Egresados destacados
Roberto Tapia Conyer: Sanitarista que con su labor ha fortalecido
la salud pública en México y la ha llevado a trascender
las fronteras
Egresado de la Facultad de Medicina,
actualmente estudia el doctorado en la misma dependencia
Tras los desastres naturales de los últimos
años y las amenazas constantes de bioterrorismo, la salud pública
en México ha tomado relevancia al grado de crear programas
que se han convertido en modelo, apoyo y ayuda para países
hermanos. En este contexto el doctor Roberto Tapia Conyer, subsecretario
de Protección a la Salud de la Secretaría de Salud (SSa)
y egresado de la Facultad de Medicina, concedió unos minutos
de su tiempo a este medio informativo para platicar cómo la
atención comunitaria, al inicio de su carrera, inclinó
su interés hacia la salud pública y se ha convertido
en un sanitarista que a lo largo de diversos cargos ha dado renombre
a la salud pública mexicana.
Durante la entrevista habló de su trayectoria médica,
ires, venires y experiencias que ha obtenido en su desarrollo laboral.
Oriundo de Guanajuato, el doctor Tapia Conyer llegó a la ciudad
de México a hacer su examen de admisión para cursar
la carrera de médico cirujano, e ingresó como miembro
de la generación 1972; realizó su internado en el Hospital
General de México, lo que en su opinión conformó
una gran experiencia, cada vez más valorada, por haber tenido
la oportunidad no sólo académica sino de acercamiento
con los usuarios y beneficiarios del mismo. Con una convicción
clara, realizó su servicio social en la Sierra Gorda de Querétaro,
en un pueblito llamado Colón, el cual contaba con un centro
de salud con cuatro camas; tuvo la fortuna de inaugurar otro y abrir
el servicio permanente y continuo.
Dr. Roberto
Tapia Conyer |
Al respecto comentó que esta situación fue muy rica
en experiencias, pues implicó desde la aplicación de
conocimientos hasta aprender la parte comunitaria, que despertó
su interés: "No conocía realmente la magnitud de
la salud pública; en esa época, salía uno con
la visión de ser un gran especialista y desarrollar una práctica
clínica. Al concluir el servicio social tuve la fortuna de
tratar al doctor José Narro, quien con inteligencia y visión,
apreció mi interés en esta materia. El me invitó
a conocer más y abrió la oportunidad de que pudiera
estudiar en Estados Unidos, se dio la invitación gracias a
una beca de la Organización Panamericana de la Salud. Se consumó
este hecho y salí a realizar estudios de posgrado, una maestría
en salud pública y una en ciencias en salud pública."
Al regresar a México se incorporó a la Secretaría
de Salud (SSa) en 1985. En 1997, durante la organización y
descentralización de la SSa se creó la Subsecretaría
de Prevención y Control de Enfermedades -con el entonces secretario
Juan Ramón de la Fuente-, de la cual fue nombrado titular.
En 1999 regresó a la parte académica a trabajar con
los residentes en epidemiología y decidió inscribirse
en el Programa de Doctorado en Ciencias de la Salud en la Facultad
de Medicina, del cual egresa en junio, y comentó: "Mi
principio de formación está con la Facultad de Medicina
y el final, por lo menos de formación institucional, es con
la UNAM."
Con los cargos que ha desempeñado dentro de la Secretaría
de Salud ha tenido la oportunidad de desarrollar programas que ha
visto florecer y los cuales le han dado grandes logros profesionales.
"He sido afortunado, porque ha sido realmente el sumar esa experiencia
que se da en el tiempo con aciertos, errores y omisiones que me han
dado la oportunidad de conocer desde las poblaciones más rurales
que tiene este país hasta estar inmerso en temas internacionales."
En su opinión, la salud pública en México ha
evolucionado favorable-mente en el contexto global de salud. Para
ello se remontó a los primeros años en la historia de
este tema en nuestro país, que tiene fundamentos contemporáneos,
como el viaje de Balmis a México y el inicio de la erradicación
de la viruela con la vacuna; hoy en día, tenemos los problemas
del bioterrorismo o de nuevas epidemias, como el síndrome respiratorio
agudo y grave.
