Francisco Vázquez Gómez
Francisco Vázquez Gómez nació el 23 de septiembre de 1860 en Tula, Tamaulipas, tan sólo tres años antes de que el doctor Angel Iglesias introdujera en nuestro país el laringoscopio y el atomizador de Lüer. Debe indicarse que el laringoscopio del doctor Czermack había sufrido modificaciones en manos de su discípulo, el doctor Federico Semeleder, las cuales consistieron en colocar el lente en una montura para gafas, que posteriormente sería sustituida por una correa para dar la forma al espejo, tal como lo conocemos en la actualidad. Mientras la laringología, la rinología y la otología se desarrollaban individualmente, la niñez de Francisco Vázquez Gómez se agotaba en tierras tamaulipecas, entre la vida familiar, los juegos propios de la edad y las enseñanzas que recibió como parte de su educación primaria. Muy joven se trasladó al estado de Coahuila para continuar con sus estudios en el Ateneo Fuente, de la ciudad de Saltillo. De allí pasó, en 1882, a la Escuela Nacional Preparatoria, a estudiar los dos últimos cursos. Para esa época se habían realizado en nuestro país varios adelantos en el campo de las enfermedades de la nariz y la garganta. El doctor Angel Iglesias había publicado en París, en 1868, su libro La laringoscopía y sus aplicaciones a la patología y a la medicina operatoria con un apéndice que trata de la rinoscopía. Por otra parte, el doctor Federico Semeleder, de origen vienés y radicado en México durante el periodo del imperio de Maximiliano, también había publicado en la Gaceta Médica de México de la Academia Nacional de Medicina, de la cual era miembro, varios estudios, entre los que podemos mencionar: Pólipos de la laringe. Dos casos de extirpación, Observaciones y datos estadísticos sobre otorrinolaringología, y Los tumores adenoides de la faringe nasal. Otros médicos, como Domingo Arámburu, Agustín Andrade, Luis Hidalgo y Carpio, Juan Cabral, Ildefonso Velazco, Ramón Icaza y Juan Fenelón, al comenzar la década de los ochenta del siglo XIX, habían publicado una serie de artículos sobre diversos aspectos de la rinología y de la laringología. Los estudios de Francisco Vázquez Gómez en la Escuela Nacional de Medicina En 1885 Francisco Vázquez Gómez ingresó en la Escuela Nacional de Medicina. Pronto destacó en el curso de fisiología del año de 1885, haciéndose acreedor a un reconocimiento oficial emitido el día 23 de enero del siguiente año. Recibió durante este tiempo una beca, la cual le era entregada por la Tesorería de la Federación General por conducto del tesorero de la Escuela Nacional de Medicina, y desde luego recibió los conocimientos y la influencia del destacado grupo de médicos que en aquella época conformaban la plantilla de profesores, entre los cuales cabe destacar a los doctores: Eduardo Liceaga, José Terrés, Manuel Carmona y Valle y Rafael Lavista. Con una sólida formación, el día 15 de marzo de 1889 presentó su examen general en medicina, cirugía y obstetricia, nombre con el que se designaba el examen profesional, mismo que continuó al día siguiente a las siete de la mañana en el hospital de San Andrés, con el fin de evaluar sus conocimientos prácticos; resultó aprobado al defender su tesis sobre la canalización de los abscesos hepáticos. Fueron sus sinodales los doctores Juan María Rodríguez, Eduardo Liceaga, José de P. Chacón, Rafael Lavista y M. Galán, y como suplente José María Bandera. Para esa época, en la otorrinolaringología ya se había empleado con éxito la cocaína como anestésico tópico. En 1884 Jelinek la había aplicado en la laringe y posteriormente se amplió su uso sobre la mucosa nasal. En el mismo año, en el campo de la cirugía nasal, Adams introdujo una nueva técnica en la que se provocaba la fractura septal para reparar las desviaciones de esa estructura. Y en lo que respecta a la otología, cabe destacar entre otras cosas que Kessel había realizado la primera movilización del estribo con timpanoplastia consecutiva, mientras que William Wilde describía la incisión que más tarde llevaría su apellido, para el tratamiento de la mastoiditis aguda. En 1887 se publicaba en México quizás el primer artículo sobre otología, escrito por el doctor Miguel Cordero, titulado Otitis interna complicada con cerebelitis supurada terminada por la muerte, que junto con el estudio del doctor José María Bandera sobre la fisiología de la membrana timpánica, son los únicos publicados en la Gaceta Médica de México que preceden a los de Vázquez Gómez en la misma. El resto de los estudios que se publicaron al final del siglo XIX representan el trabajo de los médicos mexicanos que