Entrevista con el doctor Enrique Pinzón Estrada
Un Lugar de Ensueño Para la Investigación



La felicidad es hacer lo que a ti te gusta cotidianamente

La historia de la Facultad de Medicina cuenta con grandes personalidades, investigadores destacados, trabajadores dedicados e históricas anécdotas; entre ellas, podemos recordar la inundación sufrida hace cerca de dos años en la Unidad de Bioterio. Así, retrocediendo en el tiempo, mencionaremos que después de conocer las condiciones del lugar designado para su establecimiento, el grupo de la Unidad de Bioterio aceptó la propuesta y se trasladó inmediatamente al basamento del edificio "A", para comenzar a laborar con gran entusiasmo. Primeramente, el lugar para los animales con los que se trabajaría: ratas, ratones, conejos y cobayos; estructuras para las jaulas de desarrollo o crecimiento y los criaderos; a la par, la preparación y actualización del personal designado a las labores desempeñadas en la Unidad. A partir de ahí, su labor se ha tornado fructífera, llegando a producir 43 mil animales destinados a 80 u 86 proyectos de investigación que varían anualmente y para las prácticas docentes que se llevan a cabo entre los alumnos. Originalmente se había pedido seis meses al doctor Enrique Pinzón para el asesoramiento en el Bioterio, pero ahora ya suman casi diez años de labor; asimismo, se ha convertido en el Bioterio más importante de la UNAM y del resto de las universidades del país que cultiva ese tipo de especies.

Cabe señalar que a partir del cambio que sufriera el Bioterio del 6o. piso del edificio "A" al basamento de dicha edificación, en 1984, ya se tenía el conocimiento de los casi diez metros de desnivel que existen entre Insurgentes y la zona de Copilco y las condiciones de desagüe de Ciudad Universitaria, elementos que hace dos años, por abundantes lluvias, provocaran una inundación de casi un metro de altura, lo que convertiría al equipo de trabajo del doctor Pinzón en héroes ante la importancia que tienen los animales a su cargo, ya que son elementos de gran importancia científica y por su elevado costo e inversión económica que se requiere para su mantenimiento, pues gracias a su preparación para actuar ante los desastres se pudieron salvar la mayoría de los animales.

Prosiguiendo con una costumbre que la Gaceta ha venido sosteniendo para dar a conocer a los miembros de la comunidad de la FM: administrativos, trabajadores, docentes e investigadores que le dan vida, y que ahora contribuyen con su trabajo ante la honrosa designación de la Organización Mundial de la Salud, al nombrarla ``Centro Colaborador para la Formación de Recursos Humanos'', presenta en esta ocasión al doctor Enrique Pinzón Estrada y a su equipo de colaboradores, jefe y responsables de la Unidad de Bioterio.

Al referirse a aquella inundación, en entrevista, el doctor Pinzón nos dice: ``Después de aquella emergencia se realizó una obra muy costosa, que consistió en la fabricación de una enorme lumbrera, para permitir el libre flujo del agua, si hubieran abundantes lluvias''. Sin embargo, considerando que el Bioterio es un lugar donde todo puede ocurrir, el doctor Pinzón agregó que procuran prevenir todo tipo de accidentes; muestra de ello es su participación como miembro de la subcomisión Mixta de Higiene y Seguridad de la FM; ``por ende, nos dijo, procuramos que nuestros empleados sean los mejor equipados dentro de la institución, ejemplo de ello es que cuentan con gorros, botas, overol, cubrebocas, equipo que están obligados a utilizar, independientemente de que se les exige una rigurosa higiene personal para evitar problemas de alergia o salud en general. Nos adelantamos a las circunstancias; por ejemplo, en casos de siniestros el Bioterio cuenta con dos salidas de emergencia, independientemente de la entrada principal, una en medio del pasillo, que nos permite salir rápidamente a las áreas de resguardo. En general no tenemos problemas y el que consideramos más grave es el de que algún trabajador se sensibilizara a cierto tipo de material o al pelo de los animales''.

Este Bioterio es el más grande de la UNAM, no en extensión, pero sí en capacidad de producción. ``Producimos esencialmente animales para la investigación", comentó el doctor Pinzón; ``existen Bioterios más grandes y de mayor producción, como los de la Secretaría de Salud, pero con la diferencia de que su producción es meramente para pruebas como la constatación de medicamentos, pruebas biológicas y vacunas; es decir, que no se producen con tanta especificidad como los que se requieren para la investigación, por ejemplo: el investigador, de acuerdo con su proyecto, decide sus necesidades; así, puede pedir animales de 180, 200 o más gramos de peso; de diferentes edades, que pueden variar entre recién nacidos, jóvenes o maduros''. Las especies que se producen son cepas de ratón Balb/c, Cd-1 y Taconic; rata Wistar, conejo de Nueva Zelanda blanco y cobayo Hartley, albino y de color.

Animales, cuadros, pinturas, dos pequeñas peceras y un lugar impecablemente limpio y acogedor constituyen el ambiente de trabajo del doctor Enrique Pinzón en la Facultad de Medicina y hacen posible su participación dentro de una de las tareas fundamentales de la Universidad: la investigación.

