La Investigación en la FM Historia de la Enseñanza de la Anatomía en México
El estudio de la historia de la anatomía siempre ha causado gran expectación; es un tema que ha apasionado al hombre para poder conocer y saber la composición, funcionamiento y sobre todo, cómo mantener su cuerpo siempre sano. De ahí que se tenga noción de que los conocimientos anatómicos son muy antiguos en la historia de la humanidad; se puede suponer que desde que el hombre se vio en la necesidad de cazar para poder alimentarse, conoció primero la anatomía de los animales; o bien, en otras culturas, el ofrecer víctimas humanas a sus dioses o realizar embalsamientos les dotó de grandes conocimientos sobre la anatomía humana; por estos motivos, el doctor Joaquín Reyes Téllez-Girón, jefe del departamento de Anatomía y la historiadora Irma Cruz Prieto Balderas, han querido presentar una breve descripción de la historia de la anatomía durante el siglo XVII en nuestro país, aunque para ello se han tenido que abordar con anterioridad algunos antecedentes de esta rama de la medicina, también de manera secuencial desde el número anterior de esta Gaceta.
Antecedentes de la anatomía en el siglo XVII
Fue en Grecia donde el desarrollo de la medicina tuvo un gran auge, durante el siglo V a. C. con Hipócrates, médico griego, conocido como el "Padre de la Medicina", es a él a quien se le debe la fundación de una escuela racional, en donde los hechos eran observados y sobre éstos se diagnosticaba; se trataba de una medicina "científica" en la que los aspectos mágico-religiosos quedaban fuera, pues es bien sabido que durante muchos siglos la salud y la enfermedad fueron comprendidos en términos de una fisiología humoral, en la que el deber del médico era mantener el equilibrio de los cuatro humores para evitar la enfermedad o quizá la muerte. Su obra Colección Hipocrática y especialmente los Aforismos fueron considerados como la Biblia del saber médico, de ahí que en muchas escuelas de medicina los estudiantes los aprendieran de memoria. Hacia el siglo III a. C., la medicina racional se extendió y desarrolló en los estados helenísticos, muy especialmente en Alejandría, donde los estudios anatómicos estuvieron representados por dos escuelas: la de Herófilo, que era anatómica y morfológica, y la de Erasístrato que era fisiológica, en ambas se practicaban disecciones anatómicas. En el siglo II de nuestra era tenemos otro médico griego, Galeno de Pérgamo, con quien la medicina vuelve a resurgir; realizó importantes estudios anatómicos, estuvo en contacto con los conocimientos de Hipócrates; su teoría se basaba en la observación y la experimentación, llevada a cabo en su laboratorio anatómico donde estudiaba todo género de animales, en especial monos, pues pensaba que anatómicamente eran muy semejantes al hombre. Su teoría anatómica se encuentra comprendida en el libro Procedimientos Anatómicos, donde empieza haciendo una descripción histórica de los conocimientos que sobre la anatomía se tenían. Asimismo, va citando a los autores que consultó para recabar su información. Habla de cómo debe llevarse a cabo el método de disección; por ejemplo, cuando se refiere al sistema óseo, establece un orden cefalocaudal, describiendo hueso por hueso y haciendo énfasis en cada uno de ellos; al describir los músculos lo hace con una apreciación topográfica, haciendo hincapié en los puntos de inserción, lo que le sirve de base para explicar su funcionalidad. Su libro Procedimientos Anatómicos fue de gran valor para la época en la que lo escribió, ya que sentó las bases de los conocimientos anatómicos; desafortunadamente muchas de sus descripciones no se hicieron en el hombre; asimismo, algunos conceptos que para aquella época tenían certeza, resultaron erróneos, como el concepto de las arterias, la aplicación de los nervios que se salen de los huesos y de los músculos, pues confundieron a éstos con los ligamentos y tendones. Su tratado De Usu Partium, sobre preparaciones anatómicas, sirvió como texto de anatomía por más de mil años, perdurando su influencia durante la Edad Media y parte de los tiempos modernos. En el siglo XIV se nota una evolución en el conocimiento anatómico; fue Bolonia la sede del renacer anatómico, ya que se difunde la práctica de la disección en cadáveres humanos, distinguiéndose el profesor Modino de Luzzi, quien escribió el primer libro de texto de anatomía que contiene referencias muy amplias