¿Por qué nos Enfermamos?
(Acerca del origen y las funciones de las enfermedades)
El pasado 13 de junio se llevó a cabo la segunda y última sesión de
discusión de la mesa redonda ¿Por qué nos enfermamos? (acerca del
origen y las funciones de las enfermedades). En esta ocasión, los
ponentes debatieron sobre sus propias exposiciones, hechas en la
primera reunión. En el debate estuvieron los doctores Alejandro
Cravioto de la Facultad de Medicina, UNAM; Daniel Piñero y Hugh
Drummond del Centro de Ecología, UNAM; Enrique García Moreno de
Medicina Clínica y Rafael Velasco del Seminario de Cultura
Mexicana.
El propósito de estas mesas fue revisar, desde un punto de vista
científico, lo que ahora se sabe acerca de la enfermedad, como ya
se mencionó; la última reunión estuvo dedicada a la discusión de
los asuntos planteados en la sesión anterior; por ello y por el
interés del tema presentamos una breve síntesis que amablemente
facilitó para la Gaceta el doctor Luis Estrada, coordinador de las
mesas redondas que organiza el Seminario de Cultura Mexicana.
Así, señala que: ``La primera intervención estuvo a cargo del
doctor Daniel Piñero, quien empezó externando su preocupación
por lo lento de la aceptación de una teoría científica en la
sociedad, hecho en el que la teoría de la evolución darwiniana no
es una excepción. Y se preguntó: ¿cuántas personas reconocen
ahora que el hombre es un producto de la evolución biológica? y
luego nos recordó que la idea de que la Tierra no es el
centro del Universo tomó alrededor de 200 años para asimilarse al
saber común.
``El doctor Piñero abordó el tema que nos reúne refiriéndose al
libro que tomamos como base para organizar estas mesas redondas. De
este libro tomamos el título de nuestras mesas y fue escrito por un
médico, Randolph Nesse, y un biólogo
evolucionista, George Williams, uno de
los principales gurús del evolucionismo contemporáneo. Señaló que
el propósito de estos autores es colaborar al mejoramiento de la
medicina y mencionó que para ello parten de preguntas fundamentales
como la siguiente: ¿por qué la selección natural no ha eliminado a
los genes que nos hacen vulnerables a las enfermedades?
``Las respuestas de Nesse y Williams a la pregunta ¿por qué nos
enfermamos? son sólo cinco y constituyen explicaciones últimas,
evolutivas. Ellas son: 1. Las infecciones, 2. Los nuevos
ambientes, 3. Ciertos genes, 4. Los reajustes de diseño y 5.
Ciertos legados evolutivos. El doctor Piñero, explicó el
significado de estas respuestas subrayando su importancia en rela
ción a la salud humana y aclaró que nada tienen que ver con la
mejoría de la especie ni con prácticas racistas. Hizo también
referencia al buen tratamiento que en ese libro se da a los temas
`La evolución por selección natural' y `La senescencia'.
``Por su parte, el doctor Hugh Drummond abordó el tema: `La
evolución de los celos en los humanos'. Empezó
aclarando que no se trata de una enfermedad, pero sí de un afecto
de gran importancia en la vida social humana, que provoca mucho
sufrimiento y que es causa de gran mortalidad. La comprensión
de este fenómeno se basa en la teoría de la evolución darwiniana,
por lo que resumió lo esencial del papel de los genes en la
conducta social humana. Subrayó que no hay que olvidar que los
efectos genéticos pueden evitarse, modificarse y revertirse, y que
para entender la conducta humana no se puede separar al hombre de
los demás animales.
``El doctor Drummond explicó a continuación los sistemas de apa-
reamiento animal, refiriéndose de manera especial al caso de las
aves y a la selección sexual de los mamíferos. Luego, trató el tema
de la competencia espermática, tanto en el caso de las aves cuanto
en el caso de los humanos.
``Al referirse a los celos en la especie humana, explicó que éstos
juegan el mismo papel que las rutinas de resguardo para la pareja
en otras especies animales. La posible infidelidad de la pareja
provoca furia, tristeza y humillación, y estas emociones
motivan acciones que tienden a mitigar o eliminar la amenaza. Los
celos y la conducta asociada a ellos presentan marcadas
diferencias en cada sexo. Hay también diferencias culturales, pero
los celos son un fenómeno natural. Sin embargo, conviene recordar,
que no todo lo natural es loable.
``Más adelante, el doctor Alejandro Cravioto que no pudo estar con
nosotros en la primera mesa, por lo que envió su contribución por
escrito, nos comunica que la severidad de una enfermedad representa
una falta de coadaptación entre un parásito y su huésped y que para
ambos, el comensalismo es el final de una evolución ideal. Sin
embargo, añade, este punto de vista no toma en cuenta que el
incremento en la virulencia de un parásito puede ser un efecto
evolutivo.
``Sostiene que la competencia entre parásitos está determinada por
su capacidad para reproducirse y que los que lo hacen con mayor
velocidad, estimulan en el huésped una respuesta inmune en contra
del establecimiento de otros parásitos. Por otra parte, la trans-
misión de un parásito depende de la movilidad del huésped, por lo
que los vectores biológicos o ambientales son determinantes en su
supervivencia.
