Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 mayo 2007
Facultad de Medicina UNAM

 

BAJO EL MURAL

Perdida en los Apalaches, el noise electrónico y la isla de Java

Teatro de sonrisas

Un juguete cuántico y las paradojas del espacio-tiempo nos llevaron a una extraña puesta en escena que nos ubicó desde una conferencia en Europa hasta un sitio muy lejano en los Apalaches, pero también de lo absurdo a la comedia que el público Bajo el Mural disfrutó con mucha hilaridad.

Tres personajes de los habitantes de la bodega formaron parte de la obra Perdida en los Apalaches, dentro de las Jornadas Universitarias sobre el humor, llamadas “Me duele cuando me río”, de la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria (DGACU).

La trama versa sobre un interesante tema acerca de la física cuántica y un experimento de “ubicuidad” en el espacio-tiempo. Una joven bastante aturdida, con una hora en su reloj y una fecha distinta en su calendario a la de su interlocutor, ocupan un doble sitio en la oficina europea y en los Montes Apalaches. “Lo absurdo de estar en dos lugares a la vez, y en ninguno...”

El director y uno de los actores de esta obra, Miguel Ángel Morales, comenta que Perdida en los Apalaches le pareció una comedia muy inteligente de José Sanchis Inisterra, catalán, adaptación de esta original, y de acuerdo con el ciclo de “Me duele cuando...”, es una comedia que maneja cierto humor, muy inteligente; no es el albur, no es el chiste fácil, sino es la comedia fina. El motivo de la obra es bastante profundo, ahí en donde se ve...

“Aquí no tenemos las condiciones de iluminación y el sonido, pero la obra trata sobre física cuántica. De alguna manera la física cuántica se pone paralela a la vida cotidiana de cada ser humano, los encuentros, los desencuentros, los que creemos que ya encontramos y que no hemos encontrado... o con quienes estamos, que creemos que es nuestra media naranja y resulta que no lo es, ¿no?

“Los actores son: Armando Tapia, el vicesecretario segundo; Quirey Amano, la doctora Greñuela, y un servidor, Miguel Ángel Morales, el intruso. El grupo se llama ‘Los habitantes de la bodega’. Desde hace tres años les damos la bienvenida con un evento a los jóvenes de nuevo ingreso al bachillerato de la UNAM: ‘El espectáculo del conocimiento, y a partir de ahí hubo la conexión y nos propusieron aquí. Nos fue maravilloso porque todo estuvo en contra, todo, porque está pensado para lugares cerrados y nos fue muy bien sin embargo: la respuesta fue maravillosa, la atención del público, la gente pasando, el ruido...”

Teatro de sonrisas

nadSAt

El dueto nadSAt es un proyecto entre el noise, el rock y síntesis electroacústicas que se escuchó entre ansias y melancolías Bajo el Mural con aspectos integrados de arte sonoro y literatura de arte mexicano, como expresión del desasosiego del estrés propio de los habitantes de esta ciudad.

Jurgen le Ville y Diego Pérez Lomardini son los inestables anímicos de nadSAt que dieron un recital de música sintética y espacios silenciosos. “En algunas letras hay fragmentos de poemas de Carlos Pellicer y Xavier Villaurrutia y es nada más el deseo de expresar lo que sentimos...”, apunta Diego.

Es una propuesta electroacústica generada por un instrumento natural, computadoras para hacer bases rítmicas y armónicas para generar síntesis. “Manipular esos sonidos en vivo, para darle vida a esta música y que no sea siempre igual, a pesar de ser electrónica”, agrega.

Desde luego esta música da la sensación de remitir a las cosas que se hacen hoy en día, según estos jóvenes, cada vez de manera más acelerada, debido a las acciones que absorben las computadoras, un gran esfuerzo que usaríamos para cualquier otra cosa y es que “es una música que por ser a veces repetitiva genera una tensión y expresa, creo, lo que cualquiera que viva en una ciudad como ésta pueda sentir: rapidez, presión, desorden”.

Jurgen es el encargado de la parte electrónica y de la síntesis por medio de la programación de un software libre, llamado supercolaider, donde se controlan sonidos previos y se van “triguereando” o soltando a tiempo real, más una señal del amplificador de Diego que toca una guitarra y procesan en una computadora.

Sin embargo, Jurgen piensa: “Creo sinceramente que lo mejor es una visión muy esperanzadora, espero que sí; hay muchos movimientos ahorita, está el noise y hay otros movimientos importantes, como Rogelio Sosa y Mario de la Vega, en el extranjero el súper importante es Merzbow, que empezó a hacer noise, y hay otros, como Andy Bent.”

Por otra parte, nadSat está integrando las primeras rolas que interpretaron en la Facultad de Medicina, como Estar en ti, Contrarios y Anestesia, para poder realizar su primer disco en un lapso próximo, menciona Diego, quien es el compositor del proyecto y estudiante del Centro de Investigación y Estudio de la Música.

El Gamelán tradicional

Desde la isla de Java

El arte indonesio llegó cargado de instrumentos extraños, metálicos acústicos y jóvenes ataviados con ropajes de la idea y el espíritu oriental, propio de ese lejano sitio. Interpretaron con sobriedad mística sones reverberantes que flotaban Bajo el Mural y se apoderaron de nuestros ojos y oídos.

En verdad, como salidos de una estampa insólita, los integrantes del grupo Indra Suara se adueñaron por momentos mágicos de la Facultad de Medicina, con esos tonos que penetraban nuestros cuerpos, por aquella música dulzona expelida de instrumentos de bronce y metal.

De una de las 17 mil islas indonesias, la de Java, la mayor y más importante, proviene este tradicional arte musical, compuesta esta orquesta por 10 elementos. “Estas orquestas empezaron a surgir en el siglo XVI, pero algunos de los instrumentos son mucho más antiguos. Tienen influencia china, pero más de la India”, apunta Esteban González, director de la agrupación.

También se halla influencia épica proveniente de los libros sagrados del Mahabarata y del Ramayana, como fuente de inspiración de la música, la danza y el teatro de las sombras, de acuerdo con lo externado por Esteban. Asimismo, cuenta con la tendencia de muchas religiones, no sólo del hinduismo y del budismo, sino en el caso particular de la Isla de Java, con mucha influencia del Islam. “Indonesia es la nación musulmana más grande del mundo”, agrega.

“La mayoría de nosotros estudiamos música y nos interesamos por la del mundo, en particular por la de Indonesia, que se nos hace increíble y poco conocida en México y en América en general, con instrumentos que provienen de allá y desde donde los trajimos. Son muy costosos.

“Son el bonnang, el eslented, el demung, el peking, el gambang, los gongs, el kendan, el chiblón y el kenón, todos ellos de bronce o resonadores de metal, y son percusiones, excepto el citer y el rebab que son cuerdas.

“Nosotros ofrecemos cursos en la embajada de Indonesia, ubicada en Julio Verne 26, colonia Polanco, y si requieren más información para las fechas próximas, escriban a arteindonesio@yahoo.com.mx.”

Por otra parte, los nombres de los músicos del grupo son: Gilberto, Emilio, Adriana, Jerónimo, Lourdes, Alejandra, Vale-ria, Daniel, Toto y Esteban, quienes se presentan en casas de cultura, festivales, colegios y escuelas de música. Actualmente grabaron un disco doble que está a la venta, llamado: Gamela, el sabor de El Dorado.