Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de marzo 2001


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Directores de institutos
El doctor Donato Alarcón y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Doctor Salvador Zubirán", una escuela de líderes

 

Casi al concluir el segundo periodo de gestión como titular del ahora llamado Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Doctor Salvador Zubirán", el doctor Donato Alarcón Segovia dejará una institución de consolidado prestigio nacional e internacional.

Con instalaciones modernas, funcionales, cómodas, que transpiran arte por doquier y un equipo y ambiente de trabajo armónico, el doctor Alarcón ha colocado al Instituto que encabeza en el cuarto lugar de producción científica a nivel nacional.

Dr. Donato Alarcón

El doctor Alarcón Segovia nació en la ciudad de México el 6 de mayo de 1935. Egresado de la Facultad de Medicina, recibió el título de médico cirujano en 1959. Realizó su adiestramiento de medicina interna y reumatología en la Graduate School of Medicine, en Rochester, Minnesota, durante cuatro años (1961-1965); tiene el grado de maestro en ciencias en el área de Medicina Interna por la Universidad de Minnesota, y la certi-ficación, en esa misma área, por la Asociación de Medicina Interna de México, y de Reumatología por el Consejo Mexicano de Reumatología, del cual fue uno de los fundadores y presidente en 1982. A su regreso a México, en 1971, fue invitado por el doctor Zubirán para crear y ser titular del Laboratorio de Inmunología y consultor en reumatología del Instituto Nacional de la Nutrición. Finalmente fue nombrado director general del mismo el 15 de junio de 1992. Desde los inicios de su carrera se interesó por investigar el Lupus eritematoso, línea a la que ha dedicado gran parte de su vida.

Muy amable, de personalidad firme y serena, el doctor Donato Alarcón abrió las puertas de su oficina para hablar de su carrera, vida y obra.

"El Instituto tiene las labores de investigación, atención médica, docencia y ser-vicio a la comunidad, esferas que constituyen nuestro emblema. Es una escuela de líderes, no queremos formar médicos del montón; y ése es el estandarte de la institución y nuestra contribución al país; las personas que formamos pueden estar biografiadas dentro de 'Quién es quién en el mundo.'

"Recientemente el Instituto cambió de nombre, porque sólo 15 por ciento de sus actividades están relacionadas con la nutrición, y como nuestra labor de investigación es muy fuerte se tomó la decisión de llamarlo Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, pues es la cuarta institución de investigación en el país, después de la UNAM, el Cinvestav y la Universidad Autónoma Metropolitana; sin embargo, tenemos el mayor porcentaje de citas en el país.

"El árbol de la vida", inspirado en la personalidad del doctor Salvador Zubirán

"Esta es una institución que inició en 1945 como hospital de enfermedades de la nutrición y gradualmente se fueron agregando gastroenterología, endocrinología y, sucesivamente, ampliando las especialidades con la llegada de Alfonso Rivera, quien incluyó la nefrología y el metabolismo mineral, Rubén Lisker la genética, y yo la reumatología y la inmunología.

"Aquí se tienen todas las especialidades, pero enfocadas a la medicina interna y cirugía de adultos; por ejemplo, no tenemos un departamento de neurología o psiquiatría, no competimos con el Instituto de Psiquiatría o el de Neurología, sólo a nivel de medicina interna, porque tenemos grandes grupos con diabetes o cirrosis lupus, y eso es en lo que nosotros podemos contribuir desde el punto de vista de la investigación. Los pacientes no entran aquí por un problema neurológico o psiquiátrico, pero entre éstos hay suficientes casos incluso para tener adiestramiento, becarios de la Universidad y programas en neurología y neurofisiología; esto da una idea de cómo vamos trabajando.

"Por ejemplo, no tenemos un departamento de neumología, pero gradualmente hemos venido conformando un grupo de neumólogos, neumocirujanos y cirujanos de tórax que están en el Instituto; cuando llegue el momento, podremos hacer un departamento de neumología sin competir con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), pero a aquellos de nuestros pacientes con problemas pulmonares los podremos atender aquí dentro del contexto mismo de su asistencia, porque ésta es una institución de tercer nivel, donde se ven enfermedades de acuerdo con ciertas especialidades.