El Dr. Luis Estrada convocó a representantes de diferentes discíplinas para revisar conceptos sobre lo que es la enfermedad
``En el caso de las enfermedades gastrointestinales, se sabe poco
acerca de la evolución de la virulencia, probablemente por
desconocimiento de los niveles en los que actúa la selección
natural. El doctor Cravioto afirmó también que la investigación
referente a la capacidad de los parásitos para colonizar ciertas
zonas del intestino humano, no aclara la relación pasiva-activa
entre parásitos y huéspedes.
``Citando a Woese, opinó que la microbiología ha permanecido como
la disciplina con menor orientación evolutiva, por lo que no ha
contribuido a la síntesis neodarwiniana. Afirmó también que las
bacterias no pueden clasificarse de acuerdo con sus
características fenotípicas y que para un mejor entendimiento
de la diversidad genética de cada especie bacteriana, de su
estructura poblacional y de su dinámica evolutiva, se requiere de
métodos empíricos, de modelos teóricos y de información acerca de
la genética molecular poblacional.
``En cuarto lugar, intervino el doctor Enrique García Moreno, quien
inició su intervención comentando algo de lo antes dicho: la lucha
de los organismos vivos por la supervivencia y su competencia por
aumentar su reproducción, la tardía inclusión del darwinismo en
la medicina y la influencia de la herencia y la cultura en la
conformación de la conducta humana. En relación a esta última,
nos recordó que ella ha sido un tema importante y recurrente de
la literatura clásica. A continuación, caracterizó a la medicina
como un arte que aprovecha cada vez más el conocimiento científico,
aunque su método esencialmente empírico y práctico conserva
todavía vestigios de rito mágico.
``El doctor García Moreno nos recordó que para muchos no hay
enfermedad sino enfermos y que en la vida cotidiana se habla de
personas que sufren enfermedades. Lo que se tiene en mente es a
las personas que tienen el encuentro con una noxa por lo que ponen
en juego medios para tratar de defenderse. En estas circunstancias
no es raro que sufran más por las consecuencias de esta defensa
que por los efectos de la misma noxa o daño.
``En relación a la enfermedad, vista por un paciente, es natural
que éste sea consciente de dolor, lesión, limitación, debilidad y
hasta de la proximidad de la muerte. Por lo tanto, el enfermo
manifiesta preocupaciones, temores y aun sentimientos de culpa,
que muchas veces la sociedad le aprueba. Cuando el paciente es
hospitalizado, los problemas aumentan: hay pérdidas de autoridad,
de intimidad y de privacía; se comparten molestias y aun
enfermedades; hay sufrimiento por separación, especialmente
familiar. El paciente quiere negar su enfermedad, se pregunta
¿por qué a mi?, está dispuesto a transigir buscando aliviarse y
difícilmente acepta la muerte. Estas actitudes son comunes en el
género humano y es sorprendente cómo al estar enfermo se diluye
la razón, aún en los médicos y en los científicos.
``Finalmente, el doctor Rafael Velasco inició su intervención
asentando que la salud es un asunto que rebasa a la medicina y que
no puede enfocarse en una sola dirección. Consideró a la salud como
la adaptación al medio en el que vive un individuo y la armonía
interna de su organismo. Nos recordó la importancia de la
homeostasis, la sabiduría del cuerpo como la llamaba Cannon; y dijo
que, el ser humano, en forma única, está organizado en tres
niveles: el fisiológico, el psicológico y el social o
interpersonal. Subrayó que estos niveles funcionan en forma
coordinada e integrada, por lo que se acostumbra hablar del hombre
como una unidad biopsicosocial.
``Cualquier nivel de organización puede ser alterado por estímulos
externos, y los dañinos al organismo pueden ser de naturaleza
física, biológica, psicológica o social. Propuso, entonces, un
concepto de enfermedad: ésta es un estado en el que los estímulos
externos inciden sobre el individuo con tal intensidad y calidad
que hacen insuficiente la movilización adaptativa del organismo
para restablecer la homeostasis. No debemos olvidar aquí, que las
respuestas del compuesto biopsicosocial del que hablamos están
condicionadas por factores hereditarios, constitucionales, de
experiencia y de desarrollo.
``El doctor Velasco afirmó que, desde el punto de vista de la
patología, ningún trastorno tiene una etiología simple, ni es una
respuesta parcial del organismo. Por lo tanto, la distinción entre
trastornos `físicos' y `mentales' resulta inválida, pues todas
las enfermedades son psicosomáticas. Opinó que, sin negar que la
pérdida de salud es un asunto social, la sociogénesis sólo tiene el
valor que le confieren los otros factores patogénicos en
interacción permanente y, terminó afirmando que prevenir y curar
desde Hipócrates, son acciones inseparables de la medicina,
ciencia del hombre, de su enfermedad y de su salud'', concluyó el
doctor Luis Estrada.