La cirrosis hepática por abuso en el consumo de alcohol es una de las 10 primeras causas de mortalidad en nuestro país, además de que es un problema de salud pública de primer orden si se toma en cuenta la existencia de alrededor de 4 millones de personas que padecen de alcoholismo. Ante estos datos,son numerosos los estudios sobre los efectos metabólicos del etanol y diferentes las hipótesis sobre los mecanismos a través de los cuales ejerce sus efectos tóxicos.
Uno de estos estudios lo desarrolla el maestro en ciencias Héctor Riveros Rosas, investigador del departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina, en colaboración con el doctor Alejandro Zentella Dehesa, miembro del Instituto de Fisiología Celular, bajo la dirección del doctor Enrique Piña Garza, director de Estudios de Posgrado de la UNAM y profesor titular de este departamento.
El proyecto de investigación tiene por título Efecto del piroxicam, dipirona y otros antiinflamatorios no esteroides sobre el metabolismo hepático del etanol y la generación de radicales libres, y en él también participan la bióloga Adriana Julián Sánchez, la maestra en ciencias Virginia Sánchez Meza y otros estudiantes.
Este proyecto tiene como objetivos diseñar estrategias más racionales para la atención y prevención de alteraciones metabólicas producidas por la ingestión exagerada de etanol; conocer de manera más detallada los diferentes mecanis- mos de toxicidad para poder evaluar la importancia relativa de los mismos.
"Uno de los efectos tóxicos que se pueden mencionar es la formación de procesos de lipoperoxidación, que son inducidos por la g neración de radicales libres durante el metabolismo del etanol y el acetaldehído, que es uno de los mecanismos de toxicidad más aceptados. Sin embargo, el origen de los radicales libres producidos durante una intoxicación por etanol no se ha identificado claramente, y esto se debe en buena medida a la existencia efímera de este tipo de moléculas, que por su alta reactividad, se destruyen de manera rápida antes de ser detectadas por métodos convencionales. Su generación ha sido documentada en forma directa in vitro, o indirectamente in vivo, a partir de la acumulación de subproductos de lipoperoxidación, por ejemplo el malondialdehído", dijo el M. en C. Riveros Rosas.
Se han sintetizado compuestos fluorescentes sensibles a oxidantes que pueden atrapar in vivo, peróxidos y radicales libres, lo cual permite registrar su formación en este mismo proceso. <169>Por este motivo, nos dice, uno de los objetivos primarios de este proyecto consiste en montar en nuestro país la metodología necesaria para efectuar este tipo de registros, y correlacionar los resultados obtenidos con las posibles fuentes generadoras de radicales libres durante el metabolismo del etanol".
Se ha descubierto que los radicales libres pueden ser producidos por acetaldehído o como consecuencia derivada de la hipoxia inducida en las zonas centrilobulares del hígado. Asimismo, se ha sugerido la participación de células Kupffer, inducidas a través de un proceso inflamatorio en el hígado, mediado por la cascada del ácido araquidónico; e incluso, los cambios en el estado redox de la célula (modificado durante el metabolismo del etanol) pueden favorecer la reducción directa del oxígeno en microsomas con la consecuente producción de radicales libres derivados del oxígeno.
Por ello, el M. en C. Héctor Riveros señaló que una de las estrategias para atenuar y controlar los efectos tóxicos, antes señalados, consistió en administrar simultáneamente agentes antiinflamatorios para tratar de reducir al mínimo los problemas derivados por el desarrollo de procesos inflamatorios en el hígado. En este sentido, algunos de los resultados observados previamente, son la disminución en la acumulación de triglicéridos hepáticos y en los niveles de glutation reducido, el cual constituye uno de los principales sistemas celulares encargado de atrapar peróxidos y radicales libres; así como una baja producción de malondialdehído (un indicador de daño por lipoperoxidación), resultados que fueron descritos por primera vez en los laboratorios de los doctores Enrique Piña y Martha Zentella de Piña.
"Estos resultados nos refuerzan la idea de que el etanol induce el desarrollo de procesos inflamatorios en hígado, que ocasionalmente desencadenan la generación de radicales libres y que es atenuado, de manera parcial, por la administración simultánea de antiinflamatorios". Sin embargo, por lo que se refiere al efecto directo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) sobre el metabolismo del etanol, los datos obtenidos recientemente en este laboratorio son muy contrastantes, ya que por ejemplo, mientras que AINE piroxicam produce un decremento importante en los niveles séricos de etanol, en comparación con animales controles, el AINE dipirona en condiciones similares, produce un incremento en los niveles séricos de etanol, lo cual indica diferencias importantes en el mecanismo de acción de estos dos fármacos, a pesar de que ambos disminuyen la acumulación de triglicéridos hepáticos y la lipoperoxidación, medida por la producción de malondialdehído. Ante esta información, estos dos fármacos se convierten en una importante herramienta para dilucidar cuál de los posibles mecanismos es el más relevante en la generación de radicales libres durante la ingestión y metabolismo de etanol. De hecho, "los últimos resultados que hemos obtenido, Adriana Julián, Enrique Piña y un servidor, nos muestran que el AINE piroxicam acelera el metabolismo de etanol a través de un mayor recambio de equivalentes reductores en mitocondria, mientras que el AINE dipirona no produce ninguna estimulación. En lo referente a la oxidación del etanol, nos lleva a concluir que la velocidad de generación del acetaldehído no es determinante para la inducción de procesos deletéreos en hígado", finalizó el maestro en ciencias Héctor Riveros.