-¿Cuál es el proceso que se sigue para la producción de los animales?

-``Nuestro principal objetivo es obtener una producción de animales de laboratorio y, para su obtención, se sigue un proceso riguroso que se decide a partir de la especie del animal y de la cepa. En la especie tenemos que considerar los tiempos de producción; por ejemplo, un ratón tiene 19 días de gestación, el conejo entre 28 y 30 días y un cobayo hasta 63; en el caso de las cepas se requieren variantes, como la reproducción con mínima consanguinidad o la consanguinea, que es mezclar hermanos con hermanos, lo que en humanos está considerado como aberración, pero en el caso de los animales sólo se trata de aspectos de investigación. El proceso concluye con un método en el cual se lleva un registro en tarjetas, libretas y en la misma oreja del animal. Ahora, en donde no nos interesa la consanguinidad se crean grupos especiales, para obtener una producción de animales sanos a través de procesos de reproducción y alimentación vigilada en cada especie. El ambiente para los animales requiere de condiciones especiales, hasta el grado de prohibir que los empleados escuchen música, o fumen dentro de las salas; además, existe la necesidad de manejar todo con un estricto control higiénico. Con estos elementos, el Bioterio lleva un severo control de los animales, con una calificación que los mantiene produciendo o, llegado el momento, los da de baja''.

La cepas son resultado de una variedad dentro de las especies, genéticamente se hacen modificaciones para obtener características específicas, cruzando los animales en busca de las características genéticas que se desean, hasta llegar a ejemplares con elementos constantes, esto para evitar variantes en los resultados de la investigación. Los grupos de animales de laboratorio, que en otras especies como los perros, pueden llamarse razas, aquí se denominan cepas. Al respecto de las cepas, el doctor Pinzón opina que con el tiempo no es posible mantenerlas intactas y es necesario recurrir a la compra de animales, por lo menos cada cinco o seis años. Explicó que la compra de animales se realiza en los Estados Unidos, debido a que los que ahí se utilizan se usan en todo el mundo. Sobre este aspecto el doctor Pinzón abundó: ``Difiero con personas que dicen que no hay que traer cepas sino crear exclusiva, pienso que por lo menos hay que sustituirlas cada cinco o seis años. Este año, pensábamos sustituirlas. pero llegamos a la conclusión de esperarnos hasta que se instale un autoclave y posiblemente este se realice para el mes entrante o a más tardar a principios del año próximo; una vez que lo implantemos y manejemos''.

El objetivo del Bioterio es producir únicamente para la investigación y para programas de docencia de la FM; entonces, ``¿Por qué damos animales a otras instituciones o instancias universitarias? A veces, cuando contamos con excedentes o cuando los animales sufren alguna variante de peso; o cuando por alguna razón el investigador no utiliza el 100 por ciento de lo requerido, se apoya con material biológico a instituciones como el ISSSTE, IMSS, Facultad de Química, Facultad de Veterinaria, Zoológico de Chapultepec, el herpentario de la Facultad de Ciencias, al Museo UNIVERSUM, etcétera.

Historia

En 1971 cada departamento de la Facultad contaba con su propio y pequeño Bioterio, aunque no se les llamaba así, sino granjas. De esta manera cada departamento producía sus animales, algunos con cierta noción de los requerimientos; a su cargo se encontraban biólogos o cirujanos que producían sus propios animales, pero sin una uniformidad en la producción; a su vez, cada departamento contaba con su método, equipo y cajas de madera.

En 1972 se creó el Bioterio de la División de Investigación, donde se comenzó a dar uniformidad a la producción de los animales, posteriormente se conformó el Bioterio Central, lugar en el que participó el doctor Pinzón hasta 1975, pues en ese año ingresa al Centro Médico Nacional como coordinador de la sección de cirugía experimental y, posteriormente, como responsable del bioterio de la misma institución hasta 1985. Después del terremoto de 1985 y de los deterioros que sufrieran las instalaciones del Centro Médico Nacional, parte del personal al que el doctor Pinzón perteneciera viene a la FM, a través de un convenio IMSS-FM en 1986. Trasladan sus oficinas y es cuando las autoridades le piden seis meses de asesoramiento para trasladar el bioterio.

En 1986 el Bioterio producía cerca de 21 mil animales anualmente; para 1992, la producción llega a su máxima capacidad al obtener 43 mil animales al año; actualmente se producen alrededor de 40 mil 500, y se prevé reducir la producción el año entrante, con la esperanza de aumentar la calidad porque se han reducido las prácticas docentes, pero se han aumentado los pedidos de investigación.

Estructura

El Bioterio cuenta con dos salas para ratones, una de producción y otra de crecimiento para cada una de las cepas; para las ratas se tienen dos salas de producción, dos de desarrollo, una de hembras y otra para machos. Para conejos y cobayos cuenta con una sala para cada una de las especies, acondicionadas para su reproducción y desarrollo. En cuanto a la entrega de su producto, éstos giran entre la edad de recién nacidos hasta ancianos, según los proyectos de investigación. Todo depende del investigador, quien decide las características del animal que desea, predominando para su trabajo los adultos jóvenes, es decir, alrededor de los tres meses de vida.