"Era tradicional, en la parte médica, que todo estaba
más orientado a la atención; nuestra educación
era curar, con una visión de poco conocimiento entre la asociación
de la atención médica y la salud pública. No
había promoción y prevención de la salud; lo
que ahora vemos es un equilibrio mucho mayor. En los últimos
años, cuando se analizó la inversión que realizaban
la SSa y las secretarías estatales en salud pública,
no pasaba de 4 por ciento, hoy en día es de 25 por ciento.
Esto da la idea de cómo se ha dado ese crecimiento, lo que
reditúa más en términos poblacionales, pues permite
mantener una estructura de calidad en el manejo y la atención
de la recuperación de la salud, no sólo en el presente
sino a futuro."
Esquema de vacunación
En el caso del esquema de vacunación dijo que México
es de los países que tiene una de las historias más jóvenes,
pues su programa cuenta con 25 años, y agregó: "Curiosamente
es hasta 1975 -más o menos- que se establece un programa de inmunización.
Estamos por cumplir 30 años y la cartilla de vacunación
25 de haber sido expedida, hoy somos beneficiarios de esa política
sanitaria que montó un sistema formal en México."
El sistema comenzó con ocho vacunas básicas, entre ellas
poliomielitis, tuberculosis, sarampión, difteria y tétanos.
Sin embargo, este esquema duró 25 años sin modificaciones
a pesar de los desarrollos biotecnológicos.
"Todas las vacunas tienen un nivel de seguridad impresionante y
justo me tocó encabezar el cambio en el esquema de vacunación
incorporando las nuevas, como el toxoide tetánico y diftérico,
sobre todo ante el hecho de garantizar protección contra tétanos
y difteria, pues se registraban evidencias de que en la ex Unión
Soviética se contaba con altos y graves índices en adultos.
En México hicimos un estudio serológico y vimos que los
adultos estaban sensibles a infecciones por difteria, cosa que habíamos
cuidado mucho en menores de cinco años y que incluso no teníamos
casos después de los 11, tuvimos que adelantarnos y proteger
a los adultos."
El otro cambio fue el aplicar la triple viral en niños recién
nacidos, no sólo para el sarampión sino para rubéola
y paperas, lo que ha permitido que prácticamente durante tres
años la proporción de diagnóstico por rubéola
haya disminuido en forma dramática de miles a cientos, y lo mismo
sucedió con la parotiditis. El último cambio lo constituyó
una va-cuna pentavalente que retoma una combinación de vacunas
para hemofilia, hepatitis B e influenza, que se aplican desde temprana
edad y ambas cuentan con un gran impacto en la población. Esta
última modifica infecciones respiratorias graves en menores.
El subsecretario de Protección a la Salud de la SSa comentó
que la vacuna de la hepatitis B es una de las primeras para evitar el
cáncer de hígado.
Indicó que otra de sus tareas en este rubro fue ampliar el esquema
de inmunizaciones incorporando a los adolescentes y a los adultos, y
agregó que el estar pendiente de todos los desarrollos científicos
y tecnológicos hará que en poco tiempo se incorporen dos
nuevas vacunas, que cuentan con un costo alto, pero que se espera reduzca
ante la posibilidad del beneficio en salud pública. Una de estas
vacunas es la antineumocócica, que permite un impacto mayor en
las infecciones respiratorias de los niños menores de dos años,
y la otra es una vacuna que ataca a uno de los agentes que causa mayor
muerte en los menores de un año por diarrea, la vacuna contra
rotavirus.
Programa de cólera y agua limpia
Nuestro sanitarista vivió una experiencia grata en 1991, al
ingreso del cólera a México después de 100 años.
"A mediados del año tuvimos el primer brote en Tultepec,
Estado de México, y de ahí la historia es ampliamente
conocida... pero eso llevó a que desarrolláramos una cultura
muy interesante y a retomar la promoción de la salud personal,
porque la existencia de esta enfermedad estaba vinculada a las condiciones
sanitarias y la percepción de la higiene personal. Así
que trajo el beneficio de mayor conciencia sanitaria no sólo
de los individuos sino de las autoridades.
