida de Röntgen, a pesar de habérsele otorgado el Premio Nobel de Física (1901) y de la fama mundial que rodeó su nombre, Röntgen, de naturaleza sencilla, honrado, amante de la verdad, comenzó a odiar la publicidad cuando su descubrimiento fue atribuido a su ayudante Zendher, quien siempre lo negó vehementemente. Herido por las vituperaciones (Lenard), se encerró cada vez más en sí mismo, y solamente era accesible a los estudiantes y a los visitantes de determinada categoría, educación y capacidad. Entristecido por la guerra (1914-18), cuyo resultado predijo, se retiró de su cátedra sin mujer y sin amigos; murió el 10 de febrero de 1923 como hombre solitario, aislado, indiferente a la nueva generación, pe- ro reconocido como un hombre que sabía estimular maravillosamente a la juventud estudiosa y como uno de los hombres más nobles y más grandes de su generación.
*Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina.
Continuará...