Regresan Seis Oleos Coloniales al Palacio de la Escuela de Medicina



El día 12 de marzo en la sala de juntas de la dirección de la Facultad de Medicina, el doctor Alejandro Cravioto recibió al ingeniero Gerardo Ferrando Bravo, tesorero de la UNAM, al licenciado Miguel Martínez Maestre, director general de Patrimonio Universitario y a la arquitecta Zoraida Gutiérrez Ospina, jefa del departamento de Bienes Artísticos y Culturales de esa misma dependencia, quienes le hicieron entrega de seis óleos coloniales, propiedad de la UNAM, que fueron restaurados por la Dirección General de Patrimonio, y que tienen como sede el Palacio de la Escuela de Medicina.

Al hacer la entrega Zoraida Gutiérrez Ospina, dijo: "la restauración del acervo cultural universitario que la Dirección General de Patrimonio a través de su departamento de Bienes Artísticos y Culturales ha venido realizando, se ve reflejada en los trabajos efectuados en algunos de los bienes que custodia la Facultad de Medicina.

"Cabe hacer mención que en años anteriores se hizo entrega de dos bocetos, totalmente restaurados del mural que el maestro Diego Rivera pensara realizar en la escalera del antiguo Palacio de Medicina, obras representativas de la plástica mural universitaria.

En primer plano, el ingeniero Gerardo Ferrando, tesorero de la UNAM, acompañado por el doctor Alejandro Cravioto, director de la FM
"Además, es para nosotros motivo de orgullo el dar a conocer la culminación del objetivo fijado por la Dirección General de Patrimonio: rescatar los 14 óleos coloniales que resguarda la Facultad, ocho de carácter religioso y seis retratos, bienes que forman parte de la invaluable colección de las 70 obras pictóricas novohispanas que posee nuestra máxima casa de estudios.

"En esta ocasión, se hace entrega de los seis retratos antes mencionados en los que podemos apreciar algunos de los más ilustres personajes del mundo colonial, tanto en las artes como en las ciencias".

Las piezas son: retrato de un autor anónimo del insigne científico José Antonio Alzate, quien fue uno de los principales promotores en la Nueva España de las ideas ilustradas de los siglos XVII y XVIII. Como fondo para la figura del personaje, aparecen diversos instrumentos científicos de medición, reveladores de la vocación ilustrada de Alzate, así como una cortina roja que sirve como contraste y recurso compositivo para equilibrar la austera indumentaria del científico.

Retrato de Ignacio Diez de la Barrera, de Francisco Martínez, donde podemos recordar que en el retrato novohispano de comienzos del siglo XVIII se realizó una recuperación de las tendencias propias de la escuela española y flamenca, en cuanto a la sobriedad y realismo de los caracteres representados; de hecho, el realismo, que posteriormente germinaría en la pintura novohispana, sería en gran parte el resultado de una revaloración de estas tendencias.

Las obras restauradas pueden apreciarse en el Palacio de la Escuela de Medicina
Retrato de Francisco de Castañeda. El autor de esta obra, Manuel Arellano, realizó su producción pictórica entre 1692 y 1721. La obra del artista puede ser agrupada con la del conjunto de pintores que siguieron el estilo barroco propio del siglo XVII. Fue contemporáneo de Cristóbal de Villalpando y de los hermanos Rodríguez Juárez. En este retrato hallamos una combinación entre el barroco de tonos aterciopelados, manos mal dibujadas en los personajes retratados, cierta expresión teatralizada en sus rostros, y ciertos elementos austeros como podían ser la poca abundancia de elementos compositivos, la ausencia de escorzos muy complicados, así como el uso del claroscuro, que derivaba en un mayor cuidado por el detalle.

Retrato de Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, de autor anónimo del siglo XVIII. La obra se destaca por la capacidad expresiva del personaje, lograda a través de la hábil mano del retratista anónimo. Cabe señalar que el retratado ocupó destacados cargos en el ámbito eclesiástico novohispano. Castorena es considerado como el primer periodista mexicano, pues fue el primero en publicar en la Nueva España gacetas o periódicos. Otro hecho importante es que imprimió la Fama y obras póstumas de Sor Juana Inés de la Cruz.

Tres de los óleos restaurados por la Dirección General de Patrimonio Universitario
Retrato de Antonio de Lizardi, quien fue uno de los más distinguidos jesuitas del siglo XVIII, tanto por sus cualidades intelectuales como por su temple espiritual. En esta ocasión, el célebre pintor Miguel Cabrera retrató al personaje en actitud contemplativa. Resaltan de la obra sus cualidades en el dibujo, así como el cuadro compositivo. Cabe recordar que la Facultad de Medicina ya cuenta con otra obra restaurada de Cabrera, la cual le fue entregada el año pasado, titulada Alegoría de la encarnación de la Virgen María.

Retrato de Manuel de Escalante y Colombres. Este personaje fue uno de los colegiados de San Ildefonso, quien llegó a ser rector de la Universidad, además de que fue autor de diversos opúsculos religiosos. El óleo también se destaca porque su autor, Juan Rodríguez Juárez, fue uno de los más destacados artistas novohispanos predecesores de la generación de pintores de la talla de Miguel Cabrera.

Las pinturas que se reincorporan al acervo cultural del Palacio de la Escuela de Medicina fueron sometidas a un proceso de limpieza, reintegración de capa pictórica y barnizado de protección.