Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de junio 2001


Regresar al índice

Para ampliar el uso adecuado de los antibióticos

Simposio de Antibioticoterapia

El pasado 19 de mayo y dirigido a los alumnos del tercer año de la carrera de médico cirujano, el simposio Antibioticoterapia en enfermedades prevalentes fue organizado en forma conjunta por la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social, que dirige la doctora Sara Morales López y el doctor Fabián Fontes Avila, titular del Departamento de Tercer Año, y con el patrocinio de los laboratorios GlaxoSmith-Kline, S.A.

Con la finalidad de conocer los mecanismos de acción de los antibióticos de uso común en algunas enfermedades que se presentan en la práctica médica, así como adquirir los elementos necesarios para una prescripción apropiada de los mismos y prevenir las consecuencias de su uso inadecuado. En el simposio participaron los doctores Ariel Estrada Aguilera, infectólogo del Centro Médico “La Raza” del IMSS y adscrito del Hospital Juárez de México de la SSa; Gerardo Hernández Oliva, infectólogo y coordinador del Departamento de Investigación Clínica, de la empresa Bayer de México; Raúl Romero Cabello, infectólogo del Hospital General de México de la SSa, profesor e investigador de la Facultad de Medicina, y Rodolfo Vick Fragoso, coordinador del simposio y jefe del servicio de Infectología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González” de la SSa.

Teniendo como escenario el auditorio “Dr. Raoul Fournier Villada” de la FM, el doctor Romero Cabello, al abordar el tema de la salmonelosis y la fiebre tifoidea, explicó que ésta debe atenderse en forma oportuna y adecuada porque provoca complicaciones que pueden terminar con la vida del enfermo. Cuando se vuelve más crítica suele ocasionar trastornos neurológicos como meningismo, meningitis o cefalitis, hasta que culmina en choque séptico. La degeneración de Zenke afecta las articulaciones y los músculos, ocasiona que estos tejidos se desgarren con movimientos bruscos y las lesiones aparecen en el recto abdominal, el bíceps y los muslos. Otros problemas que genera el brote son deshidratación, desequilibrio electrolítico y aumento de la temperatura; que se manifiestan durante las primeras semanas. El doctor Romero enfatizó que es necesario mantener en niveles normales la temperatura mediante compresas de agua fría, así como compensar el desequilibrio electrolítico por medio de la hidratación por vía oral.
Dr. Raúl Romero Cabello

El también infectólogo del Hospital General de México indicó que manejar un cuadro de fiebre tifoidea requiere el uso de antibióticos. El año de 1948 marcó el origen de una nueva etapa en el trata-miento de esta fiebre cuando el doctor Woodward utilizó el cloranfenicol, un antibiótico capaz de erradicar la enfermedad; es un fármaco barato y eficiente. A partir de ese año comenzó a administrarse en dosis de 60 miligramos por kilogramo de peso, dividido en cuatro tomas al día; cuando disminuía la fiebre, se bajaba la dosis a 30 miligramos y se suministraba por 14 días. En la actualidad la dosis de cloranfenicol se maneja en adultos con 500 miligramos al día por 14 días. Se recurre además a la ampicilina, la amoxicilina, la trimetoprina, el sulfametoxasol y las quinolonas; de esta última la más empleada es la ciprofloxacina, que se puede administrar en dosis de 500 miligramos cada 12 horas. La ceftriaxona es una cefalosporina que se puede medicar en dos gramos al día. De la ofloxacina se pueden suministrar 15 miligramos por kilogramo de peso, durante tres a cinco días.

El doctor Romero habló de la existencia de la vacuna contra la tifoidea a base del antígeno Vi, el cual es un polisacárido y se aplica por vía intravenosa para inducir la producción de anticuerpos protectores. Esta vacuna tiene un periodo de protección de tres años; “la vacuna se le puede aplicar a toda persona que esté en contacto con los portadores, desde niños hasta viajeros que pasan por zonas endémicas”, afirmó el investigador.