"La cloración de agua en el país era nula, la única
ciudad que cloraba parcialmente su agua era la de México, por
lo que la Comisión Nacional de Agua, en conjunto con la SSa,
creó el programa llamado Agua limpia, que a todo lo ancho y largo
de México motivó el interés de las estructuras
de gobierno en los estados y municipios y creó conciencia nacional
-desde la relevancia de la cloración del agua hasta el consumo
y el desecho de la misma-, pues en ese momento muchas de las verduras
que consumía la población eran regadas con aguas negras.
Fuimos enérgicos y ahora vemos el beneficio justo 10 años
después. No fue sino hasta 2001 que México fue eliminado
de la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como
país con riesgo de trasmisión de cólera."
Desastres naturales
"Los sismos nos han dando grandes experiencias desde 1985, y ahora
los huracanes Gilberto, Roxane y Paulina. En 1995 me tocó organizar
los operativos. En 1997 Paulina fue de los que más experiencias
nos dejó, pues Acapulco quedó sin posibilidades de recibir
agua potable porque su fuente fue fracturada; eso llevó a un
operativo histórico con la participación de múltiples
instituciones. En Salud fue evitar que después del desastre natural
tuviéramos un desastre sanitario que podría sin duda vincularse
a la falta de agua, higiene personal y condiciones existentes. A partir
de las referencias de la OMS en manejo de desastres se tuvo que instrumentar
un modelo sui generis, con una gran visión hacia evitar que ante
lo inevitable, como es un desastre natural, evitemos el sanitario. Lograrlo
fue el primer éxito de México en términos de manejo
de los desastres naturales.
"Al siguiente año, en 1998, el desastre de la costa chiapaneca
que provocó una tormenta tropical sobre una misma zona generó
que la cordillera de la parte costera de Chiapas se deslavase kilómetros
y kilómetros ocultando ciudades, donde fue necesaria la intervención
del propio presidente conduciendo los operativos de Colima, Acapulco,
Oaxaca y Chiapas, paralelamente. En Chiapas era otro contexto, las poblaciones
estaban aisladas e inaccesibles.
"La naturaleza tenía más retos, en 1999 se dio otra
movilización del sistema pluvial, lluvias intensas y algunos
sismos en Oaxaca y en Puebla. En ese mismo año, se inundaron
Puebla, Veracruz, Hidalgo y Tabasco, lo que llevó a operativos
múltiples... debemos reconocer el trabajo que se hizo en los
estados, porque éstos no tenían cultura ni infraestructura
para ello. Ahí se demostró que la inversión en
ellos con apoyo federal permitió salir de manera positiva, porque
estaba todo puesto sobre la mesa para tener una desastre sanitario,
con desarrollo de casos de dengue, paludismo y cólera. Vemos
que hemos tenido que organizar un operativo para desastres multifacéticos
con capacidad de respuesta inmediata."
Además comentó que el desarrollar un sistema y además
asesorar ahora a los países centroamericanos ha llevado a una
experiencia de innovación y, en conclusión, aseveró
que México cuenta con un nuevo sistema de vigilancia epidemiológica
ágil con prioridad de decisión en nivel local y estratificado
para la toma de decisiones tanto a nivel jurisdiccional como estatal
y nacional, elementos que han llevado a que expertos indiquen que, dentro
de la región de las Américas, México cuenta con
uno de los sistemas más desarrollados de vigilancia epidemiológica.
Vigilancia en adicciones
Respecto a las drogas comentó: "La llegada de esta nueva
epidemia de drogas ha sido un reto y yo he tenido el privilegio de crear
el primer sistema de vigilancia en adicciones de este país. Siempre
hemos vigilado las diarreas y nos cuestionábamos sobre qué
haríamos cuando entrara el impacto de la marihuana y la cocaína...,
de eso hace 10 años. En 1990 se creó el sistema de vigilancia
contra las adicciones, que en sus pininos era un sistema reconocido
mundialmente por el esfuerzo de decenas de personas. Curiosamente México
ha tenido una visión anticipada respecto a este problema. Hace
más de 30 años se crearon los Centros de Integración
Juvenil, cuando nadie se imaginaba que tendríamos un problema
de cocaína, heroína, crack o anfetaminas. En esa misma
época México empezó a estudiar la parte epidemiológica
de este fenómeno y son visiones que hoy en día se aceptan;
ello habla de visión, son temas interesantes; como puede ver
la salud pública es muy amplia y con enorme trascendencia en
la población."
