Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de mayo 2001


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Seminario Permanente de Medio Ambiente y Salud

Las enfermedades gastrointestinales en México

Con el propósito de difundir y promover el conocimiento científico, el Seminario Permanente de Medio Ambiente y Salud cumplió el pasado 18 de abril seis años; tuvo su origen en el Programa Universitario de Medio Ambiente. En esta ocasión el doctor Alejandro Cravioto, director de la Facultad de Medicina, participó con el desarrollo del interesante tema: Panorama del estado actual de las enfermedades gastrointestinales en México.

Poseedor de una amplia trayectoria en el área científica de la salud, entre la que destaca el hecho de ser doctor en microbiología y genética microbiana por la Universidad de Londres, el doctor Cravioto señaló que la pobreza extrema en la que vive un gran sector de la población del país está asociada a la proliferación de fuentes de infección, y que son los niños los más susceptibles a enfermar por diarreas. La hidratación oral es en la actualidad una forma alternativa de tratar un cuadro diarreico, lo que ha permitido que las muertes por esta causa disminuyan, pero no significa que nadie esté exento de padecer enfermedades como el cólera.

Con la presencia del doctor Octavio Rivero Serrano, ex rector y ex titular de la FM, y la asistencia de estudiantes, investigadores y profesores de la Facultad que se congregaron en el auditorio "Dr. Fernando Ocaranza", el doctor Cravioto explicó que durante el proceso de infección de tipo diarreico, las bacterias -que entran por la boca y al esófago- llegan al estómago donde pueden sobrevivir y desarrollarse, y tener más posibilidades de existir en el estómago de los niños pequeños debido a que contiene menor cantidad de ácido clorhídrico. Las bacterias interactúan con las vellosidades intestinales y algunas de ellas producen series de proteínas que les permiten pegarse a receptores que hay en las membranas de las células intestinales, lo que se conoce como proceso de colonización. Y una vez que las bacterias colonizan, el organismo expulsa grandes cantidades de sodio, cloro y agua. Es aquí cuando se habla de un cuadro clínico diarreico.

Indicó el doctor Cravioto que el agua es un vehículo que las bacterias utilizan para diseminarse en los humanos y fue como se presentaron los primeros casos de cólera en México en 1992 y se manifestaron en los estados de zona húmeda, como Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán. Posteriormente, entre 1994 y 1996, se registraron casi 20 mil casos en todo el país. El cólera se presentó primero en los adultos mayores de 20 años porque estaban más en riesgo de enfermarse al consumir agua contaminada, y después, conforme fue avanzando la epidemia, empezó a manifestarse en niños menores de cuatro años y posteriormente en menores de un año.

Destacó sin embargo, el también maestro en salud pública por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical en Londres, que la mortalidad por cólera en México fue sumamente baja, al menos en los casos en los cuales había un diagnóstico microbiológico seguro. Asimismo, las víctimas que morían por el brote eran gente que padecía de cuadros diarreicos constantes, quienes perdían un litro de agua a causa de la evacuación y debido también a la falta de un sistema rápido y adecuado para el manejo y tratamiento oportuno del cólera. Algunos gérmenes tienen la capacidad de sobrevivir y adaptarse a diferentes situaciones del ambiente; en el caso del cólera se supo, a partir de 1996, que produce una serie de proteínas largas a través de las cuales puede recuperar, si ya lo perdió, un virus que se inserta en su cromosoma, y lo que produce es una proteína grande que es la que interactúa con los receptores celulares y origina la diarrea. En Perú se demostró que el cólera puede vivir durante largo tiempo en altas concentraciones de cloro.

El doctor Cravioto habló de las líneas de investigación que realizan algunos investigadores de la FM, como es el caso de la doctora Yolanda López Vidal que se ha enfocado al estudio de la bacteria Helicobacter pylori, que infecta el estómago de los individuos y se asocia no sólo a una infección sino al riesgo de contraer cáncer gástrico. La bacteria Helicobacter pylori tiene dos características: una, puede vivir en el estómago con altas concentraciones de ácido clorhídrico, y dos, está asociada a un proceso neoplásico (formación de tejido nuevo). Esta bacteria puede producir dos proteínas: oxidasa y ureasa. Por medio de esta última se puede detectar la presencia de la bacteria en el estómago.

Con relación a la frecuencia de casos que se han encontrado, Cravioto explicó que la bacteria de H. pylori se encuentra en cualquier parte del mundo, se conoce una gran cantidad de casos, sobre todo en los países en desarrollo, como los de Africa y el sureste asiático, México, Centroamérica y Suramérica. El doctor Cravioto no descartó la posibilidad de que cualquier individuo pueda infectarse con esta bacteria y "el problema que representa es que una vez infectada la persona es muy difícil que desaparezca de su estómago", comentó. El objetivo de la investigación que dirige la doctora López Vidal, es determinar cuántos casos de infección existen en México y cuál es su origen, y establecer formas de prevención de la infección por H. pylori.

Finalmente, en un estudio realizado por el doctor Cravioto y un grupo de colaboradores para tomar muestras de agua potable en los sistemas Cutzamala y Lerma con el propósito de determinar la presencia de H. pylori, descubrió que dichas porciones contenían además de esta bacteria, una gran cantidad de gérmenes como son: colifornes, enterococos, vidrios y otros más debido a la contaminación fecal. A este respecto el doctor Cravioto propuso que la Comisión Nacional del Agua realice un cambio en la norma de potabilización del vital líquido y que se garantice el suministro del agua, libre de bacterias que ponen en riesgo la salud de la población.