"Creo que el Instituto tiene la cualidad de estar conformado por médicos y personal profesional técnico que le tienen mucho cariño a la institución y entre quienes hay buenas relaciones interpersonales. Aquí este es uno de los puntos fuertes, trabajar en esta institución es muy agradable; no es como en otros sitios donde están peleados unos con otros y hay problemas entre los compañeros; aquí no existe eso, aquí se discute libremente. En las sesiones académicas la discusión es intensa, pero al salir todos somos amigos, porque somos una institución muy universitaria, colegiada y académica, esto incide en las relaciones interpersonales; cuando una persona, fuera de lo académico, es un poco agresiva inmediatamente se distingue como negrito en el arroz. La gente nueva que traemos se contagia inmediatamente de este tipo de actitud grata".

Este tapiz decora la biblioteca del Instituto

Durante la gestión del doctor Alarcón, las instalaciones han tomado un nuevo aire, comentó que su preocupación es buscar fondos para renovarlas porque datan de 1970, y agregó: "De manera que las instalaciones de hospitalización tienen más de 30 años de haberse construido, se renovaron para hacerlas más agradables y funcionales para los pacientes y el personal; además, constantemente valoramos su funcionamiento. Por ejemplo, para la toma de muestras de laboratorio tenemos calculados 15 minutos desde que llega la persona, se le toman sus muestras, se registra y paga. A las siete de la mañana, siempre hay mucha gente, pero para las nueve o nueve y media ya se atendieron en total 500 personas. Nuestro servicio es muy eficiente. El Instituto se construyó con una donación de don Gonzalo Río Arronte. Es modelo, tan es así que una vez que lo desarrollamos fuimos a diversas instituciones, entre ellas la Clínica Mayo, para obtener información de cómo manejar la toma de muestras, y cuando el Instituto cumplió 50 años, invitamos a los mismos que nos habían mostrado sus instalaciones y preguntaron si podían copiarlo, pues iban a construir uno nuevo. Por ello pensamos que hicimos algo de lo que estamos orgullosos y eso es lo que buscamos.

"Creemos que una de nuestras labores es la de promover cambios, demostrar cómo debe ser la medicina institucional, servir de ejemplo de cómo puede y debe ser la medicina institucional e iniciar nuevas cosas, porque nos encanta que nos copien; nosotros desarrollamos algo nuevo y hay quienes dirían: ¡ya me copiaron!. Por decir algo, la Unidad de Vacunación para Adultos, que creamos hace tres o cuatro años y de pronto ahora la imitan varias personas, eso nos da gusto, sabemos que somos factores de cambio y de mejoría. Ya hemos desarrollado una serie de novedades que nos han copiado, entonces parte de nuestra labor es trascender más allá de nuestras rejas, con nuestros alumnos y exalumnos, con quien nos copie lo que hacemos, generando la noción de que las cosas se pueden hacer bien. Ahora, otros institutos piensan que tenemos mayores recursos, pero no es así, sucede que somos muy precisos para decidir y manejar nuestro presupuesto, incluso para que nuestras instalaciones parezcan lujosas".

El arte y el Instituto

Al recorrer los pasillos del Instituto, el doctor Alarcón hizo un breve relato sobre algunos detalles artísticos del mismo y comentó: "Creo que he sido alguien con mucha suerte, nunca me he sacado la lotería, pero por ejemplo, cuando se construyó esta zona del hospital, el arquitecto dijo que aquí quedaría bien una obra de gran formato. A los dos días me avisaron que había un artista que deseaba donar un cuadro; les dije que mandara su catálogo para ver la obra, y al estudiarla, noté que las medidas de su trabajo eran las ideales para este espacio. Finalmente el artista donó tres cuadros.

"En otra ocasión, una de las personas que trabajaba en la Fundación Tamayo sabía que el maestro nos iba a donar un cuadro, pues había sido paciente del Instituto, y un día me dijo: 'Tenemos por ahí una obra, la cual podemos donar y cumplir con los deseos del maestro', y nos regalaron una obra gráfica".

Hablando de artistas, también han colaborado Jesús 'Chucho' Reyes y Vicente Gandía, y Luis García Guerrero que otorgó incluso un fondo para investigación.

