René Descartes:
Cuarto Centenario de su Natalicio


Dr. Joaquín Ocampo Martínez
Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, FM


En 1996 se cumplieron cuatro siglos del nacimiento del filósofo francés René Descartes (1596-1650). En el ´ambito intelectual y cient´ifico se realizaron actividades conmemorativas sobre este acontecimiento de gran significado para la humanidad.

Renatus Cartesius, nombre latinizado con el que se le conoció en los círculos académicos de su época, marca el principio de la modernidad. Es en el cuestionamiento de la filosofía medioeval y el escepticismo renacentista -aunado al desarrollo de la Física como la ciencia natural por excelencia- que se construye el sistema filosófico cartesiano, pilar fundamental en el devenir del pensamiento científico de occidente.



Pero en donde estriba su mayor trascendencia es en su metafísica y en las propuestas para el conocimiento del mundo, escritas en obras ya clásicas como: Principios de la Filosofía, Reglas para la dirección del espíritu, Meditaciones metafísicas y Discurso del método. En ellas establece la existencia de ideas innatas y de la intuición como bases para el conocimiento, enfatizando la supre- macía de la razón sobre los sentidos y su importancia como medio para llegar a la verdad.

En su perspectiva metodológica, destaca el planteamiento de que la duda es el punto de partida para que el hombre despliegue su inquietud por la investigación (duda metódica, no escéptica), seguida del análisis, la sistematización y la comprobación, todo ello desprovisto de ideas rígidas y dogmáticas.

Descartes incursionó en prácticamente todos los campos del saber de su tiempo. Creó la geometría analítica, hizo aportaciones fundamentales en la mecánica, la óptica, la geología y además de sus contribuciones a la antropología y a la medicina, es considerado el fundador de la psicología.

Elemento central en su obra, es el interés por el hombre como ente pensante, si bien imperfecto. Es célebre su disertación donde concluye que una evidencia irrefutable, es que "para pensar es preciso existir", "cogito ergo sum" (conozco, luego soy).

El Tratado del Hombre y Las Pasiones del Alma, son también una muestra de ese interés. En estas obras, desarrolla su original concepción del cuerpo humano co- mo una máquina cuyo funcionamiento se explica con base en leyes físicas y es el antecedente más importante de la actual Kinesiología; cree en la existencia del alma a la que ubica en la epífisis y en que el alma y el cuerpo son esencialmente distintos (dicotomía mente-cuerpo) pero íntimamente relacionados.

Según Descartes, en el alma hay una lucha permanente entre las acciones y las pasiones, pero son la experiencia y el razonamiento quienes deben guiar la conducta humana.

Todas estas ideas influyeron de manera sustancial en la ciencia, la filosofía y la medicina del siglo XVII y aún después.

La gran importancia que da a la conservación de la salud "porque hasta el espíritu depende de tal modo de la disposición de los órganos del cuerpo, que si es posible encontrar algún medio de que los hombres sean buenos e inteligentes, creo que ese medio hay que buscarlo en la medicina"; el requerimiento de sus conocimientos en esta ciencia, por parte de sus amistades para aliviar sus dolencias y sus planteamientos sobre el funcionamiento del aparato cardiovascular, el sistema nervioso y la digestión, son ejemplos de su interés particular por la medicina.

Descartes es de los primeros en señalar, que el hombre debe conocer y transformar la naturaleza en beneficio de la humanidad. Aunque nunca imaginó que a 400 años de su nacimiento, esa transformación llegaría a excesos que ahora cuestionamos y que aún hay seres humanos que carecen de algunos de los logros de la ciencia, por diversas causas, es incuestionable que la obra del filósofo francés nacido en La Haye, Touraine, el 31 de marzo de 1596, señala un hito en el desarrollo del pensamiento científico y filosófico, razón demás para conmemorar su natalicio.