se dedican a tratar sobre diversos problemas laríngeos, destacando los escritos de los doctores: Juan F. Fenelón, Adrián Segura y Francisco de Paula Chacón. Profesor en la Escuela Nacional de Medicina El 11 de septiembre de 1889, Francisco Vázquez Gómez compitió con Fernando López para ocupar la plaza de profesor adjunto de patología externa. Tras haber acreditado entre otras cosas tres pruebas de disertación escrita y una exposición oral acompañada de ejercicio práctico, resultó elegido para el cargo en cuestión. Es difícil precisar la influencia que sobre Vázquez Gómez ejerció Francisco de Paula y Chacón, a quien había dedicado su tesis para concursar como profesor. De Paula y Chacón era profesor en la Escuela Nacional de Medicina desde 1860, y durante la época en que Vázquez Gómez transitaba las aulas como alumno, aquél recién había regresado de una estancia en Europa, tras la cual había redactado un proyecto para modernizar los estudios de medicina que se impartían en la mencionada escuela. Para 1890 Vázquez Gómez ocupaba las cátedras de patología quirúrgica y de anatomía topográfica que se impartían a los alumnos de segundo año de acuerdo con el nuevo plan. Los alumnos de tercero estudiaban conforme al plan antiguo. Posteriormente se quedó con los tres cursos de patología quirúrgica que se impartían en la Escuela de Medicina; no es difícil imaginar que estas cátedras significaron un fuerte impulso en el terreno académico para el tamaulipeco, quien con la práctica continua, la preparación constante de las clases, el contacto con los alumnos, la práctica en los hospitales de “San Hipólito” y “Concepción Béistegui”, y las consultas que daba en el Consultorio Gratuito de la Beneficencia Pública, se fue consolidando como buen clínico y hábil cirujano. En 1897 participó como presidente honorario de la sección de laringología, otología y rinología del Tercer Congreso Médico Mexicano, y en el Segundo Congreso Médico Panamericano presentó un estudio sobre las causas más frecuentes de sordomudez en México. Ingresó en la Academia Nacional de Medicina como socio numerario de la sección de Anatomía Normal y Patológica el 27 de mayo de 1896. A partir de esa fecha se dedicó sistemáticamente a trabajar la otorrinolaringología en su consulta médica en forma integrada, iniciando el proceso de consolidación de la especialidad en cuestión. Igualmente publicó observaciones sobre la faringolaringitis seca y un artículo sobre la Conservación de la membrana timpánica después de la trepanación del mastoides y extirpación del martillo. Francisco Vázquez Gómez es, junto con José María Bandera, el primer médico mexicano que agrega a la rinolaringología el estudio de la otología en su quehacer académico, siendo mucho más sistemático que aquél en esta área; sin embargo, su trabajo para lograr la integración de la otorrinolaringología en nuestro país no se limitó al estudio de este campo. Consciente de que todo esfuerzo individual es vano, fue más allá de su propia persona e inició la institucionalización, no sólo de su propia especialidad, sino de las restantes, que, como la suya, habían nacido en el siglo XIX. Este esfuerzo por institucionalizar dichas especialidades se inició en 1904 cuando fue electo vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina para el periodo de 1904-1905; al término de dicho periodo y de acuerdo con los estatutos vigentes en aquella época, la presidencia de la Academia pasó de las manos del doctor Manuel Toussaint a las de Francisco Vázquez Gómez, quien la ocupó el día 1o. de octubre de 1905. El cargo lo desempeñó al lado de los doctores Fernando Zárraga, quien fungió como vicepresidente; Joaquín G. Cosío, como secretario primero; y como secretario segundo Roque Macouzet. Los cambios que efectuó en la Academia Nacional de Medicina fueron los siguientes: física y química médicas fue dividida en dos secciones, una para cada materia, lo mismo ocurrió con anatomía normal y patológica, mientras que patología y clínica médicas se transformaron en medicina general. Patología y terapéutica quirúrgica quedó convertida en cirugía general. Higiene y estadística médica pasó a ser higiene y demografía, y se agregaron a la lista otorrinolaringología, enfermedades de las vías urinarias, dermatología y sifiliografía, psiquiatría y enfermedades nerviosas, pediatría, e historia de la medicina. El valor de cada una de las nuevas especialidades impulsadas por Francisco Vázquez en la Academia Nacional de Medicina quedó de manifiesto, ya que éstas representaban la modernidad médica, como fruto de los logros en medicina durante el siglo XIX. |