Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de junio 2003

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Nuestros trabajadores

La Universidad ha sido para mí un sitio importante de capacitación: Alfonso Rojas Espinosa

Entrevista con el responsable del almacén del Departamento de Biología Celular y Tisular

En el almacén del Departamento de Biología Celular y Tisular se puede apenas percibir una canción de los Beatles que sintoniza en bajo volumen un pequeño radio, ésta se fuga por la puerta entreabierta e impregna con su leve sonoridad el pasillo del área de microscopia electrónica, ubicada en el tercer piso del edificio “A” donde labora, en medio de material de laboratorio como probetas, matraces, pipetas, tubo de ensaye, así como compuestos, sustancias químicas, y material para oficina, Alfonso Rojas Espinoza, encargado del almacén, cuya labor es surtir el material a todo el personal del Departamento.
“Llegué a la FM hace 25 años con ayuda de mi padre, quien trabajaba en el Departamento de Correspondencia y Mensajería; al terminar su ciclo laboral se jubiló, pero gracias a él pude ocupar la plaza que conservó. Ingresé como auxiliar de intendencia”, explica el trabajador universitario con voz serena; su complexión es delgada, porta arremangada su camisola azul con iniciales doradas de la institución que lo ha cobijado en más de dos decenios.


Sr. Alfonso Rojas Espinoza

Originario del Distrito Federal y padre de familia de cuatro hijos, el señor Rojas Espinoza, en entrevista con este medio informativo, comparte aspectos de su actividad laboral y su vida cotidiana dentro de esta Facultad. La charla se lleva a cabo en su área de trabajo, donde además de almacenar objetos de cristalería, papelería, compuestos químicos y de limpieza, también tiene un lugar donde conserva sus recuerdos familiares, como fotografías de sus hijos, de su nieto y la del equipo de futbol que formó con sus compañeros de trabajo en 1985. Contento comenta: “Estoy agradecido con la Universidad porque en ella he encontrado personas muy positivas y con voluntad de ayudar a quien lo necesita. Comencé desempeñándome como auxiliar de intendencia, no por eso dejé de buscar la forma de mejorar mi condición laboral y salarial; así, alternando con mi trabajo, tomé algunos cursos de electricidad, por ejemplo, por si se presentaba la oportunidad de ocupar una vacante en alguna otra área”, señala.

La Universidad, una gran escuela

Rojas Espinoza explica que si bien la Universidad ha sido para él un centro de capacitación, también ha sido un centro de instrucción, porque fue en los salones de esta Facultad donde asistió a tomar clases de secundaria. El episodio lo recuerda con emoción y comenta: “Le digo que estoy agradecido con la Universidad porque me ha brindado y aportado muchas cosas. Existe un programa por parte de la delegación sindical que convoca a todos los trabajadores interesados para llevar a cabo estudios de secundaria; afortunadamente las autoridades sindicales nos han brindado todo el apoyo para que nos superemos. Teníamos un horario laboral y la clase por las tardes. Formo parte del grupo de 18 trabajadores que concluimos la secundaria y la terminamos bien”, dice orgulloso.
De sólida voluntad y gusto por participar en las actividades extralaborales, el señor Rojas Espinoza señala que su vida en la FM se ha caracterizado por una constante capacitación, “afortunadamente se presentó un periodo con la posibilidad de reclasificarme de categoría e ingresar como oficial administrativo, para lo cual entré en un curso en el que me dieron clases de ortografía y mecanografía; durante los tres meses que duró conviví en un ambiente agradable con un total de 40 compañeros, de los cuales, la mayoría nos reclasificamos como oficiales administrativos.

Empezar desde cero

“No me imaginaba en una oficina elaborando memorandos, oficios, o realizando trámites, porque siempre me ha gustado estar en constante actividad, sentí que eso no llenaba mis expectativas, pero tuve la suerte de que en ese momento el encargado del personal necesitaba un almacenista en el Departamento de Histología (actualmente Departamento de Biología Celular y Tisular) y acepté quedarme en esa área.” El señor Rojas indica que fue en 1992 cuando llegó al Departamento, al principio fue complicado el hecho de organizar todo el material que se maneja en el área, pero su intención era cumplir con la nueva tarea, “... de alguna manera uno aprende, conoce a muchas personas y mantiene buena relación con casi todas los investigadores, profesores y alumnos del Departamento.
“Mi función en esencia es proporcionar material a los investigadores, si puedo llevárselos personalmente —que es la mayoría de las veces— evito que pierdan tiempo en bajar y retrasar su trabajo, porque el personal de este Departamento se encuentra también en el sexto piso del edificio A, ellos mismos me dicen: ‘qué bueno que me trajiste esto’, ésa es mi labor y procuro surtir el material en el momento oportuno. Aquí se maneja todo tipo de instrumentos de cristalería como matraces, pipetas, tubos de ensaye, cajas de Petri, embudos, etcétera, así como reactivos o sustancias como alcoholes giloles y material de oficina y aseo.”
Señala que el Departamento de Proveeduría le distribuye los artículos de aseo y de papelería. En lo que se refiere a objetos de cristalería, sustancias y reactivos se hace por medio de compra directa con proveedores, quienes surten estos artículos; en dicho caso se solicita el material, se pide la cotización y se hace el pedido. Proveeduría proporciona pinos, jergas, escobas, franela, papel higiénico, toallas de papel y desinfectantes; también suministra cintas adhesivas, para máquinas de escribir, plumas, lápices, sobres y todo lo que se refiere a papelería. Cuando existe la necesidad de hacer alguna impresión se manda una solicitud al Departamento de Impresos especificando el trabajo que se requiere. “En los once años que llevo laborando en este Departamento no he tenido ningún problema, aquí todos nos tratamos con respeto, la misma doctora Teresa Fourtoul es muy positiva y solidaria y, pues me siento muy a gusto laborar en esta área.”

Una familia de universitarios

Se define como apasionado del fútbol, del baile y de la música de rock and roll, del rock en español y de los tríos, pero además de su gusto por la música también le satisface participar en beneficio de la comunidad universitaria. “Formé parte de la Comisión de Higiene y Seguridad de esta Facultad, en donde teníamos la tarea de informar a estudiantes, profesores y todo el personal acerca de las salidas de emergencias o sitios de seguridad en caso de alguna contingencia, fue una experiencia muy enriquecedora.”
A pregunta expresa sobre qué significa formar parte de la Universidad, el señor Rojas responde: “La UNAM ha sido mi segunda casa para capacitarme, no ha sido sólo para trabajar, sino para aprender muchas cosas. Toda mi familia está orgullosa de pertenecer a ella, mi esposa cumplió 26 años laborando en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, y una de mis hijas está estudiando ciencias de la comunicación también en la Universidad, por lo que toda la familia es universitaria”, concluye.

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