Amenazas bioterroristas
"Otro reto interesante es hoy la amenaza del bioterrorismo. Nunca
pensamos que los eventos del 11 de septiembre en Nueva York modificarían
totalmente la sensibilidad de las autoridades y México, de inmediato,
con una visión certera, se incorporó con el grupo de los
G-7 (Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Japón, Italia, etc.)
a la 'Tarea de fuerza', encaminada a tender una red de comunicación
y desarrollar sistemas de laboratorios más eficientes en bioseguridad.
Hasta entonces el país contaba con algunas instalaciones, ahora
son más formales y hay un proyecto para un laboratorio de nivel
4 -el máximo nivel-, de los cuales hay pocos en el mundo, y ha
sido un reto el montar todo un sistema de vigilancia hacia la liberación
intencionada de agentes biológicos y químicos."
Rabia en humanos
Dijo que todas estas experiencias han llevado no sólo a crear
nuevos sistemas sino a verificar y retomar los ya existentes, como el
de la rabia en humanos, que en 1997 registró nueve casos, lo
que a su parecer no es tolerable, pues México cuenta con un programa
contra ella. En ese momento, cuando era secretario el doctor Juan Ramón
de la Fuente y lo nombró subsecretario, se luchó por eliminar
los casos de rabia transmitida por perros y el tétanos neonatal.
Al respecto comentó que se realizó un gran esfuerzo y
hoy se vacuna a más de 15 millones de perros, lo que representa
cuatro y medio millones más que a niños y conllevó
a desarrollar una nueva cultura de la mascota, principalmente sobre
la responsabilidad que se debe tener. En el caso del tétanos
neonatal, hace 6 años se hablaba de decenas de casos, hoy las
cifras pasaron a siete.
Programa de salud en la mujer
Apasionado de su trabajo, el doctor Tapia Conyer nos habló sobre
lo que se ha realizado en torno a la salud de la mujer, que cubre desde
el embarazo y el cuidado neonatal hasta el cáncer de cérvix
y de mama.
"Fallecen cerca de 8 mil mujeres cada año en nuestro país,
de ahí que en 1998 se creara el Programa de Cáncer de
Cérvix, que en los últimos dos años ha logrado
una reducción en el número de casos y una modificación
en la infraestructura. En 1997 en el país se invertían
7 millones de pesos en la prevención del cáncer, hoy en
día esa cifra quedo atrás. Hoy salvamos muchas mujeres
con los estudios de Papanicolaou.
"En la parte de la atención del embarazo tenemos la redefinición
de un nuevo programa que se llama Arranque parejo en la vida, que trata
de que todo niño o niña de este país nazca en la
misma línea de salida sin importar si ocurre en hospital privado
con atención más cuidadosa de sus padres, los médicos
y su familia, o que nazca en la parte más distante, rural y dispersa.
México siempre ha tenido la idea de resolverlo, pero todavía
contamos con la tasa más alta en la región de muerte materna
y que necesitamos cambiar. Descubrimos que la trasmisión hacia
la parte médica tiene que tomar más conciencia, pues no
todo lo resuelven la tecnología y el conocimiento científico,
hay veces que influye el contexto social en el que se está inmerso.
La barrera sociocultural de una comunidad de preferir que la mujer muera
a abandonar a sus hijos que son parte de la familia, requiere de darle
soporte a ella para que los niños queden bajo resguardo de la
comunidad y ella se atienda. Favorecer una capacitación y respetar
una cultura de atención por parteras... los nuevos avances de
la tecnología se deben considerar, pero no debemos olvidar lo
social."
