Se entregan cinco medallas “Gabino Barreda” y 260 cédulas y títulos profesionales Mensaje del rector
Tres médicos cirujanos y dos licenciados en Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina recibieron el máximo galardón que otorga la UNAM a sus alumnos: la medalla “Gabino Barreda”; asimismo se entregaron 260 cédulas y títulos profesionales. Los galardonados fueron Marco Antonio Meza Vudoyra y Alan Zajarias Rabchinskey, miembros de la generación 1994-1999, y Amir Gómez León Mandujano, de la generación 1995-2000, todos ellos médicos cirujanos, así como Adriana Granados Herrerías y Rodolfo García Contreras, licenciados en investigaciones biomédicas básicas, ella, de la generación 1996-1999 y él, de la 1997-2000. Su medalla y su diploma los recibieron de manos del rector, doctor Juan Ramón de la Fuente. En una emotiva ceremonia presidida por el doctor Alejandro Cravioto, director de la FM, y realizada el pasado 3 de junio en el Antiguo Palacio de Medicina, el rector dirigió un mensaje a los galardonados en el que afirmó que el sentido humanista de esta profesión debe continuar como eje fundamental, pues quien no tenga conciencia clara de que la relación médico-paciente es esencial no podrá ser buen médico. “Por eso la carrera que ustedes han escogido es sin duda la más bonita de todas, pero también la más noble, la más generosa y la que nos ofrece como personas y como profesionales la más amplia gama de oportunidades y de posibilidades.”
Añadió el doctor De la Fuente que la medicina es la más humana de las ciencias y la más científica de las humanidades, lo que permite dar un giro a su vida profesional y la profundidad deseada, moverse de un trabajo riguroso al vasto universo de la salud pública. Pero por otro lado, también esto abre un panorama de posibilidades que eran insospechables hace apenas 10 o 15 años. Mencionó a los galardonados tres aspectos que espera contribuyan a esclarecer el panorama que tienen por delante y que afrontarán con dignidad, inteligencia, convicción, un profundo sentido ético de la profesión y un compromiso social inquebrantable. “...como ha correspondido a todos los médicos que hemos tenido el privilegio de egresar de la Facultad de Medicina de la UNAM.” El primero de los tres aspectos que refiriera el doctor De la Fuente fue la transformación del concepto social de salud, el cual ha cambiado de lo curativo a lo preventivo, de lo individual a lo colectivo y donde las nuevas modalidades, como la presencia de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, cuyo propósito fundamental es fiscalizar y vigilar el cabal cumplimiento de la profesión y ética profesional, tienen profundas implicaciones en la práctica profesional del médico. “Por un lado, es sin duda positivo el hecho de que hoy le demos prioridad a lo preventivo sobre lo curativo, principalmente ante el panorama epidemiológico que será en el que ustedes habrán de moverse en los próximos años de su vida profesional. “El médico que no tenga conciencia de que buena parte de su tarea radica no en curar, sino en tratar de mantener sana a la población, ha perdido claramente el foco fundamental de su trabajo profesional. Y de la misma manera, hoy ya no podemos aceptar el hecho de que el médico competente, honesto, ético y comprometido reduzca su ámbito profesional a la atención exclusivamente individual de las personas. “Habrá que incluir, en ese ejercicio cotidiano, a la familia y al entorno más cercano a ese paciente, si verdaderamente queremos tener un impacto perenne y favorable en la vida de quien busca en nosotros atención, consuelo, consejo, solidaridad y apoyo. “En cierta forma, estos cambios demandados por la misma sociedad permiten al buen médico volver a recuperar un poco de lo mejor de aquella esencia milenaria que a lo largo de la historia ha dado prestigio y autoridad moral a la profesión.” Como segundo punto aclaró a los jóvenes presentes que la actitud humanista no está reñida con los avances de la ciencia y la tecnología, sino por lo contrario son aliadas, pero se requiere de un buen juicio para discernir en cada caso la dosis de ciencia que cada paciente requiere. Resaltó que aun en los esquemas más burocratizados de las instituciones públicas o privadas, el buen médico se distingue por ese sello personal que hace que sus pacientes entreguen su confianza, afecto y aprecio, porque saben que es un profesional comprometido en su salud. “Pero es en la ciencia justamente donde se ha dado el avance más espectacular que habrá de cambiar definitivamente el tipo de medicina que ustedes van a practicar en los próximos años, y tiene que ver, desde luego, con el desarrollo de las ciencias genómicas y de las protónicas que ha sido espectacular en estos últimos tiempos.” Aseveró que ahora, con todas estas posibilidades, hace falta un nuevo código ético para descifrar con precisión la actitud de los médicos y de la sociedad frente a los grandes dilemas de la ética médica que surgen como consecuencia natural de estos extraordinarios desarrollos científicos. Que el médico de los próximos años habrá de debatirse entre los grandes flujos de conocimiento y la presión, que van a marcar en buena medida ese perfil de la práctica profesional. El tercer punto tiene que ver con la transformación del concepto social de salud, que en la actualidad deja de ser una prerrogativa para convertirse en un derecho social, con una mayor exigencia de una sociedad cada vez más informada, más participativa, más demandante y que ha tenido como consecuencia la aparición de fenómenos que también hasta hace pocos años eran desconocidos en el ámbito de la medicina. “Me refiero fundamentalmente a las nuevas modalidades de organización y prestación de los servicios médicos, así como a la aparición de otros organismos que tienen como propósito básico fiscalizar y vigilar el cabal cumplimiento de la profesión médica, así como su ética profesional, y que nunca antes se habían presentado.” Mencionó que sólo la honestidad, la convicción, el estudio permanente y la autoridad moral que logren construir les permitirán ayudar a sus pacientes y a la sociedad y, agregó: “Dentro de las nuevas formas de organización ustedes tendrán que afrontar con inteligencia, madurez y firmeza la aparición de organizaciones que han ido ofreciendo servicios de atención médica que distorsionan gravemente la esencia misma de la profesión. “Intermediarios que se han presentado para distorsionar la relación del médico con el enfermo en aras de contener costos, en aras de hacer una medicina más eficiente y pragmática, en aras de limitar a los médicos en su toma de decisiones, en aras de poner barreras en esa relación entre el médico y el paciente. “Ustedes tendrán que estar preparados para afrontar también este tipo de fenómenos y tratar de orientarlos positivamente. Qué bueno que surjan nuevas formas de organización en la prestación de servicios médicos, públicos y privados; qué bueno que podamos ir encontrando cada vez mejores maneras de hacer las cosas, pero siempre en beneficio del enfermo y no en beneficio de otras organizaciones lucrativas que están más interesadas en ver cómo va el negocio y no tanto en cómo va el enfermo.” Dijo que al ser forjados en esta Universidad: “...Estoy seguro de que sabrán definir con precisión no sólo su vida profesional sino asumir también el liderazgo social que ha caracterizado a los egresados de esta Facultad poniendo en alto el nombre de la medicina mexicana y cosechando en los años venideros satisfacciones y éxitos que se desprenden de la relación con los pacientes.” Asimismo, habló de la satisfacción que le ocasiona darles la bienvenida a la profesión: “No hay, a mi juicio, otro recinto en México con mayor significado en la vida médica nacional que este Palacio de la Antigua Escuela de Medicina. Aquí dictaron cátedra los grandes maestros de la medicina mexicana, sobre todo aquellos que en el siglo pasado permitieron que en México hubiera, a pesar de todos los problemas, una estructura de atención a la salud que ha permitido a nuestro país contender con muchos de los graves problemas que surgen de los rezagos que no hemos podido resolver por los nuevos problemas que ya tenemos enfrente. Aquí se discutieron y dirimieron durante décadas los principales problemas de la medicina mexicana, aquí se analizó y discutió con cuidado la formación del Instituto Mexicano del Seguro Social, la del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado y las múltiples reestructuraciones de la Secretaría de Salud. Aquí se analizaron y se dieron a conocer por primera vez los principales avances de la investigación médica en México; aquí sesionó durante mucho tiempo la Academia Nacional de Medicina. La Casa Chata, como le decían nuestros maestros y miles de jóvenes que por aquí pasaron y se forjaron.” En el patio central del Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, en representación de los titulados, Alan Zajarias Rabchinskey, medalla “Gabino Barreda” y miembro de la generación 1994-1999, dijo a sus compañeros que ese día se cumplía un ciclo, el cual comenzó hace seis años cuando asumieron el compromiso con la UNAM de aceptar recibir una educación científica a cambio de su participación activa dentro de la sociedad médica mexicana, lo que les ha permitido encontrar el yo científico, pues el contacto continuo con los docentes e investigadores proporcionó las herramientas necesarias para resolver búsquedas evocadas y facilitar la exposición de ideas contemporáneas. Estuvieron presentes en la mesa de honor además del director, doctor Alejandro Cravioto, miembros de la Junta de Gobierno de la UNAM, Donato Alarcón, Héctor Fernández Varela y Roberto Kretschmer; el ex rector y profesor emérito, Octavio Rivero; el ex director de la Facultad de Medicina, Carlos Macgregor, y el coordinador general de la Reforma Universitaria, José Narro Robles. Asimismo, los vicepresidentes de las Academias Nacional de Medicina, Miguel Tanimoto, y Nacional de Cirugía, Armando Vargas; el presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud, Guillermo Soberón; el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Bioética, Fernando Cano, y el director del Instituto de Investigaciones Biomédicas, Juan Pedro Laclette. |