Por su parte, el doctor Estrada Aguilera, infectólogo del Centro Médico “La Raza”, manifestó que México es uno de los países del mundo más afectados por la brucelosis. Según el boletín de la SSa, se registró un promedio de 4 mil a 6 mil casos por año. Brucella es un bacilo intracelular, facultativo, evade la respuesta inmune y se puede adquirir al consumir queso, crema y leche si no están pasteurizados, o al ingerir chorizo y carnes rojas. De acuerdo con el doctor Estrada, esta enfermedad representa una pérdida económica para los ganaderos, granjeros y campesinos, porque una vez que el virus de Brucella se disemina en el animal, es necesario su sacrificio para evitar que se propague a los demás.

Estrada explicó que al llegar este bacilo al cuerpo humano tarda de varias semanas a meses para infectar. La prueba de Huddleson, a pesar de que en 1985 fue invalidada por la OMS, sigue siendo un eficiente instrumento en la actualidad para diagnosticar brucelosis; asimismo, la prueba “rosa de Bengala” es también un recurso de detección.

Para contrarrestar sus efectos, actualmente se utiliza la doxicilina con rifanficina o rifanficina con sulfametazol y quinolonas, así como algunos macrólidos como: claritromicina o rositromicina. “El tratamiento debe ser prolongado entre cuatro y seis semanas, con dosis muy específicas y bajo un seguimiento continuo”, explicó.

Otra de las patologías que se abordaron en el simposio fueron las infecciones en tejidos blandos. El doctor Gerardo Hernández Oliva definió los tejidos blandos como aquellas estructuras anatómicas que incluye la piel, la grasa, el tejido celular subcutáneo y los músculos.

Al hablar de los elementos que integran la flora microbiana que habita en la piel, el doctor Hernández Oliva señaló que es Staphylococcus, el germen que se desarrolla en todo el tejido cutáneo. Sin embargo, existen otros como S. epidermidis, S. coagulasa negativo, S. aureus y Brevibacterium, este último se desarrolla entre los dedos y la planta de los pies. Hernández afirmó que las infecciones de tejidos blandos se pueden erradicar con el uso de algunos antibióticos; como dicloxacilina, penicilinas, amoxicilinas, cefalosporinas de primera y segunda generación, y quinolonas.

Por otra parte, las infecciones urinarias son una serie de trastornos que afectan principalmente a los adultos mayores y de la tercera edad. Estas infecciones son causa-das, en la mayoría de los casos, por bacilos gramnegativos como Escherichia coli y Proteus sp, según declaró el doctor Vick Fragoso, jefe del Departamento de Infectología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, al cerrar el ciclo de exposiciones sobre la antibioticoterapia.

El también coordinador del simposio aseguró que la forma de infección inicial patógena es por vía ascendente e implica la contaminación de la región periuretral y perianal. La disuria, frecuencia al orinar, nicturia, la disminución del chorro y goteo, son algunos síntomas que indican al médico sobre la existencia de un problema irritativo u obstructivo de las vías urinarias.

Reveló que más de 80 por ciento de las infecciones agudas es causado por E. Coli; el segundo lugar lo ocupa Klebsiella y el tercer lugar Proteus. En mujeres, gérmenes como Staphylococcus, S. saprophyticus y Candida cans aparecen, sobre todo cuando la paciente tiene actividad sexual con distintas parejas.

El doctor Vick Fragoso anunció que en la actualidad existen pruebas diagnósticas como es el caso de la esterasa leucocitaria, que puede, por medio de cintas reactivas, indicar la presencia de infección urinaria en una persona. “Pero con un examen general de orina la presencia de nitritos debe alertar de que, efectivamente, ese paciente puede tener una infección”, expresó.

Coincidió en que si bien el sulfametoxasol, la trimetoprima, la metenamina y la nitrofurantoina son tratamientos que pueden resolver hasta 60 por ciento el problema de vías urinarias, se deben usar antibióticos que brinden mejores resultados, como es el caso de las quinolonas, por ejemplo, la norfloxacina, de la que se pueden suministrar dosis de 200 a 400 miligramos cada 12 horas, y la ciprofloxacina, de la que se prescriben 500 miligramos, por siete a 10 días, “esto daría una tasa de resolución de 80 por ciento en infecciones de vías urinarias complicadas y no complicadas”, finalizó.