En su estructura administrativa, actualmente la Unidad de Bioterio depende de la Secretaría General de la FM; internamente cuenta con un jefe, el doctor Pinzón, y 15 personas más, entre ellas los médicos veterinarios Ismael Torres Saldaña y Víctor Manuel Salgado Alfaro; asimismo, José Antonio Campos León, Víctor Cortés Blanco, Mario Cruz Reyes, Miguel A. Hernández Oyola, José López Nieto, Rafael Mendoza González, Sergio Sánchez Estrada, Edgar Nájera Romero, Constantino Sánchez Sánchez, Hilario Felipe Sánchez Sánchez, Carlos Reséndiz Alvarez y Víctor López Fernández como técnicos, auxiliares laboratoristas e intendentes. Cabe mencionar que el doctor Enrique Pinzón Estrada es egresado de la Facultad de Veterinaría y Zootecnia, especializado en cirugía experimental y bioterios, además de ser inspector de productos de origen animal.

-¿El equipo humano se actualiza para realizar su trabajo?.

-``Sí; el personal académico, constituido por los doctores Pinzón, Salgado y Torres, asiste a recibir cursos y a dar pláticas; en cuanto al personal administrativo, debo decir que es muy bueno; pues además de que con ellos mantenemos una comunicación estrecha, varios cuentan con más de veinte años de trabajo. Puedo afirmar que cuento con el mejor equipo de trabajo''.

-¿Qué beneficios da tener un bioterio?

-``Muchos, principalmente cuando se cuenta con equipos de trabajo tan grandes como los de la FM. Por ejemplo, si un investigador pide 100 ratas y no se le dan, el equipo queda paralizado; en consecuencia, se da una pérdida económica y humana considerable. Al respecto, debe decirse que existen casas comerciales que venden animales con una calidad muy heterogénea y que no cumplen cuando se solicitan grandes cantidades. Hasta hace poco y por influencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) se manejaba la idea de que convenía más comprar directamente los animales en Estados Unidos, pero ello representa un gran problema, el viaje daña a los animales y más cuando el vuelo es retrasado, pues éstos tienen que permanecer en el aeropuerto en condiciones de insalubridad. Nosotros mandamos anualmente un formulario que programa las necesidades de la comunidad y las características de los animales; con base en esto, se lleva un control computarizado de producción y tasa de utilización, con el cual podemos indicarles a los investigadores si la cantidades requeridas son las adecuadas.

-¿Cuándo estudiaba pensaba dedicarse a esto?

-``No existía la producción de animales de laboratorio en la carrera de veterinaria y mi idea era trabajar en las áreas de investigación, de hecho tenía contacto con gente de investigación en el Instituto Nacional de Cardiología; pero la carrera algunas veces nos lleva por lugares que no conocemos, me gusta mucho el área de cirugía experimental, al grado de adiestrarme con el doctor Cortés y médicos cirujanos durante seis años, pero para mí los bioterios son el trabajo más agradable, aunque es difícil, es un ambiente en el que todos los días hay que trabajar desde temprano, haciendo guardias los domingos, días festivos, periodos vacacionales, paros; trabajando los 365 días del año, y ahora 366 por ser bisiesto; siempre estamos aquí, pero es muy gratificante, lo más importante es que nos gusta nuestro trabajo. En lo personal, pienso que hay que trabajar en lo que a uno le gusta y a mí me agrada mucho mi trabajo, claro está que no sólo de trabajo tenemos que vivir y hay que disfrutar; comparto esta decisión con mis compañeros y realmente nos extrañamos cuando por alguna circunstancia alguno no asiste, por ser día de descanso o periodo vacacional. Hemos hecho un buen equipo, somos muy buenos amigos; personalmente, además de mi trabajo, tengo otras aficiones, que son leer y jugar tenis.

-¿Qué le ha dado la docencia?

-``Es curioso, pero al respecto, el único lugar donde no he trabajado formalmente es en la Facultad de Veterinaria, siempre he trabajado fuera de ella, con médicos cirujanos y en la Facultad de Química. Personalmente, cuando se imparten clases, pienso que es una forma de mantenerme actualizado, activo mentalmente y me permite convivir con los alumnos, que es lo más importante, la gente joven es muy exigente; por otra parte, se convive con investigadores, yo me jacto de tener una gran cantidad de amigos, he dedicado casi trece años a la FM, lo que ha sido muy agradable, mis mejores amigos están aquí, son una fuente inagotable que recompensa y da satisfacciones''.

-¿Cuáles son sus planes a futuro?

-``Tengo mil planes, el inmediato es el traer una autoclave para comenzar a revolucionar nuestro trabajo. Con el apoyo del señor director vamos a reemplazar las cepas, de hecho lo importante de un trabajo es no caer en la rutina; además, estamos comenzando a colaborar en otras áreas de investigación, ya no solamente produciendo animales, sino integrándonos a grupos de investigación, es interesante y bonito'', concluyó.