Respecto a la escultura de Sebastián que vigila la entrada principal del Instituto, el doctor Alarcón comentó que es un "Arbol de la vida" dedicado al doctor Salvador Zubirán. Esta escultura monumental se realizó con los recursos obtenidos por la venta de obras de pequeño formato. En cuanto a la forma, es evidente el gran espíritu de vida, la personalidad y el carácter del doctor Zubirán.

Dentro del aspecto cultural también el Instituto realiza diversas actividades de calidad, como conciertos de música clásica con ejecutantes e intérpretes destacados que asisten de todas partes del mundo. "Realizamos también exposiciones de artistas jóvenes, con la idea de que tengan un espacio disponible para ello y les damos un reconocimiento para su curriculum vitae; a cambio de esto nos donan una obra; de esta manera tenemos un amplio acervo".

En el Instituto hay una sala de meditación. Al ingresar a ésta por la entrada principal, en el primer pasillo a la derecha se encuentra una pequeña sala circular con un hermoso vitral que abarca de piso a techo, con una escultura que simula una estela y sillas organizadas en semicírculo. Este lugar se construyó con la idea de funcionar como una capilla donde asistieran los familiares de los pacientes que buscan consuelo en algún momento.

Respecto a estos últimos, comentó que asisten personas de todos los niveles económicos y por ley existe un reglamento de pagos, el cual las clasifica de acuerdo con un estudio socioeconómico, pero quien no pueda pagar tiene la opción de acudir al voluntariado. El patronato lo en-cabeza su esposa, Marilú Velasco de Alarcón.

La relación con la FM

"Creo que la relación es óptima por diversas razones, una es porque a través del tiempo y de sus diversos directores, en especial con los dos últimos, hemos tenido una excelente comunicación, y otra es la académica, impartimos cursos de pregrado y posgrado, de maestrías y doctorados bajo el aval de la Universidad, por lo que la relación es muy estrecha. Buscamos que el grupo de pregrado cuente con las características de excelencia de la institución, para que también haya una comparación entre esos chicos y los que cursan en otras instituciones. En este sentido no hay duda, porque quienes vienen aquí son los mejores y terminan siendo los mejores de todas maneras. Nuestro programa de selección para residentes no se queda sólo en el examen general sino que tienen que competir, nuestros médicos son los mejores del país desde que tratan de entrar aquí y eso forma un círculo virtuoso".

El doctor Alarcón se ha desempeñado en diversos cargos docentes como profesor universitario en pregrado y posgrado; como profesor en el área de reumatología desde 1975, como asesor académico de maestría y doctorado en inmunología desde 1977, en investigación biomédica básica desde 1980 y ha fungido como tutor en el área de ciencias médicas desde 1982.

En 1985 ingresó al Sistema Nacional de Investigadores con el nivel III y en 1996 fue nombrado Investigador Nacional Emérito. Desde 1994 es miembro de El Colegio Nacional. Ha pertenecido al comité edito-rial de 30 revistas nacionales e internacionales. Pertenece a 50 sociedades científicas y es miembro honorario de 21. Fue secretario adjunto de la Academia Nacional de Medicina en 1973, secretario de la Sociedad Mexicana de Reumatología (1974-1976) y presidente de la misma en 1976.

Ha recibido un total de 40 premios nacionales e internacionales, entre los que destacan: Premio Nacional de Ciencias "Elías Sourasky" 1974; Premio "Miguel Otero" 1975; Premio "Dr. Eduardo Liceaga" (1978, 1979, 1982 y 1984); Premio Nacional de Ciencias y Artes 1989; Premio Ciba-Geigy ILAR 1993, de la Liga Internacional contra el Reumatismo; Master del American College of Physicians 1996; Premio "Exalumno Distinguido de la Clínica Mayo" 1999; Premio a la Excelencia Médica 2000 por sus contribuciones fundamentales al desarrollo de la reumatología en nuestro país en el siglo XX; Master del American College of Rheumatology 2000. Ha sido profesor visitante de 25 universidades en México y en el extranjero. Es autor de más de mil publicaciones científicas, entre las que destacan 573 en revistas periódicas, siete libros y 89 capítulos de libros. Las citas a sus publicaciones hasta diciembre de 1999 son 8 mil 500.