de dicha práctica, aunque su teoría sigue apoyada en Galeno. Hacia el siglo XV, surgieron las disecciones anatómicas en las escuelas italianas, así como en otros países, destacándose Montpellier, París y Oxford; y en el siglo XVI se enseñaba anatomía humana en los anfiteatros de Bolonia, Pisa, Padua, Montpellier, Valladolid y Salamanca, destacando entre ellas, por su mayor desarrollo, Padua, donde se funda el primer teatro anatómico. Durante el Renacimiento, la anatomía fue la única disciplina que se separó totalmente en los esquemas galénicos. En los anatomistas del Renacimiento encontramos ya la ciencia moderna del cuerpo humano, a través de la observación directa de los órganos en el cadáver, en su exacta descripción, constituyéndose las bases de la anatomía moderna y donde destaca la figura de Andrea Vesalio. Con la nueva anatomía la cirugía tuvo mejores apoyos, viéndose una separación entre el médico universitario preparado y el cirujano barbero sin preparación, pero con una gran habilidad manual, lo que generó que los médicos regresaran a la práctica disectiva. Hacia el segundo tercio del siglo XVI, en Padua, se llevó a cabo el verdadero renacimiento de la anatomía, debido al entusiasmo de Andrea Vesalio, médico y protegido de Carlos V, que trabajó en cadáveres incansablemente, practicando disecciones personalmente. Escribió su famoso De Humani Corporis Fabrica, publicado en Basilea en 1543, en siete tomos ilustrados profusamente con lo observado en sus magistrales disecciones, que fueron grabados en madera con gran precisión y con gran calidad en las láminas que mostraban el cuerpo humano; al parecer no se contaba en esta época con un procedimiento que permitiera tener el cadáver en buenas condiciones para su disección, lo que hacía que se realizaran las disecciones de manera inmediata, teniendo que hacer dibujos de las estructuras encontradas para conservar el conocimiento anatómico, lo que probablemente ocasionaba que a los médicos no les fuera tan atractivo realizar disecciones en cadáveres. Con las aportaciones de Vesalio se revolucionó el conocimiento que del cuerpo humano se tenía, desde la descripción hecha por Galeno; a partir de entonces, se sentaron las bases de la medicina y fundamentalmente de la fisiología y patología, por lo que se le considera como "El Padre de la Anatomía Humana", siendo su obra de gran importancia, ya que fue difundida en Europa al ser reimpresa en muchas ocasiones durante los siglos XVI y XVII. Las Universidades españolas estuvieron entre las primeras que aceptaron la anatomía vesaliana y desarrollaron un activo programa de disecciones y estudios del cuerpo humano. En 1549, se crea por primera vez la cátedra de Anatomía, en la Universidad de Valencia, siendo Pedro Jimeno su primer titular; en 1550 en Valladolid y en 1551 en Salamanca, donde según sus estatutos, el profesor de Anatomía tenía que efectuar múltiples disecciones de cadáveres humanos, y en caso de no tener suficientes, se ilustrarían las lecciones con las láminas del libro de Vesalio. Fue la época renacentista y en el "Siglo de Oro" de la literatura (1550-1650), en donde la medicina tuvo años de esplendor; entre la nómina de grandes médicos de entonces tenemos a Juan Fragoso, Antonio Laguna y Juan Valverde, quien publicó en español la obra de Vesalio, con el título de Historia de la composición del cuerpo humano. Cabe destacar que entre esos grandes médicos existía el deseo de conciliar los nuevos conocimientos con las teorías clásicas antiguas de Hipócrates y Galeno.
Tales son los antecedentes en que se encontraba la enseñanza de la anatomía en España, cuya influencia llegó tardíamente a México, debido a la situación política entre España y sus colonias, al establecerse la cátedra de Anatomía y Cirugía en la Real y Pontificia Universidad de México, ésta se sustentó en el conocimiento de los griegos clásicos. En México, los indígenas, al momento de la conquista, poseían conocimientos médicos de acuerdo a la concepción que tenían de su mundo; practicaban la cirugía de acuerdo a su destreza y habilidad manual; además, sabían de la estructura del cuerpo humano y tenían una nomenclatura (taxonomía anatómica) para nombrar cada parte del cuerpo humano. Entre 1575 y 1576 hubo una epidemia de cocoliztle (fiebre amarilla) en México, se llevaron a cabo numerosas "anatomías" o disecciones para indagar la causa de su muerte, es decir, con fines anatomopatológicos.
Cátedra de Anatomía y Cirugía
La cátedra de Anatomía y Cirugía dentro de la Real y Pontificia Universidad de México, fue creada a instancias de la Real Pragmática dada por Felipe III el 4 de noviembre de 1619 y fue abierta en 1621, se ofrecieron a impartirla gratuitamente los doctores Rodrigo Muñoz y Cristóbal Hidalgo y Vendaval, que dictaba la de Método Medendi. El claustro universitario decidió otorgársela al segundo, quien fue el primer profesor que impartió la materia y tomó posesión de la misma el 29 de noviembre de 1621, sin percibir salario alguno hasta 1626 en que se asignaron 300 pesos anuales, continuó ocupándola hasta 1652. En lo que se refiere al Plan de Estudios para 1626, esta cátedra aparecía en un cuadro de 19 materias, los alumnos tenían que cumplir con cuatro cursos, los cuales duraban aproximadamente nueve meses y el horario era mixto, ya que acudían por la mañana y por la tarde. Por otra parte, se tiene conocimiento de que quien impartía la Cátedra lo hacía de forma temporal, ya que se renovaba al profesor cada cuatro años, mediante concursos de oposición en los que tenían que presentar disertaciones sobre los libros de Hipócrates y Galeno. Algunas de las características de la enseñanza de la anatomía y cirugía eran que la clase se impartía en romance, básicamente oral, duraba una hora en la que el profesor se dedicaba a dictar la primera media hora y el resto del tiempo explicaba, mientras los alumnos deberían memorizar los textos y repetirlos literalmente. Las prácticas de disección eran escasas, ya que rara vez se disponía de un cadáver, a pesar de que estaba estipulado que se realizaran cuando menos tres veces al año; lo que sí se hacía con cierta regularidad era reunirse en la biblioteca para observar un esqueleto y se les explicaba la utilización de algunos instrumentos quirúrgicos. Posteriormente, con el objeto de vigilar el buen funcionamiento de la Real y Pontificia Universidad de México, fue enviado como visitador don Juan de Palafox y Mendoza, quien redactó los nuevos estatutos o Constituciones Palafoxianas promulgadas en 1645, en donde la cátedra de Anatomía y Cirugía aparecía en un cuadro de 20 materias y con el salario más bajo con relación a otras asignaturas; el sueldo era de 100 pesos anuales. La enseñanza de la anatomía y cirugía se vio beneficiada, ya que se estipuló que las prácticas de disección fueran obligatorias, las cuales deberían llevarse a cabo en el Real Hospital de Indios, con la consigna de sancionar tanto al encargado de ellas como al estudiante que no asistieran para realizarlas. Asimismo, se debería nombrar a un maestro cirujano encargado de dirigirlas, siendo Andrés Martínez de Villaviciosa y Juan de Correa quienes llevaron a cabo una disección, según lo estipulado en estas Constituciones el 8 de octubre de 1646; a ésta siguieron otras y de alguna manera aumentó el número de anatomías o disecciones con relación a las que se practicaban en la Real y Pontificia Universidad de México; sin embargo, por múltiples motivos, como fue la escasez de cadáveres, el mal estado en que éstos se encontraban o simplemente la resistencia a practicarlas, impidieron que se llevaran a cabo como se había decretado. Finalmente, resalta la figura de Diego Osorio y Peralta, quien ocupó la Cátedra de Anatomía y Cirugía de 1667 a 1672, además de los de Método y Vísperas, se le debe el haber escrito el primer texto de Anatomía en 1685 como se citó anteriormente, el cual se basó en las teorías de Hipócrates y Galeno, funcionando como libro guía en esta época. En conclusión, podemos decir que la enseñanza de anatomía y cirugía en el siglo XVII fue parte fundamental de los estudios médicos y se fundamentó fielmente en las teorías hipocráticas y galénicas, viéndose un adelanto en cuanto se convirtieron en obligatorias las prácticas de disección, las cuales son fuente de aprendizaje, ya que ponen al alumno en contacto directo con el cadáver, lo cual favorece la enseñanza. |