Conclusión de la práctica de la salud pública
Después de esta charla donde cubriría casi toda su experiencia
sanitarista, el doctor Tapia hizo algunas reflexiones: "La práctica
nos hace tomar conciencia de lo frágil y a la vez extraordinario
que es un individuo inmerso en su comunidad; en la medida en que un
salubrista toma conciencia, y esto le pasa mucho a los médicos
de diversas disciplinas cuando conocen la salud pública, toman
conciencia de que los individuos están inmersos primero en una
familia, luego en una comunidad y ésta a su vez en la sociedad
en su conjunto.
"Cuando hablamos de medicina social con frecuencia nos quedamos
en los grandes enunciados filosóficos, la salud pública
nos permite diseñar, instrumentar y conducir programas que van
a beneficiar a cientos de personas, ésa es la gran virtud y el
privilegio de la salud pública. Se puede tener la misma satisfacción
que tiene el cirujano al salvar una vida, obviamente sin contacto personal,
nosotros lo sentimos al ver una comunidad con bandera blanca, libre
de enfermedades trasmisibles, con un mejor entendimiento de la diabetes,
con un control del embarazo en la gran mayoría de las mujeres,
con cobertura absoluta de los niños, observar cómo las
tendencias de la morbilidad y mortalidad sufren modificaciones significativas,
esto es la satisfacción que tiene el salubrista.
"La salud pública es un privilegio, es una ciencia porque
cuenta con metodología y fundamento, pero también es un
orgullo de servir, de gente para la gente, lo aplica toda la medicina
pero aquí hablo en plural. La otra enseñanza que da la
salud pública es que un solo individuo no lo hace, la salud pública
es de equipos, es de suma, porque un solo guerrero no puede vencer.
Por otra parte, es una alegría, porque uno lo puede ver, no en
un rostro individual, pero sí en un rostro de comunidad o familia
y eso es muy significativo.
"La salud pública es humanística como muchas disciplinas,
no hay remuneración privada y eso es muy interesante en comparación
con lo que se puede percibir en otras áreas de la medicina; pero
en global, quien está dentro de la salud pública está
en el servicio público; es convicción, trabajo y entrega,
pero lo más importante es el reconocimiento de poder estar en
esta escalera o, como en mi caso, tener el privilegio de haber tenido
una posición de mayor envergadura cerca de liderear la política
de salud del país junto a los secretarios de Salud. Poder convivir
hasta con el último promotor voluntario que pueda estar en la
sierra más distante y valorar que ese trabajo silencioso está
modificando la salud de la población, y que mucho de lo que acá
pensamos, ideamos e incorporamos de nueva tecnología va tener
que llegar allá. Otra gran virtud del salubrista es que permite
conocer a nuestro país en las buenas y en las malas, aunque tal
vez conoce más la sensibilidad y el espíritu de las personas
en situaciones de mayor dificultad en una comunidad y ver cómo
se da esta entrega y disposición a resolver...
"Podríamos platicar de muchas otras cosas, es una visión
muy amplia y la verdad puedo decir que ha sido un privilegio que la
vida me dio el poder estudiar medicina y después encontrar a
gente que me brindó la oportunidad de conocer qué es la
salud pública... creo que si volviera a nacer recorrería
el mismo camino..."
En aspectos académicos, comentó que la Facultad de Medicina
es el espacio para recuperar la salud pública: "Creo que
se ha rescatado, pero necesitamos darle más fuerza, para que
incluso aquel estudiante que decida ser cirujano especialista en retina
del ojo derecho entienda que hay un contexto social que circunda a su
paciente. La vida nos enseña a apreciar más eso y en un
principio los estudiantes dicen: 'tengo que estudiar el tema de salud
pública o medicina social', todavía no se da la oportunidad
de conocer el contexto, porque es algo en lo que deben invertir las
instituciones, están obligadas a vincularse más con las
instituciones académicas para transmitir eso y éste es
uno de los puntos que más enriquecen al profesional en salud,
no sólo al médico, a la enfermera o a los especialistas
en mosquitos, calidad del agua, sistemas de información o adicciones."
Concluyó diciendo que en salud pública, mientras las cosas
se hagan no pasa nada, cuando fallan es cuando suceden los desastres...
regresa...
|