 

Una vista frontal del instituto

 

La persona

En lo personal, ¿por qué se inclinó por la reumatología?
"Mi padre era neumólogo, me gustaba la neumología, pero no la tomé por no ser cirujano. En lo personal hice muchas cirugías de tórax, porque ayudaba a mi padre, pero yo realmente quería ser internista. Además, es muy difícil estar en un campo en el que el padre es destacado. Mi padre fue director de la FM, presidente de la Academia Nacional de Medicina y fundador del primero de los Institutos Nacionales de Salud: el INER. Entonces creo que siempre es mejor no estar en el mismo campo, aunque hay algunos casos, como el de nuestro rector, donde el hijo y el padre son notables y han destacado en la misma especialidad. "

¿Por qué hice reumatología?
Cuando estaba estudiando la carrera hubo dos factores, uno era la noción de que esta especialidad abarcaba prácticamente todas las ramas de la medicina interna, que en ese momento era una especialidad nueva; la otra razón fue que desde muy temprano, en mi carrera desarrollé un interés por el lupus eritematoso, que es una enfermedad que puede afectar todas las cosas y su manifestación más frecuente está en una artritis; quienes más ven este padecimiento son los reumatólogos, y derivado de este interés me orienté a la reumatología. A sabiendas de lo intenso que es el estudio de esta enfermedad, realicé adiestramiento en medicina interna, primero la residencia en este Instituto y después en la Clínica Mayo, y posteriormente, la especialidad en reumatología".

Su ingreso al INCMyN

"Toda mi vida he estado aquí, aquí hice mi residencia, me fui a la Clínica Mayo cuatro años y medio, regresé sin trabajo, busqué en varios sitios y el doctor Zubirán me dijo que deseaba que iniciara un laboratorio de inmunología, para el cual no había ni espacio ni dinero, pero le respondí que sí. El dinero con el que surgió ese proyecto lo donó la UNAM, porque se planteó que serviría para el posgrado; el entonces rector Ignacio Chávez concedió un fondo de cinco mil dólares para comenzar el equipamiento, el espacio fue el de una casa que se ubicaba frente al viejo hospital, en la calle de Doctor Durán; ahí comencé el laboratorio. En 1968 se inauguraron los laboratorios e instalaciones del Instituto a donde me cambié. A los dos años de haber llegado, se producía trabajo original, de manera que fue muy rápido el proceso.

"De esta experiencia, puedo decirles a los jóvenes que lo que hagan en adiestramiento o en sus estudios, es lo que siempre les va a redituar; el que se adiestra bien va a poder hacer las cosas, a destacar y vivir razonablemente, porque los médicos no somos personas que lleguemos a ser ricos, pero tenemos muchas más satisfacciones, y lo más bonito es que trabajamos en algo que nos gusta".

Toda una vida

El titular del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición comentó que su vida siempre ha estado inmersa dentro de la medicina, inclusive desde su infancia.

"Toda una vida en la medicina, desde niño asistía a los jardines del INER, los domingos me traía mi padre cuando venía a ver a sus pacientes y me quedaba afuera; después fundó el sanatorio San Angel, ahora Centro Médico Naval. Toda mi vida ha estado alrededor de la medicina, mi padre tenía un hermano mayor académico muy distinguido, Alfonso G. Alarcón, quien era pediatra y miembro de la Academia Nacional de Medicina y describió el 'síndrome de Alarcón'; era 15 años mayor que mi padre; somos una familia de médicos, ahora yo tengo un sobrino médico y mi hija Martha Eugenia es inmunóloga, trabaja en el Departamento de Genética y se desempeña como profesora asociada del mismo Departamento en la Universidad de Uppsala, Suecia. Realiza investigación sobre lupus y a veces trabajamos conjuntamente. Tiene un laboratorio grande donde revisa genes y acaba de descubrir uno de predisposición a la enfermedad en escandinavos, que curiosamente no se encuentra en mexicanos, lo que significa que en México la prueba tendrá que ampliarse, porque donde lo encontró fue en una población cerrada de islandeses y suecos, parece que no tiene que ver con los mexicanos o bien que se encuentra menos por la combinación étnica".

Fe de erratas:
En el número anterior de la Gaceta se publicó una entrevista con el titular del Hospital Juárez del Centro, el doctor Elías Rascale Baca y el apellido